Hojas de Otoño. Capítulo 18.

Solo nos queda esperar

Nos ha llevado algunos días organizar todo. Sí por mí fuera saldría corriendo a buscarlo, pero Kirishima y Haruki no me lo permitirían y si lo pienso con la mente fría… tienen razón.

—El Sr. Stuart y Kuroda han llegado —Kirishima irrumpe en mi habitación.

—Bien, voy en un momento —. Contesto aún distraído en mis pensamientos. Sin embargo una pregunta aparece en mi mente ¿Por qué vino Shinji? No recuerdo haberle pedido que viniera.

Todos hacen lo que quieren.

Kirishima poco a poco ha desplazado a Haruki de sus deberes, al parecer cada vez está mejor, lo cual le deja al chico mucho tiempo libre y después de que el médico revisara su brazo y dijera que había sanado correctamente y lo diera de alta, el pobre parece tan ansioso como yo por encontrar a Takaba, parecemos leones enjaulados, yendo de un lado a otro dentro de este pequeño lugar.

Gracias a que Haruki está sano y a que Kirishima ha mejorado mucho, los dos participaran en el rescate de Takaba.

Me reúno con Stuart en la pequeña salita. Al verlo noto algunos pequeños rasguños que tiene en el rostro, sin embargo parece bastante recuperado.

— ¿Y Shinji? —Pregunto al no verlo.

—Parece que tenía hambre y fue a buscar algo que comer —contesto tranquilo.

Supongo que quiso darnos un poco de privacidad, aunque con Haruki y Kirishima a mi lado eso es casi imposible.

—Señor, espero no llegar muy tarde —su voz suena preocupada. Tal parece que no desea que perdamos el tiempo y prefiere abordar el tema que realmente le importa.

—Al contrario has llegado demasiado temprano, la reunión será a las 7:00 p.m. —Stuart mira su reloj y ve que apenas serán las 4:00 p.m.

—Lo siento, vengo llegando del aeropuerto —de reojo mira su maleta que yace a su lado.

—Ya veo. No era necesario que vinieras tan apurado, pudiste ir a tu hotel a descansar un poco.

—Temía ser dejado de lado —me contesta sincero. —Además deseo que me escuche antes de que lleguen los demás.

Justo lo que pensé, desea exponer su tonta idea de nuevo y la verdad no deseo escucharlo.

—Ya lo hablamos y te dije que no, así que no gastes tu tiempo y el mío con tus…

—Señor por favor, escúcheme —Stuart me interrumpe e inicia su discurso —. Si me permite avisar al FBI sobre el lugar dónde tienen a Takaba nosotros nos encargaríamos de recuperar al chico, de esta manera no tendría que arriesgarse…

— ¿Crees que temo por mi vida? ¿Crees que mis hombres temen por la suya? ¿Qué preferirían permanecer aquí a seguirme?— un chasquido acompañado de una risita sarcástica se escuchan a mis espaldas, dejando en claro la postura de Kirishima y Haruki sobre las preguntas que he hecho.

—Nunca pretendí ofender… los. Solo considero que todo sería más fácil si el FBI se encarga de todo esto. Además Takaba es buscado por la agencia ¿Cómo se explicara su repentina aparición? —veo sus manos restregarse entre sí.

Hubiera preferido no involucrar al FBI pero en ese momento todo ocurrió muy rápido, además necesitaba toda la ayuda posible para conseguir información sobre Takaba. Siendo sinceros, no me importa lo que haga el FBI, en cuanto tenga a Takaba regresaremos a Japón. No niego que preferiría salir en buenos términos con ellos, si en un futuro Takaba o yo necesitamos regresar o hacer algún negocio, quiero que nuestros trabajos no se vean afectados por este problema.

—Para eso te tengo a ti, busca una mentira creíble, Shinji te ayudará en lo que sea, entre los dos pueden cubrirnos —le digo un poco nervioso pues no tengo ni idea de que es lo que va a pasar.

Stuart pone cara de incredulidad.

—Ya lo hice y es lo que se niega hacer —contesta con un ligero tono desesperado.

—Mañana iré por Takaba y no hay vuelta atrás —lo digo sin dar espacio a objeciones —Recuperare lo que me fue robado y mataré al ladrón. El FBI no debería quejarse al respecto, haré su trabajo.

—Todo lo que hice habrá sido en balde —se queja.

—No es así, el que hayas explotado las oficinas de Chicago, fue para mantener tu pellejo intacto, incluso planeaste quedarte atrapado en las llamas para que nadie sospechara de ti. Realmente fuiste muy astuto. Has mantenido tus mentiras y las has hecho verdad, nadie podrá desmentirte en el futuro. Y eso es perfecto pues presiento que seguiré necesitando de tu ayuda y de tu influencia en el FBI. Ahora bien si tu comentario es un reproche…

—No señor —me interrumpe —. No le estoy reprochando nada, solo estoy preocupado por toda esta situación en la que está involucrado.

—Agradezco tu preocupación pero la decisión ya fue tomada y se llevará a cabo tal y como la dicté.

—Está bien señor. Si no hay nada más que pueda hacer o decir para convencerlo, entonces obedeceré lo que usted decida —contesta resignado.

—Eso espero.

—Un favor señor, permítame ir con ustedes a casa del rey.

—No es necesaria tu presencia, con mis hombres es más que suficiente. Según la información de Gianella son pocos los hombres que cuidan la casa e incluso con Henry y su escolta presentes, nosotros debemos de sobrepasarlos en número.

Tal parece que él no cree posible que alguien lo ataque en su propia casa.

—Aún así quiero ir con ustedes —contesta serio.

—Supongo que un poco de ayuda extra no sería malo —Haruki nos interrumpe.

—Está bien mañana a las 8 de la noche saldremos —contesto derrotado, simplemente no deseo seguir peleando.

—Sería bueno que te quedes a escuchar el plan —Haruki sugiere.

—No puede quedarse.

—Lo siento señor, fue imprudente de mi parte tomar decisiones que no me corresponden —contesta avergonzado.

—Yo no tengo problema en que te quedes, sin embargo en la reunión estarán Feilong y Yoh, así que preferiría evitar problemas —Stuart parece incomodarse al escucharme mencionar al chino.

—Lo entiendo señor y no hay problema —contesta.

—Haruki conoce el plan a detalle y te lo explicará, después de eso puedes irte a descansar —Stuart asiente al escucharme.

Haruki se acerca a él para cumplir mi orden.

Yo me pongo de pie y camino hacia mi habitación, seguido de Kirishima.

—Por favor dile a Shinji que venga —le hago está petición, al entrar a la habitación.

Kirishima acepta mi orden con una silenciosa reverencia, antes de salir de la habitación.

Busco mis cigarrillos y enciendo uno, escucho la puerta abrirse y justo cuando exhalo el humo, mi amigo comienza hablar.

—Ryuichi ¿Cómo estás?

—Estoy muy bien… bueno tal vez un poco ansioso.

—Se nota —me señala el cenicero, el cual está repleto de colillas y la botella de Whiskie está casi vacía.

—Supongo que tengo que pedir más —contesto antes de dar una calada al cigarrillo.

—Según escuche toda la diversión será mañana —Shinji lo dice tranquilamente mientras se sirve un poco de Whiskie.

—Lo de mañana será más que divertido… será orgásmico ver la sangre, de ese estúpido rey, correr por el piso…

—Si digo que te contengas de eso, ¿serviría de algo? —Shinji me mira expectante.

—No, tú no sabes cuánto deseo verlo muerto.

—Preferiría verlo en la cárcel pero supongo que no puedo impedir tu venganza, así que solo me queda pedirte que tengas cuidado.

—No te preocupes por eso, que él único que saldrá muerto de ese lugar será él.

—Eso espero. De todos modos yo estaré allí para proteger tu espalda…

—No, tú no iras —lo interrumpo.

—Claro que iré. Tus emociones pueden hacerte cometer errores y no quiero que eso termine por estropear toda la operación.

—Shinji tú no eres mi ángel de la guarda, así que no iras…

—Necesitas de toda la ayuda posible…

—Eso no es verdad —. Sacudo la ceniza de mi cigarrillo y doy una calada más —Ya tengo todos los hombres necesarios, así que no tienes porqué preocuparte.

Shinji vacía su vaso para después ponerlo sobre el buro de manera ruidosa.

—Te mande hablar porque, efectivamente, requiero de tu ayuda en dónde solo tú podrías hacerlo —me mira expectante —en cuanto recupere a Takaba… necesito sacarlo de aquí, no quiero que él pase más tiempo en este país.

—Eso es difícil, Ryuichi, el FBI está involucrado, querrán interrogarlo y no solo una vez, además de continuar con la investigación —restriego la colilla de mi cigarrillo en el cenicero y me sirvo un poco de Whiskie —Takaba tendrá que pasar varios días en el país.

—Shinji tendrás que reducir el tiempo en la medida de lo posible, Takaba ayudara en la investigación pero no aquí.

Shinji me mira por varios segundos, sin decir nada, solo contemplándome.

—Haré lo posible para que solo sean un par de días los que permanezcan aquí.

Contesta preocupado.

—Gracias   

—Ryuichi, no tienes por qué estar así —hace un movimiento con su mano señalándome —. Takaba es un joven fuerte e inteligente, él va a estar bien.

Su voz trata de infundirme confianza, se acerca y pone su mano en mi hombro.

—Lo sé —contesto sin convicción —. Es algo que me repito una y otra vez —bebo todo el whiskie de mi vaso —es solo que hace unos días tuve una pesadilla… fue bastante real —cubro mis ojos con mi mano —Takaba yacía muerto en mis brazos —le cuento y siento una opresión en el pecho, la misma que tuve durante ese terrible sueño.

—Tú lo has dicho eso fue solo una pesadilla —oprime mi hombro.

—Fue tan real —restriego mis ojos —desde esa noche, siento que algo oprime mi corazón —aprieto mi mano sobre mi pecho y la cierro como si pudiera apretarlo y calmarlo —tengo un horrible presentimiento de que algo está mal y no quiero ni imaginarme que puede ser.

—Ryuichi no puedes ir mañana con esa idea —pone su otra mano en mi hombro y me sacude obligándome a verlo —Se que es difícil, pero tienes que confiar en Takaba y pensar que todo saldrá bien.

—Pero sí él se atrevió a lastimarlo… su muerte no será suficiente

—Cálmate, para mañana podrás estrecharlo en tus brazos e irte con él, no importa lo que tenga que hacer pero te podrás ir con tu chico muy pronto.

Dejo escapar un largo suspiro.

—Gracias

Le contesto sin agregar nada más.

—Sr. Kuroda, el Sr. Stuart lo busca —Kirishima nos interrumpe.

—Gracias Kirishima, dile que voy en un momento.

— ¿Pensé que no confiabas en él? —le digo a mi amigo que parece un poco incomodo por mi pregunta.    

—Y no lo hago, y por eso es que lo mantengo cerca, tengo que vigilar que no nos traicione —me contesta seguro —bueno me voy, tengo que buscar una habitación.

Camina hacia la puerta y antes de salir me mira serio.

—Tomate una pastilla y duerme, necesitaras descansar.

—Lo haré, gracias.

Solo mueve su mano en señal de aceptación y sale de mi habitación. 

Me acerco a la cama y me tiro en ella. Miro el techo y no puedo dejar de pensar en que algo anda mal, este estúpido presentimiento no me deja en paz, solo quiero tener a Takaba en mis brazos y no dejar que se aleje de ellos.

—Takaba espera, un poco más, solo un poco más.

Mañana iré por ti.

……………………………………..

Día del “jaque mate”

8:00 p.m.

—No tenías que venir —Yoh me mira.

—Claro que sí— Dejo de mirar por la ventanilla del automóvil y fijo mis ojos en el rostro de Yoh —Di mi palabra de que haría este trabajo y cumpliré.

—Tus hombres y yo somos más que suficientes para llevar a cabo el trabajo, no necesitamos de tu presencia —Yoh se me acerca—debiste quedarte a descansar —me susurra al oído.

Siento como el calor invade mi rostro, seguramente estoy rojo.

— ¡¿Y por culpa de quién es que estoy así?! —contesto abochornado.

Me muevo incomodo en mi asiento y al hacerlo una punzada de dolor, en mi espalda baja, me trae recuerdos que solo logran sonrojarme más.

Me vuelvo y me concentro en ver los autos pasar.

—Lo siento —Yoh me susurra y su mano me aprieta el muslo, de manera discreta.

No soy capaz de verlo así que solo asiento.

Antes de que alguno de los dos diga algo su celular suena.

—Bueno

—Ok, nosotros estamos en nuestro puesto. Si cambia de ruta avísame.

Fue una llamada muy corta pues ya ha colgado.

—Al parecer todo va según el plan —Yoh me avisa —era Chang, para dar su reporte.

—Entonces está por llegar —deduzco.

—Así es y en cuanto lo haga actuaremos —Yoh parece nervioso.

Los dos nos quedamos callados durante el tiempo que esperamos la aparición del auto de esa mujer.

Conseguir a Natalie es parte importante del plan, razón por la cual Asami me pidió hacerlo, y dado que Yoh la ha estado vigilando, ambos llevaremos a cabo este trabajo. Aunque al principio me negué, al final no me quedo más alternativa que aceptar y encargarme de secuestrarla. Hubiera preferido ir a casa de ese tal Henry y conocer en persona al idiota que le puso las manos encima a mi querido Takaba y darle una paliza hasta casi matarlo aunque ese placer se lo dejo a Asami. Sin embargo me tendré que conformar con ver su cadáver en las noticias.

— ¡Allí viene! —Yoh interrumpe mis cavilaciones.

—Da la orden —Yoh obedece y baja la ventanilla del auto.

—Actúen según el plan— les dice a los hombres en las motocicletas que están a fuera.

Las dos motocicletas, con dos de mis hombres cada una, arrancan y empiezan a seguir el auto de esa tal Natalie.

Dejamos que pasen unos cuantos autos más, antes de que el nuestro lo siga.

Poco a poco las motocicletas alcanzan el auto de Natalie y cada una de ellas se pone a su lado. Su auto se detiene en un alto y mis hombres aprovechan para acercarse y pedirle amablemente que los deje entrar, mostrándole sus armas, ella parece dudar pero los hombres en la motocicleta le tapan el paso y en caso de que decida retroceder nosotros entraríamos al juego. Al parecer quiere arrancar pero uno de ellos mete su mano por la ventanilla que esta semi abierta y abre la puerta, con pistola en mano.

— ¿Yoh, les explicaste que no deben matarla? —le pregunto nervioso.

—Claro que lo hice —Y mira ansioso la escena frente a nosotros.

Mi hombre le abre a su compañero, el cual sube, y empujan a Natalie a la mitad del asiento. Uno de mis hombres toma el control del auto mientras el otro le apunta a la mujer que va sentada en medio de ambos.

No sé lo que ella les está diciendo pero ellos la ignoran. En cuanto avanza el auto, nosotros los seguimos. Nos dirigimos a un viejo almacén en dónde mis hombres suelen guardar, en ocasiones, las cosas que serán enviadas a Hong Kong.

De momento todo va según lo planeado.

Al llegar al almacén uno de mis hombres nos espera con la puerta abierta, en cuanto entramos cierra.

Doy un gran suspiro y Yoh me mira curioso.

—No tienes que bajar —me dice antes de abrir la puerta.

—Solo estoy un poco decepcionado —la cara de Yoh me dice que no entiende mi comentario —Es que por un momento pensé que esto sería más divertido. No cabe duda la acción se llevara a cabo en la casa del tipo ése.

Justo cuando Yoh esta apunto de contestarme un ruido nos distrae y al buscar el lugar de éste, nos sorprendemos al ver que uno de mis hombres está inconsciente en el auto de Natalie y el otro se está defendiendo de ella. Otro de ellos llega ayudarlo pero termina por ser pateado y alejado de la pelea. Veo que ella es una buena peleadora, creo que después de todo me podré divertir un poco.

Esbozo una sonrisa de satisfacción y bajo del auto. Al acercarnos a la chica, veo que le está dando una paliza a dos de mis hombres, mientras algunos más los están rodeando.

— ¡Oh vamos! ¿Esto es enserio, chicos? —Yoh me mira sorprendido — ¿Qué? —le digo y él mueve su cabeza de un lado a otro, reprobando mi actitud.

— ¿Quiénes son ustedes? —Natalie me pregunta tras noquear al hombre con que pelea.

—Eres buena peleando —. Su sonrisa de suficiencia me desagrada —. Tal vez deberías de guardar ese espíritu combativo para después… estoy seguro de que lo necesitaras.

Natalie me mira fijamente y supongo que entendió lo que quise decir, porque aun cuando no lo refleja en su rostro, sus manos se mueven ansiosas; ella está nerviosa.  

— ¿A qué te refieres? —se pone de frente a mí y su postura es retadora.

—Te diré que nosotros somos la empresa de paquetería que fue contratado para una entrega express —desabrocho mi saco y aflojo mi corbata.

Yoh se acerca y pone su mano en mi hombro, supongo que desea que me detenga, pero estoy aburrido y molesto por lo de anoche, así que voy jugar un rato. Me quito mi saco y se lo doy a Yoh.

— ¿Quién los contrato? —Me pregunta quitándose su saco y subiendo un poco su falda, busca sentirse más cómoda —. Puedo pagar el doble de lo que te prometieron —me ofrece — y termina por retirar sus zapatillas.

—Aún cuando tienes al alcance de tus manos el pago, tu jefe no te lo daría —le digo y ella parece no entenderme.

— ¿Qué tiene que ver mi jefe en esto? ¿Te estás vengando de él por medio de mí?—su rostro altivo me muestra una sonrisa irónica —Mi jefe no moverá un dedo por mí, así que lo mejor es que se ahorren su tiempo y me dejen libre o me maten, porque dinero de parte de mi jefe no tendrán.

Parece muy segura de sus palabras.

—Lo siento, pero como dije, somos paquetería. Nosotros no estamos interesados en ti o en tú jefe, solo hacemos nuestro trabajo—. La miro fijamente y ella parece estar decidiendo que hacer, mientras mira a su alrededor, tal vez buscando una manera de escapar—. Agradecería que dejaras de humillar a mis hombres, y que te calmaras.

Sé que ignorara lo que le he dicho pero tenía que intentarlo.  

—Son of the bitch!!

Creo que no le agrado mi amable petición.

—Solo no quiero lastimarte —le digo con la esperanza de no tener que golpearla.

—Si tus hombres no fueron capaces de tocarme, tú menos… ¡estúpido japonés!

Su comentario sí que me ha molestado.

—Fuck you!! Soy chino perra, odio que me confundan. Así que lo mejor es que te comportes y hagas lo que te de digo antes de que me enfurezca más.

Al verla noto que se ríe descaradamente.

Uno de mis hombres se acerca y ella lo esquiva para abalanzarse hacía mí.

A solo unos centímetros de mi rostro detengo su puño.

—Te agradezco que me des una razón para golpearte —le digo al oído.

Sin dudarlo le doy un rodillazo en el abdomen y ella se dobla, pero reacciona rápido y me suelta un golpe a la entrepierna pero al moverme solo logra darme en la pierna.

—Mira perra —la sujeto del cabello y la levanto —es tu última oportunidad para obedecer…

Shit!!

La muy perra me escupió, esto logra distraerme y aprovecha para golpearme en la cara.

Oigo a mis hombres acercarse.

— ¡No se metan! —les ordeno y tras limpiar mi rostro noto que hay sangre en el dorso de mi mano y siento como algo tibio escurre de mi nariz.

—Sería mejor que te ayuden —me dice burlonamente.

—Tengo órdenes de entregarte, más nadie dijo que tenga que entregarte intacta.

Sin más rodeos le tiro una patada directa a la cabeza y ella la detiene con el antebrazo pero rápidamente me impulso para golpearla con la otra pierna, la cual no logra esquivar y da en el blanco.

Veo que escupe sangre y antes de que me conteste le lanzo un puñetazo que logra detener y me jala para golpearme con la rodilla. Aprovechando la cercanía golpeo con el codo su rostro…

Intercambiamos varios golpes más antes de que estrelle su cabeza con el auto y ella parece desconcertada, golpeo su abdomen y para terminar la noqueo.

Por fin ella cae al suelo. Su cuerpo inerte muestra los estragos de la pelea, con varias contusiones, las cortadas de su labio y la sangre que salía de su labio.

—No debiste pelear —Yoh se acerca a mí y otros de mis hombres van hacía la chica —.

—Amárrenla, amordácenla y cúbranle el rostro —. Al escucharme veo que empiezan a buscar con que atarla.

—Mira nada más —me dice, al ver mi rostro — ¿Qué eres un niño? —me regaña.

—Solo me divertía, y no habría podido tocarme, si no me doliera el cuerpo —le echo en cara.

—Tus hombres están para protegerte y no para ser espectadores —me dice mientras me limpia con su pañuelo — ¡Hey Qiang! Consigue hielo —ordena.

—No lo necesito —le digo.

—Note estoy preguntando —se acerca como si estuviera revisando mi nariz —no vas a impedir que te cuide. Además estoy muy molesto por qué te golpearan y porque no hayas permitido que te defendiera —me susurra lo último y un escalofrío recorre mi cuerpo.

—Señor —uno de mis hombres se nos acerca — ¿llamamos a los demás? —me pregunta.

Sin tocar a Yoh, lo alejo de mí.

—No. Esperaremos a qué ellos nos llamen y en cuanto lo hagan, llamaremos a Gianella para hacer la entrega —Al pensar en los planes de Asami, no puedo evitar sentirme nervioso por cómo se desarrollaran y por cómo estará Akihito.

—Entiendo señor —me contesta.

Al escucharlo veo que ya han terminado de atar a Natalie.

—Súbanla al auto —le digo y él acepta mi orden y se aleja para cumplirla.

—Solo nos queda esperar —Yoh me dice.

—Supongo que tienes razón —le digo pero no puedo evitar sentirme nervioso.

—Todo saldrá muy bien, el jefe no permitirá que le pase nada al chico —me dice para tranquilizarme.

Dejo escapar un suspiro y veo a Qiang acercarse a nosotros.

—Lo tengo señor —me ofrece una bolsa con hielo.

—Solo necesitamos un poco —Yoh le dice y éste parece avergonzado.

—Gracias Qiang —le digo y él asiente.

Yoh abre la bolsa y saca solo un par de hielos los pone en su pañuelo y los envuelve, para finalmente ponérmelo en el rostro, específicamente en la nariz.

El contacto frío es tan reconfortante.

—Vamos sube al auto a descansar un poco —acepto la sugerencia y al subirme, él también me acompaña.

En la soledad del auto el me abraza y levanta mi rostro maltratado para poder darme un beso que agradezco y disfruto.

Al separarnos, pone de nuevo el hielo sobre mi nariz.

—Solo nos queda esperar —le digo y él me sonríe para reconfortarme.

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Hola mis lindos distraídos y acosadores.

Por fin actu de esta triste historia, tarde pero los finales son complicados, se tiene que justificar todas las locuras escritas XD, o sea atar todos los cabos sueltos. En fin espero que les guste y comente por fis.

Solo quedan dos capítulos más y esto se habrá acabado. Les puedo adelantar que el siguiente capítulo tendrá por fin el gran reencuentro, ya trabajo en ello y pido a las musas que me regalen un poco de inspiración para que quede bien.

Creo que de momento es todo, son libres de comentar y compartir.

Los quiero mucho, see you later.