Juego de niños

 Día 6: beso en la frente



—Mamá ¿me llevas al parque? —el pequeño Harry pidió amablemente. 


—Pero, apenas te estás recuperando del resfriado —su madre le contesta y ve la cara triste que ha puesto el pequeño alfa de 7 años. 


—Está bien—el pequeño contesta y se aleja arrastrando sus piecitos hacia su habitación. 


—Trae tu abrigo, llevarás bufanda y guantes. —Su madre omega caía con facilidad a los deseos de su hijo —y también trae tu gorro. 


El pequeño Harry emocionado corrió a su habitación y en un santiamén regresó vestido con todo lo que su madre le había dicho, además de sus botas. 


La madre ya lo esperaba en la puerta con su abrigo puesto, le acomodó la bufanda y lo tomó de la mano. 


Los días habían sido fríos y además las nevadas no cesaban, y sabía que era la principal razón por la que deseaba ir, pues seguramente la guerra de bolas de nieve estaría llevándose a cabo en todo el parque. 


Cuando Harry llegó al parque vio que varios niños ya jugaban con la nieve, mientras sus madres los miraban de lejos. 


—¿Puedo ir? 


Harry preguntó emocionado y su madre lo soltó. 


—Diviértete y ten cuidado —le dijo antes de que su hijo partiera corriendo al encuentro de sus amigos. 


Después de varios minutos los niños corrían de un lado a otro aventando bolas de nieve. 


Harry se escondía entre algunos arbustos cuando una bola de nieve enorme lo sorprendió y por esquivarlo se había caído, los demás chicos rieron por unos segundos antes de salir corriendo de nuevo para continuar jugando. 


Harry se puso de pie y se sacudió la nieve que se le había pegado a la ropa. 


Estaba por irse cuando alguien lo tomó del brazo. 


—Todavía tienes nieve atrás —le dijo una vocesita seria, y sintió golpecitos en la espalda, al parecer quién le había hablado lo está sacudiendo. 


Al voltearse para ver quién le había hablado se sorprendió al ver al niño más hermoso que sus ojos hubieran visto antes. 


—Creo que ya estás limpio —el pequeño le dijo. 


Harry se sonrojo y vio como aquel lindo niño se alejaba. 


—Espera —Harry le grito y el niño se detuvo — ¿Cómo te llamas? 


Harry le preguntó nervioso. 


El pequeño de enormes ojos cafés y de rostro serio, volteo a ver a Harry. 


—Me llamó Gabriel—el niño era más pequeño que Harry y su piel era blanca como la nieve, además su cabello era rojizo como la sangre, Harry estaba cautivado con aquel niño nuevo y no sabía porque. 


Gabriel miró a Harry como esperando que dijera algo pero como no lo hacía, levantó los hombros en señal de indiferencia y volví a caminar. 


—¡Espera! —Harry volvió a gritar. 


Gabriel se detuvo de nuevo y le dirigió una mirada enfadada a Harry. 


—No te había dicho gracias —Harry le dijo— ¿Eres nuevo? No te había visto antes. 


Harry espero a ver si el niño le contestaba. 


—De nada. Mi mamá cambió de trabajo y nos cambiamos de casa —Gabriel le explico y Harry lo escuchaba atentamente. 


—¿Qué estabas haciendo? —Harry preguntó apresuradamente pues no quería que Gabriel se fuera. 


—Jugando, igual que los demás —contestó y señaló lo que pretendía ser un muñeco de nieve. 


—Está un poco… 


Harry no termino de hablar pues Gabriel lo interrumpió. 


—Todavía no lo termino—le dijo avergonzado por su muñeco deforme. 


—¿Te puedo ayudar? —Harry le pregunto con una sonrisa amistosa. 


—¿Y tus amigos? —Gabriel le preguntó y señaló a los niños que aún corrían por el parque. 


—¿Quieres jugar con ellos? —Harry le preguntó y Gabriel negó con la cabeza. 


—No soy bueno corriendo—le dijo a modo de disculpa. 


—Entonces yo tampoco quiero jugar con ellos, te ayudaré con tu muñeco. 


Harry tomó la mano de Gabriel y lo llevó hasta el muñeco. 


Los amigos de Harry habían ido ha buscarlo pero les había dicho que ahora jugaba con su nuevo amigo Gabriel, los demás no le dieron importancia, y los dejaron seguir jugando solos. 


Después de muchos intentos de Harry por hacer reír a Gabriel, por fin lo consiguió y justo en ese momento Harry supo que no se separaria de Gabriel jamás. 


Gabriel tenía la misma edad que Harry y aún así parecía tan pequeño y frágil. 


— ¡Harry! Es hora de irnos —la mamá del pequeño ya lo estaba buscando, al igual que el padre de Gabriel. 


—Hijo vamonos—el padre de Gabriel era muy parecido al pequeño, era obvio que era un omega, igual que él niño. 


Gabriel se acercó a Harry y le dio un beso en la frente. 


–Papá dice que los besos son una forma de decir gracias—Gabriel le explico a su nuevo amigo. 


El papá de Gabriel sonrió amablemente a Harry. 


Harry se puso rojo y después de ver que su Gabriel se iba él camino lento a dónde su madre lo esperaba. 


—Mamá, ¿los niños pueden ser bonitos? 


La madre miró sorprendida a Harry. 


—Así es, los niños pueden ser muy bonitos, ¿por qué preguntas? 


—Hoy conocí al niño más bonito del mundo. 


Harry le confesó a su madre muy emocionado sobre su encuentro con Gabriel. 


—Mamá, cuando sea grande me voy a casar con él —Harry le dijo a su madre muy emocionado. 


La madre lo vio muy sorprendido por su declaración y pensó que era sólo un juego de niños. 


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