Verano Caliente. Capítulo 4.



El amor de un yakuza. 


No me agrado la manera en que me miraban, me daban miedo. Solté la maleta, saldría corriendo.

—No intente escapar abajo hay más —su voz seria indicaba que decía la verdad.


El que hablo es más corpulento, alto, con un corte de cabello como el de un militar, piel oscura y sus ojos eran de un café intenso; su compañero media 3 cm menos, parecía menos corpulento pero no menos fuerte, tiene el cabello castaño y corto, piel morena y ojos cafés.

—Joven Takaba lo esperábamos, tenemos órdenes de llevarlo a casa —dijo el otro con un tono más amable.

—Chicos, pero si ya estoy en mi casa —reprimí mi sonrisa al ver el rostro de mis observadores, al parecer no les hizo gracia mi broma.

—Sabe a lo que nos referimos joven —dijo el peli-castaño de manera educada y paciente.

—Mira niño, las ordenes son claras, llevarte sin importar el método que usemos —La voz del grandote sí que daba miedo y su manera poco cordial no ayudaba.

—Ok chicos, no les daré problemas, los acompañare, permítanme dejar mis cosas y seré todo suyo —levanté mi maleta y caminé en dirección a la puerta, saque mis llaves.

—Lo siento joven, no puede pasar son ordenes —dijo el más delgado.

El grandote me tapo la entrada mientras el otro me arrebato las llaves y la maleta.

—Vámonos joven —dijo amablemente.

Cada uno se posicionó a uno de mis costados, salimos del edificio, ahí estaba estacionada la lujosa limosina negra y una camioneta negra también de Asami.

Pareció un convoy para trasladar un preso de una cárcel a otra. El chofer de la limosina estaba parado a lado de la puerta con el mismo porte que mi escolta, en cuanto me acerque abrió la puerta, apenas estaba sentándome cuando cerro y con seguro.

Mi escolta se disolvió el grandote subió a la camioneta y el otro a la limosina, oí que el último de ellos llamaba por celular y cuando se percató de que lo veía por la ventana (comunicaba la cabina principal con la de atrás) la cerro, ya no escuche la conversación pero seguro le aviso a su jefe de mi captura y que iba en camino a la jaula.

Llegamos a la casa de Asami ya eran más de las 10:00.

Cuando abrió la puerta uno de los chicos movió su mano indicándome que saliera, ya afuera vi que la camioneta ya no estaba, se había separado de nosotros durante el camino; seguí al hombre alto, voltee al oír pasos, era el chico amable (él traía mi maleta).

Ya en el elevador me surgió una duda.

—Chicos, disculpen inmiscuirme en sus pensamientos pero quisiera saber ¿Por qué me traen a aquí? ¿Por qué no, me presentan ante su jefe? —Odio esperar y más si no sé qué pasará.

Los dos hombres cruzaron las miradas y el peli-castaño dijo:

—Son órdenes del señor Asami, nosotros solo hacemos lo que nos mandan.

En ese momento el elevador se detuvo, ya había llegado a mi celda.

Abrieron la puerta y me invitaron a pasar.

—Joven, por favor espere adentro —me dieron mi maleta 

Al pasar cerraron la puerta, me quite los zapatos y tome mis pantuflas, estaba solo, mi juez tardaría mucho en llegar, deje mi maleta en la sala. Escuche mi estomago suplicar por comida, así que me dirigí a la cocina y comencé a preparar algo de comer, mientras cocinaba iba probando los ingredientes, cuando por fin termine ya estaba satisfecho.

Deje todo listo para cenar con Asami, tal vez este sería un punto a mi favor para disminuir su coraje.

Estaba aburrido y nervioso, me dirigí a la puerta, trataría de salir a hurtadillas.

¡Grandioso!

— ¿Se le ofrece algo joven?

Allí estaban los guaruras del yakuza, en cuanto vieron que abrí, me obstruyeron la salida, ni siquiera pude dar un paso fuera del departamento.

—Solo deseaba ir por algo de beber —Dije lo primero que se me ocurrió.

—No se preocupe, dígame que necesita y mandaré alguien para que lo traiga.-Su amabilidad fastidiaba.

—No deseo dar molestias, gracias, esperare dentro. Que pasen buena noche- dudo que sean buenas si van a estar parados vigilándome toda la noche.

Fui directo al sofá, encendí la televisión, mientras le cambiaba de canal encontré un concierto de mi banda favorita Muse, escuchar su música me relajó. Justo estaban tocando Madness y pensé si mi relación amorosa actual sería de ese tipo.



No puedo creer que no haya contestado ninguno de mis mensajes, ¿le habrá pasado algo?, no creó, ya me hubiera enterado o ¿no?

Como sea, tengo que seguir trabajando, no puedo moverme de mi oficina hasta que tenga alguna noticia para saber qué hacer. Algunos de mis hombres están peinando la ciudad buscando alguna información y otros viajarón hoy a Okinawa para buscarlo, es solo cuestión de tiempo para localizarlo.

Ring… ring… ring…

—Bueno, ¿Hay noticias?

—Sí señor. Acaba de llegar a su domicilio y va a su departamento.

— ¿Muestra alguna herida? o ¿algo fuera de lo normal?

—No señor, el parece estar bien.

— ¿Esta solo?

—Sí señor, llegó solo.

—Ok, perfecto. No lo dejen entrar, llévenlo a mi casa, no importa que método usen para lograrlo y traten de no golpearlo. No le permitan salir y quiero que dos hombres hagan guardia en la puerta del departamento. ¿Entendido?

—Sí señor.

—No lo dejen salir, por ningún motivo hasta que yo regrese.

—Sí señor, entendido.

Por fin regreso y está bien, va a tener que darme una buena explicación de su conducta, por el momento ya puedo concentrarme en el trabajo, tengo una cantidad enorme de pendientes por culpa de este mocoso, espero terminar lo más rápido posible, muero en deseos de tenerlo entre mis brazos, quiero sentir su cuerpo junto al mío y definitivamente no lo liberare en todo el fin de semana.



¡Uff! es tardísimo, pude trabajar tan tranquilo que no me di cuenta de la hora que es, ya pasaban de las 3:30 de mañana; lo bueno es que ya estoy en casa. Se abrió la puerta del elevador, dos de mis hombres estaban resguardando mi pertenencia más preciada en la actualidad.

—Buenas noches señor.

—Buenas noches, ¿Cómo se ha portado? — ¿Quería saber cómo estaba de ánimo?

—En su departamento, quería escapar pero le indicamos sus órdenes y desistió de 
buena manera, ya aquí intento salir de compras, yo me ofrecí a ir por él.

Así que esta dócil, claro reconoce su mala conducta.

—Y ¿qué es lo que quería? —este pequeño siempre despierta mi curiosidad.

—Solo menciono algo de unas bebidas, al final no quiso que fuera.

—Entiendo, buen trabajo ya se pueden ir a descansar yo me encargo del resto —solo deseaba escapar, ¿tanto miedo me tienes?

—Pero señor si desea podemos mandar a alguien que nos sustituya.

—No será necesario. Hasta mañana.

—Hasta mañana señor, que descanse.

—Con su permiso señor.

Los dos se inclinaron como despedida.

—Adelante —Abrí la puerta para ver a mi aterrado niño.

Su presencia se notaba de inmediato, la casa olía a él, sentí un cierto calor de hogar.

Siempre que él estaba añoraba llegar a casa, encontrarlo y ver que me esperaba con la mesa servida o con el baño preparado, era todo lo que había deseado; esté niño me daba lo único que no había tenido nunca y que inconscientemente busque por tanto tiempo "AMOR", un sentimiento sincero y desinteresado como debe de ser, con Akihito a mi lado me siento parte de una familia.

Estaba a punto de llamarlo pero vislumbre un pequeño bulto en la sala, al parecer se había quedado dormido.

¿Cómo podía dormir con esa música tan escandalosa?, me dolían los oídos con ese ruido así que apague la televisión.

Lo miré tan apacible, me gustaba tenerlo al alcance de mis brazos ojala siempre fuera de esta manera, no dejar que se alejara de mí, el poder protegerlo.

Sin embargo lo que me gusta de él es su carácter travieso, lo escurridizo que puede llegar a ser, tenía el espíritu de un ave salvaje y libre, justamente esta cualidad despertaba en los depredadores sus instintos de cacería, me aterraba pensar que alguien se atreviera a tocarlo de nuevo y que en esta ocasión no pudiera hacer nada por protegerlo; espero jamás arrepentirme de darle tanta libertad pero intentar enjaularlo sería un crimen, estoy seguro que el brillo de sus ojos se apagaría y esa sonrisa que provoca que mi corazón palpite descontroladamente desaparecería, no toleraría verlo de esta manera.

Lo único que me queda es mantenerme en lo más alto de la cadena alimenticia para poder cuidar de mi pequeña ave, en definitiva nunca me alejaría de él y mucho menos permitiría que alguien me lo quitara, él estaría a mi lado por siempre.

Ahora es tiempo de que lo haga sufrir un poco y me divierta con las excusas que me dará.

ANTERIOR              SIGUIENTE

LISTA DE CAPÍTULOS

Comenten, compartan, únanse a mis redes sociales o suscríbanse al blog.
See you soon :)

Comentarios