Hojas de Otoño. Capítulo 15.

Sorprendido

La Luna ilumina parte de la habitación, mientras sumerge en una terrible oscuridad el resto de ésta. Me mantengo en las sombras, siempre lo he hecho, mi vida completa ha sido encubierta por ellas. Mi mundo nunca ha requerido la luz de nada ni de nadie, sin embargo una noche una brillante luz interrumpió en mi vida y atraído por su resplandor me acerque de más, probé su calidez y deje que iluminara mi mundo. Cómo si de una luciérnaga se tratara la atrape y la obligue a mantenerse a mi lado. Ya una vez fue robada y durante ese tiempo quede ciego y perdido en las sombras, mi mundo se trasformo por la luz y sin ella pierdo el rumbo.

Mi vista mira fijamente la Luna plateada que brilla en lo alto del oscuro cielo, se ve tan hermosa… ¿Tú también la puedes ver?

—Sr. Asami —La voz de Haruki me distrae.

— ¿Sí? —Abro la puerta para ver al chico.

—El Sr. Roger está aquí —lo miro fijamente —. Lo siento, el Sr. Stuart lo busca —.

—Bien, pásalo a la oficina, bajo en un momento —. Él asiente y se retira.

Me quito el albornoz y me pongo un pantalón de algodón, una camiseta y con el cabello aún goteando salgo de la habitación. Antes de que cierre la puerta hecho un rápido vistazo a la ventana, aún abierta, la Luna es cubierta por una nube gris, la habitación queda a expensas de las sombras, supongo que la oscuridad es parte de la vida de todos.

—Buenas noches Stuart.

Entro y me acomodo en mi lugar.

—Sr. Asami, lamento molestarlo a estas horas pero tenía que hablar con usted antes de que se fuera.

Haruki se encargo de avisarles a todos que viajaría.

— ¿Sabes algo nuevo?

—No precisamente… —su mirada se mueve por la habitación. — ¿Le molesta si fumo?

—Adelante —antes de continuar, se pone de pie y abre la ventana.

Saca su cajetilla y me ofrece uno, sin embargo los cigarrillos largos no me gustan, así que declino su ofrecimiento. En cambio me sirvo un whiskie.

—Hace unas horas me entere que unos de mis compañeros fueron a hablar con el Sr. Henry. Lo interrogaron sobre Akihito, él dijo no saber nada de su paradero, es más afirma que solo lo vio una vez, y eso fue el día que llegaron. Además dice que al día siguiente viajo y no volvió a Chicago, que en los días siguientes viajo a los Ángeles por cuestiones de trabajo. Los agentes preguntaron si había alguien que confirmara su versión y éste dijo que sí, que hay testigos que confirmaran su declaración.

— ¡Ese maldito! —Seguramente le pago a testigos falsos. Yo lo haría.

—Ahora los agentes están entrevistando a los supuestos testigos —. Bebo y sigo a la espera de más información, no creo que eso sea lo que tan urgentemente deseaba comunicarme. —Sé que nadie cree su versión, sin embargo es su trabajo revisar y seguir buscando algún error o algo que nos lleve a detenerlo —Stuart fuma de pie y mientras lo hace miro su rostro pálido, su cabello despeinado y su ropa un desastre, parece muy cansado.

— ¿Ya sabes más sobre lo que planean hacer para atraparlo?

—Aún no señor, pero estoy en eso. De lo que sí, estoy convencido es que no planean insistir con el caso de Takaba, a menos que encuentran pruebas que realmente lo comprometan. Creo que no quieren alertarlo, desean que siga confiado en que no sabemos nada o no tenemos nada para acusarlo.

—Ya veo, Takaba no es prioridad —de alguna forma era consciente de esto. —Si Takaba no fuera mi amante, nadie haría nada por encontrarlo, solo formaría parte de las personas desaparecidas presuntamente por culpa de Henry —.

—Lamento aceptarlo, señor, sin embargo así sería —. Stuart termina su cigarrillo y regresa a sentarse enfrente de mí.

— ¿Hay algo más?  

—Así es señor. Ya no puedo seguir manteniendo la mentira, tenemos que proseguir —Stuart recarga sus manos sobre el escritorio y me mira fijamente.

— ¿Estás seguro?

—Sí señor. Hoy me notificaron que los agentes que llevan el caso de Henry, desean revisar las evidencias y ver si hay algo que se nos haya pasado. Si nada extraordinario ocurre, llegaran dentro de tres días. Tengo poco tiempo para actuar.

—Está bien. Prosigue con lo planeado. ¿Necesitas ayuda? —Saco un cigarrillo y lo enciendo.

—Necesito la ayuda de una persona —pareciera repasar algo en su mente, mientras contesta.

—Ok. Kuroda se quedara para continuar con su…

Se escuchan pasos afuera, además de personas hablando.

La puerta se abre precipitadamente y Kuroda aparece en el marco de la puerta, atrás de él está Haruki, con cara de preocupación.

—Lo siento señor, el Sr. Kuroda no quiso esperar a que lo anunciara, ni porque le dije que estaba ocupado.

Sonrío levemente.

—No te preocupes Haruki, Shinji es un tanto maleducado —. Haruki asiente y se retira.

—Pasa Shinji, ponte cómodo.

—Asami, ¿cómo es eso de que te vas a New York? —Shinji sin pensarlo un poco, comienza a gritar.

—No hay razón para que eleves el tono de voz —contesto sin alterarme —. Viajo mañana por la mañana. Feilong me llamo para ofrecerme ayuda —comento escuetamente y noto que al mencionar a Feilong, el rostro de Stuart se ensombrece —. Aquí no hay nada que hacer, por lo menos para mí. Iré a New York a terminar con todo esto.

— ¿Cómo puedes confiar en Feilong? —me pregunta y sin esperar una invitación mía, toma el whiskie y se sirve.

—No lo hago, por lo menos no al 100%, tomaré mis precauciones. Sin embargo estoy seguro que él también quiere que encontremos a Takaba.

—Estas siendo muy confiado…

—Basta de esto Shinji, estoy harto de que todos cuestionen mis decisiones. Agradezco tu preocupación pero no voy a cambiar mis planes —me mira enojado y antes de que inicie una retahíla de comentarios aburridos, continuo hablando en tono de “no voy aceptar más quejas” —. Shinji te quedaras aquí y me mantendrás informado, dejaré a dos de mis hombres a tu cargo. No creo que Henry se le ocurra atacarte, aunque no está demás ser precavidos…

—A diferencia de tu niñito malcriado, yo sé cuidarme, así que no necesito a ninguno de tus hombres —me contesta evidenciando su molestia. Ignoro su comentario y prosigo.

—Puede que tengas razón. Y aún así dos de mis hombres se quedaran contigo. Necesito que ayudes a Stuart en todo lo que requiera. Empezando con prestarle uno de los hombres que estarán a tu cargo, tu decidirás quien —Tras restregar mi cigarrillo en el cenicero, continuó con las instrucciones —Shinji, necesito que trabajes en equipo con Stuart —al decirlo él me lanza una mirada asesina para luego desviarla —no me importa como lo hagan siempre y cuando trabajen bien —Stuart parece un poco resignado a cooperar.

Definitivamente quien me preocupa más es Shinji, ya que suele ser un poco más terco. 

—Supongo que al irme, pueden seguir ocupando la casa —miro a Stuart para ver que dice.

—No la necesito, yo estoy en un hotel —Shinji contesta antes que Stuart, quien parece un poco harto de la actitud de éste.

—Si el señor Kuroda no desea ocuparla no hay razón para continuar usándola, yo de momento estoy rentando un pequeño departamento —contesta calmadamente.

—Ok, después de haber arreglado todo esto, Stuart por favor si necesitas algo no dudes en pedírselo a Shinji o llamarme. Por favor actúa con cuidado en lo que planeas hacer —le digo antes de que de por terminada esta charla.

Stuart interpreta bastante bien mi comentario y se pone de pie, listo para abandonar la habitación.

—Sí señor, tendré cuidado. En cuanto consiga más información le avisaré. Sr. Asami si requiere de mi ayuda por favor dígamelo y viajare de inmediato.

—No quisiera que Feilong te viera, pero si es completamente necesaria tu presencia, te llamare.

—No sé preocupe por mi señor, solo haga lo que tenga que hacer —me dice justo cuando está en el marco de la puerta —estaremos en contacto. Buen viaje señor.

—Gracias…

— ¡Hey! —Shinji le grita —espera, podríamos irnos juntos —. Se toma lo que queda de su bebida —ya no tengo nada de qué hablar contigo —me mira aún molesto por mi actitud, supongo —Adiós Asami, no eches a perder todo lo que hemos hecho, corriendo a la casa del idiota ése —. Me dice antes de salir con Stuart.

Me quedo un rato más sentado, solo, en la habitación.

—Señor, sería mejor que se retire a descansar —Haruki entra sin tocar.

Veo que su rostro luce tan cansado como el mío.

—Haruki ¿Cuándo te revisaran el brazo? —El chico trabaja tanto y casi sin descanso que hasta se me había olvidado su lesión.

—Anteayer fui a una revisión, el doctor me dijo que iba sanando bien y que de seguir así en unas dos semanas mi brazo estaría como nuevo —el chico me transmite, con su voz, el anhelo de que esto se haga realidad.

 —Muy bien.

— ¿Señor ya habló con Kirishima?  —Haruki me sugirió convencer a Kirishima de quedarse con Kuroda.

—Sí. Y está de más decir que no acepto la oferta, así que irá con nosotros. Sus quemaduras están mucho mejor. —Kirishima está muy molesto consigo mismo por no poder trabajar, y por más que intente calmarlo al respecto no funciono, supongo que solo me queda agradecer que sea un hombre tan leal. —De momento seguirás a cargo de todo el trabajo, Kirishima estará solo como mi guardaespaldas personal.

—No hay ningún problema señor —.

Me pongo de pie y salgo de la habitación.

—Ve a descansar Haruki, que mañana será un día pesado y largo.

—Gracias señor —Haruki hace una reverencia antes de alejarse de mí.

Me dirijo a mi habitación y espero dormir, por lo menos unas cuantas horas.

Lo extraño, siento que mi cama es demasiado grande y las noches son frías y solitarias… ¿por qué las noches son tan largas?

— Señor Asami, está todo listo —Haruki me mira serio como siempre, aunque una pequeña muestra de nerviosismo parece asomarse en su rostro —. Y el señor Feilong ya habló para avisar que viene hacía acá.

—Muy bien, entonces prepara el auto para partir en cuanto llegue —.

Haruki asiente y sale de la habitación.

El chico trabajo bien y rápido, planeo todo para que llegáramos con el tiempo adecuado para la cita. Nos hospedamos en un hotel de lujo y consiguió el auto para movernos.

— ¿Señor? —Kirishima me habla, al parecer me abstraje por un momento.

— ¿Qué sucede? —le contesto y lo miro.

Mi secretario luce nervioso, su traje negro cubre por completo sus brazos quemados. Al parecer el tratamiento es bastante efectivo pues sus brazos se han recuperado bastante rápido. Tras sus gafas, sus ojos se muestran inquietos.

—Sería mejor que solo uno de nosotros fuera con el señor Feilong… no sabemos nada de su contacto… ¿Y si es una trampa?

—Kirishima debo ir e iré. Además estaré acompañado, en caso de que se suscite algún problema, confió en poder resolverlo y salir ileso —.

—Señor está siendo descuidado —escucharlo me hace pensar en que no es la primera vez que soy descuidado, de hecho, el que se presentara esta situación ya es una demostración de mi descuido.

Debo resolver las consecuencias de mis descuidos, sin importar el cómo lo haga.

No comento nada sobre lo que ha dicho.

Después de algunos minutos más Haruki anuncia la llegada de Feilong y bajamos al estacionamiento para verlo.

—Asami, llegaste a tiempo —. Su mirada no parece sorprendida —ya me lo esperaba.

—Buenas noches Feilong —lo saludo y este asiente. Feilong viste un traje azul marino, de dos piezas.

— ¿Nos vamos?

—Claro, te sigo en mi auto —contesto y camino hacía el vehículo.

—No, prefiero que viajemos juntos —. Me quedo de pie mirándolo —. No desconfíes, no pienso atacarte, en este momento me importa más la seguridad de Akihito. Si te pido que viajemos en el mismo auto es porque no deseo que mi socio se ponga a la defensiva, pues no sería normal que llegara más de un auto y con tantos guardaespaldas.

Pienso en lo que ha dicho y suena razonable.

—Está bien —al decirlo puedo escuchar una casi inaudible queja de Kirishima —. Kirishima y Haruki me acompañaran y no pienso cambiar de idea —le digo y Feilong asiente.

—Daba por hecho que tu secretario viniera, pero ese chico ¿quién es?

—Es mi nuevo secretario —no digo más y Feilong parece entender que no voy a decir más al respecto.

Nos indica donde está su auto.

En cuanto partimos Feilong empieza a preguntar sobre lo sucedido y el cómo es que Akihito termino secuestrado. Le explico todo.

Por fin el auto se detiene frente a un hotel. Al bajarnos me doy cuenta de que no pude preguntarle nada sobre su contacto, a Feilong.

Caminamos seguidos de nuestros hombres y al entrar en el restaurante un hombre negro, vestido de traje nos intercepta.

—Señor Feilong —le pregunta a mi acompañante.

—Sí —le contesta su secretario.

—El señor Ricci lo espera arriba —al hablar éste le indica que lo siga.

Feilong parece un poco desconcertado pero aún así lo sigue y bueno todos hacemos lo mismo.

Nadie dice nada mientras el hombre nos guía hasta el elevador y luego al piso 25, dónde bajamos. Pronto llegamos a la habitación en la que se supone estará el hombre con quien hablaremos.

—Por aquí señor —El hombre abre la puerta y nos invita a pasar.

Al entrar varias personas nos esperan. En la pequeña sala tres hombres de pie y desperdigados por ella, nos vigilan. Y una sola persona sentada en el sofá nos mira inquisitivamente.

Estoy un tanto sorprendido, la verdad no me espera a una persona así, al ver a Feilong parece que él está igual que yo, lo cual no me tranquiliza.

—Señor Feilong, es un placer conocerlo —su voz es fuerte y segura.

"¿Conocerlo?"

No se supone que ya se conocían. Si no es así, entonces ¿quién es está mujer?

 ANTERIOR                  SIGUIENTE

Les gusto?

Por fis díganme todo lo que piensan. Se que para mis lindas acosadoras esto no es nada y desean más y más pero soy lenta, además de que mi concentración ha estado bastatnte mal, y ya les contaré porqué.

Espero que me regalen un comentario. Por cierto preparense porque el final de esta historia se aerca y el blog se esta preparando para ello, ya vieron el lindo diseño que tiene? les gusto comenenme si les es fpacil navegar por el o si tienen algún problema para encontrar alguna cosa.

Los quiero y espero leerlos mucho.

See you later :)