Esto sí, es amor. Capítulo 3.


¿Aún te amo?



Han pasado tres días desde que me separe de Takano. Hiroshi ha estado muy triste por ello, además se acerca su cumpleaños y obviamente desea pasarlo con sus padres juntos y no sé si eso será posible.

Yo me he sentido triste por no estar con él, también porque siento que estoy haciendo sufrir a Hiroshi, pero estos días que he estado alejado de él me ha servido para darme cuenta de que durante los últimos meses hemos peleado mucho. Nuestro amor parece estar a punto de desaparecer, de hecho la última vez que tuvimos sexo fue hace dos meses.

¿Qué paso con nosotros?

¿Realmente Takano dejo de amarme?

¿De verdad prefirió la compañía de una mujer a su lado que la mía?

Ahora que me encuentro en la soledad de mi cama, no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas, ahora que mi pequeño yace en mis brazos, dormido, el recuerdo de su querido padre me atormenta, impidiendo que duerma.

¿Aún amo a Takano? Esa pregunta inquieta a mi alma por no saber que responder.


En la mañana unos suaves labios me despiertan y al medio abrir los ojos veo su cabello oscuro despeinado y por un momento mi corazón late emocionado pero al escucharlo saludarme, este se calma pues no es la fuerte voz que deseaba escuchar.

—Buenos días mami —Hiroshi me saluda con su linda sonrisa en los labios.

Me siento en la cama y abrazo a mi pequeño.

—Feliz cumpleaños, mi amor —el sonríe y me da un beso en la mejilla.

—Gracias mami —está muy contento —Hoy si veremos a papi ¿cierto? —me pregunta.

—Yo creo que sí bebé —contesto.

—No soy un bebé, mamá, ya soy un niño grande, ya tengo cinco años —extiende cuatro de sus deditos frente a mí.

—Lo sé cariño, ya eres un niñote —le confirmo y extiendo su otro dedito delicadamente —así Hiroshi, así es el cinco —lo corrijo amablemente y él mira sus deditos.

Hiroshi se pone de pie y se pone sus pantuflas.

—Iré a despertar a la abuela para decirle que ya tengo cinco años —sale corriendo antes de que pueda decir algo.

Durante estos tres días Takano solo se ha comunicado por teléfono con su hijo. Yo no he hablado con él, en el trabajo no lo he visto. Harry me ha ido a recoger todos los días al trabajo, eso ha sido algo incomodo pero permito que lo haga porque sé que desea ayudarme, además se ha quedado hasta tarde en casa, ya que lo he estado ayudando con su búsqueda de nuevos escritores.

Hoy pedí el día en mi trabajo para poder estar con mi hijo. Mi madre se he emocionado mucho y dado que es su único nieto deseaba hacer una gran fiesta, sin embargo no estoy para ese tipo de reuniones, además ya habíamos planeado hacerle una comida sencilla, en mi casa.

Me armo de valor y lo llamo.

— ¿Hiroshi? —se escucha cansado.

—No, soy Ritsu —contesto.

—Ah, cari… —guarda silencio por un momento —Buenos días Onodera.

¿Por qué se porta tan formal?

—Buenos días Takano —regreso el saludo — ¿Sabes qué día es hoy?

—Claro, ¿cómo podría olvidarlo? Pensaba ir por él más tarde —me asegura — ¿sigue en pie la reunión en la casa? —pregunta y se oye ansioso.

—Por eso llamaba, iré a comprar algunas cosas y después voy a la casa para preparar todo para la fiesta —le cuento mis planes.

—Entiendo, yo no pude pedir el día pero saldré temprano para ayudarte con los preparativos —me propone.

—Está bien —contesto.

— ¿Puedes pasarme a Hiroshi? Por favor —me pide amablemente.

—Claro, solo dama un segundo.

Me pongo de pie y salgo de mi habitación para buscar a mi niño. Al caminar por el pasillo, lo veo salir muy contento de la habitación de mis padres.

—Hiroshi, ¿alguien desea hablar contigo? —lo llamo y el sonríe.

Toma el celular de mi mano y lo acerca a su carita.

— ¿Bueno? —pronuncia lentamente.

—Gracias papi —contesta muy feliz.

—Sí papi

—Te extraño —lo dice con tristeza.

—Está bien, ¿me lo prometes?

—Te quiero papi, te paso a mami y nos vemos más tarde.

Hiroshi me da el teléfono y veo que en una de sus mejillas rueda una lagrimita y esto me parte el corazón. El se abraza a mí y yo lo rodeo con la mano que me queda libre, la paso por su cabecita para reconfortarlo.

— ¿Takano? —pregunto.

Él se tarda en contestar y cuando lo hace se oye como si estuviera conteniéndose para no llorar.

—Te veo más tarde, tratare de llegar muy temprano —me afirma.

Escucharlo así me duele ¿qué estamos haciendo?

—Claro, cuídate y nos vemos en la casa —termino la llamada.

Gurdo el teléfono en la bolsa de mi bata y abrazo a mi bebé, mientras el llora silenciosamente en mi hombro.

¿Qué nos estamos haciendo Takano?

Y ¿Qué le estamos haciendo a nuestro hijo?


Otro día más sin ellos a mi lado. Los extraño y me arrepiento de haberlos dejado ir pero ¿qué más podía hacer después de ver esas hermosas islas verdes llenas de miedo? Yo mismo me sorprendí de mi reacción, realmente estuve a punto de golpearlo y eso me asusto tanto como a él.

En estos días han sido los peores de mi vida, me han recordado aquellos en los que mi alma se desmorono, aquellos cuando Onodera me dejo, cuando la interminable búsqueda de mi primer amor simplemente no dio frutos, la frustración de no saber nada de él, me tenía sumergido en una gran depresión y ahora no solo es la lejanía del amor de mi vida, sino también la de mi hijo, el regalo más hermoso que la vida me ha dado.

Durante estos días he llamado a mi pequeño, no lo he ido a ver porque no me siento con la suficiente fuerza de separarme de él. Sí lo veo seguramente querré traerlo a casa y no dejarlo ir, pero decidí darle tiempo a Ritsu para que piense.

Mientras mis pensamientos están atrapados por ese par de hombres de ojos verdes, escucho mi teléfono.

Al contestar escucho la suave y nerviosa voz de Ritsu, al saludarlo deseo suplicarle que regrese pero creo que este no es el medio correcto. Me siento ansioso por verlo y tocarlo, su voz se escucha cansada, ¿estará enfermo?

Cuando me pregunta ¿que sí recuerdo que día es? Me contengo para no ironizar en mi respuesta.

¿Cómo podría olvidar uno de los mejores días de mi vida?

Hace cinco años, en una noche fría de invierno, la voz asustada de Ritsu me despertó.

— ¡Masamune! —me grito.

— ¿Qué sucede? —conteste.

—Duele mucho —se escuchaba muy asustado.

—Cálmate, te llevare al hospital —al levantarme de la cama y ver a mi querido esposo, note que tenía una mancha roja en la entrepierna, esto me asusto mucho.

— ¡Mierda!  —busque mi celular.

— ¡Ahhhh! —Grito fuerte y se apretó la panza.

—Respira Ritsu, vamos recuerda los ejercicios — trate de infundirle ánimos, y eso era algo que yo mismo me sentía imposible de tener.

Llame de inmediato a una ambulancia. Se suponía que todo estaba bien, entonces ¿por qué tenía sangre?

Al llegar los paramédicos, revisaron a Ritsu y dijeron que tenía que llevarlo de inmediato al hospital y que lo más probable es que tuvieran que hacerle una cesárea.

— ¡Masamune! —Ritsu estaba muy nervioso y comenzó a llorar.

Ver sus hermosos ojos verdes llenos de lágrimas me dolió y mucho.

Su mano busco la mía mientras los paramédicos lo acomodaban en la camilla. Lo sujete y apreté su temblorosa mano. Yo estaba tan asustado como él, pero uno de los dos tenía que ser fuerte y en este caso me tocaba a mí.

—Todo estará bien, Ritsu. —lo dije con la mayor seguridad que pude encontrar en mi.

El solo asintió y no me libero durante todo el trayecto hasta el hospital. En cuanto entro, un doctor ya nos esperaba y de inmediato lo trasladaron a un quirófano, me hicieron firmar una responsiva y después de darle un beso rápido a mi esposo lo vi partir por un pasillo blanco, sus ojitos estaban muy asustados, eso fue lo último que vi antes de que la puerta se cerrara frente a mí.

Estaba de pie en la sala de espera y caminaba de un a lado a otro, interrogaba a cada enfermera que pasaba y todas me decían lo mismo: “tranquilícese señor, en cuanto sepa algo yo le aviso, por favor siéntese y cálmese”.

¿Qué no saben decir otra cosa?

Esas fueron las peores horas de mi vida, esperar a que te avisen sobre que paso con lo más importante de tú vida, es lo peor. Amaba a Ritsu y no deseaba que le pasara nada y sin conocer a aquel pequeño ser que crecía dentro de él, también lo amaba y obvio que deseaba que estuviera bien.

Cuando por fin me había sentado a esperar, puse mis codos sobre mis rodillas y cubrí mi rostro con las manos.

—Familiares de Onodera Ritsu —una voz masculina hablo fuerte.

Me sobresalte al escucharlo, me levante de inmediato y corrí hacía al doctor que había hablado.

—Yo soy su esposo —me presente.

—Buenas noches señor —me saludo —su esposo tuvo una hemorragia importante y perdió algo de sangre, por el momento se encuentra dormido…

—Pero ¿se encuentra bien? —interrumpí.

—Sí señor, su esposo es muy fuerte y se encuentra muy bien.

Sentí que mi espíritu por fin se calmaba un poco pero aun faltaba saber de mi pequeño.

—En cuanto al bebé, se encuentra muy bien, logramos sacarlo a tiempo, antes de que broncoaspirará. Y lo he revisado y se encuentra en excelentes condiciones, es un hermosos niño —al escucharlo, mis lagrimas surgieron sin darme cuenta, por fin después de tantas horas de suspenso y autentico terror por no saber nada de ellos, por fin podía respirar con tranquilidad.

El doctor me indico que habían llevado a mi bebé a las incubadoras solo por prevención y que podía pasar a verlo. También me dijeron que Ritsu ya lo había visto pero solo pon un momento.

Camine rápido a ver a mi bebé y al llegar me dejaron pasar a verlo, la enfermera me lo ofreció y yo lo tome en mis brazos.

Allí entre mis brazos yacía un pequeño ser que era el resultado del gran amor que sentía por Ritsu, los amaba a los dos. Él se removió y parecía buscar algo.

—No te preocupes pronto estarás con él, sabes, mami y papi te hemos esperado por mucho tiempo y los dos te amamos.

Le asegure y este volvió a dormir tranquilamente.

Esa noche en el cuarto de Ritsu, mientras veía la venoclisis con su lento goteo, insertado en su muñeca, y su pálido rostro con los ojos cerrados, tu lento respirar y tus delgados labios cerrados dándote un aspecto serio, pero descansado pensé:

¿Cuántas noches había pasado viéndote dormir?

No lo sé, demasiadas para saber el tipo de sueños que tenías y no las suficientes para convencerme de que estabas allí y que eras mío.

Sin embargo esta noche era diferente, justo una noche antes de que terminara el año, yo me había convertido en el hombre más feliz, ahora ya era padre. Nunca antes había tenido esta sensación de amor que se desborda, que duele por tanta felicidad que te proporciona, no solo te miraba a ti dormir, también lo miraba a él, a nuestro pequeño  hijo que dormía plácidamente en mis brazos.

Los amaba tanto que no podía explicarlo con palabras. Y esa misma noche me prometí cuidarlos y amarlos por los años que me quedaran de vida.

Y ahora cinco años después… siento que he fallado.

Amo a mi hijo y lo estoy haciendo sufrir por nuestra separación. En cuanto a Ritsu lo amo, o por lo menos eso es lo que creo, ¿en qué momento comencé a dudar? No lo sé.

Le dije a Ritsu que me pasara a Hiroshi y lo hizo.

— ¿Bueno? —pronuncia lentamente.

—Felicidades Hijo, ya eres todo un hombrecito —lo felicite y estaba tan conmovido por no tenerlo frente a mí para abrazarlo.

En los años anteriores Ritsu y yo le comprábamos un pastelito y lo despertábamos juntos, le cantábamos el happy birthday y lo abrazábamos, y ahora ni siquiera pude verlo.

—Gracias papi —contesta muy feliz.

— ¿Estas feliz? —pregunte porque su respuesta no me convenció.

—Sí papi —contesto pero escucho su voz cada vez más conmovida.

— ¿Qué tienes hijo? Te oyes triste y hoy es un excelente día para ti —Algo le pasaba y no deseaba decírmelo.

—Te extraño —sus palabras terminan por derribar mi barrera de “no pasa nada” mis ojos se nublan y trato de evitar que mi voz delate a mi dolido corazón.

—Yo también hijo, pero hoy te veré y pasaremos todo el día juntos, los tres hijo y nos divertiremos mucho.

—Está bien, ¿me lo prometes? —su voz sigue sonando triste y estoy seguro de que está a punto de llorar.

—Si, Hiroshi te lo prometo. Hoy nos divertiremos mucho —prometo y trato de contener mi llanto.

—Te quiero papi, te paso a mami y nos vemos más tarde —se despide rápido pues no desea que me dé cuenta de que está llorando, pero lo conozco muy bien y no hay manera de que ignore su estado de ánimo.

—Te quiero hijo —concluyo nuestra llamada.

Escucho a Ritsu Hablarme y suena dolida, seguramente Hiroshi está llorando delante de él. Tardo en contestar pues deseo tragarme el nudo que se ha formado en mi garganta y que me impide hablar.

Al contestar solo me despido y él hace lo mismo, recargo mi espalda en el sofá y miro hacia la ventana, mientras mis ojos liberan las lágrimas contenidas.

Me duele hacer que mi hijo pase por esto pero ¿Qué otra opción tengo?


Ya he hecho la comida y he decorado toda la casa, mis padres se han llevado a Hiroshi a visitar el zoológico, Takano me ha llamado para avisarme que ya viene a casa.

Me siento nervioso por verlo de nuevo, no sé ¿qué va a pasar cuando lo vea?

Aun cuando apenas son las 3:00 pm me siento como si llevara 24 horas de pie trabajando. Es raro que me sienta tan cansado, cuando he tenido días peores que este.

Harry me ayudado todo la mañana, y ahora por fin hemos terminado.

—Oye ¿tienes algunas cervezas? —Harry me pregunta.

—Sí, deben de estar en la nevera.

Reviso todo el refrigerador y nada, simplemente han desaparecido.

—Creo que me equivoque —contesto pero estoy seguro de que compre varias el fin de semana pasado, supongo que Takano ha estado sediento.

—No te preocupes, puedo tomar agua —contesto.

—Creo que iré a comprar algunas —le digo y busco mis llaves y mi abrigo.

—No es necesario —me dice.

—Lo sé pero en la fiesta no habrá solo niños, vendrán los padres. Estoy seguro de que Kisa y Yukina querrán una, además a Takano le gusta beberse una con sus amigos —lo digo tan seguro.

¿Cómo olvidar todo lo que me costó años aprender de mi esposo?

— ¿Lo extrañas? —Harry me pregunta.

—No sé de que hablas —me dirijo a la puerta —No tardo, vuelvo en unos minutos.

Camino al elevador y mientras voy bajando pienso en lo que me pregunto.

¿Lo extraño?

Sí, estos días he podido pensar mucho y también me he dado cuenta de que extraño verlo todas las mañanas durmiendo a mi lado, extraño sentir su calor, extraño oírlo reír. Claro que lo extraño he pasado más de cinco años a su lado y más de diez años amándolo en secreto.

Aun que estas razones no responden la pregunta que me deja sin sueño por las noches.

¿Aún lo amo?

Camino por la calle y hay mucha gente por doquier, comprando comida de último momento, mañana es año nuevo y todos desean pasarla con su familia, yo mismo hace algunos días deseaba lo mismo y hoy simplemente no sé qué es lo que quiero.

Mientras camino siento mis pies muy cansados, además de que tengo calor, lo cual es raro ya que todas las personas que veo visten muy arropadas. Cada paso me cuesta más, todo a mí alrededor da vueltas.

Busco un lugar donde sentarme pero entre tanta gente no veo nada, al dar un paso más todo se oscurece a mi alrededor.




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Comentarios

  1. OMG OMG!! Pobrecito Hiroshi!! Un cumpleaños muy triste, solo espero que el malestar de Onodera se le "pase" al noveno mes no?? Wink wink ;-) aaah amo esta historia!! <3 <3

    GISE n_n

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    1. Hola, gracias por comentar y que bueno que te guste la historia, mi lindo Hiroshi sufre por sus papis y ellos a su vez sufren por él es un circulo vicioso. Sobre Onodera espero que no le pase nada malo jajaja la verdad no se que le paso pero en cuanto lo defina escribo el siguiente capitulo jajaja
      Cuídate mucho see you:)

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  2. OOOOOH MY F******G GOD!!!

    Pues... tercer capitulo... muy largo para ser one-shot xDDDDDDDDDD
    Onodera... chin... hasta sentí feito, más que nada por el niño, que al final son los que pagan "la factura" de los errrores de los padres, triste cumpleaños... caray...

    Ese malestar... embarazo no es... ¿estres? Caray, me dejaste con la duda... espero siguiente actualización, tengo la seguridad de que esto continua jejejejejeje

    Gracias por el capitulo... y esperaré ansiosa las siguientes actualizaciones, se acaba Abril... pero siempre nos das algo para leer y disfrutar rico la noche, gracias y te mando saludos.

    Sayobyeeeee :3

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    1. Si la verdad el argumento se me fue de las manos y de un capítulo paso a 3 y próximamente 4 jajaja y no tengo ni idea de cuantos más, por esosiempre digo que soy malisima para los one-shot jajaja

      Muchas gracias por leerla y pobre Onodera creo que va a sufrir un poquito en fin ya veremos que pasa.

      y gracias por la paciencia a mis relatos, cuídate mucho, see you :)

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