Reencuentro.
Kuroko escucha la voz
del hombre que desde hace mucho tiempo ha intentado olvidar, esa voz le suena
tan familiar aun cuando quisiera que no fuera así. Algo que siempre había
odiado de ese hombre es que lo hiciera sentir de manera tan incómoda, aun
cuando solo escuchara su voz, un escalofrío recorrió su cuerpo.
— ¡Eres Tetsu! —el
hombre se acerco hasta estar en el campo visual de Kuroko, quien hacía lo
posible por no mirarlo —. ¡Por dios, sigues igualito! —el hombre estaba tan
emocionado, su sonrisa de incredulidad se transformo en una de inmensa
felicidad.
Kise miraba a uno y
otro, sin entender lo que estaba pasando.
— ¿Kurokocchi? —Kise
le pregunto a su acompañante, quien miraba la mesa con gran concentración, Kise
sabía que su amigo estaba muy nervioso, pues su mano se aferraba al vaso frente
a él.
—Kise, creo que mejor
me voy —Kuroko se puso de pie, dio algunos pasos alejándose de su amigo y saco
su cartera, después de dejar algunos billetes sobre la mesa, intento salir.
—Espera —el hombre
moreno detuvo a Kuroko, tomándolo de la muñeca —tenemos que hablar —Kuroko se
vio forzado a verlo y en ese instante sintió una chispa que pasaba de los
intensos ojos azules del moreno a él, ésta recorría su cabeza e iba bajando
lentamente por todo su cuerpo causando estragos en cada parte.
—Aomine, suéltame —le
dijo sin convicción en su petición —no tenemos nada de qué hablar.
Kuroko estaba
temblando, su rostro lucia claramente sonrojado y sus ojos parecían estar a
punto de llorar.
—Ah no, esta vez no
te dejaré escapar —Aomine lo jalo hacía la puerta de salida.
— ¡Alto! —Kise se
interpuso entre Aomine y la puerta —Tetsuya está conmigo.
—No eres el tipo de
Tetsu, además eso de momento no me importa, ahora haz el favor de quitarte
—Aomine miro amenazadoramente a Kise —no deseo dar un espectáculo —.
—Aomine basta —Kuroko
no deseaba que su amigo se peleara por él, no valía la pena meterlo en
problemas —Ryōta todo está bien, él es de quien tanto te he hablado y creo que
debo finiquitar ese asunto, por favor déjame ir —. El pequeño saco su celular y
escribió rápidamente algo en él y después mando un mensaje, el celular de Kise
comenzó a sonar y el rubio vio el mensaje —mañana en esa dirección por favor,
él llegará allí temprano —fue todo lo que le dijo antes de darle un beso en la
mejilla a su amigo.
El rubio se quedo
mirando como su primer amor, y el hombre del que estaría por siempre enamorado,
salía acompañado de ese hombre que parecía conocerlo mejor que él, sin embargo
lo que Aomine no sabía es que Kise había desempeñado el papel que le
correspondía a él y que gracias a eso, Kise siempre estaría ligado a Kuroko de
una forma que Aomine jamás podría lograr.
Kuroko salió del bar
aun llevado de la mano por Aomine. El pequeño solo miraba la ancha espalda de
su captor, éste vestía extrañamente un traje negro, no del tipo de los de Kise
que eran siempre el último grito de la moda, el de Aomine era más del tipo
común, mientras lo veía pensó que se veía muy bien. Kuroko nunca lo había visto
vestido de forma tan formal, la imagen que venía a la mente del joven cada que
pensaba en el moreno, era una en la que él vestía su uniforme de básquetbol
azul cielo, dejando al descubierto sus largas y delgadas piernas y claro sus
fuertes brazos.
Kuroko iba tan
concentrado en sus pensamientos que no se fijo al lugar que Aomine lo había
llevado.
—Creo que aquí
hablaremos tranquilamente y sin interrupciones —Aomine saco de sus cavilaciones
a Kuroko.
— ¡No! —Kuroko vio la
puerta de la habitación del hotel al que lo había traído —. Mejor vamos a un
restaurante —sugirió nervioso.
—No —Aomine le
contesto y abrió apresuradamente la puerta y metió de un empujón a Kuroko,
cerró la puerta después de entrar y antes de que Kuroko dijera algo más, éste
lo beso con tal pasión que la mente del pequeño quedo obnubilada.
Al principio Kuroko
intento rechazar el acercamiento de Aomine pero su necesidad de saborear esa
boca que hacía tanto había probado, se lo impidió. Los dos se unieron en un
interminable beso que solo era detenido por unos segundos para tomar aire e
inmediatamente era continuado.
—Si hubiéramos ido a
un restaurante no habría podido besarte—Aomine dijo después de varios minutos
de besarse —o hacer esto.
Las manos de Aomine
tomaron el suéter y la playera de Kuroko, la subieron por su torso hasta
sacarla por su cabeza, dejando al descubierto el pecho blanco de su poseedor.
Kuroko tembló al
sentir los labios de Aomine en su cuello, el joven estaba tan ansioso por este
encuentro, que sus piernas no dejaban de temblar e incluso pudo sentir como un
espeso líquido mojaba sus bóxers.
—mnn… Aomi… —Kuroko
gemía cada que sus pezones eran succionados, cada que las manos de Aomine
acariciaban su espalda y aun más cuando éstas se entremetieron por debajo de su
pantalón.
—He extrañado tanto
—Aomine lo dijo mientras pegaba sus caderas al cuerpo de Kuroko quien pudo
sentir de inmediato la dureza de su miembro, logrando hacer que este se excitara
más —, la suavidad de tu piel, la dulzura de tu boca, el sabor de tu cuerpo…
Con cada palabra
Kuroko parecía caer en un profundo abismo del que no podía encontrar la salida.
Aomine bajo los
pantalones y el bóxer del joven que gemía con sus caricias. Kuroko saco las
piernas de sus zapatos y ropa para poder permitir que las manos de Aomine lo
acariciaran por completo. Ahora Kuroko estaba completamente expuesto ante aquel
que había sido el amor de su adolescencia y que le había dado tantos buenos
recuerdos al mismo tiempo que le rompía el corazón.
El moreno beso el
abdomen del joven y bajo hasta la erección que esperaba ser atendida. Las
pequeñas manos de Kuroko acariciaron el cabello azul de su acompañante mientras
éste le lamia el pene, los jadeos del pequeño eran más seguidos, aunque no más
fuertes ya que se estaba conteniendo.
La cálida boca de
Aomine acogía el miembro de Kuroko y jugaba con él excitándolo y llevándolo
lentamente al clímax y deteniéndose antes de que este pudiera terminar.
—Por favor, continua
—Kuroko pidió aun con la respiración acelerada.
Aomine subió
lentamente su mirada por el delgado cuerpo de Kuroko y se detuvo en esos hermosos
ojos que siempre le recordaban el azul del cielo en primavera.
—Obviamente
continuare —al decirlo se puso de pie sin separar su mirada de la de Kuroko.
Aomine pasó sus manos
por la espalda y piernas de Kuroko, lo levanto y lo llevo hasta la cama, en
donde lo recostó suavemente. El moreno se quito la ropa que impedía que su
esencia se mezclara con la de su acompañante. Al estar completamente desnudo se
posiciono en medio de las piernas de Kuroko, levanto un poco las piernas de
éste, bajo su cabeza hasta que su nariz toco el abdomen del chico, su lengua se
paseaba por su ombligo y sus manos acariciaban las nalgas perfectamente
redonditas de éste. La lengua de Aomine se paseaba tranquilamente por el cuerpo
de Kuroko y este no podía controlar sus jadeos, el moreno descendió hasta
encontrar la pequeña entrada que rezumaba por la ansiedad de ser llenada, su
lengua la acaricio y esta se contrajo en cuanto la sintió, sin embargo no cedió
y siguió empujando y mojando el rosado esfínter. Su lengua se introdujo con
dificultad y pudo sentir la calidez del cuerpo de Kuroko, quien se retorcía por
la excitación.
Las manos del pequeño
hombre se sujetaban con fuerza del edredón bajo su cuerpo, espasmos lo
recorrían desde sus genitales y su piernas temblaban mientras Aomine se
divertía jugando metiendo y sacando su lengua. El moreno noto la desesperación
que recorría el cuerpo de su acompañante y decidió ponerle fin.
Dos dedos de Aomine
se introdujeron suavemente por la suave entrada de Kuroko haciendo que este
jadeara más fuerte —Grita Tetsu, no te calles, no ahora que nos hemos
reencontrado, deja de esconderte y déjame escuchar tu voz fuerte y clara, así
como me estas dejando tocar y saborear tu cuerpo —Aomine le dijo a Kuroko
mientras lo acomodaba para que éste pudiera penetrarlo.
Kuroko sentía su
cuerpo tan caliente desde que entro a la habitación y al escuchar las palabras
de Aomine ese calor se había hecho tan insoportable.
— ¡Ahhhhh! —un grito
fuerte y lleno de placer fue liberado por Kuroko al sentir el pene de Aomine
entrar con fuerza y empujar dentro de sus entrañas.
Los movimientos
lentos duraron solo unos segundos pues casi de inmediato de haber iniciado se
hicieron más rápidos y profundos. Los dos cuerpos que estaban unidos en un
imparable vals de movimientos apasionados, eran cubiertos por gotitas de rocío,
sus cabellos aventaban estas gotitas a su alrededor debido al baile tan intenso
que mantenían.
—Muéstrame que aun lo
recuerdas —Aomine le dijo al pequeño que arañaba su espalda.
— ¡Daiki! — el
nombrado sonrió al escuchar lo que quería.
Esa única palabra era
lo que más lo había excitado esa noche, y la que por casi 15 años había
esperado escuchar de nuevo.
—Ahh, ahh, ahh
—Kuroko jadeaba — ¡Daiki!
El baile había
terminado, y Kuroko estaba tan lleno de Aomine, que no podía soportar el calor
que le quemaba las entrañas.
Todo lo que Kuroko había
logrado olvidar en los últimos años le fue recordado en una sola noche por
Aomine.
Los dos hombres se
quedaron dormidos, exhaustos de haber bailado más de una pieza. Aomine abrazaba
dulcemente a Kuroko quien se permitió acurrucar por aquel malvado hombre.
7u7 lemon tan pronto en una novela nueva
ResponderEliminarcontinuala es genial!!!!!!!!
Quiero saber que hizo Aomine con Kuroko e-e
Muchas gracias por leer y creo que no te agradara lo que Aomine le hizo a Kuroko, pero bueno pronto sabras un poco más de este lio.
EliminarGracias por comentar y espero leerte de nuevo, cuídate see you :)
Ay Kuroko!! Por andar de distraído mira a dónde te llevaron... Y aunque estuvo muuuuy bueno el reencuentro quiero saber exactamente qué le fue lo que le hizo Aomine a mi lindo Tetsu.
ResponderEliminarMolto Delizioso il capitolo!!
GISE n_n
Muchas gracias por comentar.
EliminarAomine metió la pata y la sigue metiendo. Pobre kuroko todo por lo que ha pasado y éste morenazo viene de nuevo a joderlo XD
Espero leerte otra vez.
Cuídate, see you :)
Oh por diosh
ResponderEliminarPues que le hiciste a kuroko, aomine??
Por favor continuala por lo que he leído esta muy buena:)
Graacias por leerla y por el bello comentario.
EliminarAomine es un tarado sin cerebro que no sabe lo que hace y que lastima a mi lindo Kuroko, ero bueno sabras un poco más en el siguiente capítulo, espero leeerte allí.
Cuídate mucho, see you :)
Ahh callo en las garras del morenazo y que le habra hecho en el pasado,kuroko si que lo disfruta pero pobre me parece volvera a sufrir.. interesante sperare el sgt grcias :)
ResponderEliminarMuchas gracias. por seguir leyendo la historia y mi morenazo fue un hombre muy indeciso, razón que ha hecho sufrir a muchas personas.
EliminarCuídate, see you :)