Nuestro bebé, Capítulo 7.

Instalado.

Llegamos al taxi, después de pasar por toda esa gente.

—Por favor suba señor —La joven (de no más de 26 años) que veía ante mi era guapa de rasgos finos, alta de tez clara y con unos ojos grises muy hermosos que hacían juego con su cabello negro que presentaba ligeros destellos azules cuando la luz lo sorprendía.

—Gracias —pero me hice a un lado para permitirle pasar y se lo indique con la mano —el chofer metió mi veliz al maletero, cerro y se dirigió al asiento de copiloto, mientras yo subía.

—Lo llevare al hotel donde se hospedara, en lo que revisa las casas y departamentos que escogí con sus especificaciones —. Cierto tenía que buscar un lugar en el cual instalarme, no me agrada estar mucho tiempo en los hoteles.

—Muy bien y gracias supongo que te he hecho trabajar horas extras por solicitar tanto en tan poco tiempo, lo lamento —pobre chica que culpa tenía de mis decisiones tan rápidas.

—No se preocupe es parte de mi trabajo, estoy acostumbrada —lo dijo de manera educada y reprimiendo cualquier emoción.

—Pues que jefe tan malvado tienes que ya estas acostumbrada a trabajar tan duro —ella sonrió tras mi comentario

—Tenía, pues ahora usted es mi nuevo jefe —cierto me avisaron que ella sería mi asistente personal —por cierto señor me avisaron que lo esperan el próximo lunes en la empresa para que inicie.

— ¿Cómo? se suponía que me presentaría mañana —estaba confundido pensé que iniciaría en el trabajo inmediatamente.

—Así estaba planeado pero el presidente dijo que le daría algunos días para que se instalará y durante ese tiempo yo lo estaré acompañando para ayudarlo en lo que necesite, esas fueron las instrucciones que recibí —no esperaba tanta cordialidad.

—Pues supongo que tendré que darle las gracias en cuanto me presente con el presidente, por favor recuérdamelo que a veces soy muy olvidadizo —ella asintió.

—Llegamos señor, aquí se hospedara —vi el lujoso hotel

Me baje en cuanto nos estacionamos saque mi cartera pero la joven se adelanto y pagó, al parecer hoy nadie me dejaría usar mi dinero. Ella tomó mi maleta pero se la quite de manera amable.

—Lo siento pero aun que no lo creas mi madre me educó como a un caballero y no puedo permitir que la lleves —por esta razón mis amigas decían que tenía mucho pegue con las chicas, parece que escucho a Clary "Ya no hay caballeros en estos tiempos" y su gran sonrisa después de decirlo.

—Lo siento no era mi intención molestarlo —ella se sonrojo.

—No me molesté, es solo que mi madre me educó de manera anticuada —aún cuando yo era un pilar, fui educado como según mi madre se debe comportar un caballero.

—Pues su madre era una sabia mujer —y me sonrió.

—Claro que lo era —le confirme.

Pasamos a la recepción para registrarme y después subimos a mi habitación. Mi habitación era amplia y lujosa, contaba con una salita, la recamara contaba con una cama King size, un hermoso decorado en beige y con muebles de madera, todo lucía muy cómodo.

Deje mi maleta en la recamara y salí a ver a mi asistente que se había quedado en la sala.

— ¿Le gusto su habitación? —me pregunto mientras me miraba nerviosamente.

—En realidad no —le conteste seriamente.

—No se preocupe llamare a la recepción y pediré que lo cambien o si prefiere lo llevo a otro hotel —la chica se preocupa fácilmente.

—No me gusto —le repetí pero ahora sonreía cálidamente —Me encanto ¿cómo supiste el tipo de gustos que tengo? —cuestione.

En mis anteriores visitas, no me he hospedado en este hotel, por el precio, pero el lugar donde lo hacía contaba con habitaciones muy parecidas a esta, el decorado por alguna razón siempre me ha importado me gusta que me hagan sentir bien pues se supone que es donde descansare.

—No lo sabía señor, yo solo trate de buscar algo que a mi pareciera cómodo, suponiendo que yo tenga que pasar muchos días hospedada allí —me explico ya más tranquila.

—Pues tienes buen gusto y eso para mí es muy importante —le dije y ella se mostro contenta por mi comentario —una cosa más y después te podrás ir a descansar a tu casa, siempre y cuando te diga lo que quiero, no pongas objeción y lo cumplas —puntualice.

—Claro señor, sus deseos son ordenes para mí —esta chica era sumamente obediente ¿qué clase de jefe tenía? Pues parece que la tenía muy bien entrenada.

—No exageres, además mi petición es simple deja de llamarme Señor, me haces sentir muy viejo y yo creo que solo te llevo por algunos años, dime Jeremie, por favor

—Pero señor yo no podría —me contesto rápidamente.

—Pues entonces pediré que te cambien de jefe, pues sí, no puedes cumplir con una simple instrucción no podrás cumplir cuando me ponga loco y exigente —eso pasa muy seguido cuando el plazo para algún trabajo está por cumplirse —y créeme que eso me dolería pues me has caído muy bien.

—Señor yo —la pobre agacho su cabeza para evitar verme.

—Solo di que me llamaras Jeremie —le pedí.

—Está bien señ… Jeremie —parecía como si sufriera de algún intenso dolor.

—Ves que fácil y como dije te puedes retirar —tratando de animarla

—Mañana desea ¿que lo deje dormir hasta tarde? —me pregunto

—No, deseo empezar con la búsqueda de mi casa, así podré ocupar lo que resta de la semana arreglándola y así cuando me presente a trabajar no tendré que preocuparme por llegar a trabajar en mi casa también —le expuse —podrías venir a las 9 o 10 a.m.

—Claro Jeremie

—Entonces hasta mañana —me despedí pues en verdad necesitaba descansar.

—Hasta mañana —se retiro.

Llame a servicio de cuarto y pedí una taza de leche caliente, un sándwich de pollo, de postre unas galletas de chocolate y una rebanada de pastel de fresa, de la nada se me antojo todo esto.

—Bebé, ¿estás deprimido? —Pase mi mano por mi pancita —por eso tanto dulce, ¿es por papá?, no mi amor no sufras por él, no importa que no esté, yo jamás te dejaré te lo puedo asegurar. Pero ya que pedimos tantas cosas no me queda más que comerlas ni modos que las vamos a desperdiciar —al parecer esto de los antojos es cierto.

Me di un baño y me puse mi pijama. Poco después llego mi cena y la saboree mucho.

—Tienes buen gusto —le dije a mi bebé —pero no creas que siempre te voy a consentir tanto, mucho dulce nos hará daño.

—Por cierto hijo tengo que hablar seriamente contigo, como ya dije te amo, pero quiero pedirte un favor, sabes cómo está la situación, estamos en otro país, se podría decir que solos y necesito de tu ayuda, debo trabajar mucho para poder sacarnos adelante así que por favor, permite que lo haga, en mis ratos libres puedes hacer todos los pucheros que quieras pero en el trabajo tenemos que ser responsables, así que por favor nada de mareos ni malestares mientras estemos en el trabajo, por favor cariño, ayúdame, —quiero pensar que realmente me ayudará.

Acaricie mi pequeña pancita, aún no se notaba mucho, pero yo sabía que él estaba aquí y que me escuchaba —Te amo y eso que todavía no te conozco —al decirlo una enorme sonrisa se dibujo en mi rostro.

Al terminar de cenar busque mi celular y llame a mis amigas para avisarles que ya estaba instalado en mi hotel y que no se había presentado ningún imprevisto.

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— ¿Ya te vas? —Jack me grita desde el baño.

—Sí, el jefe dijo que habría una junta con los demás jefes de departamento, para ver el nuevo plan de no sé qué cosa —le contesto.

—Preferiría que me esperaras —me grita al tiempo que sale con una toalla envuelta en la cintura.

—No te preocupes, voy a estar bien —le contesto, tomo mi abrigo del sofá, mi bufanda y mi bolso.

—Ok, ve con cuidado, te veo allá —lo veo entrar en su habitación.

Camino a la puerta y cojo mis llaves.

No puedo creer que ya lleve un mes aquí, el tiempo se ha ido tan rápido. Después de que llegue, pase varios días buscando casa y por fin encontré este departamento. Tiene dos recamaras, una cocinita, una sala y un pequeño estudio, además de dos baños y un cuarto de lavado. No es la gran cosa pero es acogedor, está a solo treinta minutos de mi trabajo (bueno usando el metro), caminando debe de ser una hora o tal vez menos, no lo sé, estos días han estado algo fríos y he preferido no exponerme al mal clima. Clary y Karime me han enviado mis cosas y ya me he instalado por completo.

Pronto será Diciembre y creo que será mi primera Navidad solo, esto me entristece un poco, la ausencia de Chris a un me duele. Cuando llegué lloraba todas las noches hasta que Jack llegó, él me ha ayudado a no sentirme solo, como aun no tiene departamento lo dejo quedarse conmigo, mientras el busca su propio departamento. Él lleva aquí solo una semana, me dijo que Chris ha intentado contactarlo y que cree que alguien lo está ayudando a buscarme pues dice que le han estado preguntando a mis compañeros de trabajo sobre mí. Lo bueno es que Jack les pidió a todos que no le digan nada de mí a nadie. Espero que mantengan el silencio, además ¿para qué quiere encontrarme? Ya dijo todo lo que tenía que decirme. Y yo no deseo escuchar sus tontas ideas de nuevo. No quiero verlo ni ahora, ni nunca.

Durante este mes, me la he pasado hablando con mis amigas por video-llamada por lo menos dos veces por semana, al principio solo les mandaba mensajitos pero Karime, me exigió ver a su sobrino, así que cada vez que me llama me hacer mostrarle mi abdomen que poco a poco está perdiendo su delgadez. Y Jack se la pasa contándoles todos los cambios que he tenido, los cuales yo insisto en que exagera. Bueno puede que eso de los antojos se nos haya salido de control, pero solo un poco… Ok hice que Jack saliera la otra noche a comprarme un enorme helado napolitano con jarabe de chocolate, pero solo fue esa vez… bueno y tal vez el otro día lo mande por unas fresas con mucha crema batida, pero Jack tiene la culpa pues nos consciente demasiado y el bebé se aprovecha de eso.   

He llegado al metro, pase a comprar el periódico y algunas revistas que me gustan. Cuando estoy en mi periodo creativo (que es en el que estoy) me gusta leer mucho, hoy le pediré a Jack que me acompañe a la librería. No sé cómo logró pasar por los torniquetes con todas las cosas que llevo en las manos. Mi abrigo, que aun no me pongo, mi bufanda atravesada en mi bolso, el periódico, las revistas. Espero que haya lugar en el vagón de lo contrario no podré acomodar mis cosas.

Mientras avanzo veo un chico que lleva en las manos un café y juro que muero por uno.

—Bebé, debes de dejar de pedir comida, sabes ¿Cómo voy a terminar?... como una pelota —regaño a mi baby, en realidad aparte de los antojos por el momento se ha portado muy bien, no mareos, ni vómitos, creo que me está ayudando para que pueda seguir trabajando.

—Si tu madre termina gordo y feo, no podré conseguirte un papi nuevo —me rió internamente por mi comentario pues lo que menos quiero ahora es una pareja, de momento estoy harto de los hombres —yo voy criar a mi babé solo — lo digo muy seguro de mi decisión.

Al entrar al vagón doy un rápido vistazo en busca de un lugar pero nada todo está ocupado. Me paro a lado de uno de los tubos y paso, con algo de dificultad mi brazo por él. Con mis poderes mentales abro mi bolso, desearía que fuera así pero no, lo abro con las puntas de mis dedos y noto que el espacio es poco.

—Necesito un bolso más grande —lo digo solo para mí.

Mientras intento meter mis revistas y periódico al bolso, el metro inicia su avance. Sigo mi pelea contra la teoría de que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio y ganó pues logré acomodarlos y ahora solo me quede la bufanda, el abrigo y mi botella de agua que saque para que lo otro entrara, entonces tal vez no debería llamarlo una victoria.

— ¡Dios ¿por qué cargo con tantas cosas?! —Al parecer a Dios no le agradan las quejas pues de repente el tren se ha detenido abruptamente y con la fuerza yo perdí el equilibrio, sin embargo no he terminado en el piso, sino en las piernas de la persona sentada frente a mí.

— ¡Discúlpame! —le digo. Siento como mi cara arde por el bochorno — ¡En serio lo siento mucho! —repito e intento ponerme de pie pero unos brazos me lo impiden.

Vuelvo mi rostro para ver a la persona pero la oscuridad en la que se ha sumido el tren no me permite vislumbrar ¿quién me sujeta? 

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En alguna parte puse la palabra "pilar" esta es mi manera de llamar a los hombres que pueden tener hijos, si quieren una mejor explicación revisen el prólogo de mi novela "En el infierno".

Quién atrapo a Jeremie? un acosador? o será Chris que ya lo encontró? 

Les gusto?

Espero que me dejen un enorme comentario eh?

Muchas gracias por leerlo y cuídense mucho, see you :)

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