En el infierno. Capítulo 24

Mentiroso

La lluvia seguía azotando la ciudad de los Ángeles, relámpagos iluminaban las calles del Oasis y ríos de agua sucia inundaban las callejuelas. Un poco de basura se atoraba en las orillas de las calles, hojas secas y tierra eran arrastradas.

Los edificios y casas se escondían tras las cortinas de lluvia, lo cual le dificultaba al hombre, de pie tras la ventana, vislumbrar sus alrededores. El delgado hombre de cabello plateado, ahora vestido solo con un pantalón de franela azul y una toalla blanca sobre sus hombros, que absorbía las gotas de agua que caían de su pelo mojado por la lluvia, se mantenía inmóvil, mientras su reflejo era iluminado por los relámpagos y por los rayos, dotándolo de un aspecto fantasmal.

El hombre estaba furioso, su mirada fría y penetrante, parecía vigilar a su alrededor, asemejaba un asesino esperando la aparición de su víctima, sin embargo no era así, el hombre estaba tan abstraído por sus pensamientos que no se percato que la delgada figura de su hembra, la cual descansaba sobre la cama, se movió lentamente. El hombre conocido por sus perros como alfa mantenía sus manos en un puño apretándolos con tanta fuerza que sus brazos temblaban por la tensión, su ceño se mantenía fruncido y su respiración por momentos se agitaba para después relajarse. Un repentino chasquido escapo del rostro pétreo del alfa.

Un rayo ilumino por un segundo la habitación y este destello fue lo que despertó a la hembra, ésta parpadeo ante la densa oscuridad que lo rodeaba, tardo varios segundos en poder vislumbrar una figura de pie frente a la ventana, en ese momento una avalancha de recuerdos atosigaron a Juli, en su mente apareció la oscura silueta de un hombre recostado en el sofá y la voz de alguien más diciendo: es la perra del amo, el dolor de sentirse traicionado lo embargo y una extraña desesperación fue apoderándose de su cuerpo. La hembra se incorporo lentamente, las mantas que lo cubrían cayeron a su lado y su cuerpo cubierto solo por una larga playera quedo expuesto, sus piernas se movieron muy despacio y sus ojos estaban fijos en la sombra de aquel hombre que le daba la espalda.

Camino, y en cada paso que lo acercaba a su amo, su encono crecía y sus ganas de golpearlo aumentaban. Eso era raro para la hembra, nunca antes había sentido tanto coraje contra una persona como para querer golpearla, así como no había sentido tanto dolor en su pecho. Kaled lo había lastimado de tantas formas, y aún así este dolor era nuevo, parecía roerlo por dentro y cada vez era peor, cada recuerdo de lo ocurrido lo lastimaba.

—Por fin despiertas —la fría voz de Kaled sorprendió a la hembra.

Aún cuando el alfa había hablado, no volteó a ver a su hembra que se había quedado a solo unos pasos de distancia de él.

—Sabes, aún no decido ¿qué hacer contigo? —Kaled hablo sin moverse, con la mirada fija en la tormenta y conteniendo sus emociones, esto era evidente al ver su rígida postura y el temblor en sus brazos —. Rompiste tu promesa y me traicionaste —la voz del alfa era una mezcla de tristeza y coraje.

Julien se indigno al escuchar tal reclamo.

— ¡¿Te sentiste traicionado?! —Kaled escucho la voz, molesta que le gritaba, sin inmutarse — Y ¿cómo crees que me sentí yo al saber que tienes otra hembra? —En ese momento el alfa se sorprendió y su fría actitud se vio conmovida — ¿Quién rompió la promesa de quién? ¡Contéstame! —Julien estaba muy dolido y no pensaba quedarse callado, no más.

— ¿Acaso soy el único que hizo una promesa? —Julien pregunto a su anonado acompañante.

La lluvia seguía azotando la ciudad. Truenos y relámpagos iluminaban el cielo y la oscura habitación, en la cual un hombre exigía saber la verdad de su situación.

— ¡Todo tú eres una mentira! ¡Seguramente lo de mis abuelos también es mentira! Solo querías que yo me calmara, que dejara de molestarte con mis intentos de huida —. Julien gritaba y solo hacia pequeñas pausas para tomar aire y seguir con su retahíla de reclamos, su rostro se puso rojo y sus ojos estaban vidriosos en cualquier momento se derramaría su contenido — ¡Eres un mentiroso! ¡Dijiste que solo yo sería tu hembra! ¡Mentiste! —Julien seguía gritando y sus ojos llorosos le impedían ver con claridad a su amo.

El alfa estaba sorprendido con la reacción de su dulce ángel, en qué momento se había transformado en ese ser que lo atacaba. Kaled se dio la vuelta para ver de frente su hembra y noto su delgado cuerpo temblando de pies a cabeza por su acceso de furia. No podía creer lo que estaba viendo, justo en ese momento Julien se lanzo ante su amo y comenzó a golpearle el pecho con sus puños.

— ¡Mentiroso! ¡Eres un perro mentiroso! ¡Te odio, te odio!

Kaled no sabía cómo calmarlo. Sentía los golpes de su hembra, pero le dolió más su actitud y sus gritos.

— ¡MENTIROSO!

En este último grito, Kaled no aguanto más y le dio una bofetada a Julien para calmarlo. La hembra bajo su rostro y después lo levanto para ver a su amo directo a los ojos y mirarlo retadoramente.

—Golpéame hazlo. El dolor físico hará que olvide el dolor de aquí —Julien puso la mano derecha sobre su pecho, del lado izquierdo.

Un trueno resonó en el cielo y la luz ilumino el húmedo rostro de Julien y sumergió en la oscuridad el del macho.

Kaled se acerco lentamente su hembra, ésta intento rechazarlo, pero éste sujeto su mano, lo jalo hacía su cuerpo y lo beso con vehemencia.

Julien lo empujo, sin embargo sus deseo de sentir el cuerpo de su amo fue más fuerte y se ciño a él. Su amo levanto la playera que cubría a su hembra, ésta al sentirse libre paso sus brazos por el cuello de su amo y sus piernas se enredaron en la cintura de éste, sus labios se pasearon por su cuello e inhalo el aroma de sudor y humedad que despedía, tanto le agradaba que no pudo reprimir su deseo de probarlo. Los dientes de Julien se clavaron en la blanca piel de Kaled dejándole una notoria marca roja. El macho dejo escapar un débil gemido al sentir a su hembra.

El alfa llevo a su hembra hasta la cama y la bajo allí, ésta al sentirse alejada del cuerpo de su amo, se acerco y lo beso, mientras sus manos le bajaban el pantalón.

Kaled noto cierta desesperación en los movimientos de Julien y no quiso mencionarlo y solo se dejo llevar por el frenesí del momento. Las manos del alfa se movían rápido por el cuerpo de su hembra y buscaban esa pequeña rendija que tanto placer le provocaba. Separo sus piernas y colocó una sobre su hombro, la otra se quedo descansando sobre la cama. Kaled iba a meter su dedo pero Julien decidió hacerlo el mismo.

La hembra metió su dedo y comenzó a moverlo, Kaled por segunda vez en la noche se vio sorprendido por su ángel, para proseguir con un segundo dedo. Kaled nunca se imagino que su Juli lo estaría incitando de tal manera, su erección le dolía.

— ¡Hazlo! ¡Métela ya! —Julien le hablo seguro y desesperado a su amo, quién lo miraba con deseo.

—Pero si no estás listo te dolerá —Kaled lo previno, aunque moría de ganas de obedecer.

—No, solo hazlo —. Juli lo invito, saco sus dedos y con ellos estiro su entrada permitiendo que su pareja viera en su interior.

Kaled paso su lengua por sus labios y sin esperar la reiteración de la invitación tomo el cuerpo de su miembro y acomodo la punta, que goteaba, en la entrada abierta de su hembra, sin más preámbulos lo introdujo lentamente. Julien estiro lo más que pudo su entrada forzándola a acoplarse al miembro de su amo. Al principio la hembra sintió y un fuerte dolor que poco a poco fue opacado por el placer de sentir el calor que emanaba su amo, éste a su vez deseaba permitir que su hembra se acostumbrara a su invasión.

— ¡Muévete! —Julien le grito a su amo y este no pudo más que obedecer pues ya estaba a su límite de aguante, el alfa dejo fluir toda su energía y deseo.

—Tú lo pediste — Kaled le dijo a su hembra antes de iniciar los frenéticos movimientos de entrada y salida.

Julien retiro los dedos de su entrada y los apretó en el brazo de Kaled, éste a su vez sujeto con una de sus manos la pierna de su hembra, y con la otra tomaba su cintura apretándola y empujándola hacía su cuerpo para hacer más profundas las penetraciones. Kaled sentía como Julien lo atraía y atrapaba dentro de sí, apretándolo y tratando de hacerlo correrse. Los gemidos de ambos les impedían escuchar los ruidos de la tormenta que seguía perturbando la noche, Julien gritaba de placer y sus manos se aferraban al cuerpo de su amo, lo acercaba para poder besarlo y en una ocasión mordió el labio de éste hasta hacerlo sangrar, además de múltiples rasguños que le hacía en la espalda y algunas mordidas en su cuello y clavícula.

Julien intentaba marcar a su amo, deseaba que cualquiera que lo viera notara que el alfa de la manada tenía una hembra que lograba satisfacerlo. El joven nunca había sentido esa necesidad de marcar algo como suyo e incluso le parecía horrible que algunas personas se sintieran y trataran a sus parejas como objetos, y sin embargo Julien deseaba demostrar que Kaled era suyo y que no se lo daría a nadie o por lo menos no sin pelear por él. Si el alfa podía tratarlo como su posesión al grado de no dejarlo poner un pie fuera de su departamento por miedo a que otros perros lo vieran, Juli también podía hacerlo, solo que él no tenía el poder para mantenerlo encerrado, lo que si podía hacer era llenarlo de sus marcas y satisfacerlo hasta que éste no buscará el cuerpo de nadie más.

Los movimientos desesperados de la pareja los estaba acercando a ese momento tan deseado de liberación. Kaled sudaba copiosamente y al igual que su pareja, quien además liberaba pre-semen mientras su mano lo masturbaba.

Un rayo azoto el Pandemónium y fue tan ensordecedor su canto que cubrió por completo el grito de satisfacción que Julien libero al conseguir su anhelado orgasmo. Kaled contuvo su grito unos segundos después del de su pareja, las caderas y piernas de Julien temblaban, las de Kaled parecían estar a punto de vencerse, la actividad de esa noche había sido tan exhaustiva, Julien dejo caer sus brazos extendidos sobre la cama, su pecho se movía rápidamente por su agitada respiración por lo que cerro por unos segundos sus ojos tratando de relajarse después de tan maravilloso momento; Kaled por su parte paso sus manos por su frente para limpiar el sudor que lo cubría, bajo la pierna de su hembra y al sentir como su miembro retomaba su tamaño y estado normal se retiro un paso para salirse de su hembra, Julien al sentirse extrañamente vació, abrió los ojos súbitamente y estiro su mano, pidiendo sentir el contacto de su amo, éste acepto y correspondió la silenciosa petición. La hembra al sentir la dura y rasposa mano de su amo lo atrajo y al tenerlo cerca lo beso, ferozmente. Al separarse Kaled se sintió agotado y se dejo caer a lado de su hembra.

Julien se puso de lado, de tal manera que veía de perfil a su amo, paso su mano por el abdomen de éste y la dejó descansando sobre su ombligo. El alfa tomo la mano de su hembra y la subió hasta posicionarla sobre su pecho a la altura de su corazón, dejo su mano sobre la de su hembra apretándola contra su piel, quería que éste sintiera el fuerte palpitar de su corazón.

— ¿Lo sientes? —Kaled le pregunto con voz tranquila.

—Sí —Juli contesto escuetamente.

—Es por ti, que este frío y oxidado cachivache ha comenzado a trabajar de mejor manera. Tú lo has reparado, resanaste las grietas que tenía con tu presencia, tus caricias lo aceitaron, tus besos le dieron cuerda y tu amor lo mantienen activo… con vida —. La voz de su amo transmitía su amor, esas dulces palabras estaban penetrando las capas de coraje y miedo que tenía Julien.

« ¿Cómo puede decir eso, cuando hay otra?» el cerebro de Juli siempre trataba de adelantarse e impedir que su corazón tomara las riendas de la situación.

El alfa llevo la mano de su hembra hasta su boca y beso su dorso.

—No hay manera de que finja mis sentimientos por ti —la voz de Kaled fue un débil murmullo —Julien jamás te he mentido y no lo haré —la sinceridad de sus palabras resquebrajaron la última barrera de desconfianza hacía su amo.

—Quiero creerte, de hecho gran parte de mi lo hace… —no termino la frase pues no sabía cómo hacerlo.

La suave mano de la hembra fue apretada por la de su amo que esperaba ansioso el término de la frase.

—Todo es tan confuso —el chico cerró los ojos y trato de soltarse de la sujeción de su amo, pero éste lo impidió —. Contigo todo es confuso, cada que te doy un voto de confianza algo ocurre que me hace dudar de la sinceridad de tus actos. Estoy harto de confiar en las personas y que éstas se burlen de mí, que me lastimen es tan doloroso. Mi padre lo hizo dos veces, mis abuelos también lo hicieron y ahora tú. Todas las personas que me importan, a las cuales les entrego parte de mi corazón terminan lastimándome —Julien empezó a llorar.

El alfa sufrió al escuchar las palabras de su hembra, él no merecía sufrir, no deseaba verlo de esa manera.

—Para ángel mío, no llores más que ya es suficiente castigo para mí tus reclamos. Cada lágrima que vierten tus ojos lacera mi corazón recién resanado y no sé cuánto sea capaz de tolerar —Kaled jaló a su hembra para que ésta se acostara sobre de él, de esta manera acerco la cabeza de su amado Juli a su pecho, lo acogió con tanto cuidado y paso su mano sobre su cabeza, alisando su larga cabellera, una y otra vez hasta que los sollozos de su amado cesaron.

— ¿Quién es él? —Juli pregunto con miedo a saber la verdad.

— ¿Quién es quién? —Kaled preguntó a sabiendas de conocer la respuesta.

— ¿Quién es ese hombre que trajeron tus perros? —Julien con cierta reticencia a repetir su pregunta, le contesto.

—Se llama Eíder y es la perra del beta de la manada de las salamandras. Tal vez debería de decir que ahora es mi perra… también.

Kaled sintió de inmediato como el cuerpo de su hembra se tensaba y erguía su cuello para ver a su amo.

—Espera, no te enojes, déjame explicarte —. Kaled detuvo los reclamos venideros por parte de su perra.

»Eíder fue cruelmente golpeada, su rostro esta inflamado, con trabajos puede abrir uno de sus ojos, su cuerpo fue azotado, su pierna derecha fracturada. Tiene quemaduras de cigarrillo por todo el cuerpo, además de mostrar anemia y deshidratación —, Julien escucho la descripción de aquel a quién pensaba que era su rival y un escalofrío lo recorrió además de un sentimiento de pesar por lo que estaba escuchando —, él escapó, no me preguntes ¿cómo lo hizo? porque no tengo ni la más mínima idea, y vino de inmediato hacía nosotros.

»Mi perro de caseta fue quién lo vio y quién me llamo. Eíder le dijo: “tengo valiosa información para tu amo” y cuando fui, solo me dijo: “Ekaitz piensa atacarte pronto, hay traidores en tu manada”, después de eso se desmayó. Pedí que mis hombres lo trajeran pues necesitaba hablar con él, sin embargo no puedo mantener una hembra de otra manada, en el oasis, por acuerdo debo llamar a su alfa y entregarla, sin embargo no puedo hacerlo, no mientras tenga información valiosa para mí, está es la razón por lo que la proclame mi perra, de esta manera queda bajo mi resguardo, sé que Ekaitz vendrá por ella pero solo después de mantener un duelo conmigo la conseguirá.

— ¡No! —Juli no puedo evitar un grito de terror al escucharlo.

—Calma, Ekaitz no es tan idiota cómo para pelear conmigo, por lo menos no de una manera honesta. Cuando te encontró le demostré una vez más que no está a mi nivel y su beta no podrá conmigo. Por consiguiente Eíder no saldrá de mi territorio. Llame a Rogelio para que venga a verlo y tratarlo, por la tormenta no vendrá hasta mañana y también te revisara a ti —Kaled seguía acariciando la suave cabellera dorada.

—Aunque pareces confiado, me preocupa lo de pelearte con esos hombres —Juli se sentó a horcajadas sobre el abdomen de su amo y miro directo a esos ojos ámbares que ahora brillaban por la luz proveniente de los relámpagos.

—No te preocupes, no me va a pasar nada.

—Además ¿cómo puedes estar tan seguro de que esa hembra dice la verdad?

—Te diría que lo vi en sus ojos pero mentiría, solo sé que mi instinto me dice que debo escuchar lo que ella tiene por decirme —Kaled cómo buen perro seguía sus instintos que hasta ahora no le habían fallado y al contrario lo habían sacado de tantos apuros.

—Eres muy confiado —Juli lo dijo y pensó «él es como yo, esperando lo mejor de las situaciones» sin embargo eso era mentira, Kaled no confiaba en nadie, ni en nada, la vida se lo había enseñado y demostrado de tantas formas —. Dejando eso de lado ¿por qué Rogelio me revisará a mí? —juli pregunto curioso.

—Empieza a enfriarse el ambiente. Déjame cobijarte.

Juli fue quien se bajo de la cama y recogió las cobijas. Se recostó a lado de su amo y cubrió sus cuerpos.

Kaled achucho a su pequeño ángel, le beso la frente y al ver en su carita que esperaba su respuesta, éste sonrió.

—Te desmayaste Juli, eso me preocupa, deseo que Rogelio te haga análisis de sangre y todo lo necesario para descartar alguna enfermedad —Kaled se mostro tajante en su resolución y reacio a cambiarla cuando Juli se quejo.

—Estoy bien.

—Dudo que cuentes con un documento que te certifique como médico. Juli, Rogelio te revisará y dejaras que haga lo que tenga que hacer —Kaled culmino esta discusión.

—Bien —Juli hizo un puchero.

Juli parecía empezar a dormirse, pues el tranquilo latir del corazón de su amo lo adormecía, el calor de su cuerpo era tan confortable, que sus ojos se cerraban involuntariamente.

—Ahora que sabes que no te traicione, y por lo tanto no te mentí. Me dirás ¿por qué rompiste tu promesa?

Juli se sobresalto al escucharlo y su somnolencia desapareció repentinamente.

—Solo quería aprender a cocinar algo nuevo para ti. Baje sin avisarle a nadie y al llegar al departamento me encontré con Ariel, Dave y Leonardo. Y éste parecía cocinar un postre y me quede a ver como lo hacía —Juli evito mencionar que Ariel lo había invitado, no deseaba causarle problemas —. Si quieres castigarme puedes hacerlo —. Juli lo dijo con pesar pues sabía que su amo podía ser muy agresivo —. Toma en cuenta que aquí estoy muy solo y que me aburro mucho.

—Claro que habrá un castigo, el que seas mi hembra, no te exime de obedecer las reglas —Kaled hablo con voz fría —Durante una semana completa asistirás al departamento comunal a ayudar con las labores de limpieza y de la cocina —Kaled suavizo su tono serio —aunque solo será cuando Ariel o Dave estén presentes… ¡ah! y por la tarde… se me olvidaba tienes que usar un letrero que diga mi nombre.

Juli estaba por gritar indignado.

—Solo bromeaba —Kaled aclaro antes de escuchar los reclamos de su hembra —. No habrá letrero, las demás indicaciones sí son necesarias. Además piensa muy bien que cómo mi hembra no puedes mantener relaciones cercanas con otros perros, soy muy celoso y no quiero tener que batirme en duelo con todos mis perros —Kaled usaba una voz bromista pero Juli sabía que su amo sería capaz de hacerlo.

—Gracias Kaled —Juli beso su pecho justo en el área de su corazón —te quiero y me alegra que no me hayas mentido.

Kaled se emociono al escucharlo, acaricio su cuerpo y de esta manera se entregaron a Morfeo, con la esperanza de que el día de mañana el sol saliera y dispersará la oscuridad en que las nubes habían sumergido el oasis.

Varios días después.

— ¡Juli! Esto está delicioso —Ariel lo elogio al probar el pie de manzana que la hembra había hecho por segunda vez —Aprendes rápido y eres bueno en la cocina.

—Gracias, creo que ya lo puedo compartir con él —Juli miro su postre y lo probo —Creo que sabe bien.

— ¿Bajaras hoy? —Ariel le pregunto.

—No iras y Dave tiene consulta con Rogelio. No. Kaled fue claro en las reglas.

—Tienes razón por el momento hay que seguirlas, no queremos tentar a la suerte —Ariel comía ávidamente.

—Tienes mucha razón. Oye no me has contado ¿cómo reaccionó Raúl? —Juli le pregunto.

—Cierto. Esa noche fue tan abrumadora. Cuando vi al amo y a mi marido a lado, estaba aterrado, pensé que Raúl me golpearía. Después de que el amo te pregunto: “¿Qué haces aquí?”, te desmayaste y todos nos asustamos, el amo te cargo y te saco de la habitación. Giovanni parecía molesto y nos ordeno ayudar a la hembra, cuando la acomodamos en una habitación. Raúl me ordeno subir al departamento. Estaba tan preocupado por ti y también por mí, por Dave no tanto pues por muy enojado que Giovanni este con Dave, jamás lo golpearía. Lo esperé con la comida lista para servirla y cuando éste llego, me pidió de cenar y después dormimos. No me dijo nada. Estaba sorprendido y preocupado, como si esperara que en cualquier momento me reclamará.

—Lo siento no debí bajar, no quería causar problemas —Juli lo interrumpió.

—No te preocupes, en realidad no fue tan grave. Al siguiente día el amo me llamo y me pregunto: “¿por qué habías bajado?” Y le dije: “que era mi culpa”, después le pregunte por tu estado y me dijo: “que estabas bien”. Supe que a Dave le preguntó lo mismo, y éste miedoso, me sorprendió pues se echo la culpa.

—Ahora entiendo porque por la noche Kaled me dijo: “que no sabíamos establecer una coartada creíble” —su amo le había dicho esto mientras cenaban pero cuando su hembra le preguntó el por qué, éste no le quiso contestar —. Y entonces ¿Me aseguras qué Raúl no te lastimo? —Juli le pregunto.

—Ni un pelo. Después de verme nervioso, Raúl me pregunto la causa, decidí explicarle todo, no quería prolongar mi angustia. No le hizo gracia que te haya sonsacado pero no se molesto, solo me dijo: “el amo no siempre consentirá tus travesuras”, al preguntarle que si no me castigaría me dijo: “no me has desobedecido a mí, el amo decidirá si mereces un castigo y acataras su decisión. Lo que me puede molestar es que no me hayas traído pie.” Mi alma acongojada descanso al escucharlo —. Ariel acabó con su postre. 

—No lo puedo creer —Juli lo dijo mientras le servía una rebanada más a su invitado.

—Yo tampoco lo creía. Cuando me lo dijo le prometí que si el amo no me castigaba le haría un enorme pie de manzana solo para él —Ariel sonreía mientras hablaba.

— ¿Y se lo hiciste?

—Claro, le encanto. Te diré que fui muy bien recompensado por mi habilidad culinaria —Ariel se sonrojo al decir lo último.

—Eso quiere decir que la idea del bebé sigue en pie —Juli lo miro.

—Sí. Te confieso que eso de hacerlo me está gustando mucho —Y Ariel aun rojo por el bochorno sonrío pícaramente.

Julien solo rio por la ocurrencia de Ariel y le agrado saber que lo tomaba tan bien.

Las dos hembras escucharon que alguien entraba al departamento y seguía hasta la cocina. El rostro serio de su amo apareció en el marco de la puerta y miro a la perra de su amigo que comía tan tranquilamente.

—Ariel ¿por qué te estás comiendo mi postre? —Kaled le pregunto y él aludido movió los hombros.

—Es solo que todo lo que Juli cocina es delicioso —Ariel contesto francamente.

Esa era una de las razones por las cuales Kaled consentía a esa perra, él siempre era franco, nunca lo lisonjeaba solo por conseguir algo, no le temía, además de recordarle a otra persona que había querido mucho.  

Kaled sonrío al descaro de Ariel y se acerco.

—Eso lo sé muy bien. Por favor ve a supervisar a tu marido —Kaled le indico a Ariel —ira con Rogelio a revisar a Eíder.

—Está bien amo. Por favor guárdeme un poco de pie —Ariel le dijo mientras se paraba.

Se despidió de Juli y salió corriendo de la cocina, sus tacones se escucharon hasta que subió al elevador.

—Quiero —Kaled le dijo a su hembra y ésta le sirvió un pedazo de pie.

—Pensé que llegarías más tarde.

—Rogelio me dijo que tenía algo importante que decirnos, al parecer en las pruebas de sangre salió algo anormal —Kaled usaba su tono frío de siempre pues no deseaba preocupar a su hembra.

— ¿En los tuyos o en los míos? — Juli había obligado a que le hicieran análisis también a él, pues no quería que siguiera con sus problemas de vómito. El comentario de Kaled preocupaba al chico.

—No lo dijo —. Kaled estaba tan preocupado como Juli y solo lo demostraba por el casi imperceptible movimiento involuntario de su parpado derecho, Juli lo noto, al ver detenidamente a su amo, pero no se lo comento. —No será nada grave, ya lo veras.

—Eso espero —. Kaled tomo la mano de su hembra, pues parecía pálido.

Los dos hombres se quedaron quietos y asustados, al escuchar sonar el timbre del la puerta. Julien estaba temblado.

—Yo abriré —Kaled lo dijo y soltó la mano de su hembra —. Todo va estar bien, cualquier cosa que sea la resolveremos juntos —Kaled trataba de calmar a su perra.

Juli vio salir a Kaled y lo siguió dejando varios pasos de separación. Se detuvo en el pasillo y espero a que éste abriera la puerta. Juli tomo una gran bocanada de aire antes de que Rogelio cruzara la puerta.

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Holaaaaaa

Chicos sigo con los benditos problemas de luz y estoy harta!! Mi televisión murió gracias a éstos!! sufro y lloró!!. Además extraño estar chismeando con ustedes. He podido terminar este capítulo, solo espero que les guste y me regalen un comentario, por favor.

Creo que migrare unos días a casa de mi tío y pediré asilo domiciliario, y claro que me preste su luz y compu XD, de ser así podría escribir por lo menos un capítulo de alguna historia, aun que no es seguro, pues mis primos se apañan la compu y luego no la quieren soltar Ahhhhh!!

Odio el café internet, no me gusta escribir mientras otras personas me observan y tampoco puedo llevar a cabo mis múltiples manias :( en fin chicos, disfruten el capítulo y que creen que pasará? Quién de los dos estará enfermo?  o serán los dos? 

Les gusto la reacción de Julien? y la de Kaled?

Chicos por fis compartan el capítulo.

Los quiero mucho y espero verlos de nuevo pronto. See you :)

Pd.: Ya vi la encuesta y es probable que siga actu de esa historia.