Verano Caliente. Capítulo 20

Adiós, Verano, Adiós. 

LISTA DE CAPÍTULOS

“Deberías llorar sabiendo que me perteneces solo a mí”

Ayano Yamane, You’re my loveprize in viewfinder.

Me duele el cuerpo, estoy cansado. Por fin se ha dormido, puedo escuchar su acompasada respiración cerca de mi oído, su brazo descansa sobre mi cintura manteniendo mi espalda unida a su pecho y su pierna esta en medio de las mías. Su calidez me quema y lentamente me alejo, trato de no despertarlo, logro separarme de su cuerpo y muy despacio me pongo de pie, sin embargo estuve a punto de volverme a sentar, al sentir, como el dolor surgía desde todos los rincones de mi cuerpo, no había una sola parte que no gritara por esto.

Mis ojos antes preparados para liberar las lágrimas en la primera oportunidad, ahora estaban secos, ni por más que mi cuerpo se quejara, eso ya no me estimulaba. Arrastre mi cuerpo por toda la habitación hasta llegar a la enorme ventana que me permitía ver el enorme jardín. Deje que mis ojos pasearan por todo lo que la Luna alcanzaba a iluminar y al terminar se posaron en este enorme astro que hoy lucia hermosa, tan hermosa como aquella vez…

Ha pasado un mes desde esa noche, un largo mes y todo sigue tan fresco en mi mente, como si hubiera sido ayer…

La última noche de concierto era ese día, me desperté a las 4 de la tarde, calculo que nos dormimos como a las 9 o 10 de la mañana con todo lo ocurrido. Tantas cosas pasaron y varias de ellas las quisiera olvidar.

Cuando desperté lo primero que vi fueron esos profundos ojos cafés, esos que siempre estaban inexpresivos, esos que con su frialdad me demostraban su amor, esos que siempre estaban serios ahora estaban ensombrecidos por la inflamación que aparece después de varias horas de llanto y falta de sueño, tal parece que mi yakuza no durmió y se dejo atrapar por el dolor del arrepentimiento. Su mano paso por mi mejilla mientras la otra me servía de almohada.

Al moverme para tocar su demacrado rostro, una punzada apareció en mi espalda y trasero sin contar el dolor de la mejilla y labio, fue inevitable que hiciera un mohín de molestia y note el cambio en él, se entristeció, hice mi mayor esfuerzo para tolerar el dolor y acercarme a sus labios.

Su boca como siempre tenían un fuerte sabor a tabaco y alcohol, al girarme un poco vi en la mesa una botella de whiskie a la mitad y un vaso con restos de ese líquido, a lado estaba el cenicero con varias colillas.

—Deja de culparte —fue lo único que dije.

Pero sus labios no sé movieron, su silencio era molesto tanto como el dolor que me aquejaba.

—Si no piensas cambiar de actitud mejor me voy —hice el movimiento para salir de las cobijas, pero él me detuvo.

— ¿Cómo quieres que lo olvide? Si veo cuanto te duele —me acerco a su cuerpo y escondió su cara en mi cabello.   

Acaricie su cabeza y su espalda, trataba de reconfortarlo.

—Te dije que fue un error de ambos y como tal, deseo que lo superemos y lo dejemos atrás —quiero olvidarlo pero sé que será imposible —por favor, disfrutemos del viaje.

Le ofrecí mi mejor sonrisa, al separa su rostro de mí para que me viera, esbozo también una sonrisa, muy a su manera pero lo hizo.

—Ahora ¿qué tal si llamamos al servicio a cuarto? Muero de hambre —me senté en la cama y el hizo lo mismo.

—Yo pediré algo y tu cámbiate —deje que saliera de la habitación y en cuanto lo hizo con mucha calma me vestí.

Al terminar salí del cuarto y al llegar a la salita vi a Haruki hablando con Asami.

Me acerque pero este ya se despedía de su jefe. Haruki me vio antes de salir y me saludo.

—Buenas tardes Takaba —solo moví la mano en señal de escucharlo y el salió.

— ¿Takaba? —Asami me pregunto.

—Es aburrido que me llame señor —le explique —por lo que mi primera orden fue que no me llame así.

—Ah —me miro y parecía mejorar su estado de ánimo —ya das ordenes —me dijo y miro la puerta pues acababan de tocar.

—Adelante —abrió y dejo pasar nuestra comida, que era llevada por un chico lindo que me miro curioso —Gracias —Asami recalco la palabra y le ofreció unos billetes como propina, antes de casi sacarlo a la fuerza.

Yo fui al baño y al verme al espejo vi el porqué de su reacción, tenía la mejilla roja por el golpe de Asami y el labio se veía bastante mal.

Salí del baño y él me esperaba en la salita, con un vaso de whiskie en la mano.

—Deja de beber —me acerque e intente quitarle el vaso pero lo retiro —morirás de cirrosis si sigues así —le afirme y trate de sonar como una mamá regañando a su hijo.

—Tal vez —lo dijo muy serio —pero creó que no me importa si en mi lecho de muerte estoy acompañado por ti —en cuanto lo dijo me moleste mucho.

—Deja de estar de negativo —no me gusta este tema de conversación.

Lo obligue a comer y a que dejara de beber.

Después prepare mi mochila para el concierto y acomodar todo lo que tenía que llevar, salimos exactamente a las 5:30 p.m. en el pasillo ya nos esperaban Kirishima y Haruki, nos llevaron al auto y de allí al parque.

Al bajar del auto me despedí de Asami con un beso y con la promesa de que vendría a recogerme.

El concierto fue el mejor de todos los anteriores y solo hay una razón para que haya sido así, y obvio fue por la grandiosas presentación de la banda Muse que fueron los encargados de cerrar el festival. Saque muchas fotos y después fui a los camerinos y conseguí varias tomas más de la banda y hasta una foto con ellos.

Haruki es muy bueno en su trabajo durante toda la noche no se separo de mí y a veces parecía que no estaba, en realidad es como una sombra.

Cuando termine ya era de madrugada, caminamos a la salida, por lo menos el dolor ya se había calmado gracias a Haruki que me convenció de comprar unos analgésicos, algo que no le diría a mi yakuza ya que no le gusta que tome medicamentos sin prescripción médica, como sea ya estaba mejor.

Al llegar a la salida me detuve al ver a mi amante de pie, esperándome, con su seriedad de siempre, lo cual me reconfortaba pues por lo menos no se veía apesadumbrado. Ahora que lo recuerdo a la distancia, no sé que me paso pero sentí tal efusividad que no pude evitar recorrer la corta distancia que nos separaba en solo unos cuantos pasos, corrí llevado por el cálido viento de verano y solo me detuve cuando sentí los fuertes brazos de Asami a mi alrededor.

Asami me separo para darme un beso de bienvenida y note en su rostro cierta sorpresa por mi súbito atrevimiento pero también había satisfacción. Al separa nuestros labios, el me estrujo contra su cuerpo, pegue mi cara a su pecho e inhale su perfume, su esencia, su aroma hasta que mis pulmones quedaron completamente llenos de él. Al estar en esa posición podía escuchar el alocado palpitar de su corazón y como se sincronizaba con el mío.

—Sabes, estoy muy feliz de que hayas venido —se lo dije aún pegado a su cuerpo.

—Te prometí que vendría —contesto y sus brazos seguían sin liberarme.

—No me refiero a eso —conteste.

—Entonces —me separa para poder verme a los ojos.

—A que hayas viajado hasta aquí —era cierto, estaba disfrutando de su presencia, a pesar de lo ocurrido en la mañana —creo que simplemente estoy muy contento de compartir estos momentos contigo.

Asami me miro entre confundido y sorprendido.

—Estás extraño —contesto y se oía feliz.

Aún cuando no comprendía mi comportamiento por completo, parecía disfrutarlo, acerco sus deliciosos labios a los míos y los dos nos entregamos a este extraño sentimiento, si extraño, el amor, es el sentimiento más extraño que pueda existir, este sentimiento que te lastima, que duele, que atormenta, que aplasta tu ego y vanidad pero que a la vez es tan deseado, tan satisfactorio, complaciente, liberador, su complejidad lo hace extraño y más si es la primera vez que lo sientes, como es mi caso.

Yo todavía no me acostumbro a este sentimiento que me sobrepasa, no lo puedo controlar y es por eso que mi comportamiento es extraño pero a decir verdad no soy el único, Asami también esta diferente.

Nos separamos pues el aire era escaso, su mirada estaba llena de deseo, puso su mano en mi mejilla y yo me restregué a ella con los ojos cerrados y agradeciendo su suave tacto.

—En definitiva estas extraño —Asami afirmo.

Solo sonreí a su comentario. Él tomo mi mano y me condujo por en medio del parque.

—Vámonos —me dijo aunque no aceleraba su tranquilo caminar —me urge llegar al hotel —y note su voz excitada.

Escucharlo de esta manera me excitaba también e inevitablemente pase mi mano por su entrepierna y este se sobresalto con mi travesura.

Decidí poner un tema de conversación pues si seguía con este jueguito terminaría tirado en el pasto con este hombre encima de mí y la verdad yo no impediría que me tomara.

—Asami ¿Podríamos quedarnos por lo menos hasta que se cumplan mis días de trabajo? —Pedí con voz amable —deseo pasar estos días contigo —desde aquella vez que me llevo al doctor por mis mareos quedamos de que iríamos de vacaciones pero por mi trabajo o por el suyo no lo habíamos cumplido —por favor.

Estoy seguro de que mi cara mostraba mi deseo de estar juntos.

—Sí, podemos quedarnos —contesto y me miro con amabilidad —tengo algunos días libres así que si puedo darme ese lujo —sonrío y le agradecí de corazón.

El aire despeino mi cabello y él lo reacomodo.

—Disfrutaremos de unas merecidas vacaciones pero no aquí, ya tengo todo preparado saldremos hoy a las 2, te llevare a otro lugar —y su voz me dejo muy claro que no aceptaría negativas.

—Está bien, mientras este contigo no importa el lugar —al escucharme su sonrisa se hizo mayor.

Su mirada estaba fija en el cielo y por ende yo mire también.

—Hace una noche hermosa ¿No lo crees? —pregunte.

—Sí, es hermosa —contesto —la Luna se ve tan esplendorosa.

—Realmente hermosa —conteste y súbitamente sentí los labios de Asami en mi mano que él sujetaba firme pero tiernamente.

Esto avivo el fuego dentro de mí y mis mejillas lo demostraron al colorearse de carmín.  

Detuvo su caminar y me miro.

—Creo que no conteste adecuadamente la otra noche, antes de que vinieras aquí —hablo en un susurro y su boca seguía junto a mi mano.

Lo mire extrañado y tratando de recordar a que se refería.

—Dijiste que me amabas —al escucharlo lo recordé —y después de lo que te hice fuiste capaz de volver a repetirlo —se me hizo un nudo en la garganta solo de recordarlo —y creó que solo falta que diga… TE AMO Takaba Akihito —en cuanto lo escuche todo mi ser se conmociono con su declaración.

Antes de ayer siempre pensé que el solo me veía como un juguete o un pasatiempo pero después de lo sucedido quise creer que él realmente sentía algo por mí, pero supuse que nunca se animaría a decírmelo así que no quise albergar alguna esperanza de escuchar esas palabras de su boca, esas palabras que ahora estaban causando estragos en mi corazón y mente.

—Te amo y tienes que hacerte responsable —completo su declaración.

Él me ama, realmente lo ha dicho me ama.

—Y lo haré —conteste con la voz ahogada en lágrimas, las cuales ya salían para demostrar mi sorpresa. Lo jale para acercarlo a mí y lo bese.

Nos separamos y sin decir más seguimos nuestro camino hacia el automóvil. Está noche estaba siendo la mejor de mi vida.

Mi cabeza estaba llena de satisfacción por la declaración hecha y mi corazón pletórico de amor.

Nos detuvimos y note que ya habíamos llegado al auto y Kirishima se adelanto para abrirnos la puerta mientras Haruki caminaba atrás de nosotros.

—Jajaja —una sonora carcajada rompió nuestra burbuja personal —Buenas noches 

—Henry estaba del lado contrario de la calle, con Justin a su lado.

Su vestimenta como siempre era formal, aunque ahora su traje era azul y su peinado era perfecto, Justin estaba serio y con gafas, ¿Cómo puede usarlos si es de noche?

Asami se volvió hacia ellos y apretó mi mano.

—Buenas noches —Asami contesto y note que trataba de contener su carácter.

Haruki se puso ligeramente enfrente de mí y Kirishima a lado de su jefe.

El agradable tiempo se estaba contaminado con la tensión por parte de los dos grupos.

—Asami, un gusto verte de nuevo, creo que nuestra plática de ayer quedo inconclusa —Henry habla tranquilamente como si estuviera charlando con un amigo —preguntaste que si me atrevería separarte de tu chico y yo dije que sí, de hecho pienso hacerlo —sonrió ampliamente —creo que comprenderás que odio perder y de hecho nunca lo he hecho, siempre consigo lo que quiero, no importa como lo haga —siguió su discurso mientras daba unos pasos hacia nosotros —Takaba Akihito quédate conmigo —no me preguntaba, parecía más una orden.

Su insistencia era molesta y Asami pensaba lo mismo pues me acerco más a su cuerpo.

—Lo siento pero no —conteste muy seguro de mi decisión.

—No tenías que contestar pues eso ni siquiera esta a discusión — Asami hablo muy molesto.

—Sabía que dirías eso pero no me dejaste terminar de explicarte —su mano derecha se elevo al nivel de su cabeza y trono los dedos.

En ese preciso instante unos puntitos rojos se encendieron en la frente y pecho de Asami y algunos más en Kirishima y Haruki. Mire alrededor buscando la procedencia de esas luces pero no la encontré.

—Takaba quédate conmigo o ve morir a tú amante —Henry sonrió y su mirada triunfal se posaba en Asami —claro, si vienes prometo no dispararle a tu amorcito —y su tono de burla fue evidente.

Me sentí derrotado, ¿podría verlo morir? ¿Sería capaz de dejar que lo mataran? Recordé cuando Feilong le disparo y lo mal que me sentí por ello, que aunado a la incertidumbre de no saber nada de él, había sido muy doloroso, obviamente no quería pasar por eso de nuevo y mucho menos toleraría verlo morir.

—Al parecer tú reputación, Rey Blanco es verdad —Asami me saco de mis terribles pensamientos —no te gusta ensuciarte las manos y prefieres que los demás arreglen tus asuntos —pronuncio esto seriamente.

—Cierto para que mancharme las manos, si tengo gente que lo haga por mí — se acaricio la barbilla y se puso en una postura pensativa —lo que no entiendo es ¿cómo el gran Asami Ryuichi estuviera tan desprotegido? Eso me hace pensar que no sabías ¿a quién te estabas enfrentando o me subestimaste? —se escuchaba tan feliz.

—Tienes razón pensé que eras solo un gusano más… y de hecho lo eres —Asami hablaba amargamente —eres otro estúpido intentando desafiarme pero al igual que tú yo odio perder y créeme todavía no nace aquel que lo logre —culmino su explicación.

—Somos muy parecidos, tanto en carácter como en gustos, desde que vi a Takaba no lo he podido olvidar y en lo único que he pensado es en ¿cómo se verá su rostro cuando sea mío? ¿Cómo se oirá su voz jadeando y diciendo mi nombre? —Asami chasqueo y dejo ver su furia por su comentario —ya te dije que hace poco me entere que eras su amante y supuse que vendrías por él así que prepare todo para recibirte como es debido.

Asami estaba temblando de furia y yo estaba asustado por todo lo que estaba pasando.

—No puedo creer que yo vaya a ser quien acabe con el gran Asami, aquel que no pudo ser derrotado por la mafia de Hong Kong, aquel que burlo a los rusos, aquel que tiene a Japón a sus pies, aquel que es respetado por el mismísimo FBI, todos ellos tendrán que agradecerme que los libre de ti —hablaba tan seguro y confiado, estaba proclamando su triunfo a los cuatro vientos.

—Me agrada tu optimismo —Asami lo elogio.

—Gracias y acepto que me encanta tu arrogancia aun cuando no hay manera de que te salves, hay más de 15 francotiradores distribuidos por la zona, morirás en solo unos segundos —  ¿cómo podía hablar tan fríamente de una muerte?

—Sabes creo que estas dando por hecho que no vengo preparado —Asami paso su mano por su cabello, unos puntitos iguales a los que apuntaban al yakuza se posaron en Henry y Justin.

Henry pareció ligeramente sorprendido.

—Buena jugada —Justin seguía imperturbable a su lado —no podría esperar menos, de lo contrario esto hubiera sido muy fácil —puso sus manos en sus bolsillos —y entonces ¿cómo nos deja esto? —Henry pregunto pero su rostro seguía mostrando su estúpida sonrisa — ¿Cada uno se irá sin derramar sangre? —su sarcasmo era notorio.

Sabía que Asami preferiría evitar muertes pero no sé si desearía dejarlo ir.

—Dímelo tú —contesto seriamente, al verlo sentí que algo no estaba bien.

—Cierto tenemos que definir esto, y yo daré el siguiente paso —saco sus manos de los bolsillos —pensé que algo así podría llegar a pasar, así que me di cuenta que tú tienes más que perder que yo —levanto la mano de nuevo y mostrando el dedo índice hizo un movimiento como diciendo lo que sigue. Las luces que iluminaban a mi amante y a sus hombres desaparecieron solo para cambiar de objetivo y ahora se posaban en mí.

Asami se tenso y su fría mirada dejaba ver la preocupación de la que estaba siendo preso.

—Sí tú me matas, mis hombres cumplirán mis órdenes y Takaba se irá conmigo, si yo muero el muere también y tú te quedaras solo —parecía desquiciado, su sonrisa era la propia de un loco.

—Hazlo, Asami, mátalo y acaba con esto —le pedí pero el negó con la cabeza y su molestia se hacía cada vez mayor.

—Ni lo pienses —contesto enérgicamente.

Henry nos miraba divertido y Asami parecía buscar una manera de ganar esta partida.

—Eso no va a pasar, no dejaré que te lastime —Asami lo dijo muy seguro y con la mirada desafiante puesta en Henry.

Al escucharlo mi decisión fue tomada.

—Takaba ¿Ya decidiste? No tengo toda la mañana —Henry pregunto para presionar a Asami.

Sonreí ampliamente pues por fin tengo la oportunidad de hacer algo por mi eterno salvador.

—Asami —hablo y él se vuelve para mirarme, veo lo molesto que está —está de más decir que te correspondo pero aún así lo diré… TE AMO.

Me acerco para besarlo rápidamente pues aunque desee permanecer así, se que corre peligro su vida.

—No lo hagas —me susurra y noto la tristeza reflejada en sus ojos.

—No puedo verte morir, te amo y no podría verte sufrir, mi vida ha quedado ligada a la tuya y si tú no estás la mía pierde sentido, sé que me estoy ganando un gran castigo y espero recibirlo —le guiño un ojo y noto lo decaído que está y el sufrimiento en sus ojos es palpable.

Me suelto de su mano, y me alejo lentamente de él, al pasar cerca de Haruki le susurro algo que solo él pueda escuchar.

—Por favor cuídalo y vengan por mí pronto —el asiente.

Sigo alejándome, paso por enfrente del carro de Asami, que nos separa de Henry.

Las lucecitas siguen puestas en mí, ya que de esta manera contiene a Asami.

Al estar próximo de Henry, me ofrece su mano pero la ignoro y me detengo a su lado.

Él pasa su brazo por mi hombro y se acerca para besarme, al sentir su contacto lo empujo, simplemente no lo tolero.

Veo el encolerizado rostro de Asami y el deseo de matar está presente en él, Kirishima trata de esconder su impotencia por no poder proteger a su jefe y Haruki se ve alerta, como si esperara una señal.

—Vámonos cariño, fue un gusto hacer tratos contigo —se burla de Asami.

Henry me arrastra hasta su auto. Veo al yakuza con deseos de fulminarlo.

—Justin —le habla y extiende la mano.

El aludido asiente y busca en su saco, saca un celular y se lo pasa a su jefe.

—Gracias —contesta Henry, lo miro curioso, marca un número y pone el altavoz.

—Uno… —dice en voz baja y se oye el tono del celular llamando, miro a Haruki y parece ansioso, Kirishima se nota molesto —dos… —y sube el tono de su voz, verlo hacer esto me pone nervioso, noto Asami furioso, con ganas de cruzar la calle y arrebatarme de sus brazos —TRES…

Acto seguido el auto de Asami explota…

Quede cegado y ensordecido por la explosión, el fuego se alza varios metros por arriba de mi y parece consumirlo todo. Me siento presa de la desesperación y corro hacia él, lo busco con la mirada, pero antes de lograr acercarme unos brazos fuertes me sostienen.

—No hay nada que se pueda hacer, estaban muy cerca, nadie sobrevivió —Justin habla seriamente y miro horrorizado al fuego que sigue destruyendo todo.

— ¡No! ¡Asami! —Por fin mis gritos son liberados, mis lágrimas vertidas y mi corazón destruido, parece ser consumido por las lenguas de fuego que están consumiéndolo a él — ¡Asami, no me dejes!

Siento que el corazón me va a explotar por el dolor, jamás pensé que alguien podría sufrir tanto, sigo con la mirada fija en el fuego y trato de verlo, pero nada, solo fuego y humo es lo que hay.

—Vámonos, no debe de tardar en llegar la policía —Henry habla fuerte.

— ¡Eres un maldito! ¡Dijiste que no los lastimarías! —me libero de Justin y golpeo en el pecho a Henry, mientras sigo gritando y llorando desesperadamente.

No puedo creer que este tan tranquilo e imperturbable mientras él está siendo consumido hasta los huesos.

Este me toma de las muñecas —mentira dije que no dispararía… y no lo hice.

Justin me toma de la cintura.

—Te odio, eres un maldito, ¡Te odio Henry Smith! ¡TE ODIO! —mi garganta arde por los gritos y el llanto.

“No soy yo quien ha destrozado tú corazón. Te lo has destrozado tú, y al destrozarlo has destrozado el mío… Y si yo soy más fuerte, ¡peor para mí! ¿Para qué quiero vivir cuando tú…? ¡Oh, Dios, quisiera estar contigo en la tumba!”

Emily Brontë, Cumbres borrascosas.

Eso es lo último que recuerdo, supongo que Justin me golpeo en la cabeza porque no sé como llegue a esta casa.

Mí vista esta nublada y mis ojos antes secos ahora se vuelven a humedecer y se desbordan liberando mi llanto, y al igual que todas las noches desde esa terrible fecha, mis lágrimas interminables siguen surgiendo cada vez que él invade mi mente.

Te odio Asami por haberme hecho necesitar tú presencia, tú calidez, te odio porque sé que no vendrás por mí, te odio porque que mi vida no tiene importancia, ni razón de ser sin ti… Te odio por hacerme extrañarte, te odio porque por más que me lo repita no logró odiarte y solo puedo amarte…

—TE AMO, ASAMI RYUICHI, TE AMO — mi voz es entrecortada por mis lágrimas y mi el sentimiento que me embarga, mis sollozos son más fuertes cada vez y mi cuerpo tiembla por la falta de su calor, desde ese día mi cuerpo ha resentido su ausencia.

—Ya estas llorando de nuevo, que no has aprendido la lección —Henry habla desde la cama pero lo ignoro como siempre y al igual que en las otras ocasiones sufriré por ello.

Miro el resplandor de la Luna, la única testigo de esa noche y de todas mis noches de soledad y dolor.

Oigo los pasos de Henry acercarse a mí.

El primer amor no es para siempre, solo es un amor platónico que se vuelve realidad pero que está destinado a morir y se debe dejar ir, para dar paso al verdadero amor… 

¿Eso será cierto? ¿Realmente lo mejor es olvidarte Asami? Fuiste, mentira, eres mi primer amor y creo que serás el único.

“Hazlo, pues, sígueme, hasta que me vuelvas loco. Pero no me dejes solo en este abismo, ¡No puedo vivir sin mi vida! ¡No puedo vivir sin mi alma!”

Emily Brontë, Cumbres borrascosas.

ANTERIOR           

Muchas gracias a todos los lectores que han seguido esta historia, los amo por ello, por favor déjenme sus comentarios al respecto. Les gusto o no? Que les pareció? Todo por favor.

Tengo un anuncio que hacerles pero antes de que lo lean por favor comenten aquí en cuanto lo hagan por fis lean mi anuncio pinchando el link de abajo.


El porque