Verano caliente. Capítulo 18.

Castigo.

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Con cada movimiento que hago siento que cada músculo de mi cuerpo grita de dolor, ¿por qué deje que me lo hiciera tantas veces? Soy débil ante ese hombre, en definitiva es mi perdición, lo malo es que siempre después de dejarme envolver por este demonio mi cuerpo es el que paga las consecuencias.

Al terminar de cambiarme, me baño en perfume y Asami me mira curioso.

— ¿Para qué tanto perfume? —pregunta mientras termina de vestirse.

—Para cubrir mi olor a sudor y… — ¿cómo decirlo?

— ¿Semen? —más que pregunta parece burla.

Afirmo con la cabeza y salgo de la habitación y no quiero que vea lo sonrojado que estoy.

—Es mejor que te bañes sino deseabas oler raro —alcanzo a escuchar su sugerencia.

—Pero ya no me da tiempo —miro el reloj y casi son las 6:30.

—Te hubieras levantado más temprano —ya está en la sala conmigo.

Tomo mi mochila con todo mi equipo y camino hacia la puerta, la abro y me vuelvo para mirarlo.

—Pues si un idiota no hubiera venido a desvelarme hubiera descansado bien y me hubiera levantado temprano —contesto sarcásticamente.

Al mirarlo no puedo evitar sonrojarme de nuevo, hoy viste casual, sus pantalones color caqui y su playera polo blanca, obvio con los botones desabrochados, y sus relucientes zapatos cafés; ¿por qué siempre luce tan condenadamente sexy?

—Vámonos o ¿seguirás babeando por mí? —camina directo a mí.

— ¿Quién esta babeando? —contesto enojado.

—Tú —antes de que pueda escapar el ya me ha tomado de la cintura y acercado su cuerpo, siento sus labios, su lengua removiéndose y buscando la mía.

—Sr. Asami, ya está listo el auto —Kirishima habla e interrumpe nuestro momento, Asami me suelta y lo mira molesto. Al mirarlo noto que viste su impecable traje negro y sus gafas oscuras, pero en esta ocasión lleva consigo un sobre amarillo.

—Gracias —le contesta.

Los tres caminamos al elevador y después al estacionamiento. Durante el camino busco por los alrededores a Justin pero no lo veo, tal parece que realmente se fue.

Kirishima nos dirige a un auto negro y al llegar un hombre joven vestido con jeans azules, sudadera negra y tenis negros, nos espera de pie a lado de la puerta.

Este joven hace una reverencia hacia Asami y abre la puerta para invitarnos a pasar.

—Buenos días Sr. Asami —lo saluda.

—Buenos días Haruki, te presento a Takaba Akihito.

El chico hizo una reverencia hacia mí, la cual correspondí.

—Buenos días Sr. Takaba.

—Buenos días Haruki y por favor no me digas señor no soy tan viejo como él —señale a Asami y el chico evito sonreír a mi comentario.

—Takaba desde ahora Haruki te acompañara a todos lados, será tu guardaespaldas

— ¡Queeeeeeeee!

—Lo que oíste, ahora sube al auto —me tomo del brazo y me metió al auto.

—No necesito un guarura, se cuidarme solo —creó que estoy gritando pero no me importa.

Kirishima se acomoda en el lugar del chofer y enciende el auto, Haruki se sienta en el lugar del copiloto y noto que trata de evitar mirarnos por el retrovisor.

—Pues no me importa lo que creas, pero este es tu castigo por desobedecerme, a menos ¿qué prefieras que te regrese a Japón en este instante? —su voz suena incrédula ante esta posibilidad.

Obvio que no deseo regresar.

—Eres un maldito controlador —odio esa parte de él.

—Solo cuido lo que es mío —me jala hacia él, pero me resisto —y tú Akihito lo eres —asevera y termina por besarme, finalizando con esto su comentario.

Me acuesta sobre sus piernas y su mano busca mi entrepierna.

—No, Asami, no seas exhibicionista —detengo su mano antes de que llegue adonde desea.

—Pero si tu eres al que le gusta verse en el espej…

Es un idiota, lo beso antes de que termine de hablar y de esta manera evito que termine su comentario.

—Creó que ya te ha quedado claro que dejaras que Haruki te acompañe a todos lados y no te escaparas de lo contrario regresaremos a Japón —Asami me mira seriamente.

—Está bien —contesto derrotado —y con esto pagare mis castigos —afirmo.

—Claro que no, este solo es uno de los muchos que tendrás que sufrir por ser tan desobediente, después de que termine contigo, te volverás tan dócil que no necesitare atarte —y su sonrisa malévola acompañada de su fría mirada, me causan escalofríos y me recuerdan a Henry cuando me conto de su hobby no puedo evitar temblar y Asami lo nota.

— ¿Qué sucede? —me pregunta y su mirada esta fija en mí.

—Nada, solo recordé algo desagradable —contesto y desvió la mirada.

Me separo de él y me acomodo en el asiento, concentro mi vista en la ventana y evito mirarlo aún cuando el si lo hace, sin embargo no dice nada. 

El auto se detiene frente al parque, noto que ya hay muchos jóvenes cerca del escenario.

Kirishima abre la puerta cerca de Asami y Haruki abre la mía.

—Gracias —le digo al chico.

Al tenerlo de cerca noto que es muy joven tal vez de unos 23 a lo mucho 26 años, su cabello oscuro está perfectamente peinado, lo cual desentona con su vestimenta casual, sus ojos son de un café claro y su piel clara combina perfecto con él, el chico es guapo.

Bajo del auto y me encamino a la entrada, pero antes miro Asami.

— ¿Veras el concierto? — le pregunto, pero creó saber la respuesta.

— Ver a un grupo de niños gritando y disque tocando música, mientras otro grupo de niños grita y corean sus canciones, no gracias, buscare un lugar tranquilo desde el cual trabajar —me habla seriamente, como siempre sus gustos difieren de los míos, no entiendo ¿cómo es que seguimos juntos? ¿Solo será por el sexo? O ¿Realmente me obliga a estar con él? No, eso no, yo tome la decisión de estar a su lado, de lo contario ya lo hubiera dejado, pero ¿él me lo permitiría? ¿Dejaría que me alejara de él si ya no quisiera seguir a su lado? ¿Me dejaría ir?

—Sí te pondrás triste porque no me quedo, podría hacer una excepción, pero no pongas esa cara —Asami habla y no entiendo a que se refiere.

— ¿Cuál cara? —pregunto extrañado por su comentario.

—Pusiste una cara de tristeza y eso no me gusta —lo dice mientras me toma de la mejilla y me obliga a verlo directo a los ojos.

—No estoy triste —supongo que el divagar de mis pensamientos se reflejo en mis facciones —estoy bien y no tienes porque quedarte sino te gusta el tipo de música 

 —sonrío para que Asami crea lo que he dicho— ¿Trabajaras desde aquí?

—Claro o ¿quién crees que mantendrá la casa? Con tu sueldo no cubrirías ni siquiera la luz —pues claro que no, con trabajos alcanzo a cubrirías los gastos de mi modesto departamento.

—No hables, como si fueras el jefe de la casa y yo la esposa mantenida —me molestan esos comentarios, además coopero con la comida y la limpieza de la casa.

Lo cual pensándolo bien me reduce a una ama de casa.

—Claro que eso no me molestaría en absoluto, que seas mi esposa, que estés esperándome en casa —se acerca a mi oído —vestido con un lindo mandil rosa y solo eso, claro que pagaría todos tus gastos —susurra y me sonrojo de inmediato.

—Idiota —contesto y lo empujo para alejarlo de mí.

Asami al verme suelta una sonora carcajada.

—Pobre de Haruki se aburrirá afuera, esperándome —cambio drásticamente el tema pues no deseo que se siga divirtiendo a mis costillas — pues yo estaré en backstage tomando fotos y allí solo los que tiene su acreditación pueden pasar.

—Él ira contigo a todos lados —Asami responde y señala a Kirishima el cual saca del sobre amarillo un gafete y al verlo es igual al mío.

— ¿Cómo la consiguieron? —pregunto con la sorpresa evidente en mi rostro.

—Aún cuando no estamos en Japón yo tengo conocidos —Asami me contesta y su clásica sonrisa socarrona aparece.

—Entonces vámonos, que ya es tarde —no puedo evitar sentirme molesto por ser tratado como un preso con rastreador, solo que el mío es muy evidente.

—No te enojes, esta medida es por tú bien —Asami me detiene y me da un último beso —pórtate bien —me suelta y deja que me vaya.

Lo veo subir al auto, y antes de que parta siento mi celular vibrar.

—Takaba

—Deja de quitarme el tiempo —le grito.

—Te aviso que vendré a recogerte, así que no pierdas el tiempo a la salida

—Bien —contesto y me siento feliz, de que se preocupe por mí.

—Adiós —se despide.

—Adiós.

Miro a Haruki —Por aquí —le señalo el camino.

—Señor no es necesario que me trate como si fuera su amigo, solo haga lo que normalmente hace y yo lo seguiré, trataré de no importunarlo con mi presencia, yo estoy bajo sus órdenes, seré su sombra —lo dice seriamente y parece saberse ese texto de memoria, al parecer ha sido entrenado para ello.

— ¿Cuáles son tus órdenes precisas? —pregunto

—Obedecerlo en todo lo que usted disponga… —me mira fijamente —siempre y cuando sus órdenes no sean contradictorias a las del jefe, que son no sepárarme de usted por ningún motivo.

—Creó que tu jefe me conoce bien —contesto.

Seguimos caminando hasta llegar a dónde checan las acreditaciones para poder pasar y lo hago sin ningún problema y volteo a ver que Haruki tampoco lo tenga, si descubren que es falsa, nos meteríamos en un buen lio, sin embargo pasa fácilmente.

—Sr. Takaba deme su mochila yo la llevare por usted —se ofrece amablemente y noto que algunas personas voltean a vernos.

—Primera orden, no me llames Sr. Takaba, solo dime Akihito y no necesito ayuda con mi mochila, yo la puedo llevar solo —me mira apenado.

—Sr. Akihito —

—Sólo Akihito por favor —le suplico ya que siguen volviéndose para vernos.

—Aki…hito —al parecer le ha costado mucho trabajo — ¿en qué le puedo ayudar?

Presiento que será una tarde muy larga.

Estoy muy cansado, ayer seguí al chico hasta muy tarde, después de esperarlo por horas afuera del mismo restaurante de la ocasión pasada.

Al ver al chico salir de ese lugar lo pude notar nervioso, hasta me atrevería a decir asustado, ¿qué habrá pasado adentro? Que salió así.

Justin lo llevo de regreso al hotel y después de llevarlo a su habitación se fue, sin embargo supongo que al igual que siempre solo se irá por algunas horas y regresara para vigilarlo.

Dejo que los chicos lo vigilen y me voy a bañar, al salir les pregunto si hubo algún problema pero ellos dicen que todo ha estado tranquilo. Los dejo que vayan a bañarse mientras yo vigilo.

Regresan y ahora nos turnamos para ir a descansar. Después de dormir unas cuantas horas regreso hacer cambio con los chicos. Llevo solo unos minutos despierto y noto vibrar mi teléfono.

—Bueno

—Ya llegue y voy para allá —Asami se escucha cansado y no es para menos el viaje es agotador.

—Bien deseas ¿qué vaya por ti? —le pregunto pero supongo que Kirishima viene y él es más que suficiente para cumplir con los requerimientos de Asami.

—No, Yoh te aviso que cuando llegue no quiero que te acerque a mí y mucho menos me hables, es como si no nos conociéramos y seguirás vigilando a Takaba como sí yo no estuviera aquí ¿me entendiste?

—Sí, deseas que siga encubierto por si algo sale mal —deduzco.

—Exacto —Asami confirma.

—Ok, tengo que darte unos papeles pero ya buscare una manera de entregártelos sin que me acerque a ti.

—Bien, entonces seguimos en contacto —se despide.

—Hasta luego —cuelgo.

Después de varios minutos me llega un mensaje de celular avisándome que ya han llegado al hotel y la habitación en la que se hospedara Kirishima y el resto de los hombres que han venido, y de hecho es el cuarto de al lado del de Takaba. Tocan la puerta y es el chico del servicio a cuarto, al verlo se me ocurre una idea.

—Sr. Aquí está la comida que pidió —le indico la mesa donde deseo que la deje.

— ¿Quieres ganarte una propina extra? —le ofrezco y el sonríe —tienes que entregar este sobre amarillo a la habitación número… sin que nadie lo note —saco de mi cartera varios billetes y se los pongo en la mano junto con el sobre, él acepta, guarda el sobre bajo la charola de la comida y sale de la habitación.

—Lo miro y después de varios minutos recibo un mensaje de Kirishima diciéndome que ya ha recibido el sobre.

Veo llegar a Justin y lo veo irse muy molesto, supongo que ya ha conocido a Asami y creó que no ha sido amable.

Ha sido agotador el día, miro a Haruki y no parece cansado, supongo que después de trabajar con Asami está acostumbrado a las largas jornadas.

Salimos juntos y al caminar a la calle veo el auto de Asami aparcado y a él recargado en la puerta.

Al verlo siento mi corazón acelerado y cuando él me mira y me dedica una de sus sonrisas lascivas mi sonrojo aumenta.

— ¿Qué tal te fue? —pregunta.

—Muy bien —después mira a Haruki y este solo niega con la cabeza.

—Bien vayamos a cenar que supongo que mueres de hambre —sonrió por su comentario y asiento.

Subimos al carro y vamos a un restaurante, elegante y de servicio de 24 horas, a diferencia de la cena con Henry, Asami me deja escoger mi comida y con él si bebo algunas copas ya que se que me cuidará, la verdad disfruto mucho de este momento.

Al terminar regresamos al hotel, me siento muy cansado y me recargo en mi yakuza quien me abraza, acunándome y acariciando mi hombro, parece arrullarme.

Siento cuando el auto se detiene y me despierto, al salir del coche mi cerebro embotado sufre una sacudida.

—Buenas noches —Henry está de pie, justo en medio del camino que debemos recorrer para entrar al hotel.

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Hola chicos me han extrañado, espero que sí, les dije que este sería el penúltimo capítulo de esta historia pero estaba por terminarlo y me percate de que estaba muy largo y en lo partícular no me gusta que lo sean, por lo que lo dividi, así que este es el antepenúltimo capítulo, resumiendo estamos a dos capítulos del final. El siguiente capítulo casi esta listo y el final ya está escrito, solo me falta algunas cosillas pero técnicamente estoy por terminar esta historia. Por favor comenten y digánme que creen que va a pasar? Cómo les cayo Haruki? Además les estoy preparando el extra, no crean que ya se me olvido. Y les tengo una sorpresita pero será para el final. Los quiero mis queridos lectores comenten por fis, tal vez si lo hacen les publique el siguiente capítulo el viernes. Los quiero see you :)