Game over. Capítulo 1.

De regreso.

— ¡Kurokocchi! —Un hombre rubio grita efusivamente, haciendo que varias personas que van caminando por la acera, cerca de él, se vuelvan a verlo, con todo y que se ha vuelto un blanco de miradas curiosas, el rubio sigue caminando apresuradamente, con los brazos abiertos y con una enorme sonrisa en el rostro, sin importarle que está siendo observado — ¡Ven a mis brazos! — Le ordena al hombre de pie en la esquina de la calle.

Aquel hombre llamado Kurokocchi parece querer huir del escandaloso rubio.

Kurokocchi vestía unos informales jeans azules ajustables, un suéter negro y una bufanda, azul con líneas blancas, enredada en su cuello dejando las puntas caer sobre su pecho. Su cabello azul se movía lentamente por el frío viento que soplaba esa noche. Sus manos se cubrían dentro de las bolsas de sus pantalones.

Los fuertes brazos del rubio alcanzaron su objetivo y apretujaron el pequeño cuerpo de Kurokocchi contra el suyo, provocándole una ligera asfixia. Las manos del joven atrapado, golpearon suavemente la espalda del rubio y este al sentirlo lo soltó de su trampa.

—Lo siento Kurokocchi —dijo sin mostrar signos de arrepentimiento —. Me deje llevar —lo dijo a modo de disculpa —. Te he extrañado tanto — su voz se vio teñida por un toque de melancolía.

Kurokocchi recobro su tranquila respiración y esbozo una sonrisa más por compromiso que por deseo.

—Kise, solo llevamos un mes sin vernos —Kurokocchi se acomodo su suéter.

—Siento como si hubiera sido un año. Mi vida sin ustedes es tan sombría —. Kuroko sonrío de corazón al escuchar la queja de fingido dramatismo que su amigo hizo.

—Exagerado —Kuroko le contesto y miro que aun varias personas los miraban y eso lo incomodo, aunque claro Kise siempre era blanco de admiración, no solo por ser un famoso modelo, sino por su hermosa belleza.

—Me alegra que aceptaras mi invitación a beber —Kise tomo del brazo a Kuroko y lo jalo.

—Solo porque creo que necesito un descanso, después de la mudanza —Kuroko le contesto seriamente.

Juntos los dos amigos caminaron hacia un bar cercano.

Kise que vestía muy bien para una simple cita de amigos, se quito la gabardina negra y la puso sobre el respaldo de su asiento. Su carísimo traje azul quedo al descubierto.

—Te robaste la ropa de tu trabajo —Kuroko le dijo en tono de broma.

—Obviamente no, tuve una junta con unos nueva empresa que desea que sea la imagen de su producto —Kise le contesta y llama al mesero.

—Ah —Kuroko no dijo más.

Los dos chicos pidieron bebidas y reanudaron su conversación. Kise desanudo su corbata y la retiro, la doblo y la guardo en la bolsa de su saco.

—Ya te estas desvistiendo y ni siquiera has empezado a beber —Kuroko lo regaña.

— ¡Oye! ¿Qué tratas de insinuar? —Kise se queja a modo de berrinche.

—Nada, solo me trae viejos recuerdos —Kuroko se ríe disimuladamente.

—Si quieres podemos revivir esos momentos —le sugiere y su dedo índice se pasa por el borde de su labio inferior —. No terminamos por problemas de ese tipo o ¿sí?

Una sola carcajada se escucha —No. Terminamos por tu facilidad para desvestirte, sin importar que yo no fuera tu acompañante —le contesta sin perder su buen humor.

—Tonterías Kurokocchi, tu sabes que siempre serás el único para mí, así que cuando tú quieras mis brazos estarán listos para recibirte —lo dice mientras sus vasos con sus bebidas son puestas en la mesa.

Los dos agradecen al mesero.

—Extrañaba tus tontas conversaciones —Kuroko no pareció sentirse afectado por la declaración de su amigo, pues estaba acostumbrado a ella.

—Sabes que siempre lo digo enserio —. Kuroko solo asintió, pues sabía que era verdad lo que decía — ¿Cómo lo está tomando? —Kise le pregunta cambiando su tono serio a uno más relajado.

—Creo que está algo nervioso —Kuroko bebe de su vaso —. Supongo que también está algo triste, él nunca se queja y aunque lo agradezco me pone nervioso no saber que pasa por su mente. Cómo sea la prueba será en Enero que ya inicie su vida aquí de verdad. Por ahora me acompaño a buscar piso y lo hemos escogido entre los dos. Nuestras cosas ya han llegado y decidimos que mañana comenzaremos a desempacar.

— ¿Mañana?

—Sí.

—Tengo el día libre, así que puedo ir ayudarles —se ofrece amablemente.

—Muchas gracias.

—Y tú ¿Cómo la estás pasando?

—Bien, creo. No lo sé, es extraño regresar a Japón después de casi 15 años.  Cuando me fui lo hice para no volver y ahora heme aquí —la voz de Kuroko mostraba sus miedos que tanto escondía de los demás.

—Te irá bien —Kise aprieta su mano —estaré con ustedes siempre, y cuando creas que ya no puedes más, te ayudaré con el peso y si ni así mejoras, siempre puedes regresar a Estados Unidos, incluso si te quedas sin trabajo yo te mantendré — . Una sonrisa reconfortante se muestra en el rostro del rubio.

—Gracias Kise, muchas gracias —.

—Oh, vamos es nuestra noche de hombres solteros, así que dejemos los recuerdos tristes y divirtámonos —Kise le sugirió y Kuroko pudo dejar de lado sus recuerdos.

Después de varias tragos más y entre risas discretas de Kuroko y carcajadas escandalosas de Kise, recordaron momentos divertidos de su estancia en la universidad a la cual habían acudido juntos, después Kuroko le contó algunos chismes de los que se entero antes de su viaje.

Kise había partido de Estados Unidos desde hace dos meses, por su contrato con una empresa japonesa con distribución internacional.  Y un mes después de que viajo, visito por unos días a Kuroko, quién aprovecho para informarle que había aceptado una oferta de trabajo en la Universidad de Tokio, el puesto era como profesor de Literatura en letras inglesas.

Llevaba dos años trabajando en la universidad en la que había estudiado. Un profesor le sugirió que profundizara sus estudios en su propia lengua y que diera clases de ella, en la universidad, a lo cual acepto. Gracias a que se inicio como profesor de japonés, la universidad lo mando hacer una especialidad en Japón por dos años y justamente esa era la razón por la que termino regresando a su país.  Su universidad le daría una beca mensual. Además la universidad de Tokio le ofreció que diera clases de letras inglesas y le pagarían un sueldo de profesor, mientras estudia su especialidad, de esta manera podría ganar más, puesto que necesitaba un ingreso mayor para poder cubrir todos sus gastos.

Gracias a los beneficios que este empleo le proporcionaban fue que acepto regresar al lugar del cual había huido hace casi 15 años.

—Kurokocchi, ¿te molestaría regresar solo a casa? —Kise tenía su mirada fija en la barra del bar.

—No, de alguna manera sabía que esto pasaría —le dijo resignado al comportamiento de su amigo.

—Gracias, es que mira ese morenazo, él es justo mi tipo —aun cuando Kise le señalo al hombre con la mirada, Kuroko no quiso volverse para verlo —. Además no deja de mirarnos —Kise le dedico una sonrisa invitándolo acercarse.

—Kise a ti siempre te están mirando —Kuroko lo dice como una queja.   

— ¡OMG! —Kise dice en voz baja —Viene hacia acá.

Kise se pone algo serio, pero su mirada es seductora.

— ¡¿Tetsu?! — El moreno pregunta con un dejo de incredulidad.

SIGUIENTE

......................................................................................

Por favor no se enojen por que escribi esta nueva historia pero si tiene que culpar a alguien, culpen a Gise que noche a noche me tortura con imagenes sabrosisimas, perdón terrorificas sobre Kuroko y sus multiples parejas. No pude resistirme a la historia que imagine y tuve que escribirla. 

Gracias Gise por incentivar mi imaginación.

Espero que si les gusta comenten. 

Los quiero mis queridos lectores.

See you :)