Fin de las vacaciones.
«Las vacaciones había
pasado tan rápido.» Eso pensó el joven Kioshi, quién sufrió al despedirse de
los abuelos. Ya sentado en el avión, a lado de su madre, el sueño empezó a
vencer sus parpados, bostezo y recargo su cabeza sobre el hombro de Kuroko,
quién lo recibió con gusto y lo acomodo en su regazo. Lamentablemente Kise no
había podido regresar con su familia a Japón pues de último momento le avisaron
que se tomaría unas fotos para una revista en New York, así que él se quedaría
una semana más en Estados Unidos.
En poco tiempo el
adolescente cerró los ojos. Kuroko acaricio el oscuro cabello de su hijo.
—Eres igual que tu
padre, se duermen con una rapidez inaudita —musito.
— ¿Te refieres a papá
Kise? —Kuroko se sorprendió al escuchar la pregunta de su hijo.
—Te desperté, lo
siento — el chico se incorporo y miro directo a los ojos azules de su madre.
—No lo hiciste, aun
no me dormía. ¿Hablabas de papá Kise? —Kioshi volvió a preguntar.
— ¿De quién más
podría hablar? —Kuroko no entendía porque su hijo le había preguntado eso.
—Ryōta tiene la gran facilidad de dormirse en cuanto tiene un momento de
descanso, además de que se acomoda en cualquier lugar… — «y con cualquier
compañía.» Quiso completar Kuroko, probablemente esa información no sería
adecuada para los oídos de Kioshi, que amaba a su padre.
— ¿Por qué te
separaste de papá? —Kioshi interrogo a su madre.
—Kioshi, no creo que
ese sea un tema adecuado para hablarlo en un avión —la joven madre contesto,
aun sorprendida por la extraña actitud de su hijo.
—Nunca es un tema
apto para ti—contesto molesto.
— ¡¿Qué?! —Kuroko le
contesta exaltado —. ¿Cuándo no he querido hablar sobre el tema? Si no mal
recuerdo, siempre he sido claro contigo, con lo que respecta al tema de Ryōta
—. Kuroko estaba molesto por la actitud de su hijo.
— ¡No es eso mamá!
—Kioshi trato de recomponer lo que había querido decirle a su madre —. Si tú
siguieras con papá, no tendríamos que ir a Japón —le dijo cabizbajo —, no tendríamos
que dejar a los abuelos… yo no tendría que dejar a mis amigos —culmino el
adolescente con sus reclamos.
Kuroko lo miro con
cierta tristeza pues lo que más dolor le causa es justamente ver a su hijo
sufriendo.
—Lo siento hijo —paso
su brazo por sus hombros y lo acerco a su cuerpo —lo que menos quiero es
causarte tristeza y por eso te dije que era mejor que te quedaras en casa con
los abuelos; yo te iría a ver cada que tuviera tiempo, además te hablaría diario
y tú podrías llamarme cuando quisieras. Yo sé lo que es llegar a un lugar
completamente diferente de tu hogar y se lo difícil que es dejar todo atrás —la
vista de Kuroko se nublo por los recuerdos de hace quince años y de él viajando
a Estados Unidos, completamente destruido —. Aun cuando yo siguiera con tu
padre, hubiéramos tenido que viajar u olvidas que Ryōta ahora vive en Japón.
—Eso no es
completamente cierto —replico el chico aun con su rostro escondido en el regazo
de su madre —. Si fuéramos una familia y le hubiéramos dicho a papá que no
queríamos viajar, él no hubiera aceptado el contrato —dedujo.
—Yo no sería capaz de
cortar los sueños de tu padre —Kuroko levanto el rostro de su hijo para ver
directamente esos ojos azules que ahora se veían como los de un cielo en plena
tormenta — ¿tu serías capaz de negarle un sueño a tu padre? —el chico lo miro
con la contradicción reflejada en su mirada.
—No…
—Lo sabía hijo
—Kuroko sonrió al escuchar la respuesta de su hijo. Por mucho que Kioshi se
quejara o se negara hacer las cosas, siempre declinaba por la mejor opción, aun
cuando está no le gustará.
—Mamá, no quise decir
que no deseo estar contigo —Kioshi se abrazo al delgado cuerpo de su madre —o
negarme a que realices tus sueños —el chico volvió a esconder su rostro —yo
siempre voy a estar contigo, sin importar nada. Es solo que es triste dejar a
todos mis amigos. Además papá siempre dice que te ama, así que sigo pensando
que estarían mejor juntos —le dijo mientras se acomodaba de nuevo, para
dormirse.
—Tu padre siempre
dice lo mismo —Kuroko le contesta mientras volvía acariciar su cabeza —, hace
mucho intentamos estar juntos y no funciono, tal vez tu no lo recuerdes, ya que
eras muy pequeño. Creo que Ryōta es un buen padre, eso es indiscutible —Kise
acogió a Kuroko cuando este estaba solo y sin pedir nada a cambio se comporto
como le hubiera gustado que lo hiciera su anterior pareja —. Es solo que no
somos compatibles como pareja o ¿qué te dijo tu padre?
—Solo dijo que era su
culpa que no estuvieran juntos —un bostezo acompaño su comentario —. ¿Mamá, no
podrías perdonarle, lo que sea que te haya hecho? —Kioshi le pregunto con voz
adormilada.
—Lo siento hijo, a
veces el perdón no es suficiente.
Kuroko recordó las
veces que encontró a Ryōta, besándose con otro y claro la ocasión en la que uno
de sus amantes lo ataco en un autoservicio, para que éste dejara libre al
rubio. Esa fue la gota que derramo el vaso y la razón por la cual Tetsuya había
terminado su relación amorosa con Ryōta. La joven madre siempre amaría al rubio
por ser el padre que Kioshi necesitaba, sin embargo no volvería a darle una
oportunidad como amante, ya que al parecer el rubio no sabía cómo ser fiel.
Kioshi no contesto nada
pues se había quedado dormido, algo que la joven madre agradeció, aunque
conociendo a su hijo, volvería a sacar el tema a flote, era aferrado igual a su
padre, y ahora sí, se refería al verdadero.
El viaje era largo,
así que la pequeña familia durmió y despertó; y el joven chico volvió a dormir,
hasta que por fin aterrizaron en Japón. Cansados por unas vacaciones tan
movidas y un viaje tan largo, cargaron sus maletas, que venían repletas por los
regalos que habían recibido, y con unas abrigadoras chamarras salieron a la
calle a tomar un taxi. El pequeño país los recibía con una fría nieve, Kioshi
miro hacia arriba y después vio a su madre.
—No extrañaras la
casa —le dijo Kuroko.
Al ver el rostro
sonrojado de su hijo, Kuroko se quito la bufanda y se la enredo en el cuello, además
de cubrirle hasta la nariz.
— ¡Mamá! — cual niño
de cinco años, Kioshi se quejo por sus cuidados.
—Vamos tomemos un
taxi —Kuroko ignoro a su hijo y camino en búsqueda de un transporte —estoy
demasiado cansado, como para usar el metro.
Los dos hombres
tomaron un taxi. Al llegar a su departamento, Kioshi corrió a su cuarto y se aventó
sobre su cama. Kuroko llevo su maleta a su habitación y luego fue a buscar algo
para comer.
—Mamá, pidamos una
pizza —Kioshi le dijo a su madre que seguía revisando la alacena.
—Kio, no más pizza,
ni hamburguesas, ni soda —el chico puso malacara a las negativas de su madre —.
Creo que tendré que ir a comprar la despensa.
—Moriré de hambre —el
adolescente fingió desmayarse.
—Pobre de mi hijo,
muerto porque comió sanamente —Kuroko se río.
—Eres perverso —Kioshi
le contesto.
—Puedes ir desempacando,
mientras voy de compras.
—Voy contigo, solo
deja que me cambie —Kioshi corrió a su cuarto.
Kuroko sonrío al ver
a su hijo más animado, y miro su ropa arrugada y pensó que no olería muy bien
—creo que yo también me cambiare.
Los dos hombres
fueron hacer las compras y regresaron con varias bolsas llenas de frutas y
verduras, lo que sería una tortura para el pobre de Kioshi.
—Mamá, ¿harás sushi?
—No, ya te dije que
hare arroz pero no en sushi —. Kioshi no le gustaba el arroz, por lo menos de
la manera en que la preparaban en Japón, él prefería la sazón americana — lo
haré rojo como te gusta —el chico al escucharlo se puso muy feliz —. Y a cambio
te comerás el salteado de carne con muchas verduras que te daré.
Kuroko miro
amenazadoramente a su hijo.
— ¡Hecho! —Kioshi
acepto un poco de mala gana pero lo hizo.
Al llegar al
edificio, frente a la entrada, una mujer bien abrigada, de cabello largo y
suelto, los miraba y al parecer los esperaba pues en cuanto los vio sus ojos
brillaron por la emoción.
Kuroko se quedo de
pie mirando aquella persona, sus manos temblaron y la bolsa que llevaba resbalo
de sus manos. Kioshi se detuvo a ver que le sucedía a su madre.
El de la imagen es Rio del manga de Fukigen Kareshi y kuroneko, lo puse porque así me imagine a Kioshi haciendo puchero XD
Les gusto?
Quién será la mujer que espera por ellos?
Comenten por fis.
See you later :)
Awww... Pobrecito de Kioshi todo depre porque se siente solito en su nuevo hogar, hay que conseguirle algunos amigos pa'que se le pase pronto. Y cual Sherlock indagando en el pasado de su madre... Niño eso no se hace!! Aunque se agradece porque nosotros también queremos saber que pasó (^…^)
ResponderEliminarAsí como también queremos saber quien es la mujer que aparentemente esperaba por ellos... Y ahora a Kuroko le tocará regresar al konbini porque de seguro con la caída de la bolsa mínimo se le rompió un huevo (^.^)
Que pasará?? Eso solo el próximo capítulo lo develará... Espero
Gracias por el capítulo!!
GISE n_n
Muchas gracias a ti por comentar y seguir esta trivial historia. Mi lindo Kioshi tendrá que echar pa' adelante y apoyar a mami, pero no os preocupeis que ya habrá alguien que lo sacara de su depre XD
EliminarPobre de mi Kuroko él que quiere alimentar sanamente a su hijo y me temo que terminara pidiendo pizza.
Sobre la mujer la conoceremos en el siguiente capítulo.
Espero leerte de nuevo. Cuídate see you :)
Yo ya no entendi este viaje es cuando el apenas regresa a Japon o es lo que habia dicho kuroko de volver a EUA??
ResponderEliminarJeje no se porque pero la mujer que estaba ahi a de ser momo
Excelente capítulo
Muchas gracias por comentar.
EliminarExacto el viaje es el regreso de la pequeña familia después de visitar a los abuelos en EU, o sea que ya pasaron las vaciones de navidad.
Sobre la mujer creo que lo descubriras en el nuevo capítulo, te invito a leerlo y espero leerte allí de nuevo.
Cuídate mucho see you :)