En el infierno. Capítulo 25.

Promesa rota.

La noche era oscura y fría, la Luna había decidido esconderse y no iluminar el Oasis en esta ocasión. El viento le acariciaba el rostro lívido del joven sentado en medio del patío, su cabello trenzado descansaba sobre un lado de su pecho. Algunos cabellos rebeldes habían escapado de su amarre y ahora se movían imparablemente, por causa del viento, golpeteando sus mejillas, a veces y sin querer picaban sus ojos irritados. Los hermosos ojos azules de Julien estaban rojos e hinchados por tantas lágrimas vertidas, durante ese día.

Las estrellas no eran capaces de iluminar el cielo nocturno y las luces del Oasis no alcanzaban a la joven perra que mantenía su vista fija en la malla frente a él, sin embargo no la veía, sus ojos parecían estar vacios, su brillo había sido opacado por el miedo.

Ahora la mente de Julien divagaba lejos de allí.

«La hermosa imagen de un hombre de cabello rubio y corto, ojos color miel, no como los de su Kaled, los ojos de ese hombre que tan claramente veía en su mente eran un poco más oscuros, su piel blanca contrastaba con ellos y su sonrisa tan franca lo dotaban de una apariencia joven y hermosa. Aquel hombre llamado James sonreía, a la cámara, mientras sus manos estaban acariciando su abultado abdomen, su marido Robert delgado y de cabello castaño oscuro, lo abrazaba y posaba sus manos en la pancita de su pareja, su mirada mostraba amor e ilusión. La joven pareja se veía tan enamorada y feliz.

Esa fotografía fue la que Julien veía todos los días desde que se fue a vivir con sus abuelos. Veía a su madre y a su padre unidos como una bella pareja. Todo el amor que ellos se profesaban fue arrojado al olvido, cuando él nació. Su llegada a este mundo había destruido a su familia. Su madre había muerto por su culpa y su padre se había perdido en medio del dolor.»

Julien pensaba en todo eso y daba por hecho que esa era la principal razón por la cual no deseaba tener hijos. Su mente se vio atrapada por un recuerdo: Era él, de tan solo once años, sentado en su cama, mirando la fotografía de sus padres.

«—Si no hubiera nacido ellos seguirían juntos, los hijos destruimos a las familias. Mami —su pequeña mano acaricio el cristal que recubría la fotografía, sus dedos pasaron por la imagen de su madre —cuando me enamore no voy a tener hijos. Nunca voy tener hijos, ellos lastiman. Además si muriera él se quedaría solo igual que yo y al final también sufriría. »

La promesa de un Juli pequeño resplandeció en su mente y ese recuerdo hizo que el Julien adulto llorara. Sus lágrimas corrían imparables por sus mejillas.

—Mami, falle —al decirlo su mirada se movió hacía el cielo, cómo si la persona a quien eran dirigidas esas palabras estuviera allí mirándolo. Sin embargo su mirada pronto fue anegada en lágrimas, obligándolo a desviarla.

Su llanto siguió aumentando, su cuerpo se movía incontrolablemente, ante los paroxismos de dolor.

Su mano cubrió su boca y ahogo su grito. El frío manto de la oscuridad cubría el cuerpo de aquella perra desconsolada. Nadie podría verla llorar en aquel alejado lugar.

Mientras Julien seguía llorando. Las imágenes de aquella tarde fueron apareciendo en su mente. Él veía todo como si fuera el espectador de alguna película.

“—Rogelio, pasa —Kaled lo invitaba a sentarse con un movimiento de mano.

El doctor acepto la cortesía y poniendo su maletín sobre la mesita, se sentó. Kaled hizo lo mismo y tomo lugar frente a Rogelio, llamo a Juli para que se sentara a su lado. Juli descanso sus manos sobre sus rodillas, su amo puso su mano sobre las de él, les dio un suave apretón y fijo su mirada en la de Rogelio.

—Dime, ¿de qué deseas que hablemos? —Kaled le pregunto directo sin más preámbulos, pues noto que su hembra no aguantaría tanta cháchara.

—Revise los resultados de tus análisis y todo está bien, no tienes absolutamente nada. Kaled eres el hombre más sano del Pandemónium —Juli dejo escapar un suspiro de tranquilidad y lo acompaño de una sonrisita.

Kaled parecía confundido, pues no entendía como podría estar sano, si seguía con sus malestares. Además sí él no estaba enfermo, entonces el que tenía algo era Julien, y esa opción le parecía peor que la primera.

—Entonces…

—Déjame continuar. Estoy casi seguro que has seguido con el vómito y tal vez nauseas.

—Sí, hay días en los que estoy muy bien y otros en los que solo con oler la comida empiezo con las arcadas. Esos días son los peores.

—Rogelio tienes que darle algo, ha bajado mucho de peso, eso me preocupa —. Juli miro fijamente al doctor y este le devolvió la mirada con cierta preocupación en ella.

—Creo que no podre hacer nada al respecto —Rogelio contesto a la suplica de la perra y al hacerlo saco una hoja de su maletín —los síntomas de Kaled son completamente normales, en su caso pueden pedir ayuda a las personas que ya hayan pasado por lo mismo… es decir otras parejas, seguro que tendrán algún consejo que darles o tal vez algún remedio casero que lo ayude con las nauseas.  

La joven pareja lo miro sin entender a que se refería.

—Kaled… vas a ser padre —. Los atónitos ojos del alfa lo dijeron todo, Rogelio lo miro divertido —. Sería más correcto decir van a ser padres —al decirlo miro a Julien quién no podía articular palabra —. Tus síntomas se irán conforme avance el embarazo o por lo menos eso es lo normal.

Julien escucho el diagnostico como si fuera una sentencia de muerte, su mente se vio abrumada por la imagen de de su madre embarazada, sonriendo, a lado de la de su padre; seguida de imágenes de su padre golpeándolo hasta casi matarlo; después sus abuelos sonriéndole y abrazándolo ocupando el lugar de sus padres; tantos sentimientos evocados, tanto dolor junto y todo provocado solo por un pequeño ser.

—Rogelio ¿estás completamente seguro? —Julien le pregunta, con la esperanza de que todo sea una broma.

—Sí Julien, tus resultados de sangre dieron positivo, tienes…

—No. No quiero un bebé… dile Kaled que no lo queremos…

Julien se volvió hacía el alfa buscando apoyo, pero él estaba petrificado por la noticia, no se movía y sus ojos estaban fijos en quién sabe que cosa.

 —Kaled —la joven perra lo llamo una vez más pero este seguía desconectado de la realidad.

Juli se sintió repentinamente solo.

—Rogelio… por favor sácalo —Julien hablo serio y con sus ojos fijos en el rostro del doctor que lo miraba desconcertado.

—Julien, ¿hablas en serio? —el hombre no daba crédito a lo que escuchaba, ¿cómo ese pequeño chico pedía algo así?

—Sí, claro que sí —Julien repitió con vehemencia.

La voz de Julien no mostraba dudas y eso aterraba al doctor.

—Eres doctor, debes de poder realizar un aborto —Julien empezó a subir el tono de su voz —O tal vez aún estemos a tiempo de conseguir algunas pastillas o inyecciones… tú debes de saber más que yo de esto, ¿qué me recomiendas? —Julien guardo silencio y miro a Rogelio esperando que le aclara sus dudas.

—Julien no te puedo dar pastillas o inyecciones, no las hay —contesto aún incrédulo por la petición —.

—Está bien entonces la cirugía, ¿Cuándo me operas? —Julien hablaba del tema como si se tratara de organizar una reunión para tomar el café. 

—No te puedo operar, el Pandemónium no cuenta con las instalaciones adecuadas para llevar a cabo un procedimiento como ese y afuera ningún hospital permitiría un aborto en sus instalaciones —Rogelio vio como la cara nerviosa de Juli cambiaba a una aterrada —. El aborto está prohibido, si intentara algo así iría a la cárcel.

Julien puso sus manos en la cabeza y despeino su cabello.

—No puedo tener un hijo —hablo con voz temblorosa.

—Supongo que la noticia te sorprendió pero te aseguro que todo saldrá bien, yo estaré al pendiente de tu embarazo y tomaremos todas las medidas necesarias para que no tengas ningún problema —. Rogelio trato de calmar a Julien —, puedes preguntarle a Leo sobre cómo fue su embara…

— ¡Tu no entiendes! ¡Yo no quiero un hijo! —Julien gritó desesperado — ¡solo sácamelo!

Las manos de Julien tocaron su abdomen poco abultado.

— ¡No se puede hacer! —Rogelio gritó —Y aunque se pudiera tu vida correría riesgo… Julien podrías morir

Rogelio murmuro lo último sin embargo todos en la sala lo escucharon.

Y causo tanto impacto que el alfa repentinamente salió de su shock y todo para ver a su lindo ángel convertido en demonio.

— ¡No me importa, solo sácalo! —Kaled lo escucho y se puso de pie tomo de los hombros a Julien, lo obligo a verlo y le dio una fuerte bofetada.

—No vuelvas a insinuar que tu vida no te importa —Kaled miro molesto a Juli y éste empezó a llorar.

Kaled abrazo a su pequeña perra y dejo que su rostro se escondiera en su pecho. Con su mano acaricio su cabeza lentamente, tratando de calmarlo, su cuerpo temblaba incontrolablemente.

—Cálmate Juli, todo estará bien —le susurro al oído —. Rogelio retírate —Kaled le ordeno y este parecía renuente a obedecer —, hablaremos más tarde —.

Rogelio no dijo nada más, dejo el sobre de los resultados sobre la mesita, tomo su maletín, hizo una reverencia como despedida y salió del departamento.

— ¿En verdad no quieres un bebé? —Kaled le pregunto a Juli que sollozaba aun abrazado a él.

Juli no respondió solo movió de forma negativa su cabeza.

— ¿Prefieres morir a tener un bebé mío… nuestro? —Kaled le pregunto y esperaba la respuesta con sumo interés.

Julien se quedo en silencio, y éste invadió toda la habitación, haciendo que cada segundo se sintiera como una hora, los nervios atacaron a Kaled que ahora se preocupaba por la respuesta que recibiría.

—No es por eso, Kaled, los hijos son… no lo entenderías —Julien se alejo de los brazos de Kaled y se fue a refugiar a su habitación.

Julien siguió llorando en su habitación, sentado en el sofá con las rodillas pegadas a su abdomen y la cabeza recargada en ellas. En su mente solo escuchaba fragmentos de la conversación que había tenido hace solo unos segundos:

« —van a ser padres…

—no te puedo operar…

—tu vida correría peligro…

— ¿morir o tener un bebé? »

Todo era tan confuso, todo se repetía una y otra vez como si fuera una pesadilla. Otro mal sueño en el infierno, que otros terrores le deparaba este lugar.

—No quiero un bebé —repitió por milésima vez.

El clima nocturno había cambiado y tratando de igualar el estado de ánimo de aquel triste ángel, el cielo se había nublado, las estrellas estaban cubiertas por las densas nubes, gotas de agua fría empezaron a caer. La lluvia era aún insignificante pero el oscuro cielo advertía que no sería así por siempre. Julien ni siquiera se había percatado de las condiciones climáticas, él estaba tan metido en sus pensamientos que ignoraba la tormenta que se avecinaba.

El recuerdo de Kaled cuando éste le había dicho que él tampoco quería un bebé, le vino a la mente, entonces ¿por qué no lo había apoyado en su decisión de abortar?

Juli era consciente de que el aborto estaba penado por la ley. Después de las miles de muertes por el virus asesino, la mayoría de países no aceptaban el aborto, ninguno aceptaría matar bebés después de lo difícil que había sido conseguir que la población aumentara. Los gobiernos optaban por apoyar a las madres de todas las maneras posibles y en caso de que no quisieran a sus bebés, podían dejarlos en los orfanatos.

Saber que la sociedad no apoya tus decisiones, hace más difícil tomarlas, saber que tu pareja te apoya ayuda a seguir adelante, sin embargo Julien estaba solo, al final Kaled lo había dejado solo con su problema. Su amo le dijo: que tenía trabajo que hacer y que tenía que irse; y después se fue dejándolo solo en el departamento.

La lluvia empezaba a ser más densa, los cabellos de Julien escurrían imparablemente, sus lágrimas fueron arrastradas por el agua del cielo y su cuerpo mojado temblaba bajo la frazada liquida que lo envolvía.

Juli estaba enamorándose de Kaled, en los poco más de tres meses que llevaban juntos, el alfa le había demostrado cual diferente era de aquel salvaje que lo recibió, tanto así que estaban intentando tener una relación de pareja. Pero un bebé solo complicaría las cosas, los pocos avances que habían conseguido se vendrían abajo; además un cachorro en ese mundo no le parecía correcto.

Julien estaba tan confundido, y la pregunta de Kaled lo confundía más, cuando se la hizo sintió que estaba acongojado, acaso ¿él realmente quería al bebé? y de ser así ¿qué es lo que él haría?

Kaled dejo que Juli siguiera llorando, en silencio pensaba en lo que había escuchado, los dos serían padres, ¿eso era tan aterrador para Juli? El alfa se sintió igual de asustado que su pequeña perra, pero era porque él no deseaba tener un hijo o por lo menos no en esas circunstancias, no mientras estaban inmersos en ese mundo de violencia, sin embargo pensar en un pequeño de su Juli entre sus brazos cambiaba todo, como negarse a ello.

La mente del alfa había vagado en esos pensamientos al escuchar el diagnóstico y se había desconectado de lo ocurrido hasta que escucho los gritos de su perra pidiendo un aborto y los de Rogelio diciendo que podría morir. Al parecer la vida odiaba a Kaled o eso pensó él, ¿acaso no le había ya robado mucho cómo para que ahora le quitara a su pequeño ángel? Esa fue la línea de sus pensamientos.

El alfa desconcertado no supo qué hacer o decir, solo vio como Juli se alejaba de él. Miro el espacio vacío entre sus brazos y quiso seguir a su perra, hasta que la puerta del departamento se abrió y Ariel y Raúl entraron.

— ¡Amo! ¿Cómo está Julien? —Ariel parecía preocupado.

Raúl cogió de la mano a su perra y le dio un apretón, éste de inmediato guardo silencio y cuál niño regañado agacho la cabeza, esperando que su marido le permitiera hablar con el amo.

—Amo, Eíder está mejorando, Rogelio dice que lo más grave ya paso pero que tenemos que seguir cuidando de él.

— ¿Ya podemos interrogarlo? —Kaled pregunto.

—Si eso parece —Raúl contesto y la mano que mantenía sujeta a su perra por fin la libero.

Ariel miro a Kaled a los ojos y sin repetir la pregunta espero su respuesta.

—Julien está muy alterado —Kaled contesto serio —creó que sabes el porqué —Ariel asintió —Rogelio no debe de andar diciendo cosas que no debe.

El alfa se molesto por la falta de discreción de su perro.

—No amo no lo regañe… yo casi lo obligue a decírnoslo. Es que se veía tan preocupado y nervioso que me asuste pensé que algo malo les había ocurrido —. Ariel reflejaba lo que decía y Kaled se sintió conmovido por el franco cariño que les tenía.

—Es verdad amo, esta pequeña perra lo instigo hasta que él no tuvo más opción que contarle —Raúl con voz segura no tuvo reparos en acusar a su marido.

—Gracias por preocuparte por nosotros Ariel, pero es un problema que solo nos incumbe a nosotros —Kaled hablo contundentemente.

Ariel se mordió el labio nervioso y después camino hacia su amo.

—Lo entiendo amo y no pienso decir o hacer nada que influya en Juli, se lo prometo —Ariel se encamino hacia la habitación de Juli.

—No Ariel —Raúl detuvo a su perra tras una mirada elocuente de su amo —No tienes cabida en esto, así que nos vamos.

—Pero él necesita…

—Lo que él necesite no es tu problema —Ariel no quería obedecer a su marido y éste lo noto, así que lo tomo de la mano y lo jalo hacía él —. No lo repetiré Ariel —hablo más fuerte de lo debido y su perra sabía que con Raúl no se jugaba.

—Amo… —Ariel miro suplicante al alfa.

—Raúl avisa a todos que mi perra tiene prohibidas las visitas —Kaled vio el desconcierto es los ojos de Ariel —. No quiero a ninguna perra aquí —y recalco la frase de modo que Ariel no tuviera dudas de sus órdenes.

Raúl hizo una reverencia al escuchar las órdenes de su amo.

—No se preocupe amo, me encargare de avisarles a los demás y de ver que sus ordenes se cumplan —Raúl apretó la mano de su hembra y con solo una mirada amenazante lo insto a que aceptara las ordenes del amo.

Ariel hizo una reverencia hacia su amo.

—Y no le digan a nadie sobre el embarazo de Julien… a nadie —Kaled miro amenazantemente a Ariel quién solo asintió.

—No se preocupe amo, que no se lo diremos a nadie —. Raúl apretó la mano de Ariel para que no se le pasara por alto la advertencia del alfa —. Amo no olvide que tenemos que ir hablar con los zorros sobre el intercambio —Raúl le recordó a Kaled que tenía trabajo y que no podía quedarse a hablar con su perra.

—Lo sé, adelántate, en un momento bajo —el alfa vio como Ariel era casi obligado a salir del departamento.

No le agradaba dejar solo a Juli pero de momento no creía que la compañía fuera lo que él deseaba. Así que sin entrar a verlo, desde afuera de la puerta de la habitación, se despidió de él; si entraba no podría irse y el trabajo era importante así que tenía que dejarlo, así que prefirió no verlo.

—Juli, tengo trabajo que hacer, así que me voy. Regresaré en cuanto pueda.

Kaled espero un momento haber si su perra le decía algo, los segundos pasaron y todo siguió en silencio así que no le quedo más remedio que irse.

Kaled se arrepentía de haberlo dejado, pues al parecer su perra había tomado la peor decisión… escapar.

—Amo, le juro que por aquí no ha pasado su perra —Noah estaba temblando de miedo por la iracunda reacción del alfa.

—Es la única salida. ¿En algún momento dejaste la recepción sola? —Kaled le pregunto conteniéndose de gritar.

—No amo, se lo juro no me alejado de este lugar, así como no he dejado de mirar la puerta —Noah preocupado porque su amo no le creyera miro suplicante al beta de la manada esperando su comprensión y ayuda.

Todos en la manada sabían que Giovanni era el único a quien el amo escuchaba, tal vez Raúl también tenía tal influencia en el alfa, sin embargo él nunca iría en contra de alguna orden suya, por muy descabellada que ésta fuera.

—Ya Kaled, el chico dice la verdad y si sigues insistiendo terminara meandose del miedo —Giovanni le hablo con una media sonrisa en la boca.

— ¡¡Diablos!! No está en el departamento y no ha salido del edificio —Kaled golpeo con la mano en la pared, dónde estaba recargado —dime ¿dónde más lo busco?

Kaled estaba desesperado.

En la recepción se encontraban todos los perros que habitaban el edificio, los rostros reflejaban, miedo, coraje y solo unos pocos preocupación. Pasaba de la media noche y los atuendos de algunos de los perros lo demostraban; Benji, Vincent, Dave, Leo y Ariel vestían pijamas y pantuflas, al parecer el amo los había alertado y todos habían salido con lo que traían puesto pues nadie haría esperar a su amo, los demás vestían la ropa que usaban de diario pues varios de ellos salían hacer rondas nocturnas.

—Amo, si quiere ¿podemos ir a buscarlo en los alrededores? —Mar le propuso a su amo.

— ¿Tocamos la alarma? —Javier pregunto.

La pareja estaban genuinamente interesados en ayudar a su amo.

—No —contesto Giovanni —Creo que debemos de revisar una última vez el edificio, antes de movilizar todo el Oasis —. El beta de la manada estaba más tranquilo como para analizar el problema —, de todos modos Mar y Javier revisen los alrededores, dudo que haya avanzado mucho si es que salió, debe de estar cerca.

Javier y Mar esperaban a que su amo dijera algo y éste solo movió la cabeza indicando la salida.

Ambos perros salieron del edificio.

—Ok. Ahora Raúl y Ariel revisen el séptimo y octavo piso —Giovanni los miro y Ariel asintió a lo dicho, Raúl ni se movió no lo haría hasta que su amo consintiera esa orden. Giovanni estaba acostumbrado a su comportamiento así que lo ignoro—, Gerard y Leo revisen el departamento comunal y el segundo piso —Gerard asintió y Leo que llevaba a su pequeño en brazos cubierto con una cobija murmuro un: “de acuerdo” —, Vincent y Benji revisen el tercer y cuarto piso —Benji se veía claramente molesto por tener que buscar a ésa perra, sin embargo no sé negaría, así que las dos juntas contestaron: “Ok”— y Dave y yo revisaremos el quinto y sexto piso —Dave se veía ansioso por iniciar la búsqueda, no sabía lo que había ocurrido pero estaba preocupado por su nuevo amigo —. Obviamente Noah te quedas aquí haciendo guardia. Kaled tú te encargaras de los restantes —Giovanni había organizado todo perfectamente.

El alfa al escuchar las indicaciones de Giovanni y repasar mentalmente los pisos qué tenía que revisar, una idea surgió en su mente y sin dar explicaciones corrió hacía el ascensor y pulso el último piso.

Todos miraron la extraña reacción de su amo y sin decir nada más cada uno se fue hacer lo que les habían indicado.

Kaled bajo corriendo en el decimo piso y sin mirara el pasillo o las puertas de los departamentos corrió hacía las escaleras que subían a la azotea.

Al abrir la puerta, el alfa fue golpeado por la lluvia que azotaba esa noche el Oasis, dio unos pasos dentro del pequeño Edén y recorrió con su mirada todo el lugar. La luz era escasa y con la cortina de lluvia, le era casi imposible ver bien, así que miro una vez más todo el lugar.

Su ánimo decayó al darse cuenta de que su perra no estaba allí.  Esa había sido su última esperanza y acaba de extinguirse, ahora tendría que peinar todo el Oasis y el Pandemónium si era necesario, pero estaba claro que no dejaría que se le escapara su amado ángel y menos ahora que sabía que dentro de él latía el corazón de su hijo.

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Hola mis lindos distraídos. 

Cuánto hace que no publico está historia? ni yo misma lo se. No la había olvidado, claro que no, es solo que necesitaba que el bendito capítulo quedara como yo quería y simplemente no se dejaba, saben cuántas veces lo cambie?, cuántas veces narre desde diferentes puntos de vista y cuántas veces mi mente lo reimagino hasta que por fin quedo listo? fueron una infinidad de veces; este capítulo fue imaginado desde diferentes perspectivas hasta que por fin encontré una que me gustara. Además redefini la dirección de la historia y afine algunos detalles. 

En fin, supongo que esto no les importa y solo desean saber cuándo hay capítulo nuevo?, de momento no doy una fecha, solo espero que sea pronto, aunque cierta historia me esta atormentando pues se acerca su final y deseo concentrarme en el. Sin contar que de momento trabajo en una historia que también tiene mucho tiempo sin ser actualizada y que me están pidiendo.

Le dedico esté capítulo a Paula que tanta lata me ha dado XD (cumplí ahora dime que tal quedo) y a todos mis lindos distraídos que tanto me han pedido está historia. 

Por favor regálenme un comentario, les gusto? qué piensan de lo que está ocurriendo?

Los quiero y espero leerlos mucho.

Pd.: Las hojas secas han dejado de caer y tus ojos también se han secado, ya no hay lágrimas ni nada que me indiquen si te duele. 

Cuídense see you :)