One-Shot Romance in Kyoto 3.


BY SHADOWW & LORD LAWLIET.


AGONY & BEAUTY.
ACTO III (FINAL 1ra. Parte)
Ippodo Tea Co.
11:00 a.m.

Un día bastante frío… Harumi y Akihito se reunieron en el salón de té de esta famosa tienda, un lugar muy visitado en Kyoto, ya que venden una gran variedad de té y utensilios para su preparación.  Además en dicho salón te permiten aprender y tener la experiencia de la tradicional Ceremonia del Té.


Así, el fotógrafo comenzó su plática con la hermosa geisha, relatando su historia, del porqué él está aquí, en Kyoto… Su trabajo para la agencia de noticias, incluso, tocó un poco el tema de su relación con el yakuza.

—¿Ahora entiendes?  Porqué te pido la información, delatar al ministro, cometiendo el acto de corrupción, no le quedará de otra más que la dimisión de su cargo.  Y con eso ayudo a “esa” persona. —terminó el joven con su relato.
—Es que todo lo que me platicas, lo entiendo perfectamente.  Pero… ¿cómo pretendes infiltrarte en el Palacio?  Sin duda habrá mucha seguridad, más aparte el personal que sirve en esos banquetes lujosos con gente importante… en su mayoría son mujeres.  Solo hay un hombre que es el cocinero, eso sin contar a las geishas que algún invitado traiga. —Entonces Harumi hizo una pausa.
—Oh no… no me digas que quieres meterte ahí como una…
—Geisha. —sonriendo el joven terminó la frase.
—Es la única manera que tengo para sacar mis exclusivas, por favor… Ayanami-san… ayúdame. —volviendo a solicitar su ayuda al tomar una de sus manos.

Harumi… meditó con mucho cuidado la petición, lo que el fotógrafo quiere hacer es muy arriesgado y puede poner en peligro a las otras chicas… pero… entonces, por eso le pide su ayuda, para enseñarle a pasarse por una geisha “real”.  Sí es así, entonces debe recibir entrenamiento cuanto antes.  Su okasan no permitiría esto, ya volvió a iniciar las pláticas con el Ministro Miyazawa para realizar la ceremonia de mizuage con Mitzuki…

Pero sí este joven logra su objetivo, él podría llevarse a su hermana a Tokio… estaría a salvo y segura.  Fue ahí, donde se decidió por completo.
—Muy bien, Takaba-san… te ayudaré.  Lo primero que te digo es que el Ministro Miyazawa ha solicitado a 5 chicas de nuestra okiya para el banquete de la reunión en el Palacio Imperial de Sento.
—Takaba… —hace una pausa para poder continuar— Deberás recibir un entrenamiento especial, yo he asistido a muchos eventos en ese lugar, y creéme, sí hay algo en lo que no escatiman… es en la seguridad.  Sí entras con el “puro disfraz”, se darían cuenta de inmediato y podría ser muy peligroso para las demás geishas.
—Así que, te pido que vengas a vivir conmigo para que recibas dicho entrenamiento, sólo tienes 11 días y el tiempo corre, Takaba.  ¿Aceptas?

Akihito no necesito pensarlo mucho, sí debía de separarse de Asami para lograr su objetivo lo haría… aunque tenga que lidiar con sus “castigos” después.
—Perfecto.  Me voy contigo de una vez. —respondió el fotógrafo sin vacilar.
—¿No tienes que avisarle a “esa” persona o a tu agencia?
—No… con los de la agencia me comunico por las noches y a “esa” persona, le puedo enviar un mensaje después.
—Esta bien, sí así lo quieres…  ¿Qué te parece sí cerramos nuestro trato con una ceremonia del té?  Así podrás recibir tu primera lección como geisha. —Harumi sonrió al hacerle una señal a una de las chicas que atienden en la tienda, para que trajeran todo para realizar la ceremonia.

Al terminar, en el momento en que salían del local para tomar un taxi hacia la okiya, la joven le pidió al fotógrafo que la acompañe para recoger algunas cosas y hablar con su okasan.

*        *        *        *

Residencia Asami.
12:45 p.m.

Asami se encontraba en el estudio de su residencia, revisando sus e-mails en la pc.  Estaba molestó, parece ser que al yakuza no le gustó nada que su chico saliera temprano, limpiara el cristal y le dejara el desayuno sin hacer ruido y con solo una nota:

Asami:

Tuve que salir temprano, para hacer unos pendientes.
Sí terminó antes, regreso para la hora de la comida.

Akihito.

—Mph…  pendientes… ¡mis bolas!  Seguro fuiste a buscar a la maiko, otra vez… —gruñó Asami al buscar su móvil que lo dejó en el escritorio, a un lado de las carpetas.  Al encenderlo, accede al menú de opciones para buscar el ícono de sus ‘Contactos’, y marcar su número.

En eso, el yakuza recordó las condiciones que su chico solicitó para poder realizar su trabajo.
—¡Rayos! —apagó el móvil y lo pone sobre el escritorio.
—Tranquilo, Ryuichi.  Él solo está haciendo su trabajo. —gruñó y lo mejor que pudo hacer fue trabajar un poco mientras llega Kuroda a su casa, definitivamente hoy no piensa ir a la oficina… quiere enfrentar a su chico del porqué de su salida tan temprano.

*        *        *        *

Okiya Ayanami
01:20 p.m.

Después de que Harumi y Akihito descendieran del taxi y pagar su pasaje, la joven geisha le pidió al fotógrafo que la esperara afuera de la okiya un momento, mientras ella habla con su okasan para avisarle de sus intenciones de vivir sola y él asintió.

Una de las chicas que recibió a Harumi en la entrada, no pasa de los 17 años, igual que Mitzuki es una maiko, es bajita como de 1.53 cms. Ojos azules, cara ovalada con el mentón afilado, su cabello era rosado (las geishas actuales ya usan pelucas con el peinado tradicional, eso es opcional para cada geisha).  Para tomar su bolso.



—Harumi… ¿En dónde estabas?  Okasan, estuvo preguntando por ti… —preguntó la joven maiko a la geisha.
—¿Qué pasa, Saiyuri? 
—Es el Ministro Miyazawa… dice que quiere la ceremonia de mizuage para el anochecer.  Okasan quiere que te encargues de los preparativos porque hoy es tu día libre…
—¡¿Y Mitzuki?!  ¡¿En dónde está?! —Harumi comenzó a preocuparse.
—En cuanto se despidió el Ministro, se encerró en su habitación… ve hablar con ella, Harumi.
—Esta bien… iré en cuanto termine con un pendiente que tengo y debo hablar con okasan. —finalizó y se dirigió por el pasillo para llegar al salón de té de la okiya, seguramente ahí se encuentra la señora.


Mientras tanto, afuera de la Okiya Ayanami…

Akihito se sentó en la banqueta, mientras Harumi habla con su okasan, esperando que no tenga problemas por lo que va a hacer.  En eso suena su móvil, y rodeando los ojos, no pudo evitar soltar un suspiro… ese yakuza, nomás no cumple sus promesas.

—¿Qué sucede Asami? —preguntó el fotógrafo de manera normal, tratando de ocultar el enfado que ya empezó a manifestarse.
—Sé que no debía llamarte y que no debo cuestionar en dónde y con quién estás… es sólo…  que me quedé algo preocupado, no verte en la mañana y… ¿Ya terminaste? —preguntó el yakuza algo nervioso. (?)
—Ahmmm… e-eto… no, todavía sigo trabajando, pide algo para comer porque ando muy ocupado y lo más seguro es que llegaré tarde. —respondió el chico con lo primero que se le vino a la mente… ¿Cómo rayos le va a explicar a Asami que tal vez no va a regresar para esta y varias noches a su residencia?
—¿En donde estás? —preguntó tajante el mayor.
—Ya te dije, que estoy trabajando.
—Mientes.
—¡¿Qué?! —pregunta sorprendido el menor ante la súbita respuesta.
—No estás trabajando, porque desde hace un rato te veo sentado en la banqueta, frente a la okiya. —Akihito se levantó rápidamente y mirando por todos lados, cuando miró hacia la esquina donde está la banca… pudo observar por completo la limosina estacionada ahí mismo.

En eso, Kirishima baja del vehículo para abrirle la puerta a su jefe para que descienda del mismo, junto a él se encontraba el fiscal Kuroda.  Akihito apagó su móvil, mientras que el yakuza y el fiscal ya se encontraban en la entrada de la okiya.

Justo cuando Asami iba a entablar conversación con el menor, Harumi sale de la okiya… estaba ¿llorando? Al ver a Takaba se lanzó a sus brazos, para completo enojo del yakuza —¡Carajo! primero una maiko… y ahora una geisha… genial… ¿Ahora que sigue? ¿Qué lo abrace un ‘onnagata’? (actor del kabuki, que sólo representa papeles femeninos)— pensó el mayor.
—Ayanami-san… ¿Qué ocurre? —preguntó Akihito pensando que tal vez su okasan ya sabe de sus visitas a la okiya.
—Es Mitzuki… mi hermana.   Han vendido su virginidad… el Ministro ha pedido la celebración de su ‘mizuage’ para esta noche… por favor, Takaba-san, llévame con tu amigo… necesito de su ayuda.


Asami y Kuroda intercambiaron miradas furtivas, su presa acude a esta okiya.  El menor miró al yakuza, mientras trata de consolar a la geisha.
—Sí el Ministro Miyazawa ha pagado el precio, la ceremonia del mizuage es inevitable. —dijo el yakuza tajante.
Al escuchar esa voz, Harumi dejó de llorar, volteó la mirada para encontrarse con la del yakuza, fría… sin mostrar ninguna emoción…
La joven geisha se separó de los brazos de Akihito y se hincó a los pies de Asami, tomando una de sus manos para volver hacer la súplica.
—Mi señor… por favor.  Sí usted entra conmigo a la okiya, ahora mismo…  Haga una nueva oferta, y sí es generosa… okasan detendría los preparativos.  Y a cambio, yo… —tragó fuerte Harumi, para poder continuar—  Estoy dispuesta a hacer, lo que usted quiera… Siempre y cuando me garantice la seguridad de mi hermana menor.  Por favor… Mi señor… —suplicó al momento de derramar nuevas lágrimas.

Asami levanta la mirada para fijarla en Akihito… parecía que el menor le hacia la misma suplica… que debía de ayudar a la maiko.
—¿Lo que sea? —preguntó mientras intercambia miradas con el fiscal, mientras él asiente con la cabeza, en eso, saca su móvil del bolsillo del chaleco y llama a Kirishima para que lo acompañe.
—Que así sea… recordaré bien esas palabras, para cuando quiera cobrarme el “favor”.  Vamos a ver a tu okasan y después te diré lo que vamos a hacer… —al momento de esbozar una sonrisa maliciosa, y levantó a la geisha para que lo lleve a ver a su señora—  Akihito, ven conmigo… quiero que presencies esto.
El fotógrafo tomó su mochila y se dirigió con el mayor a la okiya, expectante a lo que pudiera ocurrir.

Hyatt Regency de Kyoto
02:56 p.m.

Dentro de este lujoso hotel, para ser más específico en el bar… se encuentra Kanzaki Takashi en la barra, mientras espera su bebida, revisa unos documentos que le llegaron al móvil.  En eso, las grandes puertas de cristal se abren para dar entrada a Saijo Chiharu, con la mirada localiza a la persona con la que se debe de reunir y se dirigió de inmediato hacia la barra.  Mueve la silla…

—Buenas Tardes… Kanzaki. —saluda Saijo de manera cortés al momento de tomar asiento.
—Buenas… Saijo.  Te invito un trago… ¿Qué te apetece? —devolviendo el saludo, mientras saca la cajetilla de cigarros y le ofrece uno al ejecutivo.
—Un Martini Rosso en las rocas, por favor. —solicitando la bebida al barman, a la vez que Kanzaki le enciende el cigarrillo.
—¿Ya supiste la nueva?  Agentes de la Oficina de Migración, llegaron en un operativo sorpresa a una de las plantas de ensamblaje de Suzuki en Sapporo. —en eso, llega el barman con una copa de Cognac para el  yakuza.
—Algo supe… ahora entiendo, el porqué no vi a Suzuki-san en la mañana. —finalizó al darle un buen sorbo a su bebida.
—Primero Asami… y ahora Suzuki, esto está muy raro, y el Ministro nos tiene aquí en este lugar, sin decir nada… —gruñó Kanzaki.
—Por el momento… te recomiendo que suspendas operaciones, lo que pasó con Asami, me afectó de alguna manera con mis clientes… las exportaciones están canceladas hasta nuevo aviso.
—Debemos reunirnos con Asami, cuanto antes. —mientras el yakuza apaga la colilla de su cigarro en el cenicero.

*        *        *        *

De regreso en la Okiya Ayanami…

Después de dos horas de discusión, y es que la señora parece que no va a dar su brazo a torcer, hasta parece que está de parte del señor ministro.  Asami como todo hombre de negocios, decidió arriesgar la oferta…

—Muy bien, Madame… Está es mi oferta final:  La castidad de la maiko por ¥90,000,000.00.  Agregaré ¥120,000,000.00 extras para gastos por la realización de la ceremonia, creo que sobrepasa la deuda real de la joven. Y por supuesto, libres de impuestos.  ¿Es un trato, Madame? —finalizó al momento de darle un sorbo a su taza de té.
Akihito y Harumi miraban estupefactos… Jamás imaginaron que el yakuza tuviera tanto… poder adquisitivo.
—Jamás he conocido a alguien tan arrogante y engreído a la vez… Mphm… Te ha entrenado bien, Ryuichi-sama. —esto último lo dijo al esbozar una sonrisa, bajo la mirada atónita de los presentes.
—No… Asami, ¿La conoces? —preguntó con sorpresa el fotógrafo.
—Sí… la conozco, una vieja amiga… Ha pasado tiempo sin verte Reiko, como siempre, haciendo bromas… pero con esta te excediste. —dijo al dejar su taza sobre el plato.
—Mhpm… lo siento, pero tengo que cuidar mi negocio… con tantos giros negros que hay, debo cuidar a mis chicas. Para que veas que seguimos siendo amigos, sólo te aceptaré los ¥120,000,000.00, el ministro solo me ofreció ¥50,000,000.00, lo que es ser tacaño… —soltando tremenda carcajada.
—Al aceptar el dinero… tendrás que aceptar mis condiciones, necesito de tus talentos para ‘algo’ que estoy planeando.

Y fue así, como el yakuza se enteró del plan que Akihito tiene para infiltrarse en el Palacio Imperial, con ayuda de Harumi.  En eso, el móvil del asistente suena y decide salir del salón para tomar la llamada.
—Joven, su plan es muy arriesgado… no sólo el hecho de que te expones a que te descubran, sino que vas a arriesgar la integridad de mis chicas.
—No… Sí, Takaba-san recibe entrenamiento. —dijo Harumi decidida a ayudar— Le enseñaremos lo básico, la etiqueta en este tipo de reuniones, por supuesto no va a conversar con los invitados solo estará en los actos musicales, ya sea con una danza o tocando el ‘shamizen’ (instrumento musical).  Definitivamente, las chicas y yo, vamos a ayudar… Sí Takaba nos enseña a usar su equipo fotográfico, podrá tener sus exclusivas; con diferentes ángulos. —terminó de decir mientras mira fijamente a Asami, tal vez esperando su aprobación ante esta locura que piensan realizar.

Kuroda decidió tomar la palabra, para romper el silencio tan incómodo que se suscitó de repente en el salón.
—Ryuichi… comprendo tu preocupación por el chico, pero es la única oportunidad que tendremos para nuestros planes.  Kirishima entra al salón y se acerca a Asami para comunicarle algo en susurros.
—No puede ser… ¿Lo confirmaste, Kirishima?
—Sí, señor… Suzuki-san regresó a Sapporo esta mañana.
—Muy bien, haremos esto… Akihito se quedará en la okiya para recibir el entrenamiento, Kuroda se encargará desde hoy de las investigaciones y en cuanto a la maiko… se viene conmigo a mi residencia. —Harumi hizo una reverencia hacia el yakuza como agradecimiento por la ayuda que le brinda a su hermana.
—¿Porqué Mitzuki, no puede quedarse en la okiya? —preguntó el joven.
—¿Qué? ¿Miedo de que la viole, es eso? —dijo en tono burlón.
—Takaba-san… luego te explico el porqué.  Ven, te voy a llevar tu cuarto y a presentarte con las chicas. —dijo Harumi, mientras conduce a Akihito afuera del salón.

Justo antes de salir, okasan se dirige hacia a Asami.
—Es él… ¿Cierto?
‘Hei’ (Sí… Dialecto de Kyoto).
—Cuidaremos de él, no te preocupes… nos veremos en el Palacio. —dijo al darle una pequeña palmada en su brazo.
—‘Ookini’. (Gracias, dialecto de Kyoto) —Asami hace una reverencia hacia la mujer.

En cuestión de horas, el Ministro Miyazawa será notificado de la cancelación de la ceremonia, a partir de ahora, todo dependerá de Akihito, de alguna manera se encuentra nervioso, siente que por fin puede serle útil a su yakuza. Y por alguna razón… su cuerpo comenzó a estremecer por la emoción.

*        *        *        *

7 Días Después…

El tiempo corre y suceden cosas, razón por la cual, el Ministro continua “entreteniendo” a sus invitados, a la vez de ‘expandir’ sus negocios…  Kuroda aprovechó la información de Asami y confirmó la venta de mujeres haciéndolas pasar por geishas y prostituirlas en las ‘ochayas’ (casas de Té) en Pontocho, tuvo suerte ese día, porque el Jefe de la Oficina de Migración se encontraba ahí, cuando salió del recinto ya no traía el maletín metálico.  No hay duda, el Señor Miyazawa ha comenzado a ‘pasar la charola’, con los políticos para su campaña, es hora de hacer su reporte para el yakuza.

Okiya Ayanami

Para Akihito su entrenamiento ha sido muy difícil, en primera tiene que usar el kimono… bueno; al menos el atuendo es cómodo, pero no es así, usa el kimono pero con todas sus prendas y además le pusieron una banda en sus caderas, de alguna manera para ‘obligarlo’ a no abrir las piernas en cuanto se sienta sobre el tatami, para la gracia de las chicas que lo ven como trata de sentarse, pobrecito. (^o^) Sus clases de danza son a las 5 de la madrugada, 3 horas después, su desayuno.  Ayuda con los quehaceres en la okiya y a mediodía, clases de etiqueta con okasan.  Y como a las 6 de la tarde, Harumi le da clases de defensa personal, okasan piensa que esto es necesario ya que es una reunión de ‘mafiosos’ y todo puede pasar, hasta la hora de la cena para después terminar por ayudar a las chicas con sus quehaceres nocturnos y ayudarles (sí es necesario) a conseguir transporte para cuando van a salir a sus eventos.  El chico termina ‘muerto’.

*        *        *        *

Residencia Asami.

Después de lo sucedido en la planta de ensamblaje de Suzuki-san, Asami decidió reunirse con el resto de los empresarios. Los ejecutivos están empezando a ‘resentir’ está presión por parte del Ministro, de separarlos tanto tiempo de sus lugares de trabajo.

  —Está claro, que el ministro busca más que un apoyo económico para su candidatura. —dijo Suzuki al exhalar el humo de su cigarro— Afortunadamente, el incidente no pasó a mayores y mi planta sigue en funciones.
—Saijo y yo… Sí nos vimos afectados, por el escándalo en mi club, cancelamos operaciones hasta nuevo aviso.  Por lo menos he podido evitar que mi nombre saliera a la luz. —finalizó Asami, mientras le ofrece un cigarro a Saijo.
—Eso quiere decir, que yo seré ‘la cereza del pastel’… seguro me pedirá dinero en la reunión del palacio. —afirmó Kanzaki, al darle un pequeño sorbo a su copa de Cognac.
—Asi es, Kanzaki…  La razón de esta reunión es para pedirles su cooperación, en algo que estoy planeando… Mi intención es hacer lo mismo que el Ministro Miyazawa, lo voy a exponer ante los medios de comunicación, delatando un acto de corrupción, habrá un ‘infiltrado’ en el grupo de geishas que amenizará el evento, sólo necesito que uno de ustedes se ofrezca a salir en la foto. —Asami finalizó para darle un sorbo a su bebida.

Sin dudarlo, Kanzaki Takashi apagó la colilla del cigarro en el cenicero y se dirigió al yakuza.

—Yo me ofrezco, Asami…  Al menos yo sí puedo deslindarme de esto sin problemas. —mostrando una sonrisa burlona.
—Sí necesitas apoyo en seguridad para las geishas… No dudes en pedirlo, Asami. —le secundó Saijo Chiharu.
—Gracias, Saijo… Te aceptaré la ayuda.  Entonces ya nada más es cuestión de coordinarnos con nuestras escoltas, las geishas llegarán al Palacio Imperial acompañadas del Señor Ministro, ahí es donde necesitaré el apoyo de sus guardaespaldas, ya que nosotros llegaremos minutos después. —afirmó Asami.
—Caballeros… entonces nos veremos en la reunión del Palacio Imperial en 3 días. —finalizó Suzuki Masami la reunión.

*        *        *        *

Residencia del Ministro Miyazawa
Distrito Miyagawacho.

En el estudio de la mansión, Yoichi Miyazawa se encuentra trabajando junto con su asistente Mineko, tomaba notas de las peticiones de su jefe para el asunto de sus clubs en Kamishichiken.


—Por favor, Iwasaki… quiero reportes continuos de las mujeres nuevas que entran a trabajar al club. Y dime, ¿Cómo van los preparativos en el Palacio Imperial? —preguntó el ministro mientras termina de firmar unos documentos.
—Todo está listo, Señor.  Suzuki Masami regresó a Kyoto hace 3 días y me confirmó su asistencia al evento…  Asami Ryuichi y Saijo Chiharu, al parecer sus negocios sí están vinculados, suspendieron operaciones hasta nuevo aviso. —terminando su reporte.
—¿Averiguaste algo sobre la maiko? —preguntó con malicia.
—Sí… La maiko regresó a su okiya, al tercer día de la cancelación de la ceremonia.  Ayer hizo su aparición en el banquete de aniversario del actor de kabuki Bando Tamasabuno, Señor.
—Esa… vieja bruja, no me quiso ‘revelar’ el nombre de quien hizo la nueva oferta, el cliente pagó ¥50,000,000.00 por la virginidad de la maiko, y todavía se atrevió a negármela varios días. —gruñó el señor.

En eso el móvil de la asistente comenzó a sonar… ella se levantó pidiendo disculpas, porque debía atender la llamada. Y salió rápido del estudio.

Mientras la asistente regresa, el Ministro Miyazawa se levanta de su sillón, para dirigirse a un pequeño bar que tiene junto a la sala del estudio.  Se sirve un vaso de Vodka, para luego tomar asiento en la sala para disfrutar de su bebida. Su asistente vuelve a entrar para dirigirse hacia su jefe.
—Señor, acaba de llamar el Gerente General del Ichiriki Ochaya, para confirmar que tiene disponible el salón del segundo piso para el evento de su esposa.
—Confirmalo, Iwasaki y envía las invitaciones… Ah y eso es todo por hoy, ya te puedes retirar. —se despide de la asistente mientras se levanta del sillón para terminar su Vodka.
—Con su permiso, señor. —sale la asistente del estudio.
—Ya falta poco, solo falta Kanzaki…  Con el ‘susto’ que les he dado a los otros; apoyarán sin restricciones mi campaña política. —sonríe maliciosamente al salir del estudio.

Okiya Ayanami
07:50 a.m.

En el salón principal de la okiya, Akihito se encontraba con Yuki , Saiyuri y Sadayako practicando la danza que tienen que hacer para el día del evento, junto a la puerta que se estaba abierta dando una maravillosa vista hacia el jardín, se encontraba sentada Harumi observando el avance del fotógrafo en los movimientos con el abanico.


—Muy bien, chicas… Akihito ya tienes los pasos bien aprendidos, solo recuerda, cuando saques el abanico del obi, hazlo con la mano derecha y colócalo sobre la palma de la mano izquierda, como sí estuvieras aguantando un cuenco de arroz… (se levanta y toma el abanico para mostrarle el paso) Desliza la mano por el cuerpo del abanico hasta el extremo y sujeta el mango con la mano derecha, a continuación inclínate y déjalo en el suelo, delante de tus rodillas.  En esta posición y manteniendo la espalda recta por completo. —finalizó la demostración.

—Gracias por la lección, onesan. —y los cuatro hicieron una reverencia hacia la geisha.
—Gracias a ustedes… vayan a ayudar con los preparativos del desayuno, Akihito nos vemos en la tarde. —le sonrió al joven mientras todos salían del salón.

Yuki, Saiyuri y Sadayako… comentaban mientras Akihito se despedía de ellas para dirigirse a la cocina, a excepción de Saiyuri, Yuki y Sadayako ya son geishas, Yuki tiene 19 años, mide 1.65 cm, sus ojos son negros, el cabello del mismo color y le gusta mucho practicar deportes extremos, cuando su okasan le permite salir.  En el caso de Sadayako… tiene 21 años, mide 1.75. rostro afilado, ojos café oscuro, su cabello es castaño oscuro, ella no es muy buena en la danza pero… se le da muy bien la conversación hablando de política y economía, además le gusta mucho tocar la guitarra y ‘Shamizen’ (instrumento musical tradicional japonés).




—Akihito aprende rápido… y es muy guapo. —comentó Saiyuri.
—Saiyuri… ¿No me digas que estuviste espiándolo otra vez?. —le regaña Sadayako.
—Pues… te diré, he visto mejores. —Yuki le hace un guiño a la maiko. Y las 3 ríen al unísono mientras se dirigían a sus habitaciones para dejar los abanicos y ayudar con los preparativos del desayuno.

Residencia Asami.
01:20 p.m.

Asami y Kuroda terminan de revisar la información que el fiscal ha reunido de la visita a todos los negocios del ministro, a lo cual también revisaban el material fotográfico que el chico le dejó en unas tarjetas SD, para complementar el reporte.

—¿Confirmaste lo que te pedí, Kuroda? —preguntó el yakuza al exhalar el humo de su cigarro.
—Sí, además de los giros negros… El ministro tiene negocios bancarios, estos son empresas lícitas para el lavado de dinero. 
—Bien, prepara el informe para que lo envíes a los medios de comunicación, puedes tomarte el día de mañana… te quiero ‘entero’ para la reunión del Palacio. —soltó un leve suspiro al echar la espalda en el respaldo del sillón, se notaba cansado… ansioso… ¿frustrado?
—Dime… ¿Has podido ver a Takaba? —pregunta curiosa para molestar al yakuza.
—No… después del escándalo que hice en el tercer día de entrenamiento de Akihito, ‘la vieja’ me prohibió regresar a la okiya. —respondió al voltear su sillón hacia la ventana, sólo se podía ver el rastro del humo cuando exhalaba.
—Pues asustaste al chico… parecías un “animal en celo”.  ¿Eso tuvo algo que ver con que devolvieras a la maiko al día siguiente? —continuando con el ‘pique’ para molestar aún más al mayor, al momento de darle un sorbo a su bebida fría.

Asami volteó su sillón, para tener la vista frente a Kuroda, suspiró y cerró los ojos…
—Me sentía incómodo con la joven en la casa… Ni siquiera me podía masturbar a gusto… ¿Contento? —al darle un sorbo a su taza de café… que ya se le enfrió.  Kuroda no pudo evitar soltar la carcajada ante el comentario del mayor.
—Ryuichi… deberías ser más sincero contigo mismo, con respecto a tus sentimientos por el chico, está claro que esto que sienten es más que pasión.
—Shinji… No sé que tiene este lugar, pero ahora resulta que Takaba, les resulta atractivo a las mujeres…  eso me molesta… y mucho.

FLASHBACK…

El día que se decidió la ejecución del plan, Asami se llevó a Mitzuki a su residencia… Al llegar, le explicó que él había comprado su deuda pero que no había necesidad de realizar la ceremonia; ya que no tiene intenciones de tomar su castidad. 

—Pero… entonces, ¿Porqué estoy aquí, Señor? —preguntó la maiko curiosa.
—Por seguridad, en cuanto notifiquen al Ministro Miyazawa… no desistirá en solicitarte para sus eventos y lo que queremos es que no vea a Takaba en la okiya… podría sospechar de lo que hago.  ¿Entiendes?
—S-Sí… Señor.   ¿Cuándo voy a regresar a la okiya?
—En 3 días estarás de vuelta, sí quieres, podemos hacer una visita a la okiya al segundo día.  Kirishima te mostrará tu habitación, no tienes que hacer nada… tómalo como unas vacaciones.

La joven maiko asintió, la primera noche fue normal… cada quien en su habitación, sin contratiempos.  Al siguiente día… por compromisos pendientes, el yakuza no pudo llevar a Mitzuki a la okiya en la tarde, así que, lo pospusieron para el tercer día, en cuanto se desocupara en la noche fueron allí.

Al llegar, la maiko fue a buscar a sus compañeras, mientras el yakuza buscaba a Reiko, para hablar sí ha venido el Ministro a solicitar a la joven…   Al pasar por el pasillo principal, para salir al patio, presenció la escena que tanto temía en su corazón.  Akihito estaba con Mitzuki, estaban riendo y en eso, la maiko acaricia la frente del chico con un pañuelo para limpiarle el sudor, bajando un poco su mano hacia la mejilla derecha del joven. 
Mientras ella lo miraba de una manera… ¿tierna? Asami sintió la sangre hervir… esa chica estaba tocando lo que es SUYO.  Sin dudarlo, aceleró el paso para acercarse a su chico y tomarlo del brazo de una manera muy posesiva y violenta.

—¡Asami!  ¿Qué haces? ¡Me haces daño! —gritó el joven tratando de zafarse del amarre del yakuza.  Mitzuki sorprendida decidió buscar ayuda.

Ignorando por completo a Akihito, Asami siguió caminando para encontrar un lugar donde pudieran estar a solas, recorrieron el patio para después atravesar un pequeño pasillo y llegaron al área donde se encuentran los baños de la okiya.

Entraron allí, y el yakuza  puso el seguro de la puerta para que nadie entre a molestar.  Los ojos de Asami brillaban feroces y Akihito lo miró con cautela. El mayor observó que su chico lucía un kimono de geisha, bastante favorecedor en color verde que resalta aún más el brillo de sus ojos. Se paró detrás de él y deslizó sus manos abriendo el escote del kimono del chico, acariciando su suave piel.
—No me gusta la forma en que ‘ella’ te mira, Akihito. Te voy a ‘marcar’. ―Gruñó.
—¿Eh? —fue lo que atinó a responder el menor. Se sentía completamente desconcertado ante la actitud posesiva del otro hombre―. No me estaba mirando.
—Cállate. Te quitaré el ‘obijime’ (cordón que sujeta el obi), para abrirte el kimono, porque te voy marcar como mío.
Akihito gritó y se aferró al obi que sujeta el kimono, luchando con Asami por obtenerlo.
—¿Aquí? Todos oirán. ¡Lo sabrán!
—¡Quiero que lo sepan! —gritó Asami ganando la batalla por el ‘obi’, como ambos sabían que pasaría.
—¡Suéltame! Asami… ¡Noooo! —gritó al instante en que sintió las manos del mayor acariciar su cuerpo y sus labios besaban con frenesí el cuello del menor, mientras se escuchaba como Harumi le hablaba a través de la puerta.

En eso, tumban la puerta del baño, y de inmediato, Kirishima y Kuroda sujetaron a Asami para que soltara al fotográfo.  Al sentirse liberado, Akihito se cubrió rápido con el kimono y salió corriendo hacia las recámaras, con lágrimas en los ojos.  Ante las miradas curiosas y aterradas de las chicas, preguntándose qué fue lo que pasó.

Asami forcejeaba con los dos hombres para tratar de alcanzar a Akihito, hasta que se escuchó la voz de la dueña de la casa.
—¡YA BASTA!  Asami Ryuichi… no vuelvas a esta okiya, hasta el día del evento… no voy a permitir escándalos. ¿Entendiste?
—¡Suéltenme! Tengo que alcanzar a Akihito… —gruñó el yakuza.   En eso la mujer le da tremenda bofetada en la mejilla. —¡Suficiente! ¡Fuera de mi casa!— Ordenó la señora.
—No quiero verte aquí, mientras Akihito toma el entrenamiento.  Sí necesitas algo mándame a tu asistente o a tu amigo el fiscal… ¡Sáquenlo de mi vista! —ordenó Reiko, mientras le dedicaba a Asami una mirada retadora, demostrándole al yakuza que a pesar de su condición de mujer y geisha no se iba a doblegar ante nadie.

—Suéltenme, ya… estoy tranquilo. Vámonos de una vez… — y los tres hombres emprendieron a salir de la okiya, Mientras Akihito se encontraba en su habitación, llorando amargamente.

FIN DEL FLASHBACK…

En eso Asami se levanta del sillón para posicionarse en la parte frontal del escritorio, junto a Kuroda.
—Ya pasaron 4 días, he tratado de comunicarme con él por el celular pero no quiere responderme los mensajes… sigue molesto, conmigo. —dijo el mayor mientras le enseña la pantalla del móvil donde aparece el buzón con los mensajes enviados.

El fiscal se levanta de su asiento, para quedar frente al yakuza.
—Ryuichi, estaba pensando… —dijo Kuroda con un tono de voz inocente y despreocupado.  Asami se dio la vuelta  para dejar el móvil sobre el escritorio y el fiscal empujó al yakuza contra la pared, tratando de colocar su brazo contra el cuello de su amigo, para sorpresa del mayor.
—¿Qué Carajos…?  Quítate de encima. —demandó Asami, luchando por mover al otro hombre.  A pesar de las circunstancias, Kuroda sintió su pene endurecerse al tener a ese atractivo cuerpo debajo del suyo, luchando sin éxito.
—¿Qué ocurre, Ryuichi?  Desde cuando no puedes quitarme de encima de ti —le retó.

La expresión de Asami se oscureció y redobló los esfuerzos, pero Kuroda lo mantuvo atrapado. Sin importar cuántos trucos usara, parecía que el fiscal estaba preparado y lo único que Asami logró fue agotarse.
—¿Qué tratas de hacer Shinji? ¡Pensé que eras mi amigo! —explotó Asami.
—Hago esto porque soy tu amigo. —Kuroda sonrió, mostrando una sonrisa lasciva. El mayor casi se sentía atemorizado. Casi.
—Actúas como un completo imbécil. Te pregunté el otro día, si estabas haciendo tuyo a Takaba por completo y dijiste que sí. Después intentaste marcarlo en un baño y luego te comportas como un loco. ¿Cómo crees que se siente?

Asami luchó sin energías. Las palabras de Kuroda penetraron en su cerebro.
—No lo sé, supongo que debe estar bien.
—¿Cómo lo sabes? ¿Al menos le preguntaste sí quería hacerlo? ¿O simplemente decidiste que era demasiado peligroso que continuara riendo con la maiko?
—No… no pregunté —admitió  el yakuza. Kuroda lo sacudió.
—Eres un completo idiota. ¿Cuánto tiempo has llevado este estilo de vida?
—Doce años.
—¿Y aún no has aprendido que el sumiso es el que tiene el poder? ―el fiscal lo sacudió otra vez—. ¿En qué estabas pensando?
—Pensé con mi verga, supongo —se rio el yakuza.
—Créeme, tu verga ni siquiera está involucrada. Si lo estuviera, Akihito no estaría tan deprimido, y tú ya me tendrías sobre mi espalda en el suelo, en vez de estar esforzándote en respirar y con mi rodilla en tu estómago —le regañó el fiscal, estaba asqueado. Dejó ir a Asami y lo golpeó en la nuca―. ¿Sufres de falta de confianza en tu amante?

—¡Claro que no! Yo nunca…
—Sí no es así, no deberías cuestionar sus instintos, confía en él.
Asami empuñó las manos lleno de impotencia y miró con enojo a Kuroda.
—No lo comprendes.
—Lo comprendo a la perfección —dijo Kuroda—. Temes ser tú el que salga lastimado y no veo por qué. El chico TE AMA.
—Es demasiado joven —murmuró el yakuza.
—No, no lo es. —Kuroda hizo una pausa, estudiando al otro hombre.

El yakuza pareció sorprenderse.
—Crees que insulto la virilidad de Takaba.
—Podrá disfrutar de someterse a ti, pero son iguales. No olvides eso, Ryuichi.  Ahora que sabes qué está mal, mejóralo.
—No me jodas —murmuró Asami.
—Oh, créeme, me encantaría.  Pero he arruinado la única oportunidad —se lamentó Kuroda—. Ahora que has recuperado la cordura, no podré ganarte otra vez. Eres el dominante de los dominantes y yo simplemente soy un bastardo pervertido que gusta de golpear a lindos jovencitos con un bastón. —Se acercó y agarró uno de los glúteos de Asami—. Mmhmm, soy un pendejo, dejé ir mi oportunidad por hacerle un favor al crío. Bueno, me dejé derretir fácilmente por un par de ojos bellos.

—¿Él te pidió que hablaras conmigo? —preguntó el yakuza, sus ojos se entrecerraron peligrosamente. El fiscal hizo un gesto de molestia.
—Ryuichi, cuando fui a la okiya a recoger las tarjetas SD, al día siguiente, tuve que forzarle para decir unos “este” y “eh” tartamudeados. ¿Crees que es posible que él me buscara para confesarse?

Al recordar las respuestas inarticuladas y titubeantes de Takaba, Asami rio.
—No, supongo que no.
—Sé que te extraña mucho. Y sigue mi consejo, el AW 2001 es el potro que necesitas. Te proveerá de amplio espacio para su pecho, no habrá oportunidad de que su cadera se encuentre en un ángulo incorrecto que pueda ser perjudicial. Estaré feliz de darte una demostración por un buen precio. Akihito lucirá delicioso sobre él, con su pequeño culo rosado elevado a la altura perfecta para follar.

Asami sacudió la cabeza y sonrió reaciamente.
—Y supongo que te gustaría observar.
—Si me dejaras, eso sería suficiente paga para mí —dijo Kuroda con una mirada llena de lujuria.
—Ryuichi… arregla esto, y deberás tenerle paciencia… —le aconsejó Kuroda mientras le ponía una mano sobre su hombro.
—Bueno será un día muy largo para ti, amigo… Te dejo, iré al hotel a preparar el informe para los medios y dormir algo, nos vemos mañana, Ryuichi.
—Gracias, Shinji… por todo.  Y por escucharme… —se despidió de su amigo, mientras se reacomodaba la ropa y el cabello.

Okiya Ayanami
08:45 p.m.

Akihito y todas las chicas, se encontraban en el salón principal de la okiya, ensayando por última vez las coreografías para el evento. Mientras que Harumi y Reiko se encontraban sentadas viendo el avance de Akihito en la danza.


—Muy bien, Akihito. Ya tienes memorizados los pasos de la danza.  Ahora vamos a practicar lo ‘otro’, ¿Ok? —solicitó la geisha.
Akihito y las chicas volvieron a tomar sus posiciones para la parte final de la danza… cuando hizo la pose final, el joven esperó unos segundos para recuperar la postura, mientras cierra los abanicos y se da la media vuelta para salir del escenario.  En eso, Harumi se levantó de su lugar, con la intención de tomarlo por la muñeca.  Al hacerlo, Akihito tiró los abanicos normales y sacó de su ‘obi’ un abanico ‘Tessen’ (un abanico que usaban los samuráis para autodefensa), para golpear la mano que sujetaba su muñeca, luego, volteó su cuerpo para quedar frente a la geisha; sacó otro abanico y lo abrió para formar un escudo entre el rostro y el pecho.
 Harumi vuelve a intentarlo, pero ahora, tratando de golpear con su puño derecho la cara del fotógrafo.  Akihito cierra el abanico de su mano derecha; abrió un poco más las piernas y flexionó las rodillas para poder detener el puño, en un ángulo preciso entre su hombro izquierdo y el abanico, al bloquear el puño, el joven deslizó rápidamente el abanico cerrado rozando el cuello de Harumi, golpeando el otro brazo, todo eso en fracción de segundos.


Después del golpe certero, da un paso atrás, para retomar la postura defensiva con los abanicos.
—¡Excelente, Akihito!  Te costó más trabajo aprender una danza, que un movimiento de autodefensa. —Lo felicitó complacida Reiko con los resultados de su entrenamiento, mientras que las chicas aplaudían.
—Sólo no te confíes de lo que te hemos enseñado, en este tipo de eventos siempre hay alguien quien porta armas… ¿Entiendes, Akihito?
—‘Hei’. —respondió el chico al momento de romper la postura defensiva, tiró los abanicos para ir a auxiliar a Harumi… parece ser que sí la golpeó en su brazo.
—¿Estás bien, Harumi? —preguntó angustiado el fotógrafo.
—Estoy bien… tranquilo, al menos puedo usar mis abanicos. —respondió la geisha al esbozar una sonrisa.
—Daré por terminado el entrenamiento, el Señor Matsumoto ha llegado para tomarte tus medidas para hacer tu kimono, Akihito.  Ve con él… enseguida te alcanzo. —ordenó Reiko.
—Muchas gracias… por todo, okasan… Harumi… —Akihito hace una reverencia hacia las mujeres y se apresura a salir del salón para ver al señor Matsumoto.

De regreso en la Residencia Asami…
12:15 p.m.


Después de terminar con sus pendientes, Asami se dirigió a su recámara para tomar una larga ducha, ya que, se sentía… como decirlo, frustrado… insatisfecho.  Desde que Akihito se quedó en la okiya para tomar el entrenamiento, sus noches han sido bastante solitarias y anhelantes sin la presencia de su chico y su cuerpo lo está resintiendo.

Al salir del cuarto de baño, ataviado solamente con una toalla, se sienta en la cama y del buró toma su móvil, busca el número de Akihito… Sorpresa… entró la llamada.

—Bueno. —contestó su chico con una voz casi inaudible.
—¿Cómo estás? —preguntó el yakuza sin poder evitar enojarse consigo mismo por la pregunta algo tonta.
—Muy cansado… (se escucha un bostezo) Me duelen los brazos y piernas, pero… por fin ya me aprendí la danza. —terminó de responder con otro ligero bostezo.
—¿En serio?  Muero por verte en el escenario.
—Mmhmmmm… yo también quiero verte. —Asami se preguntó sí eso lo dijo en serio o en sus sueños.
—Descansa, cariño… Pronto se termina esto y ya tendremos el tiempo para nosotros solos.
—zzZZz… zZZzz… —se escuchaba un leve ronquido, Asami no pudo evitar reir por el sonido del ronquido y mejor apagó el móvil, en eso sintió su corazón palpitar de emoción, pronto verá a Akihito…



CONTINUARÁ…



Agradecimiento especial a Lord Lawliet.
Por su ayuda en la descripción de los movimientos del abanico ‘Tessen’.


Thank you so much.



PARTE 2                                                                              PARTE 4










Comentarios

  1. Me encanta esta historia, y todos los dias abro la pagina para ver si han actualizado y Guala.....Actualizacion
    Me encanta me encanta!!
    Ya me imagino a Takaba como Geisha y la cara de perversion de Asami..
    Ok eso es todo besos
    Y actualiza pronto!!

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    Respuestas
    1. NI HAO!!

      Muchas gracias... que bueno que te guste mi "loca" historia, ya hasta estaba pensando que nomás no gusta o que onda? Sí mejor dejo de escribir y sigo vendiendo mis tortas de tamal xDDDDDDDDDDD

      Nah... es broma, Geishas Kunoichis... les late? jajajajaja
      habrá sorpresitas para el próximo capitulo, gracias... Te mando saludos.

      Sayobyeee :3

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    2. Hola muy buena la historia, espero pronto la continues,,,,

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    3. NI HAOOO!!!
      La historia ya está terminada, te dejo el link para que lo leas:

      https://distrayendo.blogspot.mx/2015/03/one-shot-romance-in-kyoto-3-segunda.html

      Y gracias por comentar... saludos :)

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  2. Hola, me encanto el capítulo.

    Me gusta la trama y deseo saber la reacción de Asami cuando vea a su chico como geisha kyaaaaaa

    Me reí mucho con el comentario de Kuroda sobre el juguetito sugerido, parecia comercial, hubiera terminado con "yo lo uso" jajaja

    Ah y la reacción de Asami de dueño enojon jajaja fue genial, "Te voy a marcar" jajaja lo primero que vino a mi mente fue un perrito levantando la patita jajaja ame que no pudiera marcarlo y el como se puso por que lo corrieron y claro Takaba todo indignado lloarando a mares. Lo ame.

    Espero con ansias el siguiente capítulo. Y espero que haya un gran escena de amor en la que el celoso Yakuza pida perdón pero también que haya mucha acción de yakuzas.

    Mi coca cola fue insuficiente jajaja

    Cuídate mucho, see you :)

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    Respuestas
    1. NI HAAAAOOOOO!!

      JAJAJAJAJAJAAJAJAJA Pero no se esperó el muy cab... ecilla, mira nomás como se nos puso y nada más lo vió con el kimono... JESUSCHRIST!! XDDDDDD Ahora que salga ya con el maquillaje, y los adornos del cabello.... mmmhm.... ok, no puedo adelantar mucho jejejejeje ñaca ñaca xD

      jajajajajajaajajajaja De hecho... sí los usa D: para golpear bellos jovencitos XD por eso la recomendación jajajajajajajaja "llame ahora... LLAME YA!" (XD)

      jajajajajajajajaja la cosa era asustar a las mujeres... jajajajajajajajajaja gracias, era eso.... o echarle agua, pero como no estaría creible el asunto jajajajaja xDDDDDDDDDD

      Gracias que bueno que te gustó este capitulo... en esta ocasión no hubo lemmon... bueno... casi jejeje Geishas Kunoichis... les late? o no? Sorpresitas vienen para el siguiente capitulo.

      Hagan su pedido de coca-cola con hielos... mientras yo prepararé los pañuelos faciales... el sangrado nasal... ya saben xDDDDD

      Gracias... igual un abrazo y te mando saluditos

      Sayobyeeeee :3

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