Hojas de Otoño, Capítulo 9.

El Sr. Henry.

Una corriente de aire frío recorre mi cuerpo, despertándome de repente.

Al abrir mis ojos veo mi pecho descubierto y el gatito antes dormido a mi lado ha desaparecido.

— ¿Lucky? —Pregunto en voz baja.

—Takaba —la voz que responde es la de una mujer y no la de un niño como se podría esperar —. Creo que te desperté, discúlpame —al mirarla noto que trae en las manos un sacudidor y un trapo.

—No hay problema —contesto —me has salvado de continuar reviviendo una pesadilla —le contesto y omito comentarle sobre el horrible sueño que he tenido, ojala solo fuera eso… un sueño y no el doloroso recuerdo de lo que paso hace unos días.

Ella me observa y es imposible no darme cuenta de cómo ese sentimiento de lastima se asoma por sus ojos verdes.

—Lucky estaba aquí, ¿a dónde fue? —Mi pregunta parece sorprenderle ya que pone una cara de: “ni idea de que me está hablando” —Lucky estaba durmiendo conmigo —parece que trato de convencerla de un hecho irreal.

—Debió de irse antes de que llegará —se queda pensando por un momento —. Además lleva casi una hora con Natalie —me contesta y al terminar de hablar se gira para seguir limpiando.

— ¿Natalie? —Si no mal recuerdo ella es la asistente de Henry, ¿acaso ella sabe qué tipo de hombre es su jefe?

—Sí, ella viene seguido a visitarlo. A Lucky le agrada, ella siempre le trae cosas y juega con él —Mary ha contestado mientras sigue limpiando —. Además le trae libros y sé los lee, a Lucky le gusta escucharlos, de hecho tiene sus preferidos, los cuales le han sido leídos más de una vez.

La sigo con la mirada mientras ella se afana en la limpieza de la habitación.

Al verla noto que Mary no es muy alta, su cabello hábilmente recogido en una cola de caballo se mueve, golpeando delicadamente su espalda. Su vestido negro le entalla la esbelta cintura y después la oscura tela cae ondeándose y moviéndose según se mueva ella, el vestido termina al nivel de sus rodillas. Dado que está de espaldas a mí, veo el moño blanco que anuda el mandil que lleva en frente; sus piernas largas y blancas, como el resto de su piel, se ven tersas y suaves, y de hecho lo son, aún puedo recordar la textura de su piel bajo mis manos.

Sigo observándola detenidamente y entre más lo hago, más me cuesta encontrar una razón de ¿por qué sigue aquí? Parece moverse con libertad por la casa, tal vez pueda hasta salir, entonces ¿Por qué no ha escapado? ¿Qué la detiene?

—Takaba, ya es tarde, ¿deseas que te traiga tu comida? —observo como lentamente sus vestido se mueve y sus piernas giran sobre su mismo eje para que su rostro quede frente a mí.

— ¿Qué hora es? —le pregunto tontamente, la verdad es que en este lugar lo que menos importa es el tiempo.

—Son casi las cuatro —contesta mientras guarda el reloj que saco del bolsillo de su vestido.

—No tengo hambre —le contesto y antes de que me pueda dirigir una de esas miradas de molestia que tanto le gusta ponerme, me volteo a mirar la ventana que ahora está abierta dejando entrar el aire frío de la tarde, justo eso fue lo que me despertó, afuera el cielo está despejado, libre de nubes que oscurezcan la tarde o que opaquen la luz del sol, un día agradable para disfrutar al aire libre… lo que daría por poder hacerlo.

—Pero… —escucho la débil voz de Mary.

—Mary desde hace mucho muero de la curiosidad —decido interrumpirla pues no deseo escuchar otra cantaleta sobre mi falta de alimentación — ¿Qué te mantiene fiel a Henry? En el poco tiempo que hemos hablado sobre él, no parece agradarte, entonces ¿por qué sigues aquí? —le pregunto. Noto como su estado de ánimo cambia parece ponerse nerviosa. Sus manos aprietan los artículos de limpieza que sostiene.

— ¿Por qué lo preguntas? —no me agrada que me contesten con otra pregunta.

Miro como su rostro se ha puesto más pálido de lo normal.

—Supongo que por todo lo que te he dicho puedes deducir que Henry asesino a mi amante, obviamente sabes que estoy aquí en contra de mi voluntad, en alguna ocasión te dije que trabajaba de fotógrafo —voy resumiendo la información que se supongo que le he dicho sobre mí, trato de decirlo como si estuviera hablando de alguien más, de lo contrario sería difícil decirlo.

Me acomodo en una esquina de la cama y con mi mano golpeo el lugar que deseo que ella ocupe a mi lado derecho.

—Creo que con todo lo anterior puedes darte una idea de que fue lo que Henry destruyo al traerme aquí. Pero en tu caso no entiendo ¿Por qué sigues aquí? ¿Qué fue lo que él te quito? O ¿Solo es miedo lo que te mantiene en este lugar? —Ella baja la mirada y la clava en el piso, camina lentamente hasta sentarse a donde le indique. Tal vez sin darse cuenta trae consigo los utensilios de limpieza, al sentarse los acomoda sobre sus piernas. Su mirada se encuentra con la mía y siento como si me hubiera equivocado al interrogarla, ya que la tristeza que reflejan sus ojos parece estar por desbordarse en cualquier momento.

—Tienes razón le tengo miedo al señor Henry, ya te lo había dicho antes —no digo nada solo la observo —esa es una de las razones por las cuales yo termine metida en este lío.

»Yo trabajaba en la compañía de su tío, era recepcionista, llevaba en el puesto como medio año, cuando vi por primera vez el Sr. Henry acompañado de su primo, él parecía una buena persona, a diferencia de su pariente, del que todos en la compañía rumoreaban que solo jugaba con las chicas y luego las botaba.

»No voy a negar que desde que lo vi me gusto, es guapo, educado y amable —la mire incrédulo, sin embargo no niego que al principio me pareció amable, aunque pensándolo bien siempre hubo algo de él que no me terminaba de agradar —era como el príncipe con el cual todas las chicas soñamos, además de que era rico y bueno para mí era inalcanzable —se quedo pensando un momento antes de proseguir con su relato —no me mal entiendas, no es como si yo buscara a cada momento una oportunidad con él, de hecho yo tenía novio y lo amaba y sé que él me correspondía, yo estaba algo deslumbrada por Henry, no todos los días ves a un príncipe en vivo y a todo color, pero él solo me atraía físicamente. Él obviamente ni siquiera me volteo a ver.

»Pocos días después él se integro por completo a la empresa, por lo que ya iba más tiempo. Habían pasado como dos meses, cuando tuve la torpeza de tropezar con el Sr. Henry, yo iba hacia el elevador, con varios papeles en la mano, y por ir revisándolos no me fije que alguien salía, al chocar, tire todos los documentos. Él se culpo por lo ocurrido y después de ayudarme a recoger todo, me invito a comer, dijo que era una manera de ofrecerme sus disculpas.

»La verdad es que me sentí tan afortunada de que me hubiera invitado, que sin dudar acepte. Durante la comida me pareció un hombre inteligente y muy divertido —note que sus mejillas estaban sonrojándose —fui una estúpida, él es un excelente actor, ahora lo sé —sus manos seguían aferrándose a sus utensilio de limpieza —seguí saliendo con el por varias semanas más.

»Mi novio iba por mi todos los días, sin embargo un día su auto se descompuso y no pudo acudir, por lo que me llamo para avisarme. Esa tarde una fuerte tormenta azoto la ciudad y mientras esperaba por un taxi, el Sr. Henry pasó con su auto y me invito a subir. Aún cuando me sentí mal por mi novio acepte subirme —. La voz de Mary parecía romperse en cualquier momento —. Esa misma noche tuve relaciones con él —quise acercarme a ella para abrazarla pero se negó, su rígida postura era una clara advertencia de que no deseaba que me acercara.

»Después de ese día él no se me volvió acercar, me quedo claro que él solo deseaba acostarse conmigo y al haber obtenido lo que quería, yo ya no significaba nada para él. Yo me deprimí mucho, pues amaba a mi novio y lo había engañado. Estuve a punto de contarle lo ocurrido pero lo amaba tanto que pensé que si le decía me dejaría y yo no deseaba perderlo y menos por un momento de calentura. Sin embargo lo peor fue cuando salí embarazada dos meses después de tener relaciones con el Sr. Henry.

»No sabía qué hacer, y antes de poder decidirme, el destino tomo la decisión por mí, un día en saliendo del trabajo me desmaye y cuando desperté, estaba en el hospital y mi novio a mi lado me dio la noticia de mi embarazo, estaba tan feliz, que no cabía en sí, él llevaba mucho tiempo diciendo que era tiempo de que nos embarazáramos. Él jamás dudo sobre su paternidad pues yo mantenía relaciones con él, durante la época en que tuve relaciones con Sr. Henry. No tuve el valor de decirle que podría no ser suyo, ni siquiera yo estaba segura de saber de quién era el padre de ese bebé.

»Mi novio era mecánico y pues le iba bien en su trabajo, así que me pidió que me saliera de trabajar y lo hice. Después nos casamos, el bebé nació, y fue niño, mi marido estaba muy contento por su primogénito. Vivíamos felices, él bebé se parecía mucho a mí, por lo que no hubo razones para dudar sobre ¿quién era el padre? Del Sr. Henry no supe nada durante los siguientes meses.

»Habían pasado casi ocho meses desde el nacimiento del bebé, cuando tropezamos con el Sr. Henry, mi marido y yo, mientras estábamos de compras. El Sr. Henry me reconoció y fue a saludarme, al verlo me puse nerviosa, pero intente disimular frente a mi marido, hice las presentaciones pertinentes, diciéndole a mi esposo que era mi exjefe. Sin embargo el Sr. Henry se quedo muy sorprendido al ver que tenía a mi bebé en brazos, se acerco a mirarlo y pregunto “¿qué edad tenía?” mi marido que siempre se enorgullecía de hablar de su hijo contesto muy feliz, ocho meses, el Sr. Henry se quedo callado unos segundos. Después simplemente se despidió y se fue. Ni mi marido ni yo le dimos importancia al encuentro, y lo olvidamos rápidamente.

»Meses después el Sr. Henry me intercepto mientras estaba de compras, iba solo con el bebé. Me dijo que: solo deseaba hablar conmigo, que sería algo rápido. No deseaba acompañarlo pero no quería armar un escándalo en el supermercado, así que accedí. Me llevo a su auto y me invito a subir. Acepte y al hacerlo su chofer ya nos esperaba allí. En cuanto cerró la puerta atrás de mi, escuche los seguros y el auto arranco. Me asuste al ver que se alejaba del supermercado y le pedí que me dejara bajar pero me ignoro y le dijo a su chofer que siguiera, por cierto éste era Justin.

»Pasados varios minutos el auto se detuvo en el estacionamiento de un gran edificio. Me tomo del brazo y me jalo hasta elevador. Estaba dispuesta a gritar con todas mis fuerzas pero el Sr. Henry me dijo que si armaba un alboroto me quitaría al bebé y jamás lo volvería a ver. Justin se acerco a mi amenazadoramente y termine por dejar que me guiara, sin poner resistencia. Recuerdo que el rostro del Sr. Henry me dio mucho miedo, nunca pensé que aquel que me había sonreído tan cálidamente meses atrás ahora me viera con tal odio. No entendía que estaba pasando, ¿por qué él me estaba haciendo esto?

»Bajamos en el piso 12 y me llevo por un pasillo hasta detenernos en una puerta. Al abrirla me empujo y ya adentró escuche como cerró con llave. Justin se quedo afuera. La sala era grande y espaciosa, yo mire de reojo todo pero sin dejar de mirar al Sr. Henry, éste me miraba intensamente, camino hasta mí y me pregunto: ¿Ese bebé es mío? Yo me sorprendí al escucharlo. No pensé que le interesara. Le conteste que no. Él no me creyó dijo que las fechas coincidían y que no había usado condón por lo que indudablemente ese bebé era suyo. Comenzamos a discutir y nuestras voces se hicieron gritos, el bebé empezó a llorar y no podía tranquilizarlo. El Sr. Henry me arrebato al bebé y lo arrullo, poco a poco se calmo hasta que se quedo calladito. Yo estaba llorando y suplicándole que me lo devolviera. Él se negó, dijo que se lo quedaría, que tenía derecho por ser el padre. Grite desesperada al escucharlo y trate de quitárselo pero me empujo y caí al suelo. Me hinque y suplique, el Sr. Henry pareció pensarlo, me dijo que aceptaría dármelo si a cambio me quedaba allí, me negué, amaba a mi esposo y no deseaba dejarlo, entonces dijo que decidiera ¿mi hijo o mi esposo? —pequeñas lágrimas rodaron por las mejillas de Mary, eran como un pequeño riachuelo que no tenía fin.

»Ha sido la peor decisión que he tenido que tomar. Me quede con mi hijo, desde ese día no me dejo salir del departamento, Natalie me llevaba todas las cosas necesarias y él iba todos los días a ver al bebé por unas horas. Desde que llegue él nunca me toco de una sexual, siempre se dirigía a mí como si fuera la nana del bebé. En una ocasión me dijo que mi marido estaba como loco buscándome, pero que no daría conmigo.

»Mi familia había muerto hacía mucho y mi marido era huérfano, él uno para él otro era todo lo que teníamos. Pensé en mi marido y lo imagine desesperado por nuestra ausencia. Un día me arme de valor y golpee a Natalie por la espalda con un jarrón. Tomé a mi bebé y salí corriendo del departamento. Fui de inmediato a mi casa y allí estaba mi marido, hecho un manojo de nervios, tenía los ojos hinchados por no dormir y por tanto llorar, estaba delgado y descuidado. Lo abrace y él me estrujo con sus fuertes manos, miro al bebé y lo tomo entre sus brazos. Con todo el dolor de mi corazón, le explique a mi marido porque el Sr. Henry me había raptado, incluyendo el hecho de que el bebé podría no ser suyo. Él se molesto mucho, grito y el bebé comenzó a llorar, en cuanto lo escucho se calmo y arrullo al bebé y me dijo que no le importaba lo que ese hombre pensará pero que no lo alejaría de su hijo, ni él ni nadie. Dijo que primero me sacaría de este lío y que después hablaríamos sobre lo sucedido.

»Preparamos las cosas para irnos de la ciudad y en cuanto todo estuvo listo subimos a la camioneta y nos alejamos de nuestra casa. Conforme nos alejábamos del área más poblada, me sentía más tranquila pues pensé que el Sr. Henry no nos encontraría, pero me equivoque.

»En un área sin construcciones cerca, unas camionetas nos alcanzaron una se le adelanto a mi marido y le cerró el paso, la otra se detuvo atrás de nosotros. De la de atrás bajo, el Sr. Henry y Justin y otros dos hombres y de la de adelante cuatro hombres más todos vestidos de negro. Mi marido me dijo que en cuanto tuviera una oportunidad escapara con el bebé sin importar que pasara con él, yo no quería hacerlo pero su mirada suplicante me hizo asentir a su petición.

»Henry le ordeno que bajará, que solo deseaba hablar y él lo hizo. En cuanto lo hizo, uno de sus hombres abrió mi puerta y con arma en mano me apunto y me indico que bajara, lo hice. El Sr. Henry empezó a discutir con mi marido sobre mi bebé, y me ordeno que le entregara al niño, a lo cual me negué. Mi esposo se dio cuenta de que me apuntaban y corrió a mi lado. En solo un segundo una ráfaga rompió el viento y se clavo en la cabeza de mi marido, su cuerpo cayó inerte al piso, la sangre escurrió por su cabeza, mojándola y formando un enorme charco de sangre a su alrededor, mientras su cuerpo se convulsionaba frete a mí.

»Al verlo tirado y bañado en sangre me puse histérica, grite y llore con todas mis fuerzas, el bebé empezó a llorar. El Sr. Henry se acerco a mí e intento quitármelo pero no lo solté. Me ofreció una vez más que eligiera, ¿morir allí o quedarme con él bebé? Claro bajo sus órdenes. Aún cuando deseaba morir allí junto a mi esposo, no podía dejar a mi hijo en manos de ese asesino, así que deje el cuerpo de mi amado desangrarse en el asfalto y acompañe al Sr. Henry. Él ordeno deshacerse del cuerpo y de la camioneta, y a mí me llevo de nuevo al departamento. Durante los siguientes dos meses me mantuvo encerrada pero un día dijo que no me seguiría manteniendo, así que me trajo a esta casa y me dijo que me hiciera cargo de la limpieza y de todo lo necesario. Me presento a Lucky para que también atendiera sus necesidades. Me dejo claro que si intentaba escapar nunca volvería a ver a mi hijo.

Las imparables lagrimas de Mary seguían cayendo, toda su historia en tan dolorosa como la mía, pobre Mary, yo sé lo que es ver morir a tu ser amado frente a ti. Somos almas gemelas que comparten el mismo dolor.

— ¿Tu hijo vive aquí contigo? —le pregunto pues nunca escuchado ruidos de niño por aquí.

—No el Sr. Henry dice que a Lucky no le gustan los niños —con el dorso de su mano limpio sus ojos, sorbió sus mocos y apretó sus ojos con fuerza, tratando de evitar que más lágrimas escaparan de ellos —. Él mantiene a mi hijo en el departamento, Natalie se hace cargo de él. Yo lo veo cada quince días bajo la vigilancia de ella —sus lágrimas vuelven a resurgir —pero mi bebé sabe que soy su mami —me muestra una sonrisa sincera —mi pequeño sabe que soy su mami —repite esta rase varias veces más como si esto fuera lo más importante del mundo.

Tomo a Mary entre mis brazos para que se tranquilice, ella sigue sollozando en mi hombro y tarda varios minutos en calmarse.

—Mary no me has dicho ¿cómo se llama tu hijo? —le pregunto al verla más tranquila.

—Igual que su padre —se aleja de mi y al hacerlo veo como sus ojos brillan y una sonrisa se dibuja en su lloroso rostro —Axel.

Por fin ella se pone de pie y mira hacia la ventana.

—Ya se ha oscurecido Takaba, te traeré algo de cenar —se encamina a la puerta.

—No tengo hambre, gracias —le contesto seriamente.

—Tienes que comer aunque sé un poco—me suplica.

—No quiero. Por favor, solo por hoy —le digo con voz de suplica —mañana comeré el doble —le hago una promesa que no cumpliré.

Su mirada indecisa me hace pensar en que no sabe si aceptar o no.

—Está bien, pero solo por hoy —me advierte.

Recoge sus cosas y sale de la habitación.

Ese desgraciado de Henry, es un maldito asesino, no le importa la vida de nadie. Pobre Mary debe de ser terrible estar lejos de su hijo.

Después de ir al baño me acuesto de nuevo en la cama, mientras veo por la ventana, como el viento ayuda a los arboles a desprenderse de las hojas muertas. El otoño ha llegado, es tiempo de cambiar y dejar ir todo lo que no sirve, para poder renacer.

ANTERIOR                      SIGUIENTE

....................................................................................................................

Por fin la continuación de la historia más pedida. Sin embargo deseo saber si esto es verdad o solo es una persona la que la pide muchas veces (jajaja) Siguiente actualización hasta que haya más de quince comentarios, de diferentes personas, ok? Porque hago esto, ustedes saben que como escritora no gano nada, más que la satisfacción de hacerlos reír, llorar, enojar, pero si ustedes no me dicen que les pareció, entonces como voy a saber si voy bien o me regreso. Entonces ya saben cual es la condición para la siguiente actu, de ustedes dependerá si es en unos días o en semanas o meses, etc. Así manejare las actualizaciones de esta historia. Las demás tendrán una dinámica diferente, ya se las dire después.

Por cierto también haré algunas aclaraciones sobre esta historia, en próximos días, así que esten al pendiente, porque nos acercamos a un punto muy importante cha cha cha chan... me emociono solo de pensarlo.

Puede que haya más errores de lo normal pero no me dio tiempo volver a revisarlo otras 50 veces más pero en cuanto tenga algo de tiempo lo reviso y edito de nuevo.

Ahora si chicos me despido y les dedico un ¡¡FELIZ AÑO NUEVO!! y que todos sus propositos se haga realidad.

Cuídense mucho, see you :)

ANTERIOR              SIGUIENTE