VERANO CALIENTE 2o EXTRA.

Cautivado.

 

—Señor le llama su tío por la línea 1.

—Gracias, Heidi, ya contesto —ahora ¿qué necesita? —Bueno.

—Hijo, que gusto oírte —sí claro.

—Igualmente tío, ¿Cómo has estado?

—Bien hijo, te llamo para pedirte un favor —lo sabía, siempre hay una segunda intención.

—Dime, sabes que no dudaría en ayudarte —todo sea porque siga haciéndose el tonto con la información que le llega de mis negocios.

—Hijo se que tienes mucho trabajo pero necesito que vayas con los chicos de la banda The Muse…

—Pero el que se encarga de eso es mi primo Martí…

—Lo sé, pero tuvo un accidente este fin de semana y no podrá viajar, por eso me atrevo a pedirte este favor —el estúpido de mi primo, seguro estaba borracho como siempre.

—Pero ¿se encuentra bien? —ojala se muriera.

—Solo se fracturo la pierna y necesita descansar — ni eso puede hacer bien.

—Que bueno tío, y claro que iré.

—Gracias hijo, sabía que podría contar contigo. Ya está todo listo, solo supervisaras que no se ofrezca nada y tal vez lidiar un poco con la prensa local.

—Ok, entonces, saldré mañana para llegar un día antes que la banda y tener todo listo —tendré que trabajar mucho hoy.

—Perfecto hijo y muchas gracias. Cuando regreses puedes llamarme para reunirnos en casa y preparar una carne asada, puedes traer al pequeño, lo tienes muy aislado.

—Lo pensare tío… te dejo, necesito preparar todo para mi viaje y los asuntos que tengo pendientes.

—Sí hijo y muchas gracias, cuídate y salúdame al pequeño.

—Sí tío.

Shit, a buena hora se le ocurre a mi primito lastimarse.

—Señor Henry, Charley llamo para avisar que el ultimo cargamento ya viene en camino —por lo menos una buena noticia.

—Gracias Natalie, llama a Lisandro para avisarle y que tenga todo listo para recibirlo, dile que vea los perfiles y mande algunas a New York y otras a Florida, tenemos que mantener los negocios bien atendidos —debería hacerlo yo mismo, para ver si hay algo interesante, las otras ya me están aburriendo.

—Sí señor —Natalie siempre tan formal.

—Antes de que te vayas, dile a Heidi que llame al aeropuerto y avise a mi piloto que salimos a las 8 de la mañana a Japón, ah y claro tú también vas —sus ojos de tedio me lo explican todo —se que odias viajar pero necesito que me ayudes con él, no puedo dejarlo por tanto tiempo solo y sabes que es igual que tú —su mirada melancólica me da la razón.

—Ok, tendré todo listo.

Sus ruidosos tacones se despiden de mi oficina.

Me sumerjo en el mundo de papeles que es mi escritorio y después de horas de arduo trabajo dejo todo listo para ausentarme por una semana.

Un suave toquido en la puerta me regresa a mi oficina.

—Adelante

—Señor, necesito que firme estos papeles de la nomina de este mes antes de que se vaya —mi bella e inocente secretaria es muy eficiente e ignorante de mis demás negocios.  

—Claro, Heidi —mientras la veo entrar miro el reloj de la pared que me indica que ya son más de las 8 de la noche — ¿por qué aún sigues aquí?

—Oh señor no es nada, además necesitábamos terminar los pendientes y así se pueda ir tranquilo a su inesperado viaje.

Mi querida secretaria tan atenta como coqueta, en realidad si no fuera tan linda y eficiente…

—Gracias Heidi, creo que tendré que darte un aumento por ser tan eficiente —al escucharme su sonrojo es evidente.

Después de incomodar a mi secretaria ella se va pues su novio la espera abajo. Natalie entra con su bolsa en mano y su abrigo, también es hora de que se vaya.

—Señor, la chica que quiere que la haga famosa espera abajo.

—Natalie se más clara, más de la mitad de las chicas que conozco a diario quieren que las haga famosas.

—La que cantaba horrible…

—Natalie… —mi tono cansino la insta a darme más pistas.

—La que vestía como prostituta — hago un recorte en mi mente de las chicas que cumplen con esta descripción y por lo menos 3 de esta semana lo cumplen —es de tú tipo —culmina y con esto determino mentalmente de quien habla.

Era una hermosa chica voluptuosa y de caderas hermosas, de unos 16 años y aunque parecía segura de sí misma es obvio que aun vive con sus padres y que seguro es virgen.

— ¿Ella qué?

—Dice que la citaste para hoy —me mira molesta y no porque no le agrade lo que hago, sino porque no le gusta que revuelva los negocios, dice que si lo hago tarde o temprano cometeré un error y el FBI es lo único que espera.

—No me mires así, yo no dije nada —me duele la cabeza y solo quiero llegar a casa —sí tanto quiere verme tendrá que esperarme una semana, mándala con Raymond y dile que se haga cargo de ella que la desaparezca y que no la toque, ella es mía.

—Está bien

—Mañana puntual, pasaremos por ti.

Me mira y solo asiente mientras sale de mi oficina.

Recojo mi gabardina y todo lo necesario para mi viaje.

Ya en el auto miro a Justin por el espejo.

—Vamos a pasar por unas hamburguesas, esas que le gustan —espero que eso ayude a suavizar la noticia del viaje, pues al igual que Natalie, odia viajar pero sé que estaría sumamente ansioso si lo dejo solo por tanto tiempo. 

—Claro señor —contesta seriamente.

Pasamos y compre lo que más le gusta. Al llegar a casa veo a Mary parada en el vestíbulo con la mano estirada esperando a que le de mi gabardina y bufanda. Lo hago como siempre y ella se dispone a darme el discurso de todas las noches.

—Buenas noches señor, todo ha estado tranquilo, él se ha comportado bien como siempre.

— ¿Dónde está? —aun tengo la bolsa con su cena en la mano.

—Está durmiendo…

— ¿Tan temprano?

—Son las 10:30, señor

No me di cuenta la hora que era.

—Además estuvo jugando en la alberca y se cansó.

—Entiendo, toma —le doy la bolsa con la comida —cométela o tírala no me importa —me dirijo a mi despacho para acomodar mis papeles y los de él para mañana —Mary prepara mi maleta de viaje con ropa formal y una más para él, mañana salimos de viaje, muy temprano y quiero tener todo listo.

—Sí señor, ahora mismo lo preparo.

Se va a la cocina y yo retomo mi camino. Después de algunos minutos, salgo con la firme convicción de relajarme un poco.

Al subir las escaleras camino por el pasillo y me dirijo al cuarto más alejado y el único cerrado con llave. Al llegar a la puerta tomo la llave colgada en la pared y con ella abro. En cuanto la empujo me permite ver la gran cama en el centro y en ella una exuberante mujer acostada. Termino de entrar y cierro con llave.

Una mujer más sale del baño apenas vestida con una transparente bata negra muy acorde a su piel blanca, que permite ver todo su cuerpo desnudo. Al moverse la chica de la cama, su negligee rojo quedo al descubierto, el cual resaltaba su piel morena.

Tengo un excelente gusto todas son tan hermosas aun con lo diferente que son entre sí pero eso es lo que me gusta, sus diferencias y claro su carácter, todas las presentes y las que ya no estaban las he amado por ser todo un reto hasta que como siempre se tornan aburridas y es tiempo de cambiarlas.

Mientras ellas se acercan a mí y comienzan a desabotonar mi saco, me doy cuenta de que es tiempo de nuevas mascotas estás ya están demasiado domesticadas.   

La morena comienza a retirar el cinturón y a bajar la cremallera, su objetivo es obvio, yo le enseñe a hacerlo, siento sus suaves manos en mi entrepierna y su húmeda lengua acariciando mi miembro, generándome una deliciosa sensación de placer la cual se veía incrementada con las caricias de la otra chica.

Las dos chicas las entrene yo mismo y saben hacer justo lo que me gusta, pero ahora ya es aburrido, no es que rechace este momento de placer, al contrario lo agradezco después de un día de tanto trabajo, sin embargo amo domarlas.

Al terminar nuestra sesión de relajamiento, salgo y me dirijo a mi habitación no sin antes cerrar con llave.

En la habitación esta Mary con dos maletas listas para el viaje.

Le hago señas para que salga de la habitación. Ya afuera le di algunas instrucciones.

—Mañana, llamas a Raymond y le pides que venga y se les lleve, cuando regrese no quiero verlas aquí, que las reubique en alguna de las casas, ya están perfectamente bien entrenadas o que las subaste, saben hacer de todo —las otras fueron vendidas a algunos socios y ahora son unas excelentes mascotas, muy bien educadas y de familias de dinero, de hecho las tratan bien —dile que deje aquí a la chica nueva y la instalas, ya sabes dónde y cómo debe ser el trato —ella se ha encargado durante los últimos 3 años de recibir a todas y de cuidar de la casa, en definitiva ha sido una de mis mejores domesticadas —No quiero problemas.

—Sí señor, le deje todas las medicinas para él, en la mesita a lado de la cama.

—Ok, vete a dormir y mañana temprano prepara una comida ligera para él —ella asiente y la dejo parada afuera.

  Al entrar lo miro enroscado en la cama, su cabello esta alborotado sobre la almohada, su pequeño cuerpo esta temblando de frío como siempre se ha estado moviendo demasiado y ha tirado sus cobijas. Me acerco y lo arropo, después de un suave beso en la frente me retiro al baño.

Me ducho lo más rápido posible y me acuesto a descansar junto a su cálido cuerpo.

La mañana ha sido un desastre, sacarlo de casa me ha costado mucho y más sin su correa, se ha puesto muy nervioso y he tenido que sedarlo, en el aeropuerto no he tenido grandes problemas para pasarlo, y ya en el avión lo he acomodado en un asiento para que pueda dormir lo más cómodo posible.

—Pobre, odia viajar —Natalie lo miro con preocupación.

—Lo sé, sin embargo se pone mal cuando estamos separados por mucho tiempo —contesto en mi defensa.

Durante el viaje dormí y comí algo.

Al llegar al aeropuerto, él ya se había despertado.

—Vamos, aquí no puedes llevar la correa, así que por favor usa el bastón —trate de hacerlo entender pero como siempre fue inútil.

—Yo me encargo de él — Natalie como siempre consintiéndolo.

Lo tomo del brazo y lo pego a su cuerpo para poder guiarlo por todo el camino hasta el taxi.

Al llegar al hotel y a la habitación en la que estaría, Natalie lo libero y este de inmediato se puso a gatear. Deje que mi asistente se pusiera al tanto de todo para saber si ya estaba todo listo. Justin y Natalie estaban en las habitaciones contiguas.

Al dejar las cosas en la salita, me senté en el sofá y él fue a poner su cabeza sobre mi rodilla.

—Sabes que no me gusta obligarte a viajar pero serían demasiados días, no podía dejarte solo —le explico y acaricio su cabeza, despeinándolo por completo.

El asiente a mi disculpa. Pone sus manos en mis piernas y se impulsa para ponerse de pie, acomoda sus rodillas sobre las mías y sus manos se posan en mi pecho, su rostro busca el mío, su olfato lo guía y comienza a besar mi barbilla poco a poco va recorriendo mi rostro hasta llegar a mi boca, sus dulces labios son mi perdición.

Comienzo a saborearlo y noto su pasión oculta bajo la oscuridad en la que vive.

Sus manos buscan mi piel, las mías lo están despojando de su ropa.

—Lo siento debí haber tocado —Natalie se sonroja al vernos.

Acomodo su ropa de nuevo y lo siento en mis piernas, se nota agitado y sonrojado.

— ¿Qué sucede? —le pregunto un poco molesto.

—Solo venía avisarte que la banda ya llego y ahora están descansando para mañana.

—Ok, gracias, ¿algo más? —pregunto por si acaso.

—No nada, hasta mañana —hemos llegado de noche así que lo normal es que descansemos.

—Sí Natalie ve a dormir, avísale a Justin que no saldré que tiene la noche libre —creó que yo estaré muy ocupado.

—Está bien —él mueve su mano como despedida a su amiga —hasta mañana Lucky —se despide.

Esa noche fue bastante intensa y por ende me desperté muy tarde. Gracias a Natalie nadie lo noto ya que se adelanto para preparar todo.

Los primeros días de grabaciones fueron sencillos y no hubo grandes problemas, sin embargo justo el último día, mi vida cambio.

Mientras la banda firmaba algunos autógrafos, yo los miraba de lejos y fue cuando lo vi, su sonrisa, su emoción al estar tomando fotos muy cerda de ellos, de hecho demasiado se supone que no tenían permitido hacerlo. Al acercarme para pedirle que se alejara bajo la cámara permitiéndome ver su rostro por completo.

Natalie se acerco para preguntarme algo pero era incapaz de saber que era lo que deseaba pues mi mente quedo completamente abstraída por sus ojos, sus hermosos ojos azules me tenían completamente anonadado, esos pequeños trozos de cielo eran iguales a los que alguna vez me habían cautivado, a aquellos que fueron cegados por el miedo.

Al verlo por completo era un joven de cabello castaño claro, vestido muy informal y con pinta de travieso. Todo en ese pequeño irradiaba felicidad, viéndolo bien era atractivo sin embargo nunca había sentido esto por alguien como él, mentira, si lo había hecho y esta sería la segunda vez que me pasaba.

Era hermoso, deseaba hablar con él, saber ¿Cómo se llamaba? ¿Tendría novia? seguramente sí pues parecía de los chicos por los que ellas mueren. 

Cuando estaba a solo unos pasos de él, alguien lo llamo pues note que sacaba su celular y supongo que era su novia pues se sonrojo un poco y se alejo para poder contestar mejor.

— ¿Sucede algo? —Natalie me pregunto.

—Nada —conteste en automático.

Saque mi celular y le tome una foto a aquel jovencito, solo por si era necesario.

Después de eso no lo volví a ver, pero su imagen aparecía consecutivamente mientras domesticaba a alguna de las chicas nuevas, él único que me hacía olvidarlo era Lucky, solo él pero a la vez era quien más me lo recordaba. Sus ojos azules me atormentaban y cada que veía a mi pequeño esta sensación de querer tenerlo se incrementaba.

Quería volver a ver sus ojos de aquel chiquillo aunque en realidad los que deseaba ver eran los de él otro, si los de aquel niño del que me enamore.

Habían pasado algunos meses y termine por rendirme y le pedí a Natalie que lo investigara en cuanto supe su nombre y trabajo contacte a la revista para invitarla a venir, claro con la condición de que Takaba Akihito viniera y de esta manera traerlo a mi territorio, del cual ya no saldría.

En cuanto lo vi en aquel restaurante mi corazón se despertó del letargo en el que vivía y del cual solo salía cuando Lucky estaba junto a mí.

Al ver esos ojos tan cerca y su sonrojado rostro por mi constante mirada sobre él, me lo recordó era igual a él, cuando lo conocí. Al siguiente día lo visite por la noche y al platicar con él me fascino mucho más pues gozaba de un espíritu necio y desobediente justo como me gustan, en eso no se parece a él que es tan obediente y educado. Sin embargo cuando estaba a punto de llevármelo, una de las más recientes chicas con las que me entretenía intento escapar así que tuve que dejarlo para otra ocasión.

Ese día la chica pago mi frustración pues desquite mi coraje de no tenerlo con su delgado cuerpo y después de violarla y golpearla estoy seguro que no lo intentara de nuevo, de hecho creo que ni siquiera servirá para venderla pues ha quedado marcada, tendré que desaparecerla o tal vez mal abaratarla no lo sé, le diré a Raymond que se encargue.   

Mi siguiente encuentro con Takaba se vio ensombrecido por mi coraje al saber que se le había escapado a Justin lo cual fue inaudito pues eso nunca había pasado. Creó que durante nuestra plática lo atemorice, espero que le sirva de experiencia para que no lo vuelva a intentar.

Justo al día siguiente Justin llego a decirme que su amante lo había corrido investigue, moví todos mi contactos para saber de ¿Quién se trataba? Lo bueno fue que Akihito lo dijo cuando hablaba, de esta manera fue más fácil, me sorprendí mucho al saber de quién era amante, pues se trataba del gran Asami Ryuichi, líder de la mafia en Japón, su historial era sorprendente y tal vez si yo no fuera quien soy, hubiera desistido pero a estas alturas de mi vida nada ni nadie me atemorizaba.

Arregle todo lo necesario para poder deshacerme del estorbo que suponía este yakuza y después de matar a Asami Ryuichi y traer Takaba a su nueva casa, pude sentirme más tranquilo.

De hecho verlo descansando en mi cama me hace más feliz, tocarlo y pensar que podré disfrutarlo, es lo que más he deseado este último año, solo lo estoy dejando descansar pues acabamos de llegar pero en cuanto despierte sabrá quién es su nuevo dueño.

Ahora que lo tengo tan cerca, puedo decir que es muy parecido a él, hasta se podría decir que son hermanos, más por esos lindos ojos azules, claro Takaba es igualito a mi Lucky y de ahora en adelante los tendré a los dos solo para mi deleite.

 De esta manera termino oficialmente la historia de Verano Caliente y doy inicio a Hojas de Otoño, Este extra es justamente el enlace entre las dos historias. Espero que les haya gustado y comenten por fis, con esto cumplo con uno de los dos extras que debía, por cierto no avise pero la historia que gano el extra la ocasión pasada fue ¿Dónde estabas? espero escribirlo pronto. 

Muchas gracias a todos por sus lindos comentarios de apoyo por mi ausencia, no se como agradecerle que sean tan comprensivos, chicos ya saben que los quiero, por ser tan pacientes con esta escritora de lenta inspiración, por favor no olviden comentar.

See you soon :)