En el infierno. Capítulo 17.

Es mejor así.

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La puerta estaba abriéndose, su corazón latió desenfrenado. Inmediatamente salió del departamento, sin importarle la desnudes de sus pies o la poca ropa que lo cubría y corrió al elevador pero se detuvo antes de apretar el botón para que subiera.

—Sí bajo en el, los demás lo escucharan y me descubrirán —analizo.

El chico busco con la mirada las escaleras de emergencia y las encontró en un rincón. Se dirigió a la puerta la cual tenía un dibujo de una persona usando las escaleras. La empujo y esta cedió a su esfuerzo, las escaleras se iluminaron por una luz blanca, comenzó a bajar de manera apresurada, Juli sabía que tenía que aprovechar esta oportunidad que la vida le estaba ofreciendo. En cuanto llego a la planta baja se detuvo y pego su oreja a la puerta para tratar de escuchar algo del otro lado que lo hiciera detenerse, sin embargo no oyó nada.

Jalo la puerta ligeramente y esta se abrió un poco, Juli asomo su cabeza y miro, él nunca había estado allí, solo pudo ver una recepción vacía, a un lado, las puertas del elevador se veían cerradas y la luz del piso 5 estaba iluminada e iba en descenso, del lado contrario estaba la puerta de las escaleras por donde Juli estaba viendo, enfrente de la recepción una puerta estaba abierta y unos hombre que el chico no conocía estaban platicando algo que no alcanzaba a escuchar.

Juli estaba poniéndose nervioso y trataba de pensar una manera de salir sin que estos hombres lo vieran.

— ¡Chicos! — un joven llego gritando.

 

De inmediato cerró pues temió ser visto. Pego su oreja a la puerta e intento escuchar algo pero solo oyó el elevador abrir sus puertas y unos pasos rápidos saliendo de él.

Escucho a una voz que se le hizo conocida pero no recordaba de quien era. Se escuchaban un poco alarmados, y de repente el sonido de los pasos de las personas que se movían hacia el elevador, después de unos segundos, todo quedo en silencio. Juli jalo la puerta y se asomo, y no vio a nadie, se atrevió a sacar medio cuerpo y recorrer con la mirada toda la recepción. Y no había nadie. Entonces salió y fue hacia las puertas por donde llego el chico corriendo.

Se asomo por ella y no vio a nadie, era tarde, la noche lo cubría todo y la luz del alumbrado era tenue, en cuanto piso fuera del edificio sintió una corriente de viento muy refrescante, su cabello suelto se despeino y el frio de la acera recorrió sus pies desnudos, subiendo por todo su cuerpo, por fin, después de casi dos meses y medio sentía el aire recorrer su cuerpo.

Juli miro hacia los dos lados de la calle y sin saber qué dirección tomar, término por ir por la derecha. El ¿por qué? no lo sabía, antes de correr en la dirección que eligió, miro el edificio, su pensamiento fue de pesar por alejarse de ese departamento, no deseaba sentirse así, pero el tener noticias de sus abuelos era importante para su tranquilidad.

—Solo deseo verlos —se dijo en un susurro.

Mientras comenzaba a caminar, el chico comenzó a divagar sobre Kaled:

“En las últimas semanas se ha portado muy bien pero sigo teniendo ese sentimiento de que no pertenezco aquí, para él solo simbolizo una hembra más, no creo ser especial, como Ariel lo dice, simplemente no creo que realmente este interesado en mí.

“En cambio yo, estoy cada vez más atraído hacia él, su presencia me emociona, sus atenciones me cautivan, sus caricias encienden mi cuerpo y sus falsas palabras de amor enloquecen a mi corazón, si continuo cerca de él me perderé en este infierno, seré tragado por las llamas de la pasión de Kaled y estoy seguro que mi corazón estará más lastimado de lo que mi físico lo ha estado.”

—Es mejor así Kaled —lo dijo y la Luna fue testigo de su triste declaración.

Juli siguió el camino antes elegido, era una calle ancha y varios edificios la rodeaban, al parecer en el pasado había sido un área de lujosos departamento que ahora lucían viejos y deteriorados, pero habitados.

Algunos árboles no muy frondosos decoraban la banqueta. Juli trataba de caminar por las áreas más oscuras de la calle. Llevaba bastantes minutos caminando cuando escucho a lo lejos voces de hombres riendo, se pego a la pared y su desplazamiento fue más lento, trataba de escuchar mejor lo que decían, además de buscarlos con la mirada al final de la calle.

Mientras más se acercaba podía vislumbrar un pequeño cuarto, al estar más cerca se dio cuenta de que era una caseta con una gran ventana del lado de la calle, a lado de está, había una pluma impidiendo el paso a los autos; al mirar alrededor noto que había una malla cubriendo y atravesando los jardines, Julien pensó que si la seguía no habría un solo sitió por donde salir, lo que le dejaba como última salida   esa calle, Juli también recordó que Ariel le dijo que existían los retenes y supuso que ese era uno de ellos; dentro de este pequeño lugar una luz alumbraba a dos hombres hablando, alcanzo escuchar algunas partes de la conversación:

— ¿Hasta qué hora termina tu guardia? —una voz chillona hablo.

— Hasta las 6, hoy me toca toda la noche —una voz grave contesto.

Juli miro fijamente a estos dos hombres pero no alcanzaba a distinguirlos bien.

—Estoy aburrido, porque no me ayudas a entretenerme en algo —la voz chillona le sugirió y esta se torno algo lasciva.

—Sabes que si el amo nos encuentra distraídos se pondrá furioso —la voz grave contesto, sin embargo su frase no estaba impregnada de seguridad al contrario parecía encantado con la idea de complacer a su acompañante.

Mientras Julien pensaba en una manera eficaz de cruzar la pluma sin ser visto, uno de los chicos desapareció del campo de visión del pequeño, por un momento pensó que había salido y eso lo asusto ya que podría descubrirlo, pero no el chico no se había movido ni un paso de su lugar y Juli lo comprendió al escuchar la voz grave jadeando suavemente, no hubo que buscar más explicaciones para esos ruidos emitidos dentro de la caseta. Juli sabía perfectamente lo que estaba sucediendo allí y pensó que eso serviría para poder escapar.

Juli se separo del árbol al que estaba pegado y corrió hacía la caseta, se agacho lo suficiente para no ser visto y camino por debajo de la pluma.

— ¡Ah! ¡Ah! ¡Así! ¡Hasta el fondo! —La voz grave hablaba fuerte.

Juli al estar del otro lado corrió sin pensar más en aquella pareja. Ya se había alejado lo suficiente como para desaparecer del campo de visión de la caseta. Todo estaba muy solo y el paisaje había cambiado, ya no estaba tan limpio y cuidado, al contrario todo parecía un tanto descuidado, había partes en completa oscuridad, en las cuales el chico se guiaba solo por la luz de la Luna, en otras el alumbrado servía permitiéndole ver las casas deterioradas, algunas parecía un milagro que siguieran en pie. Los que antes fueron lindos y verdes jardines ahora solo quedaban matorrales secos y llenos de basura, dignos de ser habitados por los roedores.

Mientras más avanzaba Juli comenzaba a sentir los estragos de su larga caminata, en sus pies lastimados, el frío lo calaba hasta los huesos y su cuerpo le exigía algo de beber, al seguir avanzando escucho algunas voces, de nuevo había personas cerca.

Juli se escondió entre los árboles, miro como varios tipos caminaban hacía el área en la que se ubicaba la casa de la manada. Al notar que ya no había nadie corrió por la calle, intentando alejarse lo más que podía, sin embargo el no saber la dirección correcta no era de mucha ayuda.

Llevaba varios minutos corriendo desde que noto el alboroto y cuanto más se alejaba, todo se percibía más triste, el panorama era cada vez más abandonado, llego a otra división solo que en este caso  no había una puerta solo, una malla muy alta.

— ¿Podré escalarla? —se pregunto.

Miro por varios segundos más y cálculo que si podría. Sin embargo algo dentro de él le decía que no lo hiciera.

Decidió mejor caminar a lo largo de esta, hasta encontrar una puerta o tal vez con un poco de suerte escuchar los ruidos de que la ciudad estaba cerca.

Siguió caminando a lo largo de la malla, y conforme más avanzaba, noto que ya no se escuchaba ruido, eso lo empezaba a poner nervioso. Sintió un fuerte dolor en los pies y pensó que ya llevaba mucho caminando y que no tardaría mucho en amanecer. Se sorprendió y sé puso feliz al notar un corte en la malla uno lo suficientemente amplio para que él pasara por debajo.

Se acerco corriendo y levanto un poco la malla, y se arrastro por debajo de ella. La pequeña figura de Julien en esta ocasión le había servido pues pudo pasar sin ningún problema. Al estar del otro lado, busco una calle o un camino por el cual seguir.

De ese lado todo estaba mucho más olvidado y destruido, estaba de pie en lo que parecía haber sido un parque, pero ahora solo quedaba la maleza y la basura por doquier, al dar algunos pasos, una voz lo asusto.

— ¿Qué haces? —Un hombre alto y con voz grave se paro frente del pequeño —Tú no eres de aquí, ¿estás perdido? —pregunto cortésmente.

Juli intentaba ver su rostro pero la luz era muy escasa por lo que no lo podía distinguir.

—No tengas miedo, no te haré nada, solo deseo ayudarte —el hombre siguió hablando, y con pasos lentos se acercaba al pequeño.

Julien estaba inquieto y por alguna razón fue retrocediendo hasta sentir la malla pegada a su espalda. Juli noto a un hombre más atrás de él, era mucho más bajo y delgado.

—Yo… solo buscaba regresar a la ciudad —Juli murmuro asustado.

—Entiendo —su voz era fría, en cierto modo se parecía a la de Kaled — ¿Cómo llegaste al “Oasis”? —el hombre le pregunto.

El chico esta apunto de preguntar ¿a qué se refería? Pero recordó que Mar le había dicho que así llamaban al territorio de la jauría de Kaled.

—Me perdí y termine vagando aquí… yo solo deseo regresar a mi casa —Juli estaba muy nervioso, realmente ese hombre ¿le creería?

Sin embargo este hombre dudaba un poco sobre la explicación del chico, entrar al Pandemónium ciertamente era fácil pero llegar hasta el Oasis y sin que nadie lo notará, en especial los perros de Kaled era inaudito.  

—Te ayudaré a regresar pero ¿qué me ofreces a cambio? —El hombre se acerco más al chico, lo suficiente para que la tenue luz iluminara su rostro.

El hombre que se acercaba al chico era alto y vestía un perfecto traje negro, una camisa azul cielo y una hermosa corbata azul con algunas figuras, sus zapatos estaban perfectamente lustrados, toda su imagen no concordaba con el desolado paisaje. Sus ojos cafés brillaron al ser iluminados por la luz, su piel era oscura y su pelo estaba ausente, su cuerpo cubierto por su formal vestimenta permitía vislumbrar un cuerpo atlético.

—No tengo nada —Juli contesto temerosamente y miro directo a los ojos a este hombre, quien sonrío por su comentario.

Él otro hombre lo seguía muy de cerca y Juli pudo distinguir su sonrisa maliciosa, era moreno de cabello castaño y largo, sujetado con una liga, su cuerpo cubierto por un pantalón azul muy ajustado y un suéter de rayas negras con grises.

Él hombre siguió acercándose y Juli no podía retroceder más, por lo que camino pegado a la malla, intentaba escabullirse por el agujero por donde entro pero el hombre descubrió su plan y se interpuso en su camino.

Juli no sabía qué hacer, estaba asustado, al dar un paso hacia el lado contrario de donde estaba su acosador sintió un fuerte dolor en el pie derecho, sin embargo intento ignorarlo y siguió alejándose.

—No puedes escapar, mis hombres están cerca y con un solo silbido mío estarían aquí en un segundo —el hombre intento persuadir a Juli para que dejara de huir.

—Yo solo quiero regresar a casa —Juli empezó a sollozar.

—Te ves muy tierno —el hombre se burlo —justo el tipo de perras que me gustan —afirmo tomando del brazo a Juli, evitando de esta manera que se siguiera alejando.

El joven que lo seguía se paro del lado contrario al del mayor, de esta manera acorralaban a Juli.

— ¡Suélteme! —al escuchar la palabra perra sintió un escalofrío recorrer su espalda y todo su cuerpo se estremeció ante tal mención.

Juli se jalo e intento patear al hombre para que lo liberara pero este esquivo su golpe y lo acerco más a su cuerpo.

—Eres muy grosero —el hombre hablo entre dientes —no me gustan las perras mal educadas, sin embargo puedo hacer una excepción contigo —pego el cuerpo de Juli a la malla y sus manos se movieron por la espalda del pequeño. Busco los labios del chico pero este se volteo, la mano del hombre tomo su rostro y lo detuvo para poder besarlo.   

—No, por favor déjeme ir —Juli suplico pero este hombre lo ignoro.

El moreno sonrío ante las peticiones de Juli.

—Qué lindo te ves suplicando —se mofo —las perras que se portan bien merecen un premio —el hombre explico.

Juli estaba temblando y sin poderse mover, no pudo impedir que este hombre lo besara. Sus labios se movían violentamente intentando hacer que Juli abriera la boca, sin embargo no cedía.

— ¡Abre la puta boca! —El hombre grito muy molesto —no querrás hacerme enojar —la advertencia asusto a Juli.

El pequeño no pudo evitar recordar la bienvenida de Kaled y no deseaba pasar por lo mismo. Esta muy asustado y su cuerpo temblaba incontrolablemente, sus lágrimas corrían por sus mejillas y solo pudo cerrar con más fuerza los labios.

El hombre volvió acercar sus labios a los de Juli.

— ¡No lo toques! —una voz fuerte y molesta llego a los oídos de Juli y seguramente también a los del hombre que lo sujetaba pues en cuanto la escucho su cuerpo se tenso.

—Buenas noches, Kaled —al decirlo separa su cuerpo un poco del chico.

Juli sintió cierto alivio al escucharlo. El moreno que los acompañaba se alejo un poco y miraba con cierto temor.

— ¡Déjalo! —volvió a gritar.

Juli busco a ese hombre que lo estaba defendiendo, al encontrarlo se percato de que dos hombres más estaba cerca de él. Kaled estaba vestido con un pantalón negro de piel y una gabardina negra cerrada hasta la cintura donde se abría dejándole caminar libremente. Los chicos a su lado estaban vestidos de mezclilla y chamarras negras.

— ¿Por qué debería de hacerlo? —el hombre contesto retadoramente y sin liberar a Juli de su abrazo.

—Es mío —contesto Kaled evidentemente molesto.

— ¿Así? No lo creo, dijo que estaba perdido, además estaba en mí territorio, lo cual lo hace de mi propiedad —Juli tembló al escuchar esa afirmación.

—No me importa lo que digas o lo que él haya dicho, si quieres evitar una pelea, que obviamente perderás, suéltalo —Kaled lo amenazo, sin embargo en esa voz fuerte y molesta, Juli creyó encontrar una pizca de dolor.

— ¿Por qué tanto interés en una simple perra? —el hombre pregunto, lleno de curiosidad.

—Eso es algo que no te importa Ekaitz —Kaled contesto y su furia cada vez era mayor.

“Ekaitz” Juli recordó ese nombre, era el alfa de la manada que estaba en constante pelea con la jauría de Kaled.

—No es cierto —el tono de burla era evidente —él es tú perra —afirmo y su sonrisa se hizo mayor — ¡claro! —lo grito con gran emoción —estas furioso porque se escapo tú perra —la molesta sonrisa de este hombre se convirtió en sonoras carcajadas.

—Tienes 5 segundos para alejarte de él o atente a las consecuencias —Kaled estaba furiosos —1… 2…

Ekaitz dejo de reír y se separo solo unos centímetros de Juli, miraba intensamente a Kaled mientras este seguía su conteo.

—3… 4… —Ekaitz seguía sin moverse —5…

Al terminar el conteo la furia de Kaled brillo en sus ojos y en un rápido movimiento trepo por la malla justo al llegar a lo más alto se impulso y de un salto cruzo por arriba de esta, cayo de pie del otro lado y sus perros lo siguieron.

Juli se sorprendió del rápido movimiento de Kaled, sus perros estaban de pie a lado suyo y el pequeño los pudo reconocer, del lado derecho estaba Giovanni y del lado izquierdo Raúl, los dos sacaron sus armas pero Kaled les hizo una seña de que se detuvieran. El moreno se alejo de ellos y se puso atrás de Ekaitz. Estaba aterrado se notaba en sus facciones y en el leve temblor de su cuerpo.

—Sabes que estás en mi territorio — Ekaitz hablo y su felicidad disminuía con cada palabra —puedo acabar contigo y después tomar posesión del Oasis…

—Para que lo hagas primero tendrás que matarme —Kaled lo interrumpió y en un inesperado movimiento lanzo una patada directa al rostro del otro alfa.

Ekaitz no lo esperaba pero aún así logro esquivarlo, sin embargo para hacerlo tuvo que soltar a Juli, quién se golpeo con la malla.

El alfa de las salamandras se percato del error que cometió pues contaba con usar a la perra de Kaled para hacerlo que se rindiera pero ahora está se encontraba fuera de su alcance. El siguiente movimiento de Ekaitz fue un puñetazo directo al rostro de Kaled sin embargo se movió por lo que solo le roso la mejilla, un pequeño grito de terror fue liberado por Julien quien se asusto pues pensó que había alcanzado a golpear a Kaled.

En el intercambio de golpes entre los alfas instintivamente Kaled se había puesto frente de Julien para protegerlo de Ekaitz, en un intento de alejarlo, el alfa de las serpientes tomo la muñeca de Julien y lo jalo hacía donde estaban sus perros, el pequeño torpemente cayó cerca de Raúl y este lo puso de pie de una manera brusca y se lo paso a Giovanni. El segundo de Kaled lo miro un poco preocupado.

— ¿Estás bien? —le pregunto y Juli solo asintió pues la voz no le salía.

Ekaitz aprovecho la distracción de Kaled y le dio una patada directa al abdomen, Kaled se doblo un poco pero antes de que Ekaitz le diera otro golpe se alejo un poco y al percatarse de que su perra estaba en los brazos de Giovanni pudo concentrarse en la pelea. Ekaitz siguió lanzando golpes a Kaled pero este los esquivaba hábilmente.

— ¡Deja de correr! —Ekaitz le grito a Kaled.

—Que seas tan lento como una tortuga, no es mi culpa —el alfa le contesto y con un rostro de cansancio decidió terminar el juego —eres patético, no sé ¿cómo pudiste llegar a alfa? — su cara de incredulidad molesto a Ekaitz.

Kaled harto de este vaivén de golpes, lanzo un puñetazo que se estrello en el rostro de Ekaitz, quien quedo aturdido, después le dio una patada directamente en las costillas por lo que se hizo de lado y Kaled aprovecho para atizarle un golpe más en la nariz haciendo que este se doblara y pusiera sus manos en la cara, por la sangre que le salía, la rodilla de Kaled se estrello en su rostro y cuando este levantaba la cara por el impulso Kaled lo termino con un último golpe directo en la nuca, Ekaitz no pudo aguantar más de pie y cayo directo al suelo.

El moreno que había observado toda la pelea sin moverse grito al ver a su amo tirado y sangrando.

Su delicado traje estaba completamente arrugado y lleno de sangre que seguía brotando de su nariz de una manera interminable. Kaled miro que Ekaitz lo miraba furioso y no pudo evitar darle algunas patadas en el estomago.

— ¡Basta! —Grito Giovanni —esta helado y su pie está sangrando —le aviso a su amigo.

Kaled miro a Juli y noto como temblaba, su rostro estaba aterrado por lo que había presenciado y noto la sangre en su pie.

—Te dije que lo soltaras —se dirigió a Ekaitz —si vuelves a ignorar una de mis órdenes, no solo tú pagaras las consecuencias — culmino y su mirada viajo directo al chico que se acercaba al bulto tirado en el suelo.

Kaled miro a sus perros y les hizo una señal de que era momento de irse.

—Por aquí —dijo Kaled —supongo que por aquí pasaste —miro a Juli, sin embargo este no contesto, ni hizo alguna señal de haberlo escuchado parecía seguir pasmado.

Giovanni lo tuvo que empujar para que caminara y cuando estaba cerca de Kaled este lo jalo a su lado. Raúl se retraso y vigilaba a Ekaitz, por si decidía seguir la pelea.

Giovanni levanto la malla y Kaled pasó por ella jalando a su pequeña perra, quien seguía petrificada. Después lo siguió Giovanni y al último Raúl.

—No sé te ocurra pasar por aquí —Kaled se dirigió a Ekaitz —mandaré a que la cierren.

Julien estaba completamente asustado por ver pelear a Kaled, estaba nervioso por lo que Kaled le haría y aliviado por que Kaled lo hubiera rescatado.

Kaled jalo a su chico para que caminara, Juli dio algunos pasos más y sintió un fuerte dolor en el pie y lo levanto, Kaled noto esto y termino por cargar a su pequeño, sin embargo no se notaba preocupado, parecía molesto y Juli no quiso decir nada solo se dejo arrastrar por su amo.  

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Hola chicos, me tarde siglos en publicar este capítulo por una sencilla razón y es que no me gustaba como quedaba, este capítulo es el que más veces he borrado y reescrito, pero lo logré, por fin me gusto como quedo y estoy muy feliz de continuar con esta hermosa historia, creo que todos lo saben pero esta es la historia que más quiero y la que más disfruto escribir, es mi consentida.

Bueno chicos espero que les haya gustado y que comenten por favor, saben que me gusta leer sus opiniones. 

Los quiero mis queridos lectores, see you soon :)