Hojas de otoño. Capítulo 1

Él no vendrá.  

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La luz de la mañana es tan intensa que lastima mis cansados ojos, me cubro el rostro con las mantas y trato de dormir algo que hace mucho no hago y creo que jamás lo volveré a hacer. Mi cuerpo transpira dolor, cada movimiento que hago me cuesta el triple de energía, pero aún cuando mi cuerpo gime de dolor, no supera a la terrible sensación de perder el corazón.

El dolor se ha vuelto parte de mí, junto con el vació en mi pecho y la soledad mi compañera.

Escucho pasos que se acercan y como gira el pomo de la puerta. Es ella, como siempre puntual, la oigo caminar por la habitación, va directo a la ventana y la abre para ventilar la habitación un poco, después camina hacia mí.

— ¿Joven? —susurra. No me muevo, tampoco contesto.

La oigo rodear la cama y dirigirse al baño, estoy seguro de que está preparando la tina.

Mary es muy atenta y paciente conmigo pero no me comprende, nadie lo hace y nadie lo hará. Regresa sobre sus pasos y se vuelve a acercar, siento sus delicadas manos sobre mi pecho.

— ¿Joven? —vuelve a preguntar.

—Ya estoy despierto —contesto un poco reticente.

Ella me jala las mantas para mirarme y al hacerlo su rostro muestra sorpresa y tristeza al verme.

—Lo hizo enojar de nuevo —intenta regañarme pero su voz es solo un triste lamento.

No contesto, ya he discutido con ella mucho sobre el tema y siempre terminamos molestos, así que optó por ignorarla.

— ¿No va a hablarme? —Me pregunta mientras me descobija y mira mi cuerpo desnudo

—.Tiene que dejar de lastimarse —me lo dice como si yo fuera de esas personas que se autolastiman o las que aman sufrir y es mentira, no soy masoquista.

Desvió mi mirada de la suya, antes me hubiera avergonzado que una chica como ella me mirara así, pero ahora no tengo ni las ganas, ni las fuerzas para pelear por ello.

—Deje de ignorarme —me habla y siento sus manos en mi pecho —Vamos a que se bañe y después lo curo.

No deseo hacerle más pesado su trabajo así que termino por asentir a su petición.

  —Está bien —le contesto —deja de hablarme de usted o no me levanto —se sonrojo por mi petición.

—Ok, joven Akihito —la miro intensamente y aumenta su sonrojo —Ok, Akihito —asiento y apoyo mis palmas en la cama para poder levantarme.

—Te ayudo —lo dice y pasa su mano por mi espalda —mira como estas, has perdido mucho peso desde que llegaste aquí, el señor Smith me regaña todos los días, dice que es mi culpa por no darte de comer —la escucho y no es la primera vez que me lo dice pero simplemente no puedo pasar bocado y cada vez que cierro los ojos el fuego aparece en mi mente, consumiendo mi futuro, mis sueños… mi vida.

Me ayuda a llegar a la bañera y me siento en el agua caliente. La miro y noto su belleza, su cabello rubio cae en sus hombros, lo lleva suelto y un fleco largo le cae sobre la mejilla derecha cubriéndole la cicatriz que la atraviesa, no le he preguntado nada al respecto, tal vez alguna día me lo diga, sus ojos verdes, no brillan como los de una chica feliz, tiene una mirada un tanto melancólica, la cual no concuerda con la sonrisa que siempre me ofrece.

— ¿Qué sucedió? —Me pregunta y sé que sabe la respuesta y no pienso explicarlo de nuevo —no dirás nada ¿cierto? —Espera que diga algo, pero no lo hago —. Iré a traerte el desayuno —sale de la habitación, dejándome solo.

Sumerjo la cabeza en el agua y desearía que con eso fuera suficiente para ahogar todo el dolor que tengo.   

Mientras estoy sumergido mis lágrimas no sé notan, el agua las disuelve y las pierde en su totalidad. Mi mente se ve atacada por la pregunta de Mary ¿Qué sucedió? Y en la intimidad me respondo, lo de siempre, lo que ha sucedido desde que llegue.

… Hace un mes yo desperté aquí, justo en esta habitación de la cual no he salido desde ese día.

La cabeza me punzaba, en cuanto abrí los ojos, mire el techo blanco y trate de ordenar mi mente y hubiera preferido no hacerlo pues en ese mismo instante la imagen del fuego consumiéndolo todo me golpeo. Las lágrimas brotaron inmediatamente y sin control. Me incorpore sobre la cama en la que me encontraba y mire todo a mi alrededor, era una habitación muy amplia y blanca y con una enorme ventana en uno de los lados.

Al mirarme note que mi ropa había sido cambiada, ahora lucia un suave pantalón de franela y una playera blanca.

—Por fin has despertado —una voz fuerte hablo seriamente.

Lo mire y era él, el causante de mi dolor, Henry Smith. Estaba de pie recargado en el marco de una puerta, vestía solo una bata y su cabello estaba completamente despeinado y mojado.

— ¿Cómo te sientes? —pregunto y camino directo a mí.

— ¿Cómo me siento? ¡Idiota! ¿Cómo puedes preguntarme eso? —contesto y limpio mis ojos de tantas lágrimas.

—Disculpa mi falta de sensibilidad —habla pero obviamente está fingiendo.

Se sienta a mi lado y me mira directo a los ojos. Sin prever su siguiente movimiento soy sorprendido por sus labios y su brusquedad para besarme. Intento alejarlo de mi cuerpo lo más que pueda pero él no me lo permite y al contrario me acerca más a él.  Su lengua irrumpe en mi boca y siento que su calidez me quema, no deseo que siga y lo empujo de nuevo hasta lograr quitármelo de encima.

— ¡Aléjate de mí! —me arrastro por la cama para aumentar la distancia entre nosotros.

—Amo esas reacciones —contesto y sus ojos brillaban con el reto que yo suponía para él —desde hace mucho añoraba esos labios, lo de la otra noche solo fue una probadita que despertó mucho más mi deseo por ti.

Avanzo y al intentar alejarme más mi mano resbalo por la orilla de la cama, termine recostado y ese momento de descuido fue suficiente para que Henry se pusiera sobre mí. Sus manos encontraron la orilla de mi playera y la subió lentamente por mi pecho, se movía despacio, al sentir su tacto me removí bajo su cuerpo e intente quitármelo de encima pero mi esfuerzo era en vano.

—He esperado mucho por este momento y lo voy a disfrutar —lo susurro en mi oído.

Sus manos siguieron subiendo mi playera hasta despojarme de ella. Miró mi pecho, analizo cada parte, y guardo silencio por varios segundos.

—Asami se divirtió mucho —al decirlo mis lágrimas que solo esperaban una insignificante razón como pretexto para surgir de nuevo, la aprovecharon.

Era cierto hace muy poco estaba en esa misma posición pero encima de mí estaba el hombre que amaba, su fuerte y delicioso cuerpo que tan solo con verlo causaba estragos en mi corazón y que ahora ya no era así porque mi corazón se quemo en esa explosión.

Las manos de Henry señalaron las marcas que Asami había dejado, en mi pecho y el resto de mi cuerpo mostraba los intensos besos, los moretones por la fuerza de su agarre, la intensidad de su pasión estaba reflejada en mí.

—Yo me encargare de borrar esas marcas y de poner nuevas, así como saque a ese hombre de tu vida —me removí con más fuerza.

—Jamás podrás sacar de mi vida a Asami, aún cuando el este… —no podía pronunciar esa palabra —él no este, siempre estará conmigo y no puedes hacer nada para cambiarlo —solloce al decirlo.

—Ya lo veremos —contesto retadoramente.

Su mano se mueve rápidamente hacia el resorte del pantalón y empieza a bajarlo, sigo removiéndome y en un descuido por parte de él, me permite darle un puñetazo en la cara, en cuanto lo sintió se sorprendió y se retiro un poco pero no lo suficiente para que pudiera escapar.

—Que agresivo, Asami no te educo bien, pero no te preocupes, soy un excelente domador —sus manos me tomaron por la cintura y me volteo violentamente, al estar con el pecho pegado a la cama sentí que su rodilla estaba en mi espalda baja, intente levantarme poniendo mis manos sobre la cama e impulsándome pero la fuerza de su peso en mí era demasiado.

Unos segundos después golpeo mis costillas, por el dolor baje los brazos y él aprovecho para sujetarme de las muñecas y atarme fuertemente.

— ¡Suéltame! —Grite fuerte y me jale pero solo me lastimaba más las manos.

—Hoy iniciaremos con las clases de buenos modales —lo dijo con tal naturalidad que me pareció que realmente hablaba de un animal y no de mí.

— ¡Idiota! ¡Suéltame! —pero mis gritos eran ignorados.

Por un momento se alejo de mí, intente volverme para buscarlo pero mi campo visual era muy limitado.

—Tienes que dejar de gritar, asustaras a Lucky, los gritos lo alteran mucho — ¿Lucky?

— ¡No me importa! ¡Suéltame! —me removía como gusano en la cama, sin obtener algún resultado.

— ¡Joder, quédate quieto y deja de gritar! — y al terminar de hablar sentí un fuerte golpe en el trasero.

— ¡Ay! — Me asuste, pues no esperaba el golpe y por la sorpresa dejé escapar un leve grito.

Las manos de Henry tomaron el resorte de mi pantalón y de mí bóxer y los bajó hasta 

despojarme por completo de los dos.  

Estaba completamente desnudo y a su merced. Sentí su cuerpo y estaba caliente, me quemaba con solo tocarme, su miembro ya estaba erecto y lo sentía en mi entrada, sin embargo aun no intentaba entrar, en cambio su boca me besaba y mordía el cuello, mientras sus manos acariciaban mi pecho.

— ¡No! Aléjate de mí —grite pero solo recibí una muestra de su mal humor.

—No grites — un segundo golpe me fue dado, el cual resistí sin emitir sonido alguno, y comencé a removerme con más intensidad.

Sus besos se detuvieron y sus manos me tomaron firmemente para levantarme, dejándome de rodillas en la cama, sus manos tomaron mi miembro para masturbarme.

La intensidad de sus movimientos era cada vez más intensa y sin que yo pudiera contenerme, mi cuerpo estaba respondiendo a las atenciones de este hombre, sin embargo por mucho que mi cuerpo estuviera al borde del orgasmo, no lo aceptaría frente a él, trate de esconder mis emociones, lo más que pude.

—Vamos dilo —su voz sonaba excitada —di mí nombre.

¿Decir su nombre?

Jamás lo haría, no a él. Calle mis gemidos y jadeos mordiendo mi labio inferior, no me importa hacerme daño si a cambio evito darle lo que quiere. Con unas cuantas caricias más mi semen fue liberado.

—Eres obstinado —Henry hablo con un tono divertido —eso me gusta.

Mi cuerpo estaba completamente sudado. Una de las manos de Henry me tomo por la cintura y la otra me empujo hasta que mi pecho quedo pegado a la cama, me tomo de las muñecas y sin más me penetro rápido y profundamente.

De nuevo calle mi grito mordiéndome y lo hice con tal intensidad que en poco tiempo sentí el sabor de la sangre invadiendo mi paladar, la herida en proceso de cicatrización que se había formado como resultado de la mordida de Asami se había abierto de nuevo.

Las rápidas y violentas embestidas generaban mucho dolor en mí, su miembro estaba caliente y al parecer estaba usando un condón.

—Estas tan justo y cálido —hablo entre jadeos —justo como lo imagine —sé que te está gustando por más que intentes callarte, y de ahora en adelante esto lo haremos todos los días hasta que grites mi nombre, escuche tus jadeos y gemidos de placer —sentencio.

El dolor de sus penetraciones, aunado al dolor de recordar lo que Asami me había dicho, liberó mis lágrimas:

“¡Mierda! No comprendes que ese hombre solo quiere hacerte suyo, usarte… alejarte de mí”

“No seas estúpido, Henry te quiere como su juguete, para él eres un animal nuevo que domesticar.”

  Fui un estúpido, ¿cómo es que no me di cuenta antes? No debí de haber venido a Estados Unidos, jamás debí desobedecer a Asami, si por una solo vez le hubiera hecho caso nada de esto habría sucedido y en este momento el que estaría conmigo sería él, seguiría vivo.

Henry siguió hasta que se corrió dentro de mí, sentí su calor, sin ser humedecido por él.

Saco su miembro y escuche como se retiraba el condón, después me desato las manos. 

Mi cuerpo estaba a tope y me tire en la cama. Él se acostó a mí lado y me abrazo.

Encendió la pantalla y puso las noticias, yo trate de hacerme ovillo a su lado e intentaba ignorar la voz de la reportera que estaba hablando, hasta que una palabra llamo mi atención:

“… la explosión fue durante las primeras horas de este día, la policía local decidió llamar al FBI ya que pensaron que había sido un atentado terrorista. Los agentes del FBI llegaron hoy en la tarde y justo antes de que den las 11 de la noche, han hecho una breve declaración para calmar a la población y en esta dijeron que se debió a una bomba instalada en el auto y que al parecer fue detonada automáticamente, que no se trato de un atentado ya que fue puesta lejos del lugar del concierto. También dijeron que cuando los bomberos terminaron de apagar el fuego encontraron tres cadáveres calcinados por lo que será muy difícil identificarlos, sin embargo seguirán con las investigaciones hasta saber ¿Quiénes eran? ¿Por qué fueron asesinados? Y ¿Quién puso la bomba?... “

Asami, habían encontrado su cuerpo realmente estaba muerto, ya no había manera de que albergara ni una pizca de esperanza de que pudiera venir por mí, él jamás me rescataría, jamás volvería a sentir su cuerpo, su fragancia, el sabor de sus labios y jamás volvería a escuchar su voz llamándome “Akihito”. Las lágrimas corrían por mis mejillas.

Nadie reclamaría su cuerpo ¿Dónde terminara? No tendré un lugar al cuál llevarle flores o al cuál ir a llorar, no pude despedirme de él, no podré hacerlo.

— ¡Cállate! Ya lo oíste está muerto, deja de llorarle, él ya no te escucha, ya no puede venir a ayudarte, estás solo, de ahora en adelante solo me tienes a mí —sus palabras me lastimaban tanto como sus golpes — ¡deja de llorar! —me grito y al percatarme estaba sollozando fuertemente y mis manos estaban abrazando mi estomago, lo apretaba con tal intensidad, tal vez solo deseaba abrazar mi corazón.

Mi llanto era muy intenso y mi cuerpo temblaba con cada gemido, mi visión estaba cegada por las lágrimas que invadían mis ojos, el rostro iracundo de Henry me decía que le molestaba mi actitud. En un rápido movimiento me tomo de la cabeza y comenzó a sacudirme — ¡Cállate! ¡Cállate! —me gritaba una y otra vez.

Yo no podía controlar mis sollozos y en un acceso de ira me dio una cachetada seguida de varias más, con cada golpe repetía su orden — ¡Cállate! —sus golpes fueron recibidos en diferentes partes de mi cuerpo y antes de que mis lágrimas terminaran de salir sus golpes cesaron. 

 Al parecer se rindió o tal vez noto que ya no intentaba cubrirme, o moverme simplemente me quede allí, recibiendo sus golpes y dejando que mi llanto siguiera su camino. 

Acomodo la cama se acostó y me arrastro a su lado.

El calor que su cuerpo emana es sofocante, me quema con su tacto, tenerlo tan cerca me ahoga… él es como ese fuego que lo destruyo y que ahora me está consumiendo a mí.    

  

SIGUIENTE 

Ups siento mucho la tardanza pero comenzar siempre es díficil y más cuando es algo que esperan con tanta emoción. Espero que les haya gustado y que comenten, dudas quejas, recomendaciones y demás cosillas que les crucen por la mente.

Reitero la invitación para participar con un one-shot navideño, chicos hagamos una linda navidad llena de Yaoi, cuento con ustedes. 

Los quiero chicos y wow ame el capítulo por fis digánme que les parecio.

See you soon :)