Verano Caliente. Capítulo 19.

El dolor purifica. 

 

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Henry viste un traje gris, sin corbata y con el saco desabotonado, dejando ver su camisa rosa pastel, su cabello luce un poco despeinado, como si hubiera estado pasando su mano por el, una infinidad de veces. 

Justin esta ligeramente atrás y a la derecha se encuentra Natalie, vestida de traje negro igual que su compañero y unas zapatillas negras que la elevan casi a la altura de su jefe, su actitud me sigue pareciendo excesivamente seria hasta se podría decir que un poco amargada.

—Buenas noches —Asami contesta.

Kirishima se pone a lado de Asami, Haruki esta atrás de mí y el yakuza me toma de la mano.

Los ojos de Henry recorren a los presentes y Asami hace lo mismo. Noto una gran tensión por parte de los presentes y una atmosfera pesada se instala entre nosotros.

Henry me sonríe abiertamente y Asami aprieta mi mano, su fría mirada delata su descontento, sin embargo ¿por qué no le agradaría si no lo conoce? Aun que a decir verdad su mirada y gestos hacia mí parecen muy amigables para ser alguien que acabo de conocer y que se supone que es mi superior, y esto es algo que Asami no pasaría por alto.

—Buenas noches Akihito —Henry me saluda y no dejo de sentirme incomodo por su intensa mirada.

—Buenas noches, Sr. Smith —contesto seriamente.

—Henry, Akihito, te lo dije a noche, dime Henry —siento como me sonrojo y estoy seguro que Asami nota mis nervios además de que estoy sudando, todo esto delata mi estado— Justin me ha dicho que has tenido visitas y veo que es cierto —su mirada se dirige a mí acompañante.

—No, le han informado mal —Asami habla y su voz es seria al igual que su rostro—Akihito no tiene visitas —Justin se nota molesto, tal parece que no le gusta que lo desmientan —pues a su pareja no se le puede llamar visita.

Estoy más que sorprendido por la actitud de mi amante, jamás pensé que diría algo así, sin embargo ni con ese comentario mis nervios disminuyen.

—Así que por él, es que no deseas quedarte conmigo—Henry me mira mientras lo dice.

Henry camina hacia nosotros y sus acompañantes lo siguen, Kirishima sigue con la vista a los tres y Haruki se ve alerta. Henry espera mi respuesta lo noto en su intensa mirada.

—En parte, tiene razón —contesto tímidamente.

—No sé a qué se refiere pero le aseguro que Takaba Akihito no se va a separar de mí —Asami habla fuerte y claro —él hace mucho que ya no es libre de tomar esa decisión —esta afirmación no me agrada.

Odio que decida por mí pero en está ocasión lo dejaré pasar solo por que deseo que a Henry le quede claro que no voy a ceder a su petición.

—No sabía que fueras casado —Henry se detiene a solo unos pasos de nosotros —de haberlo sabido hubiera procedido diferente —se queda callado parece pensar en algo —ahora ya no estaríamos aquí —termina de hablar y una gran sonrisa se dibuja en su rostro.

Asami me aprieta la mano y parece estar haciendo uso de todo su autocontrol para no expresar su furia. Intento contestar pero el yakuza me gana.

—Dudo que logrará alejarlo de mí —tengo miedo, a estos hombres no les gusta perder.

— ¿Enserio? — Henry lo mira directo a los ojos, aun con la burla evidente en ellos —no creó que sea tan difícil Ryuichi Asami —sabe quién es, y ¿cómo lo supo?

— ¿Lo intentaras?  Henry Smith —Asami contesta y su sarcástica sonrisa aparece.

¿Cómo es que Asami sabe quién es?

—Me gustan los retos —Henry mete la mano en su bolsillo y saca su cajetilla de cigarros —y más cuando el premio es un lindo gatito —abre la cajetilla y le ofrece uno a Asami.

—Disfruto destruyendo a los que osan acerarse a mis cosas —Asami me acerca a su cuerpo y acepta el cigarrillo de Henry.

Asami saca su encendedor y lo ofrece a Henry, este acepta y enciende su cigarrillo.

Cuando las miradas amenazadoras de estos dos se cruzan hay un choque claramente perceptible de poder y estoy seguro que todos somos atemorizados por ellas.

—Esto será muy divertido —Henry sigue con su macabra sonrisa —jamás se me ocurrió que este lindo chico estuviera implicado con alguien como tú pero lo agradezco ya que mi vida estaba tornándose aburrida —su rostro refleja la felicidad que alguien puede tener al disfrutar de su hobby favorito.

Asami enciende el cigarro y da una gran calada antes de contestar.

—Fue un gusto conversar contigo, siempre es recreativo escuchar a los soñadores, aunque es triste verlos cuando sus sueños son derribados y pisoteados —su sonrisa se evidencia de nuevo —por esta ocasión ya ha sido suficiente de charla, tengo cosas más importantes que hacer… con Akihito —Asami comienza a caminar en dirección al hotel, me lleva abrazado e impide que voltee a ver a Henry —que sigas teniendo una linda noche —su cordial despedida dista de serlo.

Oigo los pasos de Kirishima y Haruki atrás de nosotros.

—Hasta luego, Akihito —alcanzo a escucharlo.

Asami aumenta la fuerza de su abrazo.

Entramos del hotel, Asami me va guiando por los pasillos hasta llegar a nuestra habitación.

Al llegar abro la puerta y escucho como Asami despide a nuestros guardaespaldas, termina su cigarrillo y deja la colilla sobre un buro. Cierra la puerta y en cuanto estamos completamente solos saca todo su coraje contenido.

— ¿A qué se refería con eso de que te quedes con él? —grita.

—Él… me propuso algo —titubeo mientras contesto.

— ¿Qué te pidió? —me mira furioso.

—Quedarme, me ofreció trabajo en su empresa —contesto y no deseo decir lo demás.

— ¿A qué se refería con lo de anoche? —Asami avanza a mí y me acorrala contra la pared.

Sus intensos ojos están perforando mi mente desean saber, si, lo que digo es verdad.

—Anoche me invito a cenar y fue cuando me hizo la propuesta —su mano me toma de la barbilla evitando que desvié la mirada.

—Hay algo más que no me estás diciendo —asegura.

—No… —intente negarlo pero sus ojos saben que estoy mintiendo —intento besarme, dijo que quiere que me quede con él, no solo por el trabajo —sus ojos me han hecho confesar.

—Carajo y ¿cuándo pensabas decírmelo? —está muy molesto.

Su respiración es muy marcada, noto como la molestia cambia sus frías facciones por unas llenas de furia, se separa de mí y pasa sus manos por su cabello y de la nada suelta un puñetazo a la pared, a lado de mi cabeza. Este golpe me ha tomado por sorpresa, cierro los ojos y los aprieto, por un momento pensé que me golpearía.

— ¡Contesta! —me grita.

—No pensaba decírtelo… todo estaba bajo control —susurro —jamás he tomado en serio a Henry, ni siquiera me preocupa, si es molesto pero no creo que sea capaz de algo más.

Asami se separa y aprieta los puños, su cuerpo se ve tenso y me siento asustado por su reacción.

Al principio del problema con Feilong, Asami parecía tranquilo, tal vez en ocasiones un poco molesto pero solo eso, el día que me rapto todo fue muy rápido así que no recuerdo bien su reacción y verlo tal como está ahora me pone muy nervioso.

—Voy al bar…creo que necesitas estar solo —pronuncio cada palabra de manera lenta y tratando de esconder mi miedo.

Pero como era de suponer él se interpone en mi camino.

— ¿Comprendes lo que ese hombre te quiere hacer?  —Asami busca mi respuesta —no entiendes hasta que punto has estado en peligro —camina hacia mí.

Retrocedo y siento el sofá pegado a mis pantorrillas.

— ¡Mierda! No comprendes que ese hombre solo quiere hacerte suyo, usarte… alejarte de mí —grita y noto cierta desesperación en su voz.

—Que yo te inspire eso, no significa que para los demás sea así.

—No seas estúpido —sus furiosos ojos parecen quemarme —Henry te quiere como su juguete, para el eres un animal nuevo que domesticar.

— ¡Quítate! —intento alejarlo de mí y avanzo unos pasos para poner distancia entre nosotros.

Sus palabras han hecho mella en mi, han perturbado mi mente, tal vez tenga razón y por eso todo ese discurso de su hobby, soy un idiota, tengo que alejarme de Asami, no quiero que vea hasta que punto me afecto lo que ha dicho.

—Tal parece que no entiendes lo que te digo —se acerca y yo voy retrocediendo lentamente, hasta estar de nuevo pegado al sofá —te lo mostrare —.

Sigue avanzando y yo termino por tropezar y caer en el sofá. Asami se abalanza sobre mí, intento golpearlo para alejarlo pero detiene mis manos.

—Suéltame —la fuerza que ocupa es demasiada y me lastima —duele.

Al verlo me sorprendo por su rostro iracundo, estoy petrificado por su actitud. Con su mano libre se quita el cinturón y me ata las muñecas.

— ¡Asami! ¡No! —grito pero parece no escucharme, es como sí el Asami que conozco hubiera sido remplazado por este furioso hombre.

Al terminar de atarme, sus manos se internan en la profundidad de mi ropa, descubriendo mi cuerpo, el tacto de estas manos no es el de siempre.

— ¡Me lastimas! — pero sigue en su trance.

Sus deliciosos labios se acercan pero no para darme un apasionado beso, en cambio me apresan de manera desesperada, intento empujarlo y en recompensa muerde mi labio inferior, sigue atacándome e ignora mis gemidos de dolor.

El fuerte sabor de la sangre inunda mi paladar, Asami sigue con su arrebato de irá, me despoja de mi pantalón y mis bóxers. Pataleo para impedir lo que se viene pero el ya se ha posicionado en medio de mis piernas, mis forcejeos no son nada para él, libera su erección apresada por la ropa y se prepara, me toma de las caderas y me levanta para poder penetrarme de una sola estocada.

— ¡Ahhhhhhhhhhhh! —grito fuerte, el dolor es insoportable.

Sin embargo sus ojos siguen ausentes, la irá es la única presente en su interior.

— ¡No seas tan brusco! —grito e intento liberarme sin obtener resultados.

— ¡Cállate! —mis forcejeo aumentan pero el ruido de la fuerte bofetada que recibo me aturde, dejándome inmóvil.

Dejo de pelear y de gritar, todos mis esfuerzos de liberarme o de detenerlo son cambiados por mis lágrimas vertidas a la nada y mis débiles sollozos que no serán escuchados.

Asami sigue en lo suyo, me penetra una y otra vez sin que en sus movimientos haya una piza de interés en generarme placer y solo hay el deseo de autocomplacerse.

Sus frenéticas embestidas parecen desgarrarme y el dolor ha llegado a ser tan fuerte que ya se ha adormecido mis terminaciones nerviosas, cierro los ojos con la esperanza de que al dejar de ver a este hombre, esta situación termine.

Puedo sentir un fuego que me llena y se derrama por mis piernas, mientras la boca del yakuza provoca punzadas de dolor en mi cuello y clavícula.

Sus constantes movimientos se han detenido y ahora su tacto ha desaparecido.  Al abrir los ojos, su sombra me cubre y su rostro se esconde de mí, su postura ha cambiado, parece alicaído, se aleja y se pierde en la habitación.

Trato de calmarme y con la boca desato mis manos entumecidas, al moverme para poder ponerme la ropa noto un hilo de sangre corriendo por mi muslo y trato de pararme pero punzadas de dolor recorren mis terminaciones nerviosas impidiéndome juntar las fuerzas suficientes para sostenerme de pie.

Sin embargo tolero el dolor para poder irme de aquí, no quiero verlo no hasta que se haya calmado por completo y yo pueda pensar que voy hacer.

Deteniéndome de todo lo que esté a mi alcance llego hasta la puerta, claro después de mil años, y al girar el picaporte una mano evita que pueda abrirla.

—Por favor necesito aire fresco —suplico con la voz llorosa pero no volteo a verlo.

Él no me responde y solo sigue impidiéndome el paso.

—Necesito salir — trato de convencerlo pero no cede.  No quiero que me lastime de nuevo —por favor —suplico y mi cuerpo comienza a temblar de miedo.

Al girarme para ver a quien detiene mi salida, me quedo sorprendido.

Un escalofrío recorre mi espina dorsal y es inevitable el correrme dentro de él. Libero todo y al separarme lo miro y su rostro esta rojo, sus mejillas están húmedas por todas las lágrimas que ha soltado y sus sollozos son solo un susurro.

¿Qué hice?

Mierda lo viole, no es como si no lo hubiera hecho antes pero en esta ocasión se me paso la mano, jamás lo había visto con esa expresión de genuino dolor.

No soporto verlo así y menos si yo fui el causante.

Me alejo de él y voy directo a la habitación, ¿Por qué lo hice?

Después de leer la información que reunió Yoh estaba muy molesto por haber permitido que Henry se acercara a Takaba pero logre calmarme al ir a recogerlo, la cena y todo lo demás me ayudaron a calmar mi carácter pero al llegar al hotel y verlo allí de pie con su porte orgulloso, fue un catalizador para mis emociones, me contuve durante toda la charla, aun cuando me sorprendió que me conociera pero lo bueno es que ya había leído la información así no me tomo por sorpresa.

Tolere que se riera y le coqueteara frente a mi pero logré salir avante sin demostrarle que me preocupa, su cercanía a mi Akihito.

Todo ese autocontrol que use llego a su límite al hablar con Takaba y darme cuenta de lo ingenuo que es, me deje llevar por mi coraje, no pude controlarme, fui cegado por la irá y termine haciéndole más daño del que pude imaginar.

Sus ojos llorosos y sus tristes lamentos se quedaran grabados en mí para siempre, me duele verlo así. Mientras elucido lo sucedido, me meto a la ducha y trato de lavar mi culpa y sin darme cuenta unas gotas de agua salada recorren mi rostro, mientras me seco pienso en hablar con él, jamás he pedido disculpas por nada y a nadie pero hoy podría ser la primera vez.  

Al salir de la habitación lo veo caminar lentamente hasta la puerta y es notorio lo lastimado que esta.

No puedo dejarlo ir, no puedo dejarlo ir así, mi corazón que por tanto tiempo ha permanecido imperturbable, este chico ha logrado despertarlo.

—Por favor necesito aire fresco.

Lo escucho pero no puede irse, no lo entiende yo no puedo dejarlo que se aleje de mí.

—Necesito salir… por favor.

Pero simplemente no quiero dejarlo ir.

—Lo… siento —hablo y mi voz fuerte y llena de seguridad ha desaparecido y solo ha quedado un voz lastimera y llena de dolor.

El me mira sorprendido.

Lo abrazo fuerte y su calidez, me tranquiliza.

—A…sami —su voz es suave y parece triste.

—Me deje llevar por la irá y el miedo a perderte —lo estrujo contra mi cuerpo y ojala pudiera tenerlo así por siempre.

Lo levanto entre mis brazos y lo llevo a la habitación lo dejo en la cama y veo su tembloroso cuerpo.

—Por favor —pronuncio estas palabras y parecen extrañas en mi vocabulario —perdóname.

El sigue viéndome con sus ojitos vidriosos y llenos de dolor.

Beso sus mejillas y están frías, acaricio sus muñecas y se estremece al sentir mi contacto.

No sé como reparar el daño que le hice con mi arrebato. Beso lentamente cada una de las heridas que le hice. Desnudo lentamente su cuerpo lastimado y al ver las manchas rojas en sus piernas, las mismas gotas saladas de hace un rato surgen de nuevo.

Termino por rendirme y me dejo caer de rodillas a lado de la cama. Cubro mi rostro en la cama y después de unos segundos en esa posición siento sus cálidas manos sobre mi cabeza.

—Yo… estoy bien —sus manos siguen acariciándome.

Yo soy el que debería de estar reconfortándolo y no al revés.

—Por favor —esas palabras de nuevo —perdóname —yo soy el que debería de suplicar y no él —esto ha sido mi culpa por no decirte nada.

—No digas tonterías yo fui el que te hizo daño —hablo en un susurro —no debí hacerte pasar por algo así —levanto mi rostro y su rostro antes sorprendido, vuelve a humedecerse con sus lágrimas y su tristeza me lastima.

Limpio sus lágrimas y él hace lo mismo conmigo.

—Los dos nos equivocamos —acerca sus labios a los míos y mientras estos se mueven siento el sabor a hierro en mi boca, la herida de su labio se ha vuelto a abrir.

—Soy un estúpido que lastima lo que más quiere —intento alejarlo pero él me abraza y sus débiles brazos me retienen a su lado.

—No me dejes —me suplica.

¿Cómo lo dejaría? Eso es algo que aunque quisiera no lo podría hacer.

Mis enemigos piensan que no tengo corazón y las personas cercanas a mí piensan que soy tan frío que no se amar, la verdad es que tienen razón, yo ya no poseo corazón pues ha sido arrebatado por un irreverente chico, y mi capacidad de amar se ha reducido a una sola persona. Yo ya no puedo vivir sin él, ¿Alguien podría vivir sin corazón? Yo creo que no y eso es algo que no deseo averiguar.

—Por favor quédate a mí lado — sus temblorosas manos me liberan y sus ojos buscan los míos.

— ¿Cómo podría dejar a mi amante? —Contesta seguro — a la persona que amo.

En definitiva es la persona que jamás busque pero que agradezco conocer, siempre le digo que soy su dueño pero en realidad el que ha sido esclavizado soy yo.

Lo abrazo y él me corresponde. Lo beso y lentamente comienzo a acariciarlo y aunque pensé que tal vez se alejaría, me demuestra lo fuerte que es y se queda aceptándome a su lado. Sigo con mi disculpa logrando estremecer su cuerpo con cada una de mis caricias.

Su rostro luce de nuevo sonrojado pero sé que ahora es de placer, dejo que mis manos sigan con lo suyo mientras mis labios también hacen lo propio con los suyos.

La pasión que siento es reciproca y de esta manera continuo pidiendo perdón, conforme avanzo llega el momento de que lo invada de nuevo, no sé si hacerlo pero parece aceptarme al abrir las piernas, así que meto uno de mis dedos para prepararlo y se remueve al sentirme, pero con su mirada me insta a seguir, lo hago y poco a poco lo preparo para mi intromisión.

Cuando creó que ya está listo entro lentamente y sé que le duele lo veo en sus ojos, sin embargo me muevo lentamente y busco el lugar preciso para excítarlo, y lo encuentro, oigo sus jadeos y gemidos de placer que para mí son igual a una exoneración por mi error.

Seguimos así guiados por la pasión, no, mejor dicho por el amor.

Hasta que el moja su pecho y el mío y de esta manera los dos nos embadurnamos de sus fluidos.

—Te amo —lo pronuncia entre jadeos.

Sonrío al escucharlo y termino por correrme en su cálido interior, apretado por su interior y estrujado por su amor me ha demostrado que ha llegado hasta lo más honde de mi corazón provocándome oleadas de placer aún más que mi orgasmo.

De esta manera hago las paces con él. Al separarme lo llevo a la ducha y baño todo el daño que le hice, deseando que el agua se lleve también los malos recuerdos, sin embargo soy consciente de que eso no es posible y que de ahora en adelante formaran parte de nuestra historia, pero dicen que es bueno no olvidar el pasado ya que si lo haces estas destinado a cometer los mismos errores una y otra vez y eso es algo que no deseo que vuelva a suceder.

Después de ver hasta qué punto Asami estaba sufriendo; porque al verlo llorando mi corazón se desgarro aún más que cuando me violo, nunca pensé en ver a este duro hombre sucumbiendo al dolor, a él que nunca muestra esa parte a nadie y que hoy me ha dejado presenciarla, esa ha sido una prueba de su amor, ver su arrepentimiento ha sido suficiente para que yo lo perdonara. Sé que su actitud fue solo un arrebato de celos y como dijo de miedo a perderme y en parte fue mi culpa por no explicar lo sucedido desde el principio pero desde ahora no volveré a dejar que pase; porque con lo ocurrido el salió tan lastimado como yo.

Dejo que después de que me presenta sus disculpas, muy a su manera, me bañe y después me lleve a descansar.

No pensé que este día comenzaría de la manera que lo hizo y mucho menos que pasaría todo esto, pero ahora siento que nuestra relación se ha fortalecido más y que sí el terrible carácter de Asami no me ha alejado de él nada ni nadie podrá hacerlo.

Su delicioso aroma me aturde como siempre y lo agradezco, dejo que mi cuerpo sea rodeado por mi salvaje pero amoroso yakuza, recargo mi frente en su pecho y me dejo arrullar por sus lentas caricias, hasta perderme en el valle de los sueños.   

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Promesa cumplida. les dije que el viernes les publicaría y aquí esta, espero que me dejen sus comentarios quiero saber si les gusto el capítulo y que piensan de lo sucedido?

La verdad ame este capítulo, fue complicado escribirlo pero me gusto como quedo, por fa comenten y recuerden que el próximo viernes público el final, para que estén al pendiente.

Por fis comenten mucho eso siempre es una fuente de inspiración para mí  aletargado cerebro :)

Los quiero mis lindos lectores y los quiero más cuando comentan.

See you soon to read the end of the story:)

 I love guys so mucho.