Amuleto ¿Yo? Capítulo 4.


Imprevisto



—Buenas noches Sarita, supongo que cenaras con nosotros —Nani decía esto mientras mamá sacaba de un cajón un paquete de galletas y lo abrió.

—Si Nani me apuré para poder cenar con mis niños —saco una galleta y la mordió.

—Sarah por favor no les des mal ejemplo a los chicos, deja esas galletas que te quitarán el hambre —mamá hizo un puchero, parecía una adolescente, guardo las galletas y dirigió su mirada a nosotros.

—Siempre es así de gruñona —dijo esto en un susurro.

—Te estoy oyendo —Nani lo dijo muy seria-deja de cuchichear y mejor ayuda a los chicos a poner la mesa.

Y después de oír esa orden los tres comenzamos a sacar platos, vasos, y todo lo necesario para cenar.

Por fin Nani termino de preparar los alimentos y todos nos dispusimos a sentarnos a cenar.

Toc... Toc... Toc...

—Carajo, no ven que muero de hambre —mi madre se irritaba fácilmente y más cuando no ha comido.

—Sara por favor modera tu vocabulario-Nani la reprendió al igual que cuando lo hacía con nosotros.

—Lo siento pero...

No escuche lo que mamá decía ya que fui abrir la puerta.

Y allí estaba parado, alto o por lo menos más alto que yo, de cuerpo delgado,  de piel clara, ojos azules, cabello corto, de un color rojo intenso y luciendo un peinado alborotado, vestía unos jeans y una chamarra de piel negra; Karl con toda su humanidad me observaba con cara de te voy a matar, además traía una maleta.

—Te lo advertí y ahora me tendrás que aguantar toda la noche —Cumplió su promesa de venir a mi casa —y ¿qué no me vas a dejar pasar? —no era una pregunta más bien un reproche.

—Claro pasa —todavía estaba pasmado por la sorpresa.

— ¿Por qué tardas tanto Jaden?

Mi madre se acerco y vio a Karl aún parado en la entrada.

— ¡Karl! que sorpresa pasa hijo, llegas justo a tiempo para cenar —Mi madre quería mucho a Karl y sabía que era mi mejor amigo.

—Buenas noches tía —Karl entro y dejo su maleta en el vestíbulo, mientras mamá lo invitaba a pasar al comedor.

Mi madre no era hermana de la madre de Karl pero se habían adoptado como tales y desde pequeños nos acostumbraron a llamarlas así, aún cuando mi mamá es madrina de mi amigo, él nunca la llamo de esta manera.

—Cuéntame ¿a qué debemos tu visita? —mi madre le pregunto justo cuando entrabamos al comedor, pero el evadió la respuesta.

—Buenas noches —mi amigo saludo educadamente.

—Buenas noches Karl pasa siéntate —Nani lo trataba como parte de la familia.

— ¿Qué hay?, Karl —mi hermano consideraba a Karl como otro hermano.

— ¡Samuel! —las dos le llamarón la atención —que modales son esos.

—De que hablan fui educado...

— ¿Educado? —mí madre lo interrumpió —No quiero saber cómo saludas a tus amigos en la universidad.

—Ya mamá, luego lo sigues regañando, tengo hambre y por la baba que escurre de la boca de Karl supongo que el también —Mi amigo me enseño la lengua por mi comentario.

— ¿Por qué a Karl no lo reprendes? por enseñarnos su horrible lengua —Sam se quejo.

—Hay hijo pero si fue tan tierno, me recordó cuando eran unos chiquillos —mi mamá se rio y miro a Nani la cual asintió al comentario de está.

—Esto es bullying en contra de mi persona ya que solo a mi me reprenden —mi hermano estaba en su faceta de niño mal criado, la cual se apoderaba de él frecuentemente —claro como ese par son los consentidos.

—Samuel ¿no tienes hambre?, verdad —Nani lo amenazaba con mandarlo sin cenar si seguía con sus tonterías.

—Por eso decía que siempre eres bienvenido en la casa Karl —Sam lo dijo con una gran sonrisa y es que solo estaba jugando y Nani lo sabía.

Por fin después de todo este relajo comimos y platicamos de trivialidades. Nani estaba sirviendo el postre, cuando papá entro al comedor, saludo a todos y le dio un beso a mamá.

Mi padre era alto y de cuerpo marcado, de joven práctico lucha grecorromana, sus ojos eran cafés su cabello color miel como el mío y lacio, su tez había sido su herencia para mí ya que era blanca igual que la mía.

—Karl que milagro —dijo al notar su presencia.

—Tío buenas noches- y comenzó a explicar —vine a pedirles posada, mi abuelo se accidento y mis padres viajarán mañana temprano, pero por la escuela no quieren que los acompañe además parece que no fue tan grave, pero mi mamá ya saben que no le agrada dejarme solo y quería saber si ¿me pueden aceptar solo serán un par días?—su cara se torno suplicante.

—Claro hijo, no tienes que preguntar tú sabes que esta es tu casa —mi padre le dijo de manera paternal.

—Gracias.

Después del postre Nani se fue a la cocina y nosotros tres recogimos la mesa mientras mis padres conversaban.

Sam tomó a Karl de la mano y lo jalo —te llevare a tu habitación —me hizo una seña para que hablara con mis padres.

Yo agradecí su consejo.

—Papá, mamá tengo algo que decirles.

Los dos me miraron expectantes.

—Ya regrese al equipo de fútbol —yo baje la mirada mientras decía esto, ellos por lo regular no se metían con mis materias extracurriculares pero cuando les dije que dejaría el soccer estuvieron felices pues para ellos esta actividad no me dejaba nada bueno, sólo era una pérdida de tiempo.

—No, si quieres una actividad física intégrate al club de lucha o de alguna de defensa personal —mi padre fue el primero en hablar y con una voz autoritaria.

—Pero papá tu sabes que no soy bueno para eso... —no pude terminar por que fui interrumpido.

—Pues tampoco para el fútbol, ya que nunca te he visto jugar —mi madre hablo y su comentario me cayó como balde de agua fría.

Ella tenía razón nunca he jugado y dudo mucho que me dejen jugar además yo no estoy interesado.

—Ya lo sé mamá, pero a mí me gusta ir a... —tal parece que no me dejarán hablar.

—No Jaden y es mi última palabra —mi mamá ya había dado su veredicto.

—Lo siento Jaden pero yo estoy de acuerdo con tu mamá —y mi padre la apoyaba.

—Pero, escúchenme el equipo me necesita, ellos cuentan conmigo —no sabía cómo explicarles, el puesto que yo ocupaba en el equipo.

—Ya dije Jaden y no vamos a cambiar de opinión, puedes escoger otro club, pero nada de fútbol —mi mamá se mostro decidida y cuando ella tomaba una decisión y mi padre la apoyaba ya no había manera de hacerla cambiar.

—Nani por favor ven —Mi padre la llamó.

—Arthur que sucede —Nani entró al comedor.

—Jaden le vas a entregarle una copia de tu horario a Nani y tienes que estar aquí a más tardar una hora después de tu última clase o cuando hayas salido de tu nuevo club —Mi padre estaba exagerando.

Nani desde mañana vas a estar al tanto de la llegada de Jaden, ya que salió del club de fútbol no tiene porque llegar tarde —mi madre dijo esto con voz fría.

—Pero no creen que están exagerando —Nani trataba de hacerlos entender.

—Lo siento Nani pero Jaden tiene que dejar de perder el tiempo en actividades que no le sirven de nada —mamá dijo esto y me miro con severidad.

—Está bien, si ustedes creen que es lo correcto, lo haré —Nani aceptó y no tenía otra opción y yo lo sabía.

Ya no pude tolerar más a este par de tiranos y salí muy enojado del comedor.

Solo quería encerrarme en mi cuarto a llorar por el coraje, cuando puse mi pie en el primer escalón sentí que me jalaban.

—Espérate —Sami me detuvo del brazo- voy hablar con ellos, se están pasando y no es justo.

—Escuchamos todo —Karl dijo esto para confirmar, mis pensamientos.

—No Sam, no te van a hacer caso —pero él me soltó y se dirigió al comedor.

Karl y yo caminamos detrás de él.

Al entrar al comedor vimos que mis progenitores seguían sentados y Nani no estaba con ellos.

— ¿Por qué no le permiten regresar al equipo? —Sam interrogo a mis padres sobre su decisión.

Ellos lo miraron molestos por su intromisión en un tema que no le correspondía.

—Ese equipo es una pérdida de tiempo para Jaden, es mejor que se concentre en sus estudios —papá contestó pacientemente.

—Pero a ustedes que más les da como utiliza su tiempo libre, Mini nunca ha reprobado y es el mejor de su clase, eso le da derecho a entretenerse en lo que desee —Sam replicó.

—Samuel, no te metas en lo que no te importa, nosotros sabemos que es lo mejor para Jaden —la respuesta de mi madre fue corta pero definitiva.

—Pero ustedes ¿qué saben sobre lo que es mejor para mí?, si nunca están en casa, dudo mucho que sepan ¿quién soy en realidad?-no me pude contener al oír la respuesta de mi madre y por eso grite todas esas cosas —ustedes no tiene derecho a elegir por mí, ustedes son unos desconocidos para nosotros —mis lágrimas contenidas por fin mojaron mis mejillas.

Karl se acerco, me abrazo, permitiéndome cubrir mi rostro en su pecho.

—Jaden, sé que no lo entiendes pero es mejor así, desde mañana nada de clubs escolares, en cuanto terminen tus clases regresaras a casa y yo misma iré a hablar a la escuela para especificar que no tienes permiso de asistir a ninguna clase extracurricular —mi madre cambio su decisión solo para hacerla más severa.

—Pero madre no es justo- Sam estaba reclamando — ¿Por qué se empeñan en alejarnos de ustedes con sus decisiones tan controladoras?

Lo que Samuel dijo no era solo por esta ocasión, ya habían hecho cosas similares antes, como inscribirnos en las escuelas que ellos querían, mandarnos a clases de diferentes cosas sin tomar en cuenta nuestras preferencias, obligarnos a ir con ellos a eventos de sociedad, etc.

—Siento mucho que lo veas así hijo, pero en el futuro se que nos entenderán y hasta lo agradecerán —mi padre menciono esto un poco triste por lo que Sam dijo.

—Basta de estarse agrediendo-Nani entró muy molesta por todo lo que estaba sucediendo —Samuel por favor suban a sus habitaciones —nos ordenó y los tres obedecimos sin replicar, para nosotros ella era la única que nos conocía y a la que respetábamos.

Karl no me soltó en ningún momento, salimos del comedor, con Sam siguiéndonos.

Ya en mi habitación, Sam me abrazo.

—Lo siento mini, cálmate veras que encontraremos una manera de hacerla entre en razón —todos sabíamos que si mi madre aceptaba, sería más fácil convencer a papá.

—No lo creó —yo estaba seguro que ella no cambiaría su postura.

—Ve el lado amable en el fondo tú querías alejarte...

—Pero ello se portaron tan bien conmigo, no les puedo hacer esto —interrumpí a Karl.

Al decir esto el me miro extrañado de mi comentario y recordé que no le había contado lo ocurrido en el entrenamiento.

— ¿Pues qué paso? —Karl me cuestiono.

Le conté todo lo ocurrido y después de varios minutos su rostro cambio.

—Jamás pensé decir esto pero al parecer ellos te estiman, claro exceptuando al idiota de Sebastián.

—Pero después de que Sara vaya a la escuela seguramente todos me van a odiar.

Sam iba a decir algo pero detuvo su comentario al escuchar que tocaban.

Toc... Toc...

— ¿Puedo pasar?

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