ONE-SHOT: ONCE UPON A TIME IN HALLOWEEN Parte 2

ONCE UPON A TIME IN HALLOWEEN

BY SHADOWW.

(FINAL)

La shaytan; aturdida trata de levantarse lo que enfurece más al vampiro arremetiéndo con una patada en su abdomen,

ella hace la posición fetal para apaciguar un nuevo golpe y aminorar su dolor.

─¡Suficiente, Asami!  Kuroda, encárgate del chico, llévenlo a mi auto.  Kirishima; tráeme al shaytan, por favor. ─Ordenó el líder, Kirishima toma a Ryu en brazos y  lo acerca para que Havi tome su cabeza entre sus manos, con sus largos dedos delineaba el rostro, continuaba por su cuello hasta llegar a su espalda.  El shaytan hace unos quejidos al sentir el tacto de esos dedos; de inmediato siente el alivio en todo su cuerpo, una nueva fuerza fluye y ayuda a sanar sus heridas.

***Mi señor... ***  La misma mano que lo curó ahora se posa en su nariz, evitando que el can pudiera continuar hablando.  Havi susurra algo en su oreja y el shaytan corre hacia la maleza hasta perderse de vista.

─Lilith, despídete de Eva... lo haré rápido para que hagamos aquí la celebración del rito. ─La vampiro se acerca muy cautelosa, su shaytan ya ha llegado a agredirla y no puede confiar en que tal vez... lo vuelva a hacer.

Asami las observa detenidamente, no puede creer que siendo iguales puedan tener deseos distintos... ¿En qué momento dejaron de ser una?  Havi se acerca y toma la barbilla del rostro de Eva, se crea un símbolo mágico a su alrededor, en cuanto el hechicero empieza a recitar los versos en sanscrito.

La mano izquierda de Havi se posiciona en el pecho del demonio; Eva consigue levantarse y se abalanza al líder para tratar de morder en su cuello, Kirishima empuja a la shaytan para proteger a su líder.  Asami y Lilith la sostienen.

*             *             *             *             *             *

Ryu llega a lo que parece la entrada principal; permanece un momento entre los arbustos y logra ver a Kuroda… Al parecer, se encontró con los amigos de Akihito; están por abordar uno de los autos negros, que forman un pequeño convoy, seguramente son parte de la seguridad del Líder.  Algo le hace cambiar la vista a otra dirección; en otro auto, con la puerta abierta… recostado en la parte de atrás, el shaytan logra ver al fotógrafo.  En cuanto el auto arranca llevando a los amigos de su pareja a su hogar, Ryu sale de la maleza, dando unos pasos más se acercó a Kuroda.

―Hola, Ryu.  Veo que ya estás bien, él está en el auto de Asami.  Regreso con los demás, ¿ok? ―El can solo asiente y se encamina hacia donde se encuentra el rubio.

Al llegar ahí, se detiene un poco para admirarlo… recostado en el asiento trasero, iluminado sutilmente por el rayo de luna, podría pasarse toda una eternidad y no cansarse de verlo, Ryu sacude su cabeza como tratando de volver de su ensoñación, rodea el vehículo para asegurarse de que estén a salvo.  De pronto, un humo blanco cubre al gran danés revelando su forma humana… completamente desnudo; entra al vehículo y en cuanto cierra la puerta, Akihito se despierta.

―Mhmmm… ¿Dónde… estoy? ―Ante el sobresalto de no saber dónde se encuentra, siente unos fuertes brazos que lo aproximan a su pecho tratando de calmar su ansiedad.

***Tranquilo, Akihito.  Soy yo…***

―¡¿Asami?! ¿Pero..? ―Ryu solo rodea sus ojos y soltar un suspiro, es increíble que este chico todavía no pueda diferenciarlos, ante esa reacción; Akihito lo toma del rostro con ambas manos para tratar de mirarle a los ojos…  El color de aquellos son como el oro. ―¡Ryu! Estás en tu forma humana y… ¿Por qué estás desnudo?―. El shaytan solo sonríe y lo abraza de nuevo.  

***Akihito... este es el momento.***  El shaytan se detuvo para mirarlo intensamente, el rubio se dio cuenta de su tono áspero... aunque el viento intensifique y se manifieste frío, él siente como el calor se expande por su rostro.

Ryu lo miró, fue entonces que entendió perfectamente sus sentimientos hacia Akihito.  No niega que en cuanto sintió la conexión psíquica, le entró curiosidad de conocerlo físicamente; pensaba que tal vez sería una mujer algo recatada… pero en cuanto lo vio ahí, durmiendo en su pequeño departamento, lo miró de arriba abajo, su cabello platino adquiría un brillo sublime bajo los rayos tenue de la iluminación citadina, su rostro, sus labios… carnosos y apetecibles, la blancura de su piel… pareciera como una estatua hecha en marfil.  Todo de ese joven lo excitaba, pero lo más hermoso de ese chico que lo tenía fascinado, es que representa todo lo que quiere en una pareja.

Amaba su ternura y su pasión, todo en él lo hacía quererse poner de rodillas a sus pies y vivir adorándolo eternamente.  ¡Rayos! ¿Cómo explicar eso en palabras? ¿Cómo explicarle a Akihito todas esas sensaciones que lo ahogan solo con su cercanía?  El shaytan se sentía vulnerable; estuvo a punto de perder a su ‘pareja’, pero en cuanto vio su valor, su coraje y resistencia por protegerlo de Eva; entonces volvió a mirarlo… ¡Joder! Akihito lo está mirando preocupado… No… NO… ¡NO! Él debe saber de sus sentimientos, que tiene derecho a escuchar sus palabras de amor y no sólo en la intimidad.

Ryu desliza su dedo índice sobre su mejilla, pinceló sus labios y luego continuo así por entre su ropa hasta llegar al hueco de su clavícula, allí… sin saberlo; dibujó un “te amo”, subió su mano hasta su mejilla y la acarició con ternura.  Akihito se frota suavemente contra la palma.

―¿Qué pasa, Ryu?

***Shhh… no hables, mi amor.  Déjame decirte todo lo que siento y que hasta ahora me lo he guardado por ser orgulloso y… por celos.***

―¿Orgullo? ¿Celos?  Explícate, Ryu…  Por favor.

***Cuando sentí la conexión psíquica, supe que había llegado el momento de despertar de mi sueño de dos siglos…  Volví a la vida cuando Asami se ‘alimentaba’ durante la luna sangrienta, en cuanto mi otro ‘yo’ descansaba, aproveché la oportunidad para salir a buscarte…  y entonces te ví, algo en mí se estremeció.  Respiré hondo para captar mejor tu aroma  y comprendí que tú serías mi nueva ‘pareja’; pero… eres un chico.  Eso me desconcertó; en cuanto volví a sentir la conexión… sabía que sería imposible resistirme.

El deseo golpeó fuerte en mí, que solo quería enterrarme entre tus piernas, probar tu sabor, deslizarme por tu cuerpo, hacerte mío… sin Asami.  No me importaba que a ti te costara aceptarlo o no, solo te quería entre mis brazos y en mi cama… follarte  hasta dejarte agotado para volver a empezar.  Pero… desde que pasó el ‘reclamo’; me llamas en pocas ocasiones, solo querías la compañía de ‘él’… eso, me hirió, pequeño... y mucho; verte cada noche totalmente rendido a Asami, que solo ansiaras sus caricias, que te despertaras todas las mañanas buscando el calor de su cuerpo; no sabes cuánto deseaba que al menos por una vez… me rogaras a que te poseyera, lamerte y que me lamieras, correrme dentro de ti, en tu boca… puro placer y desenfreno.  Y me regalaras el preciado tesoro… tu orgasmo convertido en energía pura.***

De repente, aparecen nubes... ocultando a la majestuosa luna llena, como si avisaran la aparición de una tormenta; Akihito respiraba de forma agitada, la tela de su camisa rozaba con sus pezones; ahora endurecidos y sus labios ahora estaban entre abiertos y humedecidos.

―A-ahmm… Yo… no…  No era mi intensión, herirte de esa manera.  Todo pasó tan rápido, la mudanza… el que dejara mi trabajo… Asami me ha dicho que debo tener relaciones contigo… y la verdad no estaba preparado para aceptar una relación así; por eso le pedí tiempo.  ¿Ryu, esto es una especie de tortura?

***No.  ¿Por qué?*** Preguntó el shaytan al notar como el cuerpo del joven comienza a estremecer.

―Porque me estás poniendo a mil, no sé lo que pretendes pero… como no acabes con esto pronto, terminaré saltando sobre ti para que me hagas eso que describes. ―Ryu solo esboza una pequeña sonrisa.

***Solo déjame terminar, que conozcas mis sentimientos.  Yo ya tenía claro mi amor por ti, pero en la comida con tus amigos… sentía que necesitaba y precisaba de algo, pero no sabía que era…  Cuando te vi allí, inconsciente… mi corazón se desgarró lentamente.***

Akihito levantó la mirada para mirarlo fijamente, tomó la cara de Ryu entre sus manos y lo besó dulcemente. Él devolvió el beso con la misma suavidad, lentamente se apartó del rubio y siguió hablando.

***Me di cuenta de lo fácil que era perderte y de lo mucho que me harías falta, que te necesitaba y que jamás te lo había dicho. En 200 años y por primera vez, lo entendí. Verte allí y saber que podía haberte perdido, me destrozó. No querría vivir en un mundo sin ti, no merecería la pena.***  Lo abrazó fuerte contra su cuerpo.

***Te necesito, Akihito, me haces sentir vivo, me haces creer y tener ilusión. No puedo ni imaginar siquiera despertar y que no estés a nuestro lado, no oírte, saber que no estés aquí para pelear conmigo, para enseñarme y demostrarme que no me necesitas para luchar tus batallas pero que aun así, estás a mi lado. Te amo, como nunca pensé que se pudiera amar, con cada latido de mi corazón, con cada respiración. Siento que tengo que hacerte mío una y otra vez, llegar tan dentro de ti como sea posible, fundirme en ti, pero no sólo por deseo, pequeño... sino porque necesito que te sientas tan mío como yo me siento tuyo.***

El fuerte estruendo de un rayo que cayó cerca de su posición, Akihito no pudo evitar derramar algunas lágrimas… ¿Ryu se le estaba declarando? Fue entonces que su cuerpo comenzó a temblar.  El shaytan se inclinó hasta él y se dejó caer entre sus piernas, tomó sus manos y las guio hasta su cara. Lentamente se las besó, acariciándolas con su lengua, chupando sus dedos, mientras que susurraba sin cesar:

***Te amo, Akihito, te amo, te amo… Sé que no tengo derecho a pedírtelo siquiera pero aun así, tengo que pedirte un favor. Quiero que me perdones y que me hagas un hueco en tu corazón. No tengo derecho a pedirte que me ames, pero déjame entrar en él, me conformo con el espacio más pequeño que puedas darme, de verdad.****

El rubio ya no pudo evitar el llanto, y se dejó caer frente a él.

―No puedo darte un pequeño espacio en mi corazón, cuando en realidad, lo tienen por entero. Yo también te amo, Ryu al igual que a Asami.  Sin límites ni medidas y sin condiciones, con pasión y con ansias. No sabía que se podía amar así, de tal manera que siento que ya no me pertenezco a mí mismo; y nada puede hacerme tan feliz como saber que este amor es recíproco. Te amo y quiero hacerte el amor.  Por favor...  Tócame, Ryu, ponme a prueba. ─Akihito levantó la mirada... la fuerza que mostraba el chico, añadido a los sentimientos que el shaytan tenía por él, hizo que cediera y le tendiera la mano... Cuando el fotógrafo puso sus dedos sobre su palma, el corazón le palpitó con furia contra sus costillas y no pudieron evitar que a los dos les temblaban las manos.

***Pequeño... estás temblando.***  Lo conduce hacia el asiento del auto.

─Solo estoy nervioso. ─Ryu también lo estaba, puede que Akihito le estuviera entregando su cuerpo, pero él estaba poniendo el corazón en sus manos.  Si eso no resultaba, sabía que quedaría destrozado y no estaba seguro de poder recuperarse.

***No seré suave contigo. ***  Akihito asintió.

─No merezco que lo seas.

La posibilidad de mil mañanas brillantes parpadeó en la mente de Ryu... Tener a este humano a su lado, todos y cada uno de los días de su existencia; era su mayor fantasía.

***Desnúdate... yo encenderé las luces. ***Ryu oprimió el botón para que se encendiera la luz e hizo brillar la piel del rubio, dorando sus hombros y espalda; sus nalgas.  Al shaytan se le inundó la boca de saliva y sintió una opresión en el pecho. ¡Carajo! ¡Cuánto deseaba que Akihito fuera suyo para siempre!

Akihito colocó sus prendas en la parte inferior del asiento, el shaytanurgó en el compartimiento y encontró unas esposas, se da la vuelta para estar junto al fotógrafo...

***Ahora, acuéstate, túmbate sobre tu espalda y separa las piernas.***  El rubio lo hizo sin titubear.

Ante esa brillante luz, Akihito se mostraba como es... sin tratar de ocultar alguno defecto de su cuerpo, mientras se tendía mientras calculaba no golpearse la cabeza con la puerta, y apoyaba los talones en el asiento.  ¡Dios!, la mejor vista que podía tener... Ryu quiso abalanzarse sobre él, pegar la boca a su falo y sentir cómo explotaba en su garganta antes de llenarlo con su gruesa necesidad... pero se contuvo y se obligó a pensar qué haría a continuación..  Tenía que averiguar si Akihito aceptaba intimar sin reservas.

***Los brazos por encima de la cabeza.***  Akihito obedeció sin vacilación alguna.  El shaytan le tomó las muñecas; luego le puso las esposas cerrando una en torno una muñeca y pasó la otra en el pequeño espacio del cinturón de seguridad para asegurar la otra.  Ruy se vio asaltado por el deseo de besar a Akihito hasta que se convirtiera en arcilla en sus manos. ¿Podría el chico cederle su voluntad porque era lo que ambos necesitaban?

***Voy a inspeccionarte.***  Acomodó su cuerpo para quedar entre los muslos de Akihito, estudiar su suave piel, en su falo que de a poco empieza a cobrar vida. ¡Maldición! Su excitación está creciendo a pasos agigantados y eso que apenas está comenzando.  Respiró hondo y pasó el dedo índice en la punta de su pene.

Akihito tensó un poco los músculos, conteniendo su respiración, el shaytan dio un ligero golpecito en la punta lo que provoca que el rubio se ponga rígido ante la sensación pero se obliga a relajarse, comenzó a masajear suave… lento, el demonio quería ver sus reacciones antes de continuar, luego toma su miembro y desliza la lengua primero por la punta, succionando e introduciendo la misma por la uretra.  Mientras su otra mano jugaba con sus testículos, el pene comenzó a liberar su humedad, disfrutando su sabor dulce y almizclado.  El rubio se tensó y contuvo el aliento, su sabor inundó la lengua de Ryu, mientras succionaba el pene, apretaba aún más sus duras bolas, mientras que la mano comenzó a crear una fricción que el chico no pudo resistir.

Ryu siguió haciéndolo para llevarlo cada vez más alto, sus suspiros se convirtieron en gemidos, Akihito arqueó sus caderas, el shaytan lo mantuvo sujeto y lo miró con toda la severidad que pudo.

***Quédate quieto.  No conseguirás que te lleve al orgasmo con esos contoneos y súplicas silenciosas… te lo daré cuando crea que estés preparado, sí lo mereces.  ¿Entendido?

―Sí, señor. ―Respondió el chico con un tono agudo, el shaytan contuvo una sonrisa.

***Déjame disfrutar de tu sabor.  ¿Sabes lo mucho que he deseado durante los últimos meses poder hacer esto?  No querrás privarme de ello, ¿verdad?***  Akihito negó con la cabeza y tensó cada músculo cuando Ryu volvió a tomar su pene con su boca, comenzó a lamerlo lenta y ávidamente; perdiéndose en su sabor, quería llevarlo hasta al borde para que el rubio pudiera intuir el abismo de placer destructivo que le esperaba, pero también deseaba que Akihito estuviera dispuesto a arriesgar cualquier cosa por él.

Akihito cerró los puños, apretó los dientes y echó la cabeza hacia atrás cuando el shaytan volvió a juguetear con su miembro y sus testículos.  Ryu observa como la piel del rubio está cubierta por una capa de sudor y ruborizada en todas partes; tenía los labios hinchados, la verga bien dura que palpitaba en torno a sus dedos, pero se contenía… intentando controlar la respuesta.  Hasta ahora Akihito estaba resistiendo bien, pero había llegado el momento de desafiarlo un poco más, Ryu se obligó a abandonar su sabor y golpeó con una palmada su pubis, el chico grita sin poder evitarlo y se arqueó hacia él, pero se controló al instante.

―L-Lo siento. ―Jadeó el chico, porque sabía que no había obedecido la orden de estar quieto y callado.  Ryu no tendría que explicarle lo que venía.

***Date la vuelta… ofreceme el culo, te voy a azotar.***  El shaytan lo vio vacilar y se tensó.  Es la prueba que necesita para saber realmente si Akihito le cedería su voluntad.

El fotógrafo se gira con los brazos sobre la cabeza y se puso de rodillas en el asiento del vehículo.

***Vacilaste.***  Ryu le frota las nalgas, esperando que la caricia le resultara amenazadora.

―¿Tengo permiso para hablar, señor?

***Lo tienes.*** 

―Si me azota, llegaré más rápido al orgasmo… estoy tratando de tranquilizarme, señor. ―¿Qué fue eso? ¿Admisión de que la disciplina lo excita? ¿Franqueza? Parece ser que Asami ha estado ‘practicando’ la dominación con Akihito, el vampiro conoce muy bien sus gustos.  ¿Cómo pudo sentir celos de él?

El shaytan separa un poco las piernas del rubio y trata de acomodarse por en medio de éstas, y evidentemente, Akihito había logrado un grado de sumisión… aceptable; aún es principiante y puede llegar a negarse a ser sometido. ¡Mierda! Ryu está tan excitado y a punto de explotar, que le costó un infierno en controlar su deseo… tenía que calmarse.

***Por esta confesión, te costará cinco azotes y los vas a contar.  ¿Entendido?*** 

―Sí, Señor. ―Ryu dio uno bien certero en su glúteo izquierdo, la carne resonó contra su mano y el chico gimió―. U-Uno.

***[Bien]*** Asintió el shaytan para sus adentros, mientras dejaba caer la palma sobre la curva derecha; primero arriba y luego más abajo, golpeando un poco más fuerte cada vez.  Akihito se ponía tenso, pero se relajaba al instante.

―Dos… Tres…

Ryu notó que el chico se hundía más en la sensación al decir los números,  con el cuerpo cada vez más laxo y la cabeza pegada al asiento de piel… el shaytan podía ver dibujado el contorno de su mano en sus nalgas… ¡Carajo! No podrá resistirlo más.  Así que se forzó a tener paciencia, todavía no había traspasado sus límites.

Un nuevo azote por el trasero antes de alzarlo y dejar caer otra serie de golpes en la nalga derecha, en la parte carnosa de la izquierda y en la  deliciosa hendidura entre ellas.  ¡Ese cabrón, no tuvo misericordia!

―Cuatro… Cinco… Seis. ―La voz del fotógrafo salía más tranquila con cada palabra; su piel resplandecía brillante de sudor y sangre enardecida justo bajo la superficie.  Ryu tomo la verga de su amante y comenzó a masturbarlo de manera furiosa, como si quisiera extender su humedad a otra dirección, su dedo índice solo rozaba la orilla de su ano provocándole pequeños temblores.  Akihito suspira ante el doloroso placer que le espera, se relaja un poco para controlar la desbordante necesidad de alcanzar el orgasmo.

Ryu sonríe y deja caer cuatro vigorosos azotes en su trasero…  uno tras otro, no hubo quejidos, llanto o súplica… simplemente los aceptó en silencio.

―Siete… Ocho… Nueve… ¡Diez! ―Suspiró.

***Excelente.***  Ryu intentó sonar controlado… el saber que está con Akihito y que éste se sometía con tal perfección… Esa era su mayor fantasía.  Necesita abrazarlo, anhelaba tenerlo bajo sus brazos, nada en este mundo se lo iba a arrebatar.  Un inmenso júbilo lo inundó… con un brusco movimiento, guio su erección a su ano. Se introdujo en él de golpe mientras emitía un torturado gemido. El cuerpo de Akihito se relajó para aceptarlo. Como agua caliente que fluye sobre una roca, el rubio le acarició contoneando su cadera y se sometió hasta que él se preguntó si se volvería loco de amor ante tan sublime goce.

Tras permanecer un buen rato sumergido en su interior, el shaytan comenzó a moverse, llenándolo una y otra vez, empujando contra ese punto más sensible, llegando hasta el cérvix. Se apoyó sobre la espalda de Akihito y le puso la mano en el pecho.

***Respira conmigo, cielo.*** Otro rayo cae... y el viento comienza a soplar fuerte, como incitando a los árboles a balancearse en una especie de danza, mientras que el palpitar de sus hojas crean un concierto con ese sonido... tan sútil.  Esperó un momento hasta que sus respiraciones se sincronizaron, hasta que sintió que ambos alcanzaban una profunda calma. ¡Oh, Dios! Era perfecto. Él era su hogar y Ryu no quería dejarlo jamás.

Sujetó a Akihito con firmeza y comenzó a follarlo siguiendo un ritmo salvaje, cada envite arrancaba de ellos un suspiro; cada vez que se retiraba, se escuchaban sendos gemidos. ¡Santo Dios! Podía sentirlo; su creciente excitación, la paz que transmitía al saber que era suyo… Era como si en estos meses de rechazo no hubieran existido… se habían difuminado. Ahora sólo existía ese momento perfecto, en el que estaba más conectado que nunca a Akihito.

Lo agarró por las caderas y embistió hasta el fondo, cada vez más rápido, luego deslizó una mano por el vientre del chico hasta llegar a su hinchada carne, lo rodeó con los dedos, Akihito estaba cerca del límite de su resistencia.

***¿Quieres correrte?***

—Sólo si crees que me lo merezco, Señor.

¡Maldición, era una respuesta sumisa a más no poder y fue directa a su polla!

***Sí. ¡Córrete!***  Casi al instante, Akihito comenzó a convulsionarse. Su ano le ciñó con más fuerza, apresándole en su interior. Ryu tuvo que respirar hondo para no llegar al clímax e inundarlo… unos meses sin sexo no eran fáciles de ignorar.

Sabiendo que tenía que retirarse de la apretada funda o correrse, salió del cuerpo de Akihito, que todavía tenía inclinada la cabeza en señal de sumisión. Hasta ese momento todo había ido sobre ruedas, y si él seguía así... el shaytan moriría de placer… Akihito ya había llegado muy lejos.   Ryu dirigió su vista sobre el pequeño frunce rosado entre las nalgas y deslizó los dedos en el interior del ano, cada vez que había tocado el culo del fotógrafo con anterioridad, éste se había resistido de alguna manera y no es para menos; eso era porque debía ser doblemente penetrado. Sin embargo ahora, se relajó y empujó hacia su mano.

***Voy a follarte duro.*** Presionó más a fondo. ***Dime si te hago daño.***

—Sí, pero no lo harás… Estoy listo.

Ok, esa respuesta le remató. ¿Akihito había preparado su cuerpo voluntariamente para aquel acto final de sumisión?

***¿Por qué?***

—Porque quiero que me tomes así, si lo deseas. —Los ojos de Akihito centelleaban, estaban llenos de vida y alegría mientras le miraba por encima del hombro—. Y porque pienso que me encantará.

El corazón le dio un vuelco, el chico parecía totalmente sumiso, pero dispuesto a bromear con él y volverle loco. Ryu lo rodeó con sus brazos y lo llenó de besos en la espalda y en los hombros. Toda la reserva que había utilizado para poder contenerse hasta estar seguro había desaparecido. Se había disuelto en el ardiente fuego de la aceptación pura.

***Mi dulce Akihito... ¡Maldición, no sabes cuánto te he echado de menos!*** El rubio suspiró.

—Ahora estoy seguro, Ryu. Durante estos meses sólo me engañaba a mí mismo,  que podía pensar en que solo necesito de Asami, te amo y también a él... quiero esto.  Comprometerme por completo, estaba asustado; pero ahora ya no lo estoy.

***Lo sé, cielo. Ahora eres valiente; en tu obediencia, eres fuerte. Estoy muy orgulloso.***

—Tómame.

El tono ronco y suplicante de Akihito aceleró la sangre en sus venas. No iba a ignorar tal petición, colocó el glande contra el hueco apretado y empujó suavemente para traspasar el anillo de músculos. El rubio empujó hacia él. La resistencia cedió con rapidez y él se deslizó hacia el cielo. Lo cogió por las caderas y siseó cuando una oleada ardiente atravesó su cuerpo.

—Es tan distinto a un dilatador —gimió—. Es mucho mejor.

***Quiero que disfrutes de esto...***  Ryu se retiró y se sumergió de nuevo en su ano. A su alrededor, el recto de Akihito se tensó y su cuerpo se rindió a él. Comenzó a mover las caderas con un ritmo continuo, un envite profundo tras otro. ¡Por el Señor Oscuro! Estar dentro de esa parte de Akihito era tan placentero que el shaytan supo que jamás querría otra cosa... lo deseaba ardientemente.  Su corazón... Bueno, puede que el fotógrafo fuera su pareja y su sumiso pero, sin duda, el esclavo era él.

Ryu  sabía que no aguantaría mucho más tiempo pero, maldición, si iba a perderse en el placer, el chico le acompañaría.  Se inclinó sobre Akihito y tomó su verga desde la corona y con su dedo índice frota la entrada de su uretra, Akihito se convulsiona y no puede evitar gritar ante las sensaciones que experimenta.  Su cuerpo se cerró en torno a él de manera casi insoportable.  El shaytan rechinó los dientes e intentó contenerse un poco más. Fue una batalla perdida.

***Córrete.***  Apenas logró pronunciar las palabras antes de que el clímax golpeara sus sentidos y le despojara de la habilidad de respirar, de ver, de hacer cualquier otra cosa salvo estremecerse ante la sensación de el rubio palpitando en torno a él mientras alcanzaba el éxtasis. El shaytan aulló y le clava sus colmillos en su cuello, sus gritos se confundieron con los de Akihito.

Del cielo caen incontables relámpagos, el extraño sonido de lamentos junto con el balanceo de los árboles y los ruidos de los animales nocturnos, no impidieron este nuevo 'renacer' a la oscuridad.  Ambos cayeron sobre el asiento, desordenadamente y, tan pronto pudo sentir las piernas, Ryu se retiró poco a poco, para terminar de quitar las esposas de sus manos... y abrazó a  Akihito con ternura.  En cuanto estuvieron frente a frente, los ojos dorados buscaron los suyos y las preguntas mudas resonaron en ese pequeño espacio.  Akihito quería saber si le había satisfecho... El instinto más básico en un sumiso.

El shaytan se vio atravesado por una oleada de calor, entendiendo el significado de esa mirada.  Apartó algunas mechas platinas de su rostro, se dibuja una sonrisa en el rostro del shaytan, le acarició la mejilla.

***Me has complacido muchísimo. Jamás, ni en mis sueños más descabellados, imaginé que me estarías esperando... Ni mucho menos que estarías preparado para aceptar todo lo que quería compartir contigo. No sabes lo orgulloso que estoy y lo mucho que aprecio lo que has hecho por mí.***  La alegría se extendió por la cara sonrojada del rubio.

—No. Ryu, ahora sé que puedo amarte sin perder mi identidad. Aunque debo advertirte que te pondré el alto cuando lo necesites. Sin embargo, no volveré a huir... no me importaría conquistar mis miedos veinte veces para poder estar contigo.

Una intensa alegría se extendió por el cuerpo del shaytan mientras lo abrazaba y le daba un suave beso.

***Gracias.***  De alguna manera, su instinto le había llevado a ese joven desde la primera vez que establece su conexión psíquica. El fotógrafo había terminado por sentir lo mismo y había estado dispuesto a luchar por su felicidad. Se sintió el hombre más afortunado de la tierra.

***¿Sabes qué, Akihito? «Señor» es alguien que te pone a prueba, que intenta saber si puede compartir una relación. «Amo» es el hombre con quien tienes intención de quedarte. ***  Le sostuvo la mano ***¿Te sometes a mí para siempre?***

 Akihito se estiró hacia él y le acarició la mandíbula con la mano, obligándole a acercar su boca a la suya para darle un beso lento en el que compartieron el aliento y el alma.

—Sí, Amo. Te amaré siempre.

En un beso apasionado, sellaron su compromiso... un humo blanco cubre el cuerpo del shaytan, solo pasaron unos segundos y el color cambia a púrpura, mostrando de nuevo su forma animal.  La puerta se abre de repente… es Asami, quien hace una seña para que su demonio descienda del vehículo.

―Akihito, Ryu y yo tenemos algo qué hacer.  Sin importar como se ponga el clima, no vayas a salir del auto.  ¿Entiendes? ―El rubio solo asiente y el vampiro cierra la puerta, no aguantó la curiosidad de mirar por la ventana… y los ve como se introducen por la maleza al oscuro bosque.

*        *        *        *        *        *

Ha pasado una hora desde que se fueron, y como el vampiro le dijo… una tormenta eléctrica se dejó venir de repente, con viento fuerte y lluvia; los relámpagos lo estaban poniendo nervioso.  De repente, la lluvia comienza a ceder, dejando al bosque en un silencio total… solo por unos minutos.  El viento sopla, dándole frescura a la noche y las nubes se mueven para darle la bienvenida a la hermosa luna llena y devolverle la calma y sus sonidos al lugar.

Al mirar por la ventana, una comitiva conformada por 4 personas sale del bosque, detrás de ellos venía Shinji Kuroda… se detienen en la entrada del lugar, el vampiro da unas indicaciones y Akihito pudo notar que uno de esos sujetos llevaba a la extraña mujer que los estaba atacando, abordaron uno de los vehículos y abandonan el lugar…  Después aparecen Asami y Ryu en su forma humana… ambos lucen… ¿Tristes? Intercambian palabras con alguien y se acercan hacia donde se encuentra el fotógrafo, y así; en silencio emprenden el regreso a casa.

*        *        *        *        *        *

TOKIO 12:00 a.m.

Al llegar al penthouse, Asami tomó del codo a Akihito para llegar directamente a la gran sala, estos cambios de humor que tiene el vampiro de repente. Suelta al rubio azotándolo al sillón.

―¿Por qué, Akihito? Te he dicho muchas veces que no podías salir del departamento, estuve a punto de perderlos… a ambos.  Arriesgaste la vida de Ryu… mereces un castigo. ―El vampiro afloja un poco su corbata, el shaytan solo permanece sentado en el otro sofá… sin decir nada, su otro Yo tiene motivos para enojarse, solo que su pareja va a recibir un castigo que no merece.

―Fue idea de Ryu… ahgg A-Asami… para ya. ―El vampiro comienza a besarlo y a lamerle el cuello, el shaytan los observa seriamente.

―Escucha, Akihito.  Eres mi pareja y tu único deber es satisfacernos…  Cariño, eres el responsable de que seamos uno, nadie más. ―Eso enfurece al demonio.

***Hey… no seas mamón.  ¿Por qué le hablas así? *** 

El vampiro besa su boca con fiereza, es suyo, totalmente suyo y no renunciaría jamás a él.

***Y mío, Ryuichi… que voy incluido en el paquete. *** 

―Eres un maldito cabrón, Ryu…  pero tienes suerte de que me encuentre excitado, si no… ya te habría lanzado al vacío. ―Profundiza más el beso.

***Ya sabía yo que en el fondo me quieres, pendejo. *** Asami soltó lentamente los hinchados labios del rubio.

―Vamos a demostrarte que no tienes nada que temer, cariño.

―¿Ahora? ―El shaytan se desnudó y se acercó a él desde atrás y acarició su nuca con sus labios.

***Ahora, pequeño. ***  Asami sonrió, tocándole el hombro le indica a Ryu que mire hacia el gran ventanal.  Un eclipse lunar, está en la fase en donde se tornará roja... el shaytan solo asienten, saben que este es el momento.

***Se acabaron las dudas y los miedos, vamos a poseerte los dos, Akihito, a introducirnos muy adentro tuyo, juntos, y vas a abrazar nuestros penes, a enterrarlos en tu ano y ordeñarnos lentamente y vas a disfrutar cada segundo de esa penetración, te lo prometo. ***

Asami lo tomó de la mano y lo guio hasta la habitación, Ryu lo sujetaba por la cadera.

―La verdad es que no es miedo, pero sí que estoy nervioso, aunque deben reconocer que el tamaño de sus penes es para inquietarme un poco, ¿no? Pero les juro que no es miedo, de verdad. ―El vampiro sonrió.

―Sé que eres un chico valiente, cariño y que estás nervioso; pero a pesar de tus dudas por el tamaño, todo está en cómo te preparemos para nosotros, Akihito. Y vas a estar más que preparado. ―Se colocaron a cada lado del rubio y comenzaron a desnudarlo, él intentó ayudarles, pero Asami le apartó la mano.

―No, déjanos a nosotros, pequeño… eres un hermoso regalo que queremos desenvolver lentamente.

Y muy despacio fueron abriendo y apartando las prendas para dejar expuesta su piel a sus manos y sus bocas, besando suavemente cada centímetro del fotógrafo que descubrían, lamiéndolo de arriba abajo.  Ryu se arrodilló frente al chico y fue deslizando sus bóxers por sus piernas con sus dientes, mientras que el vampiro jugueteaba con sus pezones y mordisqueaba su nuca. Cuando estuvo totalmente desnudo, el shaytan se dirigió hasta la cama, desnudo y con una enorme erección, abrió sus brazos.  Asami lo besó dulcemente en los labios y lo guió hasta la misma.

―Túmbate, pequeño.

Akihito se tumbó sobre la cama mientras Asami se desnudaba y Ryu lo atrae a sus brazos y empezó a besarlo con pasión; cuando Asami se quitó toda la ropa, se recostó a su lado y entonces él pasó a tomarlo entre sus brazos, el shaytan le dio un último beso y se deslizó hasta el pie de la cama arrodillándose entre sus piernas y Asami lo miró fijamente.

―Cierra los ojos, Akihito. Déjate guiar por tus otros sentidos, disfruta de las caricias de nuestras manos y boca sobre tu piel.

El vampiro iba intercalando cada palabra con ligeros besos sobre sus ojos, su sien, sus mejillas, mientras que el shaytan iba acariciando con las manos sus piernas, deslizándolas con suavidad, rozándola apenas, tentándola, haciendo hormiguear cada pedacito de piel tocado por sus dedos. Sintió la calidez de su aliento en la curva de su rodilla y notó el pase suave de su lengua, trazando pequeños círculos e impregnando su piel con su saliva.

Akihito sintió su cuerpo calentarse lentamente, su piel absorbía la saliva de Ryu con avidez y empezó el cosquilleo, iba subiendo dulcemente por su cuerpo, concentrándose con más fuerza entre sus piernas y en sus duros pezones.

Mientras que Ryu iba besando sus piernas, sus muslos y acercándose más y más a su ano, Asami la besaba con mucha lentitud, acariciando y mordisqueando sus labios; Akihito no paraba de gemir, su cuerpo estaba cada vez más caliente y ellos iban tan despacio que iba consumiéndose en ese fuego.  Asami invadió por completo su boca introduciendo su lengua, inclinó su cabeza como buscando un ángulo mejor para explorarla con más lentitud, alcanzó su lengua y la chupó con fuerza, mamándo entre sus labios, mordisqueando entre sus colmillos. La soltó levemente, para lamer toda su boca y fue deslizando, lentamente, de afuera y adentro, cada vez llegando más dentro de su boca, barriéndola por completo, como queriendo empaparse de todo su aroma. Saboreando con intensidad, con la misma que el demonio lamía ahora el borde carnoso de su cavidad, dando un barrido con su lengua por ahí y llegando a introducirla, para explorarlo con la misma vehemencia.

Asami bajó sus labios y dientes por su cuello, dando leves besos, pinzando suavemente su carne entre sus colmillos y dibujando senderos húmedos con su lengua y saliva. Deslizó aún más su boca hasta llegar hasta su pecho, tomó sus pezones con sus manos y los pellizcó y acercó su boca hasta ellos, deslizando su lengua de uno a otro, como dando pequeñas pinceladas.

―Me estás volviendo loco, A-Asami… chupámelos, por favor.  Succiónalos muy fuerte en tu boca, necesito sentirlo. ―Él siguió lamiéndolos con su lengua y rozándolos con sus colmillos pero seguía sin metérselos en la boca, el rubio intentaba tentarlo levantando el pecho y frotándolo contra él; tomando su cabeza y forzándola hasta ellos, pero el vampiro seguía a su ritmo.

En ese instante sintió la lengua de Ryu penetrarlo lentamente, su saliva se extendió por toda su interior, con cada entrada y salida de su lengua. Con cada barrido de ella por sus paredes, empapaba su entrada. Su vientre empezó a palpitar y arder y su cuerpo empezó a cimbrearse. Sus caderas se agitaban al principio con suavidad pero conforme el calor fue apoderándose de toda él, arqueándose con más fuerza y rotando sus caderas imitando el acto sexual.

―O-Oigan… los necesito ya, por favor.―Sabía que su voz sonaba como un gimoteo, pero estaba ansioso, ávido de sentirlos dentro.

―Tranquilo, cariño, aun no estás listo.

¿Qué no estaba listo? ¡Joder! si era capaz de prenderle fuego a las sábanas del calor que despedía. ¿Qué más preparación necesitaba? ¿Explotar como una maldita bomba?

Asami mordió sus doloridos pezones, con algo de fuerza y el rubio lanzó un grito ronco que se convirtió en un sollozo cuando los lamió dentro de su boca, los chupaba con fuerza, mamando como un niño hambriento, frotándolos con su lengua y engulléndolos más y más dentro de su boca.

La saliva parecía haberse extendido por todo su cuerpo, el shaytan seguía poseyéndolo con su lengua, mientras que Asami le devoraba los pezones.

Un palpitar fuerte se extendió entre sus piernas, Ryu jugueteaba ahora con sus dedos, impregnados de saliva, dentro de su ano para estimular su punto sensible… éste se endureció como nunca lo había hecho, parecía una pequeño botón, palpitando con fuerza mientras que las paredes del recto empezaron a contraerse con fuerza intentando succionar la lengua del shaytan.

Todo su cuerpo estaba listo para alcanzar el orgasmo, un par de lágrimas se deslizaban por sus mejillas… era tan intenso lo que estaba sintiendo; el vampiro mordisqueó con más fuerza sus pezones alcanzando un punto entre el dolor y el placer que lo hacían arquearse con brusquedad, una última estocada de la lengua de Ryu y otro leve mordisco de Asami lo pusieron en las puertas de su orgasmo que quedó frenado al soltarlo ellos lentamente y gritó… sí, de pura frustración.

Asami besó su oreja susurrándole ―Ahora sí estás listo, pequeño―. Serán cabrones, el chico quería su orgasmo y lo quería ya.

―¡Mierda, con ustedes! ¿Cómo carajos me hacen esto? Quiero correrme, lo necesito. ¡Ya! ―Asami lo besó suavemente en la nariz mientras que Ryu lo hacía en su cadera.

***Y lo harás, pero con nosotros sepultados lo más dentro posible de ti, llenándote por completo. No quedará entre nosotros ni un sólo espacio, Akihito.***El shaytan se acostó en el centro de la cama y Asami lo ayudó a subirse sobre él.

Cuando estuvo todo tendido de espaldas sobre Ryu, Asami le abrió las piernas y el shaytan guió su pene hasta su culo. Con suavidad introdujo su verga dentro de Akihito haciéndolos gemir a los dos, empujó lentamente, estaba tan húmedo que se deslizaba con suavidad.  El vampiro se acercó y colocó su mano sobre el colchón al lado del hombro de Ryu y con su otra mano condujo su polla hasta ellos.

Akihito lo miró fijamente, viendo las pequeñas gotas de sudor que se habían formado sobre su frente. Él le sonrió con dulzura mientras que apoyó su pene en la entrada y lo empujó con suavidad, obligándolo a deslizarse entre su repleto ano y el miembro de Ryu… entró con lentitud, moviendo muy suavemente sus caderas y sin dejar de friccionar y avanzar centímetro a centímetro.

―¿Sientes dolor, Akihito? ―El rubio seguía sin dejar de mirarlo.

―No, es algo…diferente, me siento tan completo, tan lleno.

Él le sonrió apretando sus dientes con fuerza mientras soltaba un ronco gemido entre ellos.  Ryu mordisqueó su hombro mientras que Asami dilataba aun un poco más su culo y avanzaba unos centímetros más.

***Y vas a sentirte aún más lleno, dulzura… pero también vas a sentir muchísimo placer. Tu culo ya nos está devorando con ansias, sé que vas a aceptar cada embestida y a introducirnos más dentro de ti. Vas a ser voraz, ansioso, nos vas a exigir más y nosotros te lo vamos a dar, vas a exprimir cada gota de nuestro semen hasta dejarnos completamente secos.***

Asami se introdujo hasta dentro, rozando con sus bolas la raíz de la polla de

Ryu y la entrada de su cuerpo… empezó a bombear con suavidad.  El shaytan apenas podía hacerlo, pero la fricción de pene contra pene y de las paredes de su repleto recto pronto se convirtió en un calor vivo y abrasador.

Akihito empezó a empujar sus propias caderas; abrió aún más, sus piernas y absorbió con ansias cada embestida del vampiro y cada bamboleo suave del shaytan.  Asami se apoyaba con sus manos en el colchón, para empujar con fuerza sus caderas, Ryu se sujetaba de su pecho, torturando a sus duros pezones y el fotógrafo, gimiendo roncamente, se tomó de los hombros de Asami.

***¿Estás bien, pequeño?***  Akihito no pudo volver su cabeza hasta Ryu.

―Estoy en el séptimo cielo, Ryu. ―Dos roncas risas escaparon de ellos, hasta que otra suave embestida los hizo gemir.  Apenas quedaba un milímetro de ellos sin tocarse y acariciarse. Las paredes de su ano se contraían con tanta fuerza que absorbían los penes de ellos con fuerza… los empujes eran cada vez más fuertes y cortos, una pequeña onda  se formó en el bajo de su vientre, un calor, un cosquilleo que fue creciendo con rapidez, su piel se calentó y se enrojeció aún más.

Sus manos, que hasta ese momento se habían sujetado en los hombros de Asami, ahora abrazaban con fuerza su cuello mientras que se ayudaba de eso para hacer minúsculas rotaciones con su cadera, respiraba con dificultad, inspirando con fuerza y jadeando las expiraciones. Hasta el cálido aliento de ellos en su cuello que eran como una brasa ardiente, su piel totalmente erizada se estremecía con cada leve roce de ellos.  Ryu lo tenía ahora tomado con tanta fuerza de las caderas que sabía que al día siguiente sus dedos estarían marcados en ellas, pero no le importó, se sentía como nunca, empalado y lleno como jamás lo había estado.

Gozó de cada embestida, salió en busca de ella, de cada caricia y cuando el calor, las contracciones y el placer se apoderaron de su cuerpo, sólo pudo dejarse llevar, destrozando su garganta con el ronco grito que escapó de su boca, cuando se corrió con fuerza entre ellos, sintió los colmillos de sus hombres en su cuello y sintió los chorros calientes y ardientes de su semen llenándolo y empapando su recto.  Los gritos de Asami y Ryu retumbaron en sus oídos y cuando cesaron los temblores, soltaron su cuello y salieron suavemente de su interior, el fotógrafo notó correr por su culo el semen caliente de ellos… Lo besaron suavemente en los labios.

―¿Nos crees ahora, pequeño? ―Akihito sólo sonrió, cómo no creer si había gozado hasta el punto de perder la maldita consciencia, ¿no?

Había dormido totalmente agotado toda la noche entre los brazos de los dos, después de hacer el amor, se habían dado un baño y más tarde; Ryu lo llevó en brazos de nuevo hasta la cama, por supuesto, protestó diciendo que no era un niño pequeño para ser transportado de un lado a otro, pero el regaño quedó totalmente sin efecto con el sonoro bostezo que se le escapó en ese momento y un buen par de carcajadas a ellos. Prepotentes… sí, lo reconocía; pero haberlo dejado totalmente agotado por el placer era algo de lo que un hombre podía presumir y sentirse orgulloso… cada victoria, cada logro en la vida no era nada comparado con la satisfacción de saber que tu ‘pareja’ se sentía totalmente satisfecho entre tus brazos y de que dormía plácidamente agotado por el placer encontrado entre ellos.

*        *        *        *        *        *

A unas horas del amanecer…

Ryu al removerse en las sábanas, se percata de la ausencia del vampiro en el lecho, al levantarse sigilosamente le da un vistazo rápido a su pareja para cerciorarse de no despertarlo y sale de la habitación para buscarlo.  Al recorrer las habitaciones contiguas, en una habitación que está al final del pasillo;  el shaytan encontró a Asami sentado en un sillón, desnudo y admirando como la noche sucumbe ante los brillantes rayos del sol.

***¿Te sientes bien, Asami? ***  El vampiro gira su asiento y se reúne con su otro ‘yo’.

―Creo que yo debería preguntarse eso, Ryu.  Lograste convencer a Akihito de tener relaciones; pero te arriesgaste exponiendo a nuestra pareja al peligro… toma.  Me lo dio Havi, antes de regresar a casa. ―El vampiro extiende su mano para mostrarle una especie de amuleto, el demonio lo toma y observa que es un anillo.

***¿Y esto? ***  El anillo es una clásica sortija Trinity de Cartier, en oro blanco, amarillo y rosa; son tres anillos entrelazados de manera armoniosa; cada color tiene un significado: el rosa representa el amor, el amarillo fidelidad y el blanco amistad.

―Son los anillos de nuestro ‘núcleo’ con Akihito, pero el tuyo es especial… te da el poder para mantener tu forma humana por más tiempo, mi dulce sombra. ―Asami lo besa de manera dulce… solo el roce de sus labios, en ese instante; una fuerza inunda el cuerpo del shaytan misma que se desvanece al terminar el beso. ―Regresemos con Akihito―. El shaytan solo asiente y ambos hombres salen de la habitación.

El mayor fantasma que hallarás en tu camino siempre será el miedo. Eso lo entendió Akihito, tuvo la valentía y cortó sus alas siempre desde la acción y la esperanza. Halloween, definitivamente le cambió la vida al conocer a estos seres de la oscuridad, el núcleo se ha establecido… ¿Quién sabe? Tal vez esa noche de pasión durante la luna roja, tenga alguna consecuencia…

FIN.

Agradecimientos especiales:

A ti, noble lector… por ser tan paciente y animarme a continuar escribiendo.

Keyla, Gise... por estimular siempre mi imaginación y darme horas de intensa diversión.

A Lord Lawliett, que a pesar de las discusiones… me tienes una paciencia bárbara, corriges mis errores, me alientas y propones ideas a mis manuscritos; enriqueces mis fantasías de tal manera que yo… Hombre, no sé de qué otra forma agradecerte… más que escribirte estas pequeñas líneas, amigo mío… muchas gracias.

Y por supuesto a todos los miembros del grupo cerrado de DISTRAYENDO, por su paciencia y apoyo en mi período de bloqueo.

Nos leeremos pronto en otra nueva historia. (°O°)/

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