Para una noche.
Al entrar mi Nani estaba en la ventana de la
sala, al parecer observo toda la escena que acaba de ocurrir.
— ¿Qué fue
todo eso? —me pregunto y su rostro se veía divertido —acaso ¿Clark quiere algo
con Karl? —que anciana tan observadora.
—Parece
que alguien nos ha estado espiando —dije socarronamente.
Le
explique todo lo ocurrido en la escuela omitiendo el beso de Sebastián, le dije
lo que Clark me había dicho.
—Karl
sería muy tonto si no le hace caso al futbolista, él parece buen chico y Louis,
bueno él es demasiado recto para él alocado de tu primo —y una gran sonrisa
acompaño a su comentario.
—Coincido
contigo
—Pero hijo
eso de hacerla de Cupido es muy peligroso, espero sepas jugar discretamente
porque si Karl se entera, se va poner punki como tú dices.
—jajaja tienes
razón se va a poner punki, Nani y todo sea por su felicidad —los dos nos
reímos.
Los dos
nos callamos en cuanto oímos la puerta abrirse.
—Hijo
porque no invitaste a Louis a pasar, me hubiera gustado saludarlo —Nani le dijo
a Karl.
—Lo siento
Nani, pero él tenía prisa y más después de ver a Clark, en la casa —se veía muy
molesto, supongo que su amado pretendiente le había hecho una escenita de celos
-¿Por qué estaba aquí? —me pregunto.
—Él no
tenía con quien cenar así que lo invite a que me acompañara ya que yo tampoco
tenía con quien —su mirada era asesina.
—De todos
tus amigos y tenías que escogerlo a ¿él? —Me reprocho —sabes que Louis lo odia
—continuo con su regaño.
—Primero:
no sabía que él estaría en mi “casa”, segundo: Clark es mi migo y no por tu
celosos pretendiente voy a dejar de hablar con él, tercero: no me agrada Louis,
lo sabes —conteste un poco alterado.
—Calma los
dos —Nani impidió que mi primo contestara pues sabía que nos pondríamos a
discutir — ¿Ya cenaste, hijo?
—Si Nani,
gracias —contesto más tranquilo —lo siento Mini pero tu amiguito me pone…
—De buen
humor —interrumpí su queja
—No
precisamente —y sonrió a mi comentario.
—Pero si
tú eras el que decía que tenía un cuerpazo, que estaba muy sabroso y claro que
te lo llevabas una noche a…
— ¡Jaden!
Basta —me miro un poco sonrojado.
—Hijo y ¿a
dónde lo ibas a llevar? —Nani pregunto solo para burlarse y se río, yo la
acompañe y Karl nos miro molesto.
—Ya es
tarde vayan a dormir, mañana tienes partido —me recordó y una imagen muy vivida
apareció en mi mente y era el rostro de Sebastián cubierto por las sombras, su
voz resonó en mi cabeza “tal vez yo
necesite más que solo tu presencia”, “Ya
veremos si surte efecto nuestro experimento”, sentí miedo de ir al partido
pero no podía traicionar a mis amigos.
Los dos me
miraban preocupados y esperando una explicación a mi comportamiento.
— ¿Qué
tienes? —Nani me pregunto.
—Nada,
solo estoy muy cansado, hoy el entrenador se mancho con el ejercicio y mi pie
aún me duele —le mentí, tal vez no me crea me conoce mejor que yo mismo.
—Pues si
tú lo dices, ya váyanse a dormir —no me creyó pero sabe que no quiero hablarlo
y que cuando esté listo lo haré, nunca le oculto nada a ella.
Los dos
nos paramos y subimos lentamente, sé que librarme de Karl será más difícil.
— ¿Qué
paso? —lo sabía es más necio que Nani.
Escuchamos
el teléfono sonar pero los dos lo ignoramos.
—Nada, ya
te dije —conteste con desanimo, se que con mi actitud solo lo aliento a seguir
preguntando.
—No me
mientas —contesta.
—Joven
Karl, es su mamá, quiere hablar con usted —una de las muchachas de servicio nos
interrumpe, yo agradezco a mi tía por lo oportuna que ha sido.
—Contesta
—lo animo —ya luego hablamos —le digo —salúdame a mi tía —le pido.
Me alejo
de Karl, me meto a mi habitación y me cambio rápido, en cuanto tengo mi pijama
puesta me meto en la cama y apago la luz, oigo que alguien se asoma a por la
puerta.
—Mini —Karl
me llama en un susurro.
Yo no me
muevo y espero que eso sea suficiente para que se vaya y me deje en paz por lo
menos por esta noche. Escucho que cierra
la puerta y puedo relajar mi cuerpo, sé que mañana me acosara con preguntas y
las contestare, es solo que por el momento no creó poder contarle a nadie lo
ocurrido sin convertirme en un mar de lágrimas y no deseo dar ese espectáculo
por segunda vez.
…………
—Buenos
días, señora —la saludo muy formal, aún cuando no es necesario.
Esta joven
mujer me ha visto crecer a lado de su hijo, me conoce y a toda mi familia, ya
que desde pequeños hemos sido amigos, ella siempre viste muy juvenil y hoy no
es la excepción, aún cuando es muy temprano, esta vestida con un pants gris y
una sudadera a juego, la madre de Clark es delgada y de pelo lacio, castaño y
largo, hoy sujetado en una media cola, sus ojos son iguales a los de su hijo.
—Buenos
días, Sebastián —me contesta y abre más la puerta para dejarme entrar —pasa,
que milagro verte por aquí, Clark me ha dicho que tú nueva novia te quita mucho
tiempo —mi amigo siempre tan informativo.
—Algo así
—conteste escuetamente.
—Está bien
si no me quieres contar pero espero que me la presentes pronto, quiero saber
ahora quien es la afortunada de disfrutar de tú compañía —su tono de voz es
juguetón —además si la conozco podría mejorar mi apuesta —en serio lo harán de
nuevo.
—Ya ¿hablo
con mi madre? —pregunto.
—Sí, y me
dijo que no le da más de un mes, pero yo dije que necesitaba verla para poder asegurar
mi apuesta —escucho toda su explicación sobre como ella y mi madre apuestan
sobre mi vida amorosa, de hecho llevan haciéndolo desde hace unas tres
relaciones anteriores y a decir verdad, la mamá de mi amigo ha ganado en dos
ocasiones.
—Entiendo
—me dirijo a la sala.
—No
pequeño, ven a la cocina, está desayunando —me indica con la mano la puerta de
madera que da a la cocina.
Dejo mi
maleta, con todo mi equipo, en la sala y sigo a la señora Mariana.
Al entrar
veo a Clark sentado frente a la barra del centro, comiendo un pan tostado con
mermelada de fresa y un vaso de leche, al parecer ya cabo todo lo de su plato
el cual solo muestra restos de huevo y un pequeño plato de fruta aún lo espera.
Su padre está sentado al lado suyo tomando una taza de café mientras lee el
periódico y al escuchar a su esposa me mira y sonríe.
—Hola
Sebastián —me saluda —no me dijiste que pasaría por ti —el señor Barrow regaña
a mi amigo, quien por cierto me ve con un gesto de molestia.
Su padre
es de carácter bonachón a diferencia de su madre que es un poco más estricta.
Hoy el señor Marlon viste aún su pijama a cuadros cafés y su cabello luce
despeinado.
—Lo que
sucede es que no le avise, olvide preguntarle ayer si me podía ir con él, ya
que mi padre se llevara el carro hoy para que lo revisen —sus padres me
observaron.
La madre
de Clark puso un plato de huevo, un vaso de jugo de naranja frente a mí y un
plato con fruta.
—Gracias
señora pero ya desayune —le explique.
—No es
cierto, Susana dice que no te gusta desayunar y eso es malo, así que comételo o
no te dejo salir —me reprende y conociéndola, seguro que cumple su amenaza así
que mejor me apuro a comer, debo encontrar una manera para evitar que esta
señora hable tanto con mi mamá.
El señor
Marlon me dirige una mirada de burla y me indica con la cabeza el plato de
comida, como diciendo cómele o no te va dejar ir.
Clark no
dice nada solo me mira y sigue masticando su desayuno, en cuanto termina se
pone de pie.
—Voy por
mis cosas —me dirige una gélida mirada —tú apúrate que llegaremos tarde.
Sus padres
no dicen nada pues así nos llevamos pero yo noto algo diferente en él.
—Gracias
por lo de anoche —su madre me agradece algo de lo que no tengo ni idea —muchas
gracias, lo que paso es que nos invitaron a una reunión y Clark se hubiera
aburrido, le deje la cena preparada pero ya sabes que no le gusta comer solo, y
me dijo que lo invitaste a cenar, así que gracias —me explico.
No sé qué contestarle
pero en ese momento entra Clark.
—No mamá,
no estuve con Sebastián, fui a cenar a casa de otro amigo —él lo corrigió —no
lo conoces —le aclaro pues vio su cara de sorpresa —y tú ¿ya estás listo? —me
pregunta y yo afirmo con la cabeza.
—Muchas
gracias señora, estuvo delicioso —le agradezco y bebo rápidamente el resto de
mi jugo y con este último trago termino mi desayuno jumbo.
—De nada
Sebastián —ella me contesta y su padre me despide con la mano.
Corro pues
Clark ya salió y es capaz de dejarme.
Antes de
salir su madre le da un beso en la mejilla como despedida y a mí me da otro.
Salimos al
patio y abre su carro, yo entro al asiento de copiloto y aviento mi maleta en
los asientos de atrás. Él me mira mientras sube y hace lo mismo que yo con su
mochila.
— ¿Qué te
sucede? —le pregunto pues se que algo le ocurre.
—No sé a
qué te refieres —me contesta pero su tono molesto sigue allí.
—Oh, suéltalo,
sé que algo te ocurre —le digo en un tono de exasperación, odio esa actitud de
novio ofendido —te conozco desde hace muchos años como para saber que algo
tienes.
—Tienes
razón, nos conocemos desde hace tanto tiempo y aún me sorprende lo idiota que
puedes ser —bien ya estamos avanzando, por lo menos sé que algo hice mal para
ganarme ese adjetivo.
— ¿Ahora
que hice? —le contesto y él prende el carro y salimos de su casa.
—Sebastián
Kart eres un imbécil, ¿por qué besaste a Kitten? —lo soltó y no pensé que fuera
eso.
—Por qué
él tipo me lo pidió —conteste sinceramente y sin tapujos.
—No seas
idiota él jamás haría eso — ¿porque lo defiende?
—Claro que
lo hizo, lleva más de un año haciéndolo, acaso no has viso como me mira y me
acosa durante los entrenamientos, es obvio que muere por mí y no lo culpo soy
un ejemplar excepcional —le explico y sé que no soy modesto pero porque negar
lo evidente —además todos ustedes dicen que es nuestro amuleto y a mí su
presencia no me ayuda, por lo que consideré otra manara de usar su buena suerte
y supuse que con frotar su delgado cuerpo y claro probar su sabor sería mucho
más efectivo, espero que funcione pues últimamente no me ha ido muy bien.
Termino mi
explicación y su rostro se muestra incrédulo.
—Sebastián
sabes que le gustas y aún así juegas con él, además tienes novia.
—Laura no es mi novia, digamos que es un free,
que ella no lo vea así no es mi culpa y Kitten bueno él es un bello gatito y
aún cuando lo he estado ignorando creó que ha ganado mi atención con esto del
amuleto, sabes que me encantan los animalitos.
—Esto no
solo es por lo del amuleto —su cara muestra que ha deducido algo —esto es
porque lo viste con su novio —lo dice y una carcajada sarcástica surge de su
boca —claro como no me di cuenta antes, odias que te quiten tus juguetes,
siempre has sido envidioso, supusiste que Kitten siempre estaría esperándote,
sorpresa él te supero y tienen novio —su rostro se veía muy feliz con toda su
razonamiento —por eso lo pateaste, ese comportamiento fue el de un niño de
kínder por cierto, estabas celoso —afirmo.
Mi amigo
cree saber demasiado de mí.
—Complicas
demasiado la situación, no lo niego Kitten me gusta, creó que puedo hacer un
espacio en mi agenda para hacerle un lugar, tal vez le puedo dedicar unas
cuantas horas al día y después de cumplirle su mayor sueño de una noche
conmigo, se puede ir con quien quiera, sabes que me gusta estrenar y él es
nuevecito se nota, Laura por otro lado ya está bastante… como explicarlo… digamos que no fui el primero en su cama —deje
salir una carcajada, Laura era divertida, tonta a no más poder pero divertida
en muchos sentidos y me gusta su experiencia en algunos asuntos, sin embargo
siempre es muy divertido ver la inocencia de una primera vez y Kitten me va a regalar su rostro inocente en
su primera noche.
—Me
mantengo en lo dicho eres un idiota y espero que no te le vuelvas a acercar a
Jaden —me está amenazando.
—Y ¿quién
es ese tipo? —le pregunto pues su nombre no me suena.
—Es Kitten
¡imbécil! —me aclara.
—Ah… en
serio así se llama —interesante siempre es bueno llamarlos de vez en cuando por
su nombre, espero no olvidarlo.
—Te lo
estoy diciendo como amigos, Sebastián no quiero que vuelvas a acercarte a
Kitten, solo lo vas a lastimar, él no es como el resto de tus zorras, a las que
solo usas un rato y las votas cuando te aburres y ni se quejan, él es un buen
chico, así que déjalo en paz.
—Y a ti
¿qué te importa?, o ¿acaso te gusta? y si es así lo dejo, sabes que yo respeto
tus intereses amigo —una mujer o en este caso un hombre da igual pero la
amistad de Clark valen más que un acostón por muy bueno que este el espécimen.
—No, me
interesa pero él es mi amigo y si lo haces sufrir, me las vas a pagar, tú sabes
que por mis amigos soy capaz de todo —me está advirtiendo.
Se de lo
que Clark es capaz por un amigo y no me queda de otra que tomar en cuenta su
advertencia por el momento.
Llegamos y
que bueno porque la atmosfera se estaba haciendo pesada.
¡NI HAO!
ResponderEliminar¡¡¡TÓMALAAAAA!!! Sebastían... habla como todo un acosador, jooooo D:
Bueno, en el capitulo anterior no quise comentar lo del incidente de Jaden, hasta leer un poco más y saber las verdaderas intenciones, a lo cual escribiré lo siguiente: "Qué poca manera tiene de vivir la vida", Sebastían... por no decirle más bonito, verdad. ¬¬"
Que no se atreva a hacerle algo a Jaden.... JesusCrist!!! Buen capitulo, gracias por subirlo y por supuesto que sigo leyendo, te mando saludos.
Sayobyeee :3
P.D. Ya estamos en Navidaaaaaaaad!!! Me gusta el "nuevo look" de tu blog, los colores... sobretodo el verde que hace que la lectura sea agradable y fluida... sin llegar a lastimar la vista; Sí me gustá el nuevo look.
y ... sigo leyendo ;)
Muchas gracias por comentar y no mal mires a mi Sebastián si es un amor jajajaja, la verdad para mí es un personaje muy divertido aunque no niego que a veces quiero ahorcarlo.
ResponderEliminarademás todavía ni siquiera se ha puesto a molestarlo en verdad.
Y gracias por lo del blog.
Cuídate see you :)