La noticia.
Llevábamos
más de tres años de relación y seguíamos igual de enamorados que cuando nos conocimos.
Y eso sucedió en la fiesta de mi generación de la facultad, un amigo en común
lo invito a ir y nos presento. Desde ese momento nos volvimos inseparables al
graduarme él me pidió que viviéramos juntos, al momento me pareció precipitado
pero él me convenció así que acepte, mis padres se sorprendieron sin embargo él
les cayó muy bien, así que no intervinieron.
Un
año después de habernos juntado mi vida cambio, mis padres murieron en un
accidente automovilístico y me quede solo, no más familia. En esos momentos
difíciles el fue mi apoyo y gracias a su ayuda lo pude superar.
Me
sentía muy nervioso pues llevaba varias semanas con malestares que termine
acudiendo al doctor y después de varios análisis me habían llamado para darme
el diagnóstico y despejar mis dudas.
—Sr.
Dawson ya revise sus análisis de laboratorio y tengo su diagnóstico —el anciano
se mostraba tranquilo, se podría decir que hasta feliz.
—Dígame
doctor ¿Es algo grave? —esa actitud solo me ponía más nervioso.
—Pues
le va a cambiar la vida, usted está embarazado —al parecer eran el tipo de
noticias que le gustaba dar.
—¡¡QUEEEEEEEEEEEEEEEEE!!
—No puede ser se supone que nos cuidábamos, él siempre usaba condón a excepción
de algunas ocasiones en las que se habían acabado.
—Cálmese
si se altera el bebé lo puede resentir, de ahora en adelante tiene que pensar
en su criatura —pensar en ¿mi bebé?, yo ¿embarazado?, estaba completamente
aturdido.
—Doctor
no juegue conmigo —esto debía ser una broma y de muy mal gusto.
—No
es una broma señor, usted esta embarazado, tiene 8 semanas y al parecer todo está
bien, necesita revisarse por lo menos una vez al mes, cuidar su alimentación,
no hacer esfuerzos y si nota algo fuera de lo normal de inmediato venga al
hospital. ¿Entendido? —contesto un poco molesto.
Al
parecer se ofendió con mi comentario pues cambio su actitud de inmediato portándose
serio, pero es que aun no lo podía creer.
—Si
doctor, todo está claro —lo dije sin realmente poner mucha atención por lo que
me escribió todas las instrucciones en una receta.
—Seguramente
su pareja va estar muy feliz —en cuanto lo menciono sentí como si un balde de
agua fría cayera sobre mí.
Ella entró con sus vestidos mojados
Y su espalda a la puerta apoyó
Y mirándome me dijo llorando
Todo termino
Mi
pareja, nunca le había preguntado si ¿quería ser padre? o si ¿le gustaban los
niños? Y ahora de buenas a primeras le diría
que seriamos padres. Me despedí del doctor tras algunas indicaciones más, salí
del consultorio estaba tan confundido, sin embargo un sentimiento de felicidad
invadía mi corazón, un hijo, nunca lo había pensado, pero al parecer estaba
contento. Al pensarlo bien ¿cómo no podría amarlo? Si esa criaturita está
formada por Chris y por mí.
Así siéntate que estas muy nerviosa
Espera un poco te preparo un café
Y mi mano se extendió generosa
Y dije cálmate
Fui
a comprar los suplementos que el doctor me recetó y me dirigí al departamento.
En
cuanto abrí su voz me dio la bienvenida.
Que fue, que pasó
Por qué esta situación
Hay acaso un intruso entre los dos
Es que acaso no crees en mi amor
A donde tu vayas sabes que iré yo
—Hola
cariño ¿Cómo te fue en el... —no termino la pregunta ya que vio los frascos de
los suplementos que acababa de comprar — ¿Te sientes mal, por qué traes
medicinas?
Y mientras tanto ella seguía callada
Ocultándome quien sabe qué
Hasta que con palabras tosadas dijo...
Somos tres
Mi
pareja estaba sentada en la sala y todavía vestía su traje gris, sin corbata,
con el saco desabrochado al igual que los tres primeros botones de su camisa
negra, dejando ver su piel morena, su cabello castaño oscuro, aún lucia
perfectamente peinado hacia atrás; sus ojos color avellana transmitían su
preocupación. Él se puso de pie y se acerco a mí.
Pasarán solamente ocho meses
Y un tercero entre nosotros abra
Así que piensa si deberás lo quieres
O me marcho ya
—mm
si me sentí un poco mal la semana pasada así que fui al médico...
— ¿Por
qué no me lo dijiste? —me reprocho mientras tomaba mi mano y la besaba.
—Es
que estabas muy ocupado con tu trabajo, no quería que por mi culpa te
distrajeras y tú proyecto no ganara —él era arquitecto y había estado
trabajando el último mes en el proyecto de un hotel, y hace una semana su constructora
entrego su diseño a los inversionistas interesados para que sea evaluado junto
con otras tres propuestas.
Que fue, que pasó
No tiene discusión
Bienvenido sea el tercero entre los dos
Te haré mi esposa si tú quieres
Porque
a donde tú vayas sabes que iré yo
Él
anhelaba que su proyecto ganara, contaba con eso para poder impulsar su empresa
y así ganar prestigió en el mundo de la arquitectura, él y sus amigos quienes
formaron esta pequeña empresa hace poco, ya han hecho proyectos pequeños y este
es el primero de gran importancia.
—No
digas tonterías tú eres importante para mí, así que no lo vuelvas a hacer —me
abrazo —ahora dime qué te dijo el médico —me libero un poco para poder mirarme
directo a los ojos.
Que fue, que pasó
No tiene discusión
Bienvenido sea el tercero entre los dos
Te haré mi esposa si tú quieres
Porque
a donde tú vayas sabes que iré yo
—No
sé ¿cómo decírtelo? —estaba sumamente nervioso, al hablar baje mi rostro.
—Dilo,
que me estas preocupando —su voz me instaba a seguir.
—Ok
—respire profundo y lo solté —estoy embarazado.
—Déjate
de bromas —él me contesto y recordé que yo reaccione igual cuando me lo
dijeron.
—Es
enserio tengo 8 semanas —él me soltó y me dio la espalda, puso sus manos en la
cabeza y se agacho ligeramente.
—Pero
yo no quiero un hijo ahora, sabes que mi empresa va empezando y gracias a que
nuestro proyecto gano voy a tener el doble de trabajo, un bebé lo complicara
todo —lo dijo exaltado.
— ¿Gano?,
tu proyecto ¿gano? —su proyecto había ganado, ahora entiendo porque las copas
en la mesa, quería que brindáramos.
—Sí,
hoy nos avisaron quieren que iniciemos la próxima semana a trabajar —esta
noticia se supone que nos haría muy felices pero ahora él se veía fastidiado
como si de repente le hubieran dicho que el proyecto se cancelo, seguía sin
verme a los ojos.
No quiero estar sin ti
Si tú no estás aquí me sobra el aire
No quiero estar así
Si tú no estás la gente se hace nadie
¿Tan
mal le cayó la noticia? Tal vez solo necesite tiempo para procesarla. Sin
embargo no es la respuesta que yo esperaba, no sabía que decir, pero de lo que
estaba seguro era que en mi corazón ya no estaba solo Chris, ahora su hijo…
nuestro hijo ocupaba una parte y solo esperaba que él lo comprendiera también.
Si tú no estás aquí no se
Qué diablos hago amándote
Si tú no estás aquí sabrás
Que dios no va a entender por qué te vas
—Creó
que necesito aire fresco, iré por unos cigarros —no se dignó a verme a los
ojos. Su reacción fue peor de lo que me pude haber imaginado, sé que no lo
esperaba pero yo tampoco.
No quiero estar sin ti
Si tú no estás aquí me falta el sueño
No quiero andar así
Latiendo un corazón sin dueño
Chris
salió del departamento sin decir más dejándome parado en medio de la sala, sin
querer mí mano soltó la bolsa de medicamentos que aún sostenía, mi cuerpo temblaba
y mis piernas se vencieron, dejándome caer de rodillas. Mis ojos se llenaron de
lágrimas.
Si tú no estás aquí no se
Qué diablos hago amándote
Si tú no estás aquí sabrás
Que dios no va a entender por qué te vas
Estaba
destrozado por su reacción, es verdad que ninguno de los dos planeamos esto
pero yo esperaba un poco de apoyo de su parte, él no era el único que se sentía
confundido, necesitaba hablar con alguien que me escuchara y me dijera todo va
estar bien, yo quería que ese alguien fuera mi pareja pero él simplemente se
fue dejándome solo con mis miedos y aumentándole uno más… su distanciamiento.
Derramare mis sueños si algún día no te tengo
Lo más grande se hará lo más pequeño
Paseare en un cielo sin estrellas esta vez
Tratando de entender quien hizo un infierno el paraíso
No te vayas nunca porque
Me
limpie las lágrimas que corrían por mis mejillas y busque mi celular en mi
saco.
Al
encontrarlo busque el número al que necesitaba llamar, no lo dude y marque.
— ¿Bueno?
—me contesto una dulce voz.
— ¿Karime?
—era una de mis mejores amigas, la conocía desde pequeño y la consideraba una
hermana.
— ¿Si
quién llama? —Apenas recordé que perdió su celular y este es nuevo seguro que
todavía no me tiene registrado.
—Soy
Jeremie —le conteste y mis ojos se inundaron de nuevo.
—Ah,
Prince ¿cómo estás? ¿Qué sucede te oyes raro? —su voz amable se tiño de
preocupación.
No puedo estar sin ti
Si tú no estás aquí me quema el aire
— ¿Puedo
ir a tú casa? —le pedí.
—Si
claro, te preparare un rico desayuno —me propuso, no pensó que yo me refería a
este momento pues sabe que no me gusta salir de noche.
—Mañana
no, esta noche ¿puedo quedarme en tu casa por favor? —le pedí de nuevo.
—Claro
que si ya sabes que cuentas conmigo pero dime paso algo entre Chris y tu, te
golpeo o...
Si tú no estás aquí sabrás
Que dios no va a entender por qué te vas
Si tú no estás aquí
—No
precisamente, pero mejor te cuento cuando llegue —a ella no le caí bien, nunca
me ha dicho la razón exacta solo me dice que no es el hombre correcto para mí.
—Está
bien pero ten cuidado o voy por ti, dime ¿dónde estás? —me propuso y la verdad
no esperaba menos de ella.
—No
es necesario —iré en metro.
—
¿Seguro? o ¡ya sé!, que Clarisa te recoja en la avenida donde está el
autoservicio, ella viene de regreso de su trabajo y pasa por allí —su propuesta
sonaba bien.
—Ok,
dile que llegó en 20 min. —de hecho podría llegar en menos pero no quiero
correr no en las condiciones en las que me encuentro.
—Muy
bien yo le llamó y le diré que te espere.
—Gracias
—le dije y mis lágrimas volvieron a salir.
—Hay
Prince ni lo menciones, no sé qué ocurrió pero sabes que cuentas con nosotras y
cálmate —supongo que escucho mis sollozos —ve con cuidado —añadió.
—Si
no te preocupes —ahora más que nunca cuidaría de mí ya que no solo era yo el
que saldría dañado si algo me ocurría —bye —me despedí.
—Bye
—alcance a escuchar antes de colgar.
Tome
mi mochila del gimnasio, metí un poco de ropa, todos mis papeles oficiales
junto con mi laptop y todos mis artículos personales; quería irme antes de que
llegara Chris no soportaría oírlo decirme que no quería a nuestro hijo de nuevo
o que me sugiriera alguna idea extraña.
Al
terminar mi maleta tome mis llaves y celular y salí del departamento.
Corrí
a tomar un taxi y me fui. En el auto empecé a divagar respecto a nuestro futuro
como pareja.
No
sé qué es lo que va a pasar con nuestra relación, tal vez Chris solo necesite
un poco de tiempo y al final lo acepte, en cuyo caso yo regresaría a casa feliz
de la vida y juntos disfrutaríamos de nuestro hijo; la otra opción es que él se
mantenga en lo dicho y siga sin querer al bebé y si este es el caso yo no
tendré otra opción que alejarme de él ya que por ningún motivo pienso perder a
este ser que ahora crece dentro de mí.
Está historia se caracterizo por contar con letra de canciones y bueno las dos ateriores son las que propuse para este capítulo.
1. Somos tres de Franco de Vita
2. Si tu no estas aquí de Sin bandera.
Comentarios
Publicar un comentario