One-shot. Pequeña travesura.

By Gise

 

Beep!! Beep!! Beep!!

07:00 a.m.

Ahí está, como siempre, la inconfundible voz del pequeño aparato plateado que descansa sobre el buró cerca de su mano izquierda. Rápidamente, lo hace callar y vuelve a colocar su brazo donde descansaba antes de su habitual movimiento… bajo la fresca sábana blanca que nos envuelve y sujeta nuevamente mi cuerpo con firmeza. Y antes de que su tibio aliento llegue a mi oído, como siempre, besa la base de mi cuello y me da los buenos días.

- Voy a ducharme, ¿vienes? - pregunta, mientras se pone de pie y se coloca su fina bata de seda negra

- No, mi reunión de las 9:00 fue cancelada, así que tengo algo de tiempo, ¿te hago el desayuno? - digo esto con la esperanza de que conteste de manera afirmativa, pero, solo me sonríe y responde.

- No es necesario y lo sabes - por supuesto que lo sé, ya que en la cocina, como siempre, se encuentra su fiel asistente, preparando el desayuno… incluso el mío.

Lo sigo con la mirada hasta que la puerta del baño se cierra y en cuanto se escucha la regadera, me levanto busco mis boxers y una camiseta y me visto para después dirigirme a la cocina.

- Buenos días, joven Takaba - Kirishima, quien debajo del impecable delantal blanco, como siempre, porta un elegante, estilizado y bien confeccionado traje sastre. Este me ofrece un pequeño vaso con jugo de naranja y me invita a sentarme a la mesa.

- ¿El señor ya se ha levantado? - pregunta mientras coloca un tazón con fruta delante mío.

- Si, está terminando de arreglarse - o eso supongo, ya que cuando no nos bañamos juntos esta tarea le toma menos de 10 minutos.

- ¿Y usted no lo hará? – tal parece que la informalidad de mi atuendo, como siempre, lo ha incomodado un poco.

- Ah…no, mi reunión de esta mañana fue cancelada, así que me saltare el “carpool”, por lo que puedes llevar a tu jefe directamente al trabajo – esto se debe a que mi considerado yakuza, como siempre, sale de su ruta y me deja a las puertas del mío.

El sonido de pasos pone fin a nuestra “entretenida” conversación.

- Buenos días Kirishima, café – y es que a pesar del esfuerzo que este servicial hombre hace cada mañana, lo único que toman por desayuno esos deliciosos y suaves labios son un americano y un Dunhill.

Y ahí frente a mí, como siempre, este hombre se sienta cada mañana a repasar las hojas del periódico matutino.

- ¿Algo interesante? – esta pregunta ha logrado que sus bellos ojos fijen su mirada en mí.

- No lo sé, dímelo tú – y me lanza el periódico que en primera plana muestra la enorme fotografía de un reconocido personaje.

- Mmm… interesante – se me escapa una risilla y le devuelvo el periódico.

- Sabes, esta afición tuya de exponer a mis VIP´s va a empezar a afectar mis negocios – dice en tono serio, pero su cara no coincide con el mismo.

Dejo de lado mi exquisito desayuno, me pongo de pie y camino directamente hacia él, acerco lo más que puedo mi rostro al suyo y con un golpecito de dedos vuelo el cigarrillo de sus labios, los rozo levemente con mi lengua y con voz inocente digo…

- Pero… yo solo sigo sus órdenes ¿o no, Jefe? – y es que desde hace un tiempo, cada vez que alguno de sus cliente comienza a ponerse “difícil”, yo soy el encargado de sacar a la luz sus delitos.

- Aun así, la paga nos es mala ¿cierto, Sr. Exclusivas? – dice esto mientras una sarcástica sonrisa se forma en sus labios, y aunque sé que lo dijo para molestarme, no hay manera de rebatir lo dicho ya que tiene razón.

- Si… como sea – camino de vuelta a mi asiento y continúo con mi desayuno. Odio cuando me deja sin argumentos.

- Estaré ocupado todo el día, así que por favor no te metas en problemas – como siempre, lanza su pequeña advertencia. Se acerca a mí y pasa su mano por mi cara hasta alcanzar la barbilla, la levanta un poco y deposita un suave beso en mis labios. 

- ¿Entendido? – me mira fijamente, esperando respuesta

- Ajá – es lo único que contesto y me aparto de su agarre

- Te veo después – y sale rápidamente del departamento acompañado de su asistente.

 Termino el desayuno, recojo y lavo los trastes, para después dirigirme a la habitación. Me meto al baño y mientras el agua empieza a correr, un extraño sentimiento invade mi cabeza

- Todos los días… la misma rutina… - pienso - y se está tornando bastante aburrida -

Es cierto que desde que Asami entró en mi vida, esta dio un giro de 360º, no es que antes no fuera emocionante, de hecho mi trabajo me permitía experimentar un montón de cosas nuevas, pero ahora, extrañamente, siento que esos momentos se ven limitados por la a veces exagerada sobreprotección de cierto caballero.

Lo que me saca de mis cavilaciones es el agua que ya se ha enfriando, cierro la llave y tomo la toalla para secarme. Salgo del baño y tomo algo de ropa del closet, comienzo a vestirme y de repente una pequeña idea cruza mi mente.

- Mmm… tal vez podría intentarlo - termino de arreglarme y salgo de la habitación, me dirijo a la entrada, tomo mi chaqueta y bolso del guardarropa que está cerca de la puerta y al salir, como siempre, ahí está esperando por mí. De 1.75 de altura, delgado, piel clara, cabello negro, fino rostro, ojos pardos, su inseparable traje negro y esa molesta sonrisa; su nombre… Youya Kano.

- Buenos días joven Akihito, a donde… - pero antes de que termine su frase respondo

- Hoy me voy en tren – lo paso de largo y sigo mi camino al ascensor

- Pero joven… - noto su confusión y cuando extiende su mano tratando de detenerme

- ¡Voy en tren! – presiono rápidamente el botón para cerrar las puertas antes de que entre conmigo.

- ¡Ha, bien hecho! – disfruto de mi pequeña victoria

Pero mientras voy bajando recuerdo que ese de arriba es solo el primero de los obstáculos, ya que abajo me espera el segundo y ese probablemente sea más difícil de esquivar, ya que mide 2 metros, tiene músculos en los músculos, mal temperamento, poca paciencia y responde al nombre de Takatori Fudou; a quien francamente nunca le ha gustado ser “mi niñero”.

- ¿Qué hago?, ¿qué hago?, si ya le agarre la cola al tigre, tal vez sea mejor no soltarla – y afortunadamente en el 3er piso llega mi respuesta.

Tres personas ingresan al ascensor y antes de que se cierren las puertas, logro escabullirme fuera. Lo más seguro es que ese muro de carne este esperando por mí en la entrada y tratar de escapar por las escaleras tampoco es una opción, ya que Youya probablemente debe venir bajando por ellas. Debo darme prisa, porque cuando no me vean salir del ascensor comenzaran a buscarme por todo el edificio.

Analizo cuidadosamente todo el pasillo y entonces…

- ¡Lo tengo, el ducto de la lavandería! – es lo bastante grande y desde ahí podré salir por la puerta trasera.

Me lanzo a través del largo tubo metálico, pero creo que debí pensarlo mejor, ya que voy demasiado rápido y no puedo sostenerme de nada.

- ¡Ouch! – caigo dentro de un contenedor de ropa, que para mí mala suerte está vacío, aun así me incorporo rápidamente y busco la salida ante la atenta mirada de las chicas encargadas de la lavandería, que se asustaron un poco al verme caer del ducto.

- Ustedes no vieron nada, ¿de acuerdo? – sonrío y guiño el ojo, esperando que me encuentren encantador y se conviertan en mis cómplices. Ambas chicas simplemente intercambian miradas y una pícara sonrisa para después continuar con sus labores.

Tomo mi bolso y salgo al callejón, debo reconocer que hacía mucho tiempo que no sentía esta energía recorrer mi cuerpo, mi corazón va a mil por hora, respiro de manera agitada y ahora solo quiero salir corriendo; atravieso por completo el callejón y ya en la calle trato de mezclarme con la gente; definitivamente no usaré el tren ya que irán a buscarme ahí en primer lugar.

- Ok Aki, tranquilízate un segundo y piensa ¿En dónde podremos escondernos el resto del día? – tarea que será difícil de hacer, porque tal parece que mi encantador yakuza tiene ojos en todos lados.

- ¿A dónde iré? – necesito tomar una decisión rápidamente, o comenzará a sonar mi teléfono, ya que al no ser encontrado, mis niñeros inevitablemente tendrán que informar a su jefe lo sucedido.

- Se pondrá furioso… - y la simple idea de esto ha hecho que mi adrenalina vuelva a dispararse. Sigo mi camino y después de meditarlo un poco recuerdo un sitio al que solía ir cuando me escapaba de la escuela.

- Nunca le hable de ese lugar, así que tal vez sea buena opción – detengo un taxi y le doy las indicaciones.

Por fin llego a mi destino, el conocido Ueno Park, en el barrio de Teito-ku. Este sitio alberga un gran zoológico y también está repleto de museos, es una llamada “trampa de turistas” y siendo este un lugar tan transitado dudo mucho que Asami se imagine siquiera que estoy aquí, mucho menos venir en persona a buscarme.

Comienzo a navegar entre el mar de locales y turistas cuando por fin, después de escasos 20 minutos desde mi escape, suena mi teléfono

- ¿Sí…? – contesto de manera despreocupada

- ¡¿Dónde demonios estas?! – alejo un poco el teléfono de mi oreja ya que no quiero quedar sordo

- Trabajando - respondo serio, tratando de evitar reírme

- ¡Trabajando una mierda! ¡Eso es una jodida mentira y lo sabes! – cielos, tal parece que tengo el altavoz encendido.

- ¡Dame tu ubicación para que vayan a buscarte ahora mismo! – me ordena con voz autoritaria

- No hace falta – respondo – y tienes razón, ya que hoy no tuve trabajo decidí entretenerme en algo mas – sé que lo estoy provocando, pero no lo puedo evitar

- Pudiste venir a la oficina – me dice tratando de ocultar su enojo, pero a mí no me engaña 

- No, - contesto tajante – además TÚ dijiste que estarías muy ocupado y no quería molestarte – con esto definitivamente volverá a explotar y así sin darle oportunidad de hablar continúo - Así que no te preocupes, te veo más tarde, Bye – y cuelgo, ya que no quiero que su furia dañe mi oído permanentemente.

En menos de un segundo el teléfono vuelve a sonar, 2, 4, 6, 8 veces más y se detiene, tal parece que capto el mensaje, aunque estoy seguro que me lo hará pagar después. Guardo el teléfono en mi bolso y saco mi cámara, continuo caminado entre la gente y simplemente comienzo a tomar fotos al azar, del paisaje primaveral, niños jugando, gente conversando y turistas confundidos con pequeños mapas en sus manos. 

Después de caminar por un buen rato, me detengo a comprar algo de comida y me dirijo a mi sitio favorito en este parque, el Shinobazu Pond. Me siento a la orilla a descansar y divertidos recuerdos llegan a mi mente, como cierta leyenda sobre este lago “aquellas parejas que pasearan en él, después de hacerlo romperían”, por este motivo Takato, Kou y yo veníamos cada que nos saltábamos las clases, esperábamos encontrar alguna linda chica que hubiera botado al chico con el que salía y de manera “casual” convertirnos en su nueva conquista.

- Mmm… tal vez nunca deba traer a Asami a pasear aquí – comienzo a reír por mi tonto comentario, lo que hace que algunos transeúntes me miren de manera extraña.

Saco mi teléfono y tomo una foto para enviarla a mis amigos, sé que volverán a reír como yo lo he hecho, y también para verificar si hay algún mensaje o llamada perdida de Asami.

- Ninguna… tal vez llevé esta travesura demasiado lejos - pienso, pero necesitaba algo que me hiciera salir de la rutina en la que me estaba instalando. Termino mi pequeño bentou, reviso el reloj y decido que es hora de regresar a casa. Me dirijo a la estación, pero no a la que está cerca del lago, sino aquella que me trajo aquí en un principio, lo que implica recorrer todo el camino de regreso lo cual tomará más tiempo, pero mucho me temo que mi temperamental yakuza necesita de ese tiempo extra para calmarse.

10:00 p.m.

Doy vuelta a la esquina y afuera del edificio, ya están esperando por mí. Me voy acercando y ambos hombres me fulminan con la mirada, en Fudou es normal pero en Youya… es la primera vez que lo veo así.

- Espero que se haya divertido – me reprocha Youya, ya que estoy seguro que fueron severamente reprendidos por su jefe debido a su pequeño descuido.

Ambos hombres me flanquean y entran conmigo al edificio. Fudou presiona el botón del ascensor, mientras Youya sigue junto a mí sin moverse ni un milímetro, se abren las puertas y Fudou simplemente espera a que ambos pongamos un pie dentro, se da la vuelta y regresa a su puesto en la puerta. Antes de que las puertas se cierren alcanzo a ver como Fudou saca el teléfono y comienza a hablar, probablemente avisando que voy subiendo. Dentro del ascensor el silencio se vuelve incomodo, así que decido hablar yo primero.

- Sabes, no fue mi intención causarles problemas – le digo a manera de disculpa, aunque claro, no me arrepiento de nada.

- No se preocupe joven, pero tenga en cuenta que no habrá segunda vez – y mirando directamente a mis ojos remarca estas palabras – se lo aseguro –  simplemente asiento con mi cabeza y bajo la mirada

Un pequeño escalofrío recorre mi cuerpo, y no es miedo sino emoción pura, ya que la próxima vez probablemente tendré que elaborar un mejor plan de escape. El ascensor continúa su marcha sin interrupciones hasta el 12vo piso. Por fin llegamos a las puertas del penthouse y al verlo mi corazón se detiene.

- Buenas noches joven Takaba – Kirishima me saluda mientras se hace a un lado para permitirme la entrada

- Gracias Youya por traerlo – se dirige a mi acompañante

- Si señor, con permiso – se despide y regresa al ascensor.

Esto es raro, yo imaginaba que sería recibido por un iracundo yakuza y en cambio este apacible caballero es quien me da la bienvenida.

Kirishima cierra la puerta detrás de mí, rápidamente toma de mis manos chaqueta y bolso.

- El señor está en la habitación – me dice mientras coloca mis cosas de nuevo en el guardarropa.

Camino hasta la sala y extraña (o intencionalmente), el apartamento está a oscuras y el único rastro de luz viene precisamente del lugar donde “alguien” aguarda por mi llegada.

- ¿Kirishima…? - quería preguntarle por el estado de ánimo de su jefe, pero al darme vuelta el hombre ha desaparecido; es obvio que no quiere testigos de lo que este por pasar.

- Bien, aquí voy – sigo mi camino a la habitación y conforme avanzo por el largo pasillo la luz se hace más y más clara, llego, pero ni un sonido se escucha desde dentro de ésta y aunque esto me preocupa un poco decido entrar y ver qué sucede.

 Doy unos cuantos pasos hacia adentro y lo primero que noto es el saco de Asami sobre la cama, además del penetrante olor a cigarro que inunda la habitación. Siento una intensa fuerza que hace girar mi cabeza rápidamente hacia la derecha y ahí sentado en un sillón, sin corbata, con la camisa desabotonada, un vaso de whisky en la mano derecha, un cigarro en la izquierda y una mirada asesina, como la de una bestia al acecho de su presa esperando atacar… esta esperándome.

-Buenas noches Asami – trato de sonar lo más casual posible, espero a que me regrese el saludo, pero lo único que hace es tomar un sorbo de whisky y apagar el cigarro en el cenicero que reposa en el brazo del sillón.

- ¿Qué tal tu día? – pregunto, pero no hay respuesta, así que me acerco a él y me pongo en cuclillas

- ¿Cenaste? , ¿Quieres que te prepare algo? – y aunque esta vez mueve los labios, es solo para terminarse el resto de whisky del vaso.

- Muy bien, entiendo – me pongo de pie, me dirijo al closet y comienzo a sacar algo de ropa

- Si está bien contigo, creo que esta noche dormiré en mi propio cuarto - sabía que se molestaría, pero no al punto de hacer algo tan infantil como la “ley del hielo”.

Cierro la puerta del closet y al darme vuelta tengo frente a mí al hombre, con la misma mirada asesina, pero ahora acompañada de una sonrisa. La sorpresa ha hecho que la ropa que tenía en las manos caiga al suelo.

- ¿A dónde crees que vas, Akihito? – y lentamente va pegando su cuerpo al mío

- ¿Crees que puedes hacerme esta mierda de “jueguito” y salirte con la tuya? – me lo dice al oído mientras desliza su lengua por el contorno de mi oreja.

- Aaasami… yo… - mi voz tiembla, tal parece que el valor abandono mi cuerpo al cruzar la puerta

- Shhh… no estoy pidiendo explicaciones – mete su mano al bolsillo derecho y saca su corbata, mientras, continua empujando mi cuerpo hasta llegar a la cama, mis piernas se topan con el borde y termino sentado en ella.

- ¿Cómodo? – pregunta, e inmediatamente toma la corbata con ambas manos y cubre mis ojos con ella.

Esta oscuridad repentina hace que por mi cuerpo comience a fluir una energía completamente diferente y al no tener control sobre lo que pasa a mí alrededor, la urgencia por tocarlo aparece y extiendo mis manos, pero el sonido de su voz me detiene.

- Recuéstate – me pide, entonces apoyo mis manos en la cama y lentamente voy empujándome al centro de ella.

- Bien, ahora necesito respuestas… – mete sus manos por debajo de mi playera y lentamente la va subiendo hasta removerla por completo. Desliza sus manos por mi pecho desnudo, se detiene en mis pezones y pasa sus pulgares lentamente, una y otra vez sobre ellos de manera firme y después empieza a dibujar pequeños círculos haciendo que se endurezcan en segundos.

- Ahh... – un pequeño gemido se me escapa y escucho una risa salir de sus labios.

- Parece que vamos por buen camino – se acerca a mis labios y comienza a besarme, lentamente mete su lengua en mi boca y con ella invita a la mía a participar en la danza que hace la suya. Lo profundiza de tal manera que soy yo el que tiene que apartarlo para poder respirar.

- Asami…por favor… - giro mi cabeza para poner algo de distancia, pero él no lo permite, me envuelve en sus brazos y continúa besándome, pero esta vez su boca no es suave, el movimiento de sus labios se vuelve brusco, rudo y transmitiendo una sensación completamente diferente, como si quisiera sacarme la verdad desde lo profundo de mi garganta.

- ¿Por qué? – pregunta con voz molesta al momento de apartar sus labios. Y aunque quiero decírselo me preocupa la reacción que podría tener, así que simplemente aprieto mis labios y me quedo callado.

- ¿No vas a hablar, eh? – y muevo mi cabeza en forma de negación

- Bien, entonces continuemos – nuevamente desliza sus manos, pero ahora se dirige a mis piernas, de manera diestra quita el cinturón, desabotona el pantalón y baja el cierre, mete sus manos y rápidamente lo retira, dejándome solo en boxers.

Siento como su tibio aliento va subiendo por mis piernas, de pronto pequeñas mariposas revolotean por mi estómago, mi corazón vuelve a agitarse y mi respiración decide acompañarlo. Coloca sus piernas a ambos lados de mi cadera, entonces me toma por la espalda, me incorpora y se sienta conmigo sobre su regazo.

Me acaricia la espalda de arriba-abajo, provocando involuntarios temblores en mi cuerpo, entonces clava sus labios en mi cuello y lo mordisquea a la vez que deposita pequeños besos.

- Ahh… basta… Asami - le pido, ya que la excitación está haciendo que pierda el control completamente y mi parte inferior ya está reaccionando.

- ¿Por qué escapaste? – pregunta nuevamente, y sus manos bajan por mi espalda lentamente hasta alcanzar mis nalgas

- Nnn… no escape… - su repentino movimiento me hizo arquear la espalda, por lo que al apretarme a su cuerpo, mi erección quedo al descubierto

- Vaya, vaya… creo que tenemos que ocuparnos de esto primero ¿no crees? – dice, mientras con su dedo roza la punta de mi pene, que ya se ha humedecido por completo.

Me sujeta firmemente por la cintura con la mano izquierda y con la derecha se encarga de bajarme el bóxer para darle libre acceso a mi ansioso miembro, que parece anhelar su toque.

Coloca su mano en la base y con los dedos índice y pulgar forma un aro que comienza a deslizar a lo largo de mi pene

- Ahh… esta sensación… es insoportable – le susurro al oído, y es que cada que sus dedos suben por mi miembro, con el pulgar frota la punta por unos segundos, luego desciende a la base y masajea también los testículos, haciéndome estremecer por completo.

- ¿Te gusta? – y simplemente asiento con la cabeza. Recién entiendo que cubrirme los ojos siempre fue parte de su estrategia, todos mis sentidos están al límite y mi voluntad ha sido totalmente vencida por este hombre. 

Me abrazo a él tan fuerte, que estoy seguro que puede sentir el frenético palpitar de mi corazón contra su pecho.

- Mmm… más… - digo sin aliento, mientras mis caderas se agitan a la par del movimiento de su mano.

- Por favor… - mi voz es casi una suplica

- ¿Sabes lo difícil que es negarme cuando lo pides de esa manera? – se ríe y con una rápido movimiento se coloca encima mío.

- Eres demasiado deseable para tu propia seguridad – pega sus labios a mi garganta y puedo sentir su respiración… caliente… y tan agitada como la mía. Extrañamente por la falta de visión mi oído se vuelve tan sensible que hasta puedo escuchar cuando su ropa cae al suelo.

Se acerca nuevamente, me envuelve en sus brazos y me besa, profundamente, su lengua se desliza por el interior de mi boca atacando sin piedad la mía, de un modo ilegal y persuasivo, excitante y posesivo, así como es él. Mis inquietas manos se pasean por su perfecto pecho, delineando cada uno de sus músculos con mis dedos y logrando erizar su piel. Me retorcí en sus brazos ya que el calor comienza a sofocarme, mi cuerpo arde de deseo contra el suyo… simplemente lo necesito.

- Por favor… - volví a susurrar. Entonces sus manos apresan mis muñecas y las levanta por encima de mi cabeza, desliza la almohada en la que ésta reposaba por detrás de mi espalda y se detiene cuando llega a mis nalgas, quedando con las caderas elevadas y completamente expuesto.

Pasa sus manos por mis muslos y los abre ligeramente para ir besando todo su interior hasta llegar a mi miembro. Lo toma por completo con su boca, acariciando suavemente con su lengua cuando sube y presionando sus labios de manera firme cuando baja.

- ¡Ahh… haa… ahh…! – me sujeto a la cabecera de la cama con todas mis fuerzas, pero mi cuerpo tiembla de manera incontrolable

- Aaasami… tú… ¡te necesito a ti! – empujo mi cuerpo hacia él, me recibe y aferrándose a mis caderas… finalmente me penetra.

- ¿Lo estabas deseando verdad? – y lentamente su enorme y duro pene se va abriendo camino en mi interior

- ¡¡Ahh…!! – su deliciosa virilidad se apodera de mí, haciéndome vibrar de placer

- ¡¡Mmm… más… ahora!! – quiero que vuelque toda su pasión dentro de mí. Comienza a moverse y con cada penetración mis paredes se contraen 

- Abre más las piernas – me pide – quiero ir más profundo - pero su voz se ha convertido en un bramido, agudo y gutural, como una bestia en celo

- Quiero que lo sientas por completo – sujeta con fuerza mis muslos y arremete más duro sobre mi entrada

- ¡¡Aahh… más rápido!! – elevo mis manos para sujetarme de su cuello, me ataja y termino nuevamente sentado sobre él.

- Vamos Akihito, no te contengas – y ahora soy yo quien empuja sobre su miembro, mientras el vuelve a frotar el mío.            

- Aaasami… me vengo… - le digo al oído

- Ah…ha… espera… un poco más – se sale de mí y me gira boca abajo – levanta el culo – me pide, después sujeta mi pene en la base, mientras se posiciona detrás mío y vuelve a penetrarme, aumentando la velocidad de las embestidas

- ¡¡Aahh… Asami… por favor…!! – me aferro a la cama

- ¿Es aquí cierto? Ya estas apretándome – y siento como su miembro se hace más grande - ahora Akihito juntos – empuja una vez más, me libera de su agarre permitiéndome correrme y él se corre dentro de mí.

- Aaahh… - caigo sin fuerzas sobre la cama, él se tira a un lado. Pasan unos minutos en total silencio y finalmente me quita la corbata de los ojos, con sus manos rodea mi cara, me mira fijamente y vuelve a preguntar

- ¿Porque te fuiste? – en sus ojos ya no hay molestia o enojo simplemente es curiosidad.

- Solo quería provocarte un poco y hacerte enojar – le contesto con media sonrisa en el rostro, esperando que su furia no se vuelva a activar

- Niño bobo y travieso – me acerca a su cuerpo y besa mi frente, jala las sabanas y nos cubre a ambos con ellas.

Siento el cansancio llegar a mi cuerpo y mientras voy perdiéndome en la inconciencia, en mi mente algo está muy claro, aunque la monotonía parezca dominar mis días algo es seguro…

“Cada noche que comparta la cama con Asami… va a ser diferente.”