Nuestras vidas originales. Capítulo 2

  By Angelitafer

 

¡¿Qué está pasando?!

─ Asami, ¿por qué no descansas un poco?

Sentado junto al lecho donde yace Takaba, las manos cruzadas al frente y con los codos apuntalados en las rodillas. Su anteriormente siempre perfecto y engominado cabello, ahora luce despeinado y cae desordenado sobre su rostro; la barbilla, con una ligera sombra de la incipiente barba que delata que no se ha preocupado de sí mismo, descansando sobre ellas, y los ojos fijos en el herido; Asami no se molesta en echar un vistazo hacia la persona que le habla y ni siquiera contesta. Continúa mirando al chico.

La vista no es muy agradable. Takaba tiene ambos lados de la cama rodeados de equipos médicos que llevan el control de sus signos vitales. Detrás de esta y más hacia la cabecera se encontraba una percha de donde cuelga en estos momentos un suero. Aunque la transfusión había terminado hacia un rato, la palidez por la pérdida de sangre es notoria. Los sonidos que reproducían la respiración del herido en la máquina y el pequeño bip que denotaba los latidos del corazón tampoco hacían nada por alentar un sentimiento de tranquilidad. Antes, al contrario, solo servían para deprimirlos.

─ Vamos, Asami, ignorarme y estar todo el tiempo mirándolo no va a hacer que Akihito despierte. Ya oíste lo que dijo el doctor, ¡está en coma! -exasperado al ver que no obtiene ninguna respuesta, continúa tratando de hacer que reaccione – Tal vez sea mejor así, si estuviese consciente los dolores serían tan fuertes que habríamos tenido que sedarlo y estaría dormido de todas formas.

─ Lo sé – escucha el susurro que le responde. La voz denota cansancio – No me estás comunicando nada que yo ya no sepa, Fei Long.

─ Si lo sabes entonces con mayor razón deberías descansar – exclamó enojado el líder de Baishe – ¡Tendrías que estar durmiendo! No creo que hayas cerrado los ojos ni un minuto en las últimas 72 horas. No estoy muy seguro de que al doctor le agrade mucho encontrar que a su regreso tiene a dos pacientes que tratar en lugar de uno.

─ No molestes.

─ ¡Mierda!, ¡Tienes una organización que dirigir! ¡No puedes abandonar tus negocios! Para eso es preciso una mente fresca y descansada. Antes lo entiendo, no sabíamos cuando lo íbamos a recuperar, pero ya lo tienes aquí, ¡no se va a ir a ningún lado mientras duermes!

─ ¿En serio crees eso? – la entonación le dice al chino que algo serio está pasando por la mente del japonés

─ ¿Qué demonios podría pasar? Esta casa parece una fortaleza de tantos hombres que están vigilando: los tuyos, los míos y los de Mijaíl.

Liu Fei Long está completamente impactado, aunque trata de no demostrarlo. Casi no reconocía al hombre que tenía ante sí. Desde su incidente con Asami y su decisión de secuestrar al chico, ya había vislumbrado que algo estaba cambiando en el japonés. Su determinación por recuperarlo a toda costa pudo ser confundida por orgullo herido y una demostración de fuerza necesaria para poder demostrar que nadie podía robarle nada y quedar impune. Pero esto que estaba viviendo desde hacía más de tres días no se podía reducir a esta simple conclusión.

Esta preocupación por el muchacho gritaba a todos que este chico era más que una pareja temporal, por capricho y lujuria. A estas alturas Fei Long reconocía que Akihito era alguien sumamente especial, con un don invisible pero muy potente. Mas de siete años de ilusión-odio-respeto habían desaparecido en tan solo unos meses. El líder de Baishe respetaba al hombre de negocios que era Asami Ryuichi. Reconocía sus agallas, su carácter y su fuerza, pero sobre todo la inteligencia fría y despiadada que anidaba en aquella cabeza tan endemoniada y masculinamente hermosa. Pero al mismo tiempo lo había odiado y había fantasiado que lo amaba.

Durante mucho tiempo había mantenido muy arraigada la idea de que Asami era el culpable y responsable directo de la muerte de su padre adoptivo. Su medio hermano se lo había hecho creer y toda la posterior actitud del japonés solo reforzó esta creencia. Esto conllevó a la rivalidad y al aumento del sentimiento de autodesprecio que atormentaba a Fei Long.  Ryuichi había llegado a su vida en un momento sumamente vulnerable y sus atenciones crearon el espejismo de un amor posible entre ambos, pero la mentira del hermano de Fei Long y las posteriores acciones de aquel en quien había confiado, solo hicieron crecer la inseguridad del chino y aumentaron el menosprecio que sentía hacia sí mismo, al creer que amaba al asesino de alguien al que quería como su propio padre.

Se necesitó del secuestro del joven y las consecuentes acciones para que se diera la posibilidad de una conversación sincera entre ambos, que aclarara los malentendidos y diera paso a una nueva relación más sana y basada en el respeto mutuo. Pero ese milagro no era el único que debía agradecerle al chico. Gracias a él, la relación con Mijaíl Arbatov había tomado una nueva ruta y el ruso había llenado por completo el solitario corazón de Fei con un sentimiento real, cálido y arrasador. El Dragón de Baishe había descubierto lo que era el amor verdadero y tal cual una flor agostada por el sol, cuando recibe la lluvia beneficiosa, se estaba abriendo a la felicidad y a la nueva vida.

El jefe de la mafia japonesa no responde. Aunque no pierde ni el más mínimo detalle de su amado, su cerebro no deja de buscar dónde estuvo la falla que permitió que semejante desastre ocurriera. ¿Acaso se estaba volviendo débil y alguno de sus enemigos le había tendido una trampa a Takaba? Pero no era posible que no lo viera llegar, confiaba en sus hombres y sobre todo en Kirishima. Nada se escapaba a su vigilancia; ni siquiera el imprevisible Aki lograba vencerle en todas sus intentonas de escape. Por eso no entendía lo sucedido. ¿Qué estaba pasando? Un suspiro se cuela por entre sus labios antes de que se vuelva hacia el otrora enemigo y le confiese el temor que lo atormenta.

─ Ni tus hombres, ni los de Mijaíl, ni los míos; ni tú, ni él, ni yo mismo podríamos defenderlo de ella.

─ ¿Ella? ¿Quién es ella? ¿A quién te refieres? -cuestionó Fei Long, que interrumpió sus cavilaciones, dando un paso más cerca de Asami sin comprender lo que decía.

─ ¿Y si muere? – fue la entrecortada pregunta que recibió en respuesta.

─ Eso no va a suceder -mantuvo la mirada con firmeza – Dios le dio las fuerzas suficientes para que escapara y lograra llegar a tu lado nuevamente. No te lo va a quitar ahora. Será tu responsabilidad encontrar a los culpables y evitar que esto vuelva a suceder.

El sonido de la puerta al abrirse los interrumpió y Mijaíl Arbatov penetró en la habitación aproximándose a ellos.

─ ¿Cómo está? – preguntó mientras miraba al chico.

─ Igual – le informó Fei Long con una triste sonrisa de bienvenida.

 El jefe de la mafia rusa había acudido en apoyo de su socio al recibir una llamada telefónica de su dragón, poniéndolo al tanto de lo ocurrido. Fei Long se había presentado en las oficinas de Asami, de regreso de un viaje a los Estados Unidos para comentarle sobre una posibilidad de asociación con varios inversionistas americanos interesados en expandirse en el Oriente. Fue el mismo día de la desaparición del fotógrafo y veinticuatro horas después, al no tener noticias suyas ni de sus secuestradores, llamó al ruso para informarle lo que estaba pasando y que demoraría su regreso a Macao hasta que lo encontraran.

Doce horas después de la llamada, Arbatov entraba en la oficina de Asami, encontrando en sus socios la misma ira y frustración que le consumía a él al no haber podido encontrar ninguna pista sobre el paradero de Takaba o sobre los responsables de su secuestro.

Arbatov asintió y les informó;

─ Acaban de llamar los chicos del perímetro exterior. Kirishima y el doctor están llegando. Tal vez traigan buenas noticias.

─ Ya era tiempo – exclamó Asami poniéndose de pie y mostrando un poco más de animación.

─ ¿Dónde está la enfermera? – preguntó Mijaíl al no verla por ningún lado en la habitación.

─ La mandé fuera – dijo Asami – Sólo estaba revoloteando por aquí, mirándome a mí en vez de estar al pendiente de Takaba. Solo lo miraba cuando tenía que tomarle los signos vitales cada cierto tiempo, así que le solicité que solo entrara cada vez que fuera tiempo de hacerlo. El herido no soy yo.

─ ¡Pues nadie que te viera lo creería, parece que acabases de salir de una terrible enfermedad! – interrumpió la voz de Yakamo quien entraba en la habitación seguido de Kirishima y la citada enfermera.

 Sin detenerse se acercó a leer los datos de las máquinas y comenzó a revisar a su paciente. Se giró hacia los tres hombres y les comunicó:

─ Es necesario que salgan para poder hacer mi trabajo, pero Asami, tengo que hablar contigo sobre los resultados de los exámenes practicados a Takaba kun. Te comunico que lo que hablaré contigo puede ser de vital importancia para ti o puede que no, eso tú lo decidirás; así como también si quieres que estos señores estén enterados de esto, pero tiene absoluta relevancia con tu vida y la de mi paciente.

Ryuichi lo observa detenidamente. Conoce a Yakamo desde casi su adolescencia y se ha dado cuenta del mensaje implícito en las palabras que acaba de pronunciar. Lo que va a decirle puede ser un arma que Fei Long y Arbatov, pueden usar en su contra si la nueva relación amistosa establecida entre los tres se rompe. No, no es solo entre los tres; Akihito también forma parte de ella y realmente es su causa y promotor.  La verdadera pregunta escondida en la advertencia es si confiaba en ellos hasta el punto de exponer no su propia vida, sino la vida del único ser que le importaba por sobre todas las cosas en este mundo. Sin mover un solo musculo del rostro le responde al médico:

─ Estaremos esperando en mi despacho. Vamos, Kirishima.

Los cuatro hombres salen en silencio y se dirigen dos puertas más allá de la habitación de Asami. Kirishima los adelanta y abre la puerta que deja entrar un torrente de luz que casi ciega a Fei Long y a Mijaíl.

─ ¡Que diablos...! – exclamó Mijaíl

El despacho de Asami se podía llamar cualquier cosa menos una oficina de negocios convencional.  Cuando los ojos del ruso y del chino se acostumbraron al exceso de iluminación, pudieron apreciarlo por completo. El cielo raso estaba hecho a dos niveles y formaba y un dibujo de vigas de maderas preciosas simulando una especie de enrejado. Las vigas debían ser de cedro por el color de la madera. Una de las paredes estaba hecha de piedras en diferentes tonos de grises, cortadas como pequeños ladrillos y colocadas siguiendo un patrón irregular. Un hermoso fuego ardía en una artística chimenea que se escondía hacia el lado exterior de la pared y cercano a la puerta estaba una tv de última generación.

Una preciosa alfombra persa cubría el centro de la habitación y daba un bello colorido al suelo que armonizaba con los muebles de piel y madera torneada, cómodos en su estilo entre clásico y rustico, muy acogedor. Allí donde la alfombra no lo escondía se podía apreciar que el suelo era de madera pulida. El escritorio de Asami estaba de espalda a la pared de frente a la chimenea y la pared frontal a la puerta no existía. Era todo un inmenso ventanal desde las molduras de madera del techo hasta el suelo y daba a una vista espectacular y muy relajante de una parte de los jardines de la residencia.

─ Tengo que reconocer que me has sorprendido Asami, no te creí capaz de poseer algo con tan excelente gusto – reconoció Fei Long al admirar la habitación y el paisaje – ¡Creía que solo tu gusto sobre música era bueno!

─Aunque llevamos muchos años de conocernos nuestra relación no ha sido lo suficientemente profunda para revelarte quien soy. Deberías saber que mi vida privada es tan privada como la tuya en todo lo que cabe. – comento el japonés.

─ Tienes razón, hace solo unos años los tres pensábamos en cortarnos mutuamente la cabeza si se nos daba la menor oportunidad – concordó el líder de Baishe.

─ Ahora henos aquí, trabajando juntos y con una relación entre nosotros que estoy seguro de que todos creímos que jamás sería posible – declaro Mijaíl mientras se acercaba al dragón de Baishe y colocaba una mano en su hombro, posesiva y cariñosa. – Hermoso despacho, Asami.

─ Gracias. Tomen asiento – les invito el dueño de casa mientras Kirishima se dirigía a unos paneles de madera cerca del escritorio tras el cual Asami tomo asiento. - ¿Una copa mientras esperamos?

─ Ryuichi, ¿estás seguro de que quieres que estemos presente en la conversación? – preguntó el ruso mientras lo miraba a los ojos.

─ Esa no es la pregunta Mijaíl - le respondió Fei Long – La cuestión es si tú y yo estamos seguros de que merecemos la confianza que están depositando en nosotros. Parece que la información que se dirá en este lugar será de vital importancia y muy sensible. Asami ya nos ha dado su respuesta al traernos hasta aquí. La pregunta es: ¿Somos nosotros dos merecedores de esta muestra de amistad?,¿Estamos completamente seguros de que no la traicionaremos?

Asami no interrumpió al Líder de Baishe, se mostraba no interesado en lo que había dicho, y solo revisaba los documentos que Kirishima iba colocando delante de él en el escritorio. Para él todo estaba decidido desde el momento en que dejó que ese par se involucrara en la búsqueda de Takaba. Ahora veía mucho más claro que antes las potencialidades de tenerlos de su lado y también estaban develados los riesgos; los aceptaba pues sabía que tenía que hacer si uno de ellos traicionaba no su confianza, sino la confianza de Akihito.

Mijaíl miro a su hermoso dragón en silencio, pero sus azules ojos brillaron con ese fulgor que solo dedicaba a su adorado Fei Long. Siempre trataba de mantener las muestras de su afecto privadas, (aunque debía reconocer que no tenía límites para demostrarle cuanto lo amaba) y a estas alturas Asami conocía que lo que pasaba entre ambos era más que un simple revolcón. Liu Fei Long había entrado en su vida para quedarse definitivamente y si era sincero consigo mismo debía reconocer que de una manera u otra el japonés y su chiquillo habían tomado una acción significativa en la felicidad que ahora poseía. Conocía la sensación de temer por la vida del ser amado y por su seguridad. Incluso si se analizaba detenidamente, Akihito y Liu eran muy parecidos en cuanto a luchar como fieras por mantener su libertad e independencia a toda costa. Si bien al principio no sabía que había encontrado Asami en el mocoso, ahora entendía que la magia de Akihito era más reservada, pero al mismo tiempo tan poderosa como la que poseía el mismo Fei Long. De lo contrario no acertaba a comprender como había logrado reunir y hacer que crearan una alianza extremadamente beneficiosa, tres de las cabezas más poderosas del bajo mundo de Asia.

Si, Fei Long y Mijaíl poseían el conocimiento necesario para entender cómo se sentía Asami y por eso ambos se sentaron en el amplio sofá de piel del despacho y tomaron un sorbo de sus copas, esperando por el doctor. La decisión estaba clara para todos.

Casi una hora después el doctor Yakamo entraba en el despacho. Tomó posesión del asiento más cercano al dueño de la casa, que continuaba sentado tras su escritorio, aceptó una copa de agua y paseó su mirada sobre todos los presentes tras darle un corto sorbo a su bebida.

─ Entiendo que puedo hablar libremente desde este momento. Kirishima por favor, coloca dos hombres fuera de la puerta, pero lo suficientemente lejos para que no escuchen lo que aquí se hablará y que no dejen pasar a nadie, ni siquiera llamadas. Si pasa algo con mi paciente yo recibiré directamente la alerta- dio las órdenes después de consultar al dueño con la mirada. Y esperó que Kirishima regresara y cerrara tras de si.

─ Muy bien- retomó la palabra – Asami, estas medidas de seguridad las considero necesarias por obvios motivos puesto que lo que aquí voy a revelar va a cambiar tu vida radicalmente.

─ Deja los rodeos y habla de una buena vez – explotó el aludido, aunque mantuvo la voz calmada.

─ Recibí los resultados de Takaba Akihito y confirmaron mi diagnóstico, lo cual es bueno pues las medidas tomadas de ante mano agilizaran el proceso de recuperación al ser las acertadas. Esas son las buenas noticias. Ahora bien, algo pasó con los resultados que no me esperaba y que realmente nunca creí poder ver- interrumpió su explicación para preguntar – Asami, ¿que tanto conoces a Takaba Akihito? Y no me refiero a la relación que mantienen ahora, sino a su vida privada anterior a ti, quienes son sus padres, de donde vienen, enfermedades familiares, en fin, todo.

─ Takaba es huérfano, sus padres fallecieron en un accidente de tránsito cuando apenas si llegaba a la adolescencia y fue criado por sus abuelos, pero fallecieron después que terminara la preparatoria – dijo Kirishima – Desde entonces con el poco dinero que le dejaron compró su primera cámara fotográfica y empezó como fotógrafo independiente. Tiene muchos conocidos, pero solo dos se pueden llamar sus amigos ….

─ ¿Algo sobre su historial médico? – interrumpió Yakamo

─ No señor – respondió el secretario de pie junto al escritorio de su jefe.

─ Estás realizando demasiadas preguntas que no tienen sentido, pero te conozco y estoy convencido que nunca haces algo sin razón. ¿Por qué no dejas de dar rodeos y me dices que sucede? – sugirió Asami mirándolo fijo y seriamente.

─ Bien, desde el momento que recibí los resultados he estado tratando de encontrar una respuesta a esta situación. Por mi reconocimiento personal de mi paciente solo podía conjeturar una conclusión, pero antes de decirte quería comprobarla. He realizado nuevos exámenes físicos que confirman el diagnóstico; pero es tan humanamente imposible que es un milagro de Dios que algo como esto sucediera. Si bien este no es el mejor momento.

Cuatro pares de ojos lo observaban fijamente. Tomó aire y soltó la bomba:

─ Les dije que me había llamado la atención que la zona del abdomen hubiera sido la única parte de su cuerpo que no había sido golpeada, que parecía que de alguna forma él trató de protegerse. Debo pensar que tenía noticia de lo que sucedía. ¿Acaso demostraba algún tipo de sintomatología antes de ser secuestrado, náuseas, cansancio, sueño excesivo, poco o mucho apetito?  – volvió a requerir información.

─ Ahora que lo mencionas le sugerí acompañarlo al médico. Llevaba varios días con mucho cansancio e incluso sin apetito – hizo memoria Asami – devolvió la comida dos o tres veces, pero me dijo que era porque tenía varios eventos que cubrir, que eran muy importantes y estaba muy estresado con los preparativos. Eran su primer encargo de esa magnitud y estaba nervioso.

─ ¿Sabes si solicitó cita para ir con un doctor? – volvió a preguntar el médico

─ Si, el mismo día que lo secuestraron – confesó Asami y le ordenó a su secretario – Kirishima averigua los detalles.

─ Enseguida, Asami sama – Kirishima tomó nota para dar las órdenes pertinentes.

─ Eso confirma mis sospechas - continuó Yakamo – ¡Mis parabienes Ryuichi, vas a ser padre!¡Akihito kun está embarazado!

Si una mosca se hubiese posado en algún lugar de la habitación se hubiese escuchado como la pisada de un gigante en un pueblo de liliputienses. Mijaíl miró a Fei con cara de espanto; el chino se incorporó en un salto silencioso y sus ojos se dirigieron hacia Asami con la pregunta: ¿de dónde salió este loco? retratada en su cara. Kirishima se detuvo en su camino hacia la puerta y se colocó los lentes correctamente sobre su nariz. Asami frunció el ceño y sus ojos dorados casi desaparecieron bajo sus cejas con un fulgor asesino.

─ ¿Qué acabas de decir? -  cuestionó Asami y el tono de su voz bajó dos octavas y se volvió un susurro ronco y aterrador.

El doctor no pareció atemorizarse con las reacciones que presenció en su amigo y con voz clara confirmó:

─ Lo que dije es que Takaba Akihito está embarazado. No sé si está en tus planes inmediatos ser padre, pero tienes casi 7 meses para hacerte a la idea. ¡Felicidades!

─ Como broma, creo que es bastante pesada y fuera de lugar – acotó Ryuichi sin dejar de mirar el doctor – no te conocía esa faceta y no creo que sea el momento adecuado para hacer gala de ella.

─ Coincido contigo en que no es tiempo para juegos. Tú me conoces y sabes que no suelo jugar – Yakamo se detuvo frente al jefe de la mafia japonesa- Es un hecho que vas a ser padre porque es una verdad absoluta que tu pareja se encuentra esperando un hijo. A no ser que dudes de tu paternidad.

─ ¡Que dudar de mi paternidad ni un cuerno! ¿De que carajos estás hablando? – estalló Asami y se incorporó violentamente golpeando la mesa con sus puños

─ Estoy diciéndote que Akihito tiene casi tres meses de embarazo- le repitió lentamente, casi silabeando, como si le estuviese hablando a un retrasado mental, el doctor.

 Con un movimiento fluido, Asami rebasó su escritorio y llegó hasta el clínico, cogiéndolo por la solapa de su saco y tirando de él hacia sí, sin contemplación. Fei Long y Mijaíl se abalanzaron hacia ellos para separarlos, tratando de evitar un arranque de violencia; pero el galeno conservó la serenidad y no reaccionó a la agresión recibida. Se mantuvo firme, con las manos relajadas hacia su costado y mirando a su agresor a la cara.

─ ¿Cómo que está embarazado? ¿Qué demonios significa eso? ¿Acaso me estás diciendo que Takaba es un travesti? – le gritó demandando una explicación.

─ ¡Vamos Asami, suéltalo! Así no vas a resolver nada – intervino Fei Long interponiendo su brazo entre ambos y haciendo presión sobre éste para separarlos.

─ ¡Cálmate Asami, creo que debes mantener la calma hasta que te digan todo! – sugirió Mijaíl mientras lograba interponer su cuerpo entre los dos y separarlos.

─ ¡Yakamo, explícate!, ¿quieres? – le pidió Kirishima – No puedes venir y lanzar algo como eso a la cara sin una explicación lógica

─ ¡Takaba Akihito esta embarazado y no, no es un travesti! Es un hombre y repito, ¡tiene casi tres meses de gestación! -aseguró el doctor.

─ ¡Cómo carajos quieres que me calme! ¿Escuchaste lo que acaba de decir? – bramó el japonés fuera de sí a Arbatov, que lo mantenía apartado de su presa - ¿Acaso tú puedes creer semejante sinrazón?

Todos se giraron a ver al galeno que había mantenido la calma en todo momento. Sabía que su anuncio causaría tal reacción y la comprendía y esperaba. Era una verdad universalmente conocida que sólo las féminas tenían el don de crear vida y traerla al mundo, los machos de la especie humana no. Pero era cierto que su paciente estaba gestando una vida en su vientre, con todas las necesidades biológicas cubiertas para tal evento. Su sorpresa casi había rayado en espanto y había necesitado un reconocimiento más profundo para corroborar su hipótesis. Ahora, más calmado al comprobar sus sospechas, podía enfrentarse a su amigo y explicarle lo sucedido.

─ Asami – comenzó la explicación – Estoy seguro de que puede parecer un disparate sostener en una misma oración que Takaba kun está encinta y es un hombre. La naturaleza no creó al hombre con la capacidad de traer al mundo hijos, mucho menos gestarlos. Yo mismo quedé conmocionado al leer los resultados. Esto está fuera de toda imaginación.

─ Entonces, ¿cómo puedes afirmar semejante locura? – inquirió Kirishima

─ Solo existe una explicación lógica a este acontecimiento, pero necesitaba reunir evidencias antes de aceptarla como un hecho – prosiguió el médico -  Es por eso por lo que realicé todas esas preguntas para mayor certeza. Takaba Akihito es hombre y puede concebir porque nació con algo que se conoce con el nombre de hermafroditismo verdadero, es decir, que nació con ambos sexos. Fue operado con una genitoplastia tempranamente, creo que no tendría ni dos años. Es una condición muy rara y parece ser que los padres de Akihito kun escogieron eliminar el sexo femenino. Seguramente era el menos desarrollado o ellos querían un niño en lugar de una niña. El verdadero problema está en que se suponía que extrajeran también los órganos reproductivos femeninos internos y por lo que veo, eso no sucedió.

 Mi dictamen profesional, mas allá de lo evidente, es que dejaron conectados los órganos internos y esta es la consecuencia. Al tener relaciones sexuales con otro hombre se juntaron todas las posibles variantes que hacían falta para obtener este resultado.

Nada. Ni un sonido, ni un movimiento; ni siquiera un parpadeo. Casi se podía escuchar el sonido producido por la electricidad al pasar por el tendido eléctrico, del silencio tan ensordecedor que siguieron a estas palabras. Durante varios minutos nadie dijo nada ni se movió y Yakamo se limitó a esperar la lluvia de preguntas que llegaría en cualquier momento sin decir nada más.

─ ¿Eso quiere decir que Aki kun, siendo hombre puede concebir? – el primero en reaccionar fue Fei Long.

─ Exactamente - respondió el médico, agregando – Es uno de los poquísimos casos que hay en el mundo. Claro que la mayoría de estos casos provienen de personas que han sufrido operaciones transexuales. El porcentaje de posibilidad de que una persona con hermafroditismo verdadero quede encinta es menos de un treinta por ciento. No creo que existan muchos casos documentados al respecto.

─ ¿Cree usted que Akihito sabia sobre esto? – indagó Mijaíl Arbatov.

─ Si la pregunta se refiere a si sabía sobre el embarazo, la respuesta es que si -confirmó Yakamo – Ya les dije que me había llamado la atención notar que la única parte del cuerpo que no tiene marcas de golpes es el abdomen, pero si la pregunta es sobre si sabe de esta operación que le realizaron….

─ Esa es mi pregunta – aclaró el ruso.

─ En ese caso mi respuesta es que no. Por lo que pude confirmar en un examen físico que acabo de hacerle, la cicatriz de la operación es casi invisible. Al haber sido realizada en la temprana niñez, el crecimiento ocultó la cicatriz hasta hacerla casi imposible de distinguir y por lo que he podido constatar de la personalidad de Takaba y de su historia personal no creo que sus padres hayan tenido tiempo de decírselo antes de fallecer por la poca edad que tenía cuando sucedió el accidente. O tal vez pensaron que no era necesario exponérselo ya que había sido operado siendo chico y el único sexo consciente que debería recordar es el de varón.

─Bueno, esto es algo fuera de toda imaginación – comenzó a decir Arbatov separándose lentamente de Asami, que había dejado de tratar de liberarse y estaba  inmóvil.

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Mis lindos distraídos les recuerdo que está historia NO es de Keyla, está historia es de Angelitafer, así que de querer una conti pronto pueden acosarla a ella déjandole un mensaje en está entrada XD.