Sin oportunidad.
—Estúpido
—pero esto no se queda así.
Jarek más
te vale que te prepares porque lo que me hizo tu hermanito me lo voy a cobrar
contigo. Me pongo la mano en la nariz que aún no para de sangrar.
—Osito, te
he estado buscando —Laura esta parada frente a la puerta de los vestidores.
Lo que me
faltaba.
— ¿Dónde
estabas? —Su cara de celos aparece frente de mí y realmente no estoy de humor para
esto —pero ¿Qué te paso? ¿Quién te lastimo? —intenta tocarme pero lo que menos
quiero es que ella se acerque.
Le detengo
las manos antes de que logre su objetivo.
—No estoy
de humor Laura, así que ¡lárgate! —espero que el mensaje le haya quedado claro
y alejo sus manos de mi cuerpo.
—Pero ¿Qué
tienes? ¿Por qué me hablas así? —Veo sus ojos llenos de lágrimas y su voz suena
dolida.
—No
empieces a llorar odio cuando lo hacen, todas esperan que con unas cuantas
lágrimas uno pida perdón y nos olvidemos de lo ocurrido —carajo la nariz me
está doliendo y ni que decir de la mejilla y el labio —sabes qué, haz lo que
quieras no me interesa —la dejo con su llanto y entro a los vestidores.
Qué bueno
que ya no hay nadie, después de tomar mis cosas salgo hacia la enfermería.
—Se fue —lo
digo en voz baja, Laura entendió y se largo.
Al llegar
a la enfermería, la doctora me ve un poco preocupada.
— ¡Muchacho!
¿Qué te paso? ¿Quién te golpeo? —se acerca y me toma del rostro.
Comienza a
revisarme y no puedo evitar dejar escapar unos gemidos de dolor cuando me toca
la nariz.
—No parece
estar fracturada, solo te desinfectare, te daré unos desinflamatorios y
analgésicos para que no te moleste tanto —veo que prepara una torunda —No me
has contestado ¿qué ocurrió?
—Nada —contesto
secamente, pero parece no creerme y me mira aún esperando una respuesta —un
accidente mientras jugaba.
Noto que
no me he cambiado y que mi playera tiene manchas de sangre, a mi madre le va a
dar un ataque, la última vez que llegue golpeado a casa fue en primero de
secundaria desde entonces no he vuelto a pelear.
—El
partido termino hace más de media hora y esto parece que es reciente —no pienso
decir que me golpearon que pena, peor aún solo fue una persona y me dejo como
si me hubieran pegado entre tres.
—Es que
cuando salí me caí
—Pues no
que fue un accidente en el partido
—Sí
también —termina de limpiarme y me escribe una receta para que compre los
medicamentos.
— ¿Cómo te
llamas? —me pregunta para llenar la receta y supongo que algún reporte para la
escuela.
—Sebastián
Kart —contesto.
— ¿En qué
año y grupo estás?
—En quinto
año y mi grupo es el 507
— ¿Tienes alergias
a algún medicamento? —Niego con la cabeza — ¿Padeces alguna enfermedad? —Vuelvo
a negar —me indica con la mano que la siga a la báscula, para pesarme y medirme
—después de esto termina de llenar los espacios vacios del reporte.
—Con esto
será suficiente —me ofrece la receta —recuerda que está prohibido pelearse
dentro de la escuela y si son descubiertos pueden ser hasta expulsados —asiento
a su advertencia y ella solo me mira un poco molesta —ya te puedes ir, pero el
Lunes quiero que vengas para que vea como sigues, si no vienes te mando a
buscar Sebastián —me advierte.
—Si
doctora
Salgo, regreso
a los vestidores me baño y cambio rápidamente. Tomo mis cosas y recorro la
escuela para salir debí llamarle a Clark para que me llevara a casa pero sé que
no evitaría echarme un sermón y no deseo escuchar un “te lo dije”, ya será
suficiente con el que mamá me dará. Busco un taxi para irme rápido y espero que
no esté mi hermana o peor mi papá.
—Pero juro
que me las vas a pagar Jarek y ni tu noviecito Patrick te va a salvar.
Al
recordar a Patrick no puedo evitar pensar el ¿por qué ha escogido a Jarek como
novio? Y creó saber la repuesta y si tengo razón me voy a divertir mucho, esto
apenas va comenzando Kitten.
Espero que
Patrick no tenga intenciones de intervenir en mis distracciones, debería de ser
consciente de que lleva todas la de perder siempre ha sido así y seguirá siéndolo.
Intento
reírme pero me detengo al sentir el dolor del labio.
—Kitten
vas a terminar en mi cama y lo voy a disfrutar —imagino el rostro sonrojado de
Jarek —lo siento por tu hermanito, que al parecer no le caigo bien.
Clark
pareciera que están por decirle los resultados de su examen para la
universidad, ¿Tanto le interesa que acepte?
—Está bien
solo por esta vez —trato de que mi voz demuestre que no estoy muy feliz por
tener que ir con él.
Sin
embargo el mensaje no le llega al capitán pues se ve muy contento.
—Te
encargo a mi primo —Sami le dice a Clark
—No te
preocupes yo lo cuidaré —que le pasa solo tiene que llevarme a casa.
Sami se
despide de los dos y sale corriendo.
— ¿Nos
vamos? —Clark me mira esperando la respuesta.
—Si —contesto
rápidamente.
Caminamos
en silencio hasta su camioneta, quita la alarma y abre la puerta del copiloto y
me ofrece pasar.
Entro y
enseguida cierra la puerta, espero a que de la vuelta, mientras lo hace noto
que adentro hay un delicioso aroma a perfume, es una esencia tan fresca y un
poco dulce pero no empalagosa, trato de sacarme de mi aturdimiento y miro
alrededor esperando que no haya ningún amigo de Louis.
En cuanto el
capitán sube este delicioso aroma se intensifica y ahora lo entiendo debe de
ser su fragancia. Avienta su maleta a los asientos traseros.
Me mira
antes de encender el auto y pareciera estar tramando algo.
— ¿Qué
tipo de música te gusta? —Clark me pregunta, enciende el auto y salimos de la
escuela.
—Supongo
que Pop es mi preferida, tal vez un poco de rock, ¡ah! Pero nada de banda o
reggaetón los odio —el dibuja una gran sonrisa por mi comentario y no puedo
evitar corresponderle.
Se detiene
cuando el semáforo está en rojo y me mira.
— ¿Te
puedo pedir algo? —sabía que no podía hacer un favor sin algo a cambio pero que
ni crea que soy como Jaden que se deja manipular.
— ¿Qué?
—Muero de
hambre, te invito a comer —me pide y el semáforo cambia a verde así que dirige
su mira al frente pero noto que me mira de reojo por el retrovisor.
Miro mi
reloj y noto lo tarde que es, ya es la 1:00.
—Lo siento
pero si deseas puedo tomar el transporte publi…
—No cabe
duda de que son de la misma familia —me interrumpe y no se a que se refiere.
— ¿Qué? —pregunto
—Dije que
te llevaría a casa, solo te estoy pidiendo ir a comer, tú primo Jaden dijo algo
parecido cuando le dije que tenía hambre —los dos nos quedamos en silencio y
cuando iba a pedirle que me dejara bajar, un extraño ruido lo rompió.
—Ups lo
siento —me disculpe y es que mis tripas habían opinado respecto a la invitación.
—Ni hablar
a comer se ha dicho —contesto alegremente.
—Pero
—Pero
nada, mueres de hambre también, así que iremos a comer y después te llevo a
casa —me ha dejado sin palabras, a buena hora mi estomago ha decidido hablar.
Ahora que
lo recuerdo no desayune, gracias a que Sami me estaba apresurando.
— ¿Qué te
gustaría comer? —me pregunto y se le oía entusiasmado.
—No lo sé
—conteste y la verdad es que no lo había pensado.
—Oh vamos
sugiere algo
—Pues… no
lo sé —de verdad tenía hambre pero no tengo problemas en comer cualquier cosa —sorpréndeme,
dejaré que tu elijas.
El sonrío
ante mi propuesta.
—Ok, pero
no quiero que después me culpes de que no te gusta lo que elija.
—No hay
problema —conteste.
Después de
algunos minutos paramos frente a un pequeño restaurante. Clark estaciono el
auto y corrió abrirme la puerta (me trata como si fuera una chica en su primera
cita) bajo y el cierra la puerta.
Al caminar
hacia el restaurante, Clark me pone la mano en la cintura y va guiando mi
camino, este chico se está tomando muchas libertades.
Al pasar,
escoge una mesa para dos a lado de la ventana.
El
restaurante es muy acogedor, una joven chica, delgada de curvas marcadas y de
cabello castaño sujetado en una coleta, con un ceñido uniforme café y un escote
pronunciado, se dispone a atendernos.
—Buenas
tardes, joven —le dedica una gran sonrisa a Clark y me ignora de sobremanera.
Nos ofrece
la carta o mejor dicho se la ofrece a Clark y no solo la carta ya que se agacha
y quedan a la vista sus senos, mientras que a mí me avienta la carta y sigue
sin mirarme.
Estoy
consciente de que el capitán es muy guapo y sexy, más con esa camisa azul de
cuadros, que por cierto trae desabotonada de los primeros botones y que ofrece
una linda vista del inicio de sus pectorales, mierda debo alejar mis
pensamientos de su pecho y del resto de su cuerpo o mi temperatura corporal
aumentara.
Decidido
la propina de esta chica será reducida a la mitad, de eso me encargo yo.
Aún cuando
la mesera acosa a mi acompañante este no ha dejado de mirarme y esto me pone un
poco nervioso.
— ¿Qué
deseas comer? —Su pregunta detiene mis cavilaciones y noto que no he abierto la
carta y él lo sabe por eso me lo ha preguntado —También me dejaras elegir el
platillo —me sonríe coquetamente.
Carajo
puedo sentir que mi corazón se acelera cada vez que me sonríe, no fue buena
idea venir, la carne es débil, mi carne es débil, no nada de eso, el poder de
la mente es más fuerte y yo he decidido tener una relación con Louis, así que futbolista
no tienes oportunidad conmigo.
Abro la carta y todos los platillos son
antojitos mexicanos, a decir verdad me fascinan, aun que no tolero mucho el
picante.
—Tal vez, tú ¿qué me recomiendas? —le pregunto
y miro que no ha despegado de mi sus ojos cafés.
Mientras
que la mesera me está mirando no de muy buena gana, esperando que pida.
Cierra la
carta y se la devuelve a la chica.
—Tráenos
por favor una orden de quesadillas y una de sopes —me arrebata la carta y se la
devuelve a la chica.
— ¿Para
beber? —la chica le pregunta y él me mira.
— ¿Agua o
refresco? —Me pregunta — ¿cerveza? —continua ofreciéndome opciones.
—Agua por
favor —me sonríe.
—Agua de
horchata —pide y pareciera que me pregunta con la mirada si estoy de acuerdo,
asiento a su pregunta silenciosa —por favor.
La chica
se retrasa en tomar el pedido y con la esperanza de que Clark la mire pero este
sigue acosándome a mí. Por fin la chica se cansa y se va.
—Eres un
grosero —le reprendo.
— ¿Por
qué? —me contesta confundido.
— ¿Vienes
seguido? —el me mira confundido.
—Más o menos
¿Por qué?
—Ahora
entiendo porque la chica no te quita los ojos de encima, seguramente es tú mesera
de siempre —el no deja de mirarme.
—Así es,
se llama Lucy —claro la chica esta rendida a los encantos de este hombre.
—Pues con
mayor razón, te has portado muy grosero con ella —lo vuelvo a regañar aunque
por dentro me alegro de que este tan pendiente de mí —se ha esforzado tanto en lograr
que la mires y tú las has ignorado por completo, pobre chica le has roto el
corazón.
—Siento
mucho que Lucy malinterpretara mi amabilidad, pero ¿Cómo le prestaría atención
cuando por fin he logrado que tú me la prestes a mi? —estoy seguro de que mis
mejillas está rojas.
—No digas
tonterías —trato de restarle importancia al comentario.
—No lo son
o por lo menos no para mí —no sigas por favor, no me gustan las declaraciones,
odio decir que no —Karl, tú significas mucho para…
—Aquí esta
su comida —la mesera interrumpe la inminente declaración y se lo agradezco.
Deja dos
platos grandes uno con quesadillas pequeñas y otro con sopes igual de
chiquitos, nos deja un plato más pequeño para cada uno. Al dejar las bebidas se
cruza enfrente de Clark interponiéndose entre los dos y ofreciéndole una clara
vista de su pecho a este.
Que
descarada solo falta que le de las llaves del cuarto a donde quiere que la
lleve, sé que no soy nada del futbolista pero debería de mostrarse un poco más
respetuosa de su acompañante o sea yo.
—Gracias —contesto
y remarco la palabra —por el aperitivo.
Ella me
mira un poco molesta y se retira.
Clark me
mira divertido, ¿me habrá escuchado?
—Es mucha
comida —le aseguro.
—No lo
creó, además yo muero de hambre y por lo que escuche hace un rato tú también —se
sirve y comienza a comer.
Los dos
comemos como si nunca lo fuéramos hacer de nuevo.
—Me agrada
que comas sin reprimirte la mayoría de chicas en su primera cita no desean
probar bocado —me comenta mientras coge el último sope del plato.
—No lo sé,
nunca he salido con una, además está no es una cita y yo no soy una chica —le
contesto.
Él parece
divertirse con mi respuesta.
—Cierto,
no es una cita —se queda callado meditando —si lo fuera te habría llevado a
otro lugar, algo más intimo y romántico —centra su mirada en mi rostro y aunque
me negaba a devolvérsela termino haciéndolo — ¿me dejaras demostrártelo? —me
pregunta y espera ansioso mi respuesta.
Siento
como mi corazón late con velocidad y me dice que diga que sí pero mi mente me
recuerda a Louis.
—Lo siento
pero yo no quiero que te hagas falsas ilusiones, entre tú y yo no puede haber
nada —contesto un poco apresurado y por alguna razón siento que algo dentro de
mí se rompe causándome un gran dolor.
— ¿Por qué
no? —me pregunta.
—Porque yo
tengo novio y lo quiero —contesto y el dolor que siento se incrementa.
—Dijiste
lo quiero —se le nota feliz, ¿por qué?
—Sí, lo
quiero —confirmo y espero que desista.
—Aún no lo amas — ¿qué? —eso quiere decir que
tengo una oportunidad — contesto y era obvia la felicidad que irradiaba.
—Tú me
caes bien —tenía que aceptarlo —y por lo mismo no me gustaría que salieras
lastimado.
—Entiendo
pero el que no arriesga no gana y créeme odio perder —su sonrisa se marca más —al
que deberías de darle esta advertencia es a tu novio porque yo nunca pierdo.
Su
aseveración me hace enojar un poco, acaso soy una especie de trofeo, sin
embargo al mismo tiempo el dolor que sentí se alivia al escuchar la resolución
que muestra en sus palabras.
La
inoportuna mesera llaga a limpiar la mesa.
— ¿Desean algún
postre? —Le pregunta a Clark.
El me mira
instándome a contestar.
—No
gracias —con todo lo que comí, no hay manera de que me quepa ni un bocado más.
— ¿En
serio? —le pregunta al futbolista.
—Ya oíste,
nada por favor —le repite un poco molesto y ella se avergüenza —la cuenta si me
haces el favor.
Me da un
poco de pena pero ella se lo ganó por resbalosa.
— ¿Ya no
quieres algo más?
—No
gracias —y espero que se detenga esto de la exposición de sentimientos.
—Aquí está
la cuenta —se la ofrece a Clark.
—Gracias —le
contesta y ella se aleja un poco.
Saco mi
cartera para aportar al pago pero Clark me lanza una mirada asesina.
—Yo te
invite —me habla fuerte.
Y su
mirada no acepta objeciones.
El
futbolista le da la charolita con la cuenta a la mesera y ella se retira. Saca
un billete más de su cartera y lo deja en la mesa. Se pone de pie y me indica
que lo siga. Sé que no merece propina por el mal servicio pero considero que ya
ha sido suficiente con la actitud de Clark. Al ponerme de pie ella se dirige a
la mesa a terminar de limpiarla y mientras lo hace, mira de manera descarada el
grandioso trasero del futbolista, carajo esta chica no tiene vergüenza.
Tomo de la
mano a Clark, ya hemos salido del restaurante pero sé que ella todavía nos
mira, el se sorprende por mi acción que lo ha tomado desprevenido, lo jalo
hacía mi y hago algo que jamás pensé que haría.
Uno mis
labios a los suyos y pensaba darle un beso casto solo para poner en su lugar a
la chica, sin embargo no conté con la reacción de Clark, quien correspondió mi
beso.
Sus manos
me acercaron a su cuerpo, mientras que sus labios se movían apresuradamente
sobre los míos, al principio intente detenerlo y alejarme pero sus manos no me
lo permitieron y de hecho mi cuerpo tampoco deseaba separase. Continuamos con
el beso hasta que la falta de aire nos separo, mire su rostro y estaba muy
feliz.
Mierda yo
fui el que dijo que no se hiciera falsas ilusiones y aquí estoy encandilándolo.
Me sujeta
de la mano y me dirige al auto, en cuanto me subo, miro hacia el restaurante y
la mesera me dedica una mirada dolida.
—A tú casa
—Clark se sube al auto.
Asiento y
evito verlo.
Al llegar
a casa, el baja del auto y me abre la puerta, salgo pero cuando intento
alejarme, la mano de Clark me detiene y me empuja contra esté.
Toma mi
rostro entre sus manos mientras con su cuerpo me mantiene pegado al carro.
—No te
despedirás antes de entrar —me habla con una fingida voz de tristeza.
—Hasta
luego —contesto e intento alejarme pero no con muchas ganas de hacerlo.
Clark se
acerca más y me besa, al principio me dejo llevar pero después oigo un auto detenerse
y la puerta de este cerrarse.
— ¡Grandioso!
—esa voz está llena de sarcasmo y furia contenida aunque no se por cuanto.
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