Verano Caliente. Capítulo 3.



Fácil de persuadir.


El viernes por la noche ya estaba en mi habitación de hotel en Okinawa, los días que le siguieron, pasaron sin novedad, el trabajo salió bien y para el domingo en la tarde todo el material estaba listo para entregar, junto con un reporte de los eventos cubiertos.


Eran como las 11 de la noche cuando tocaron la puerta, estaba terminando de bañarme, pensaba pedir algo de cenar al servicio de habitación.

toc toc toc ...

Escuché los toquidos cada vez más fuertes y apresurados, aún no he pedido mi cena, ¿Quién será?, pero que desesperados, al parecer tienen mucha prisa (están haciendo mucho ruido).

toc toc toc... 

Envolví la toalla en mi cintura y salí a ver quién era.

—Hola ¿no te da gusto vernos?

— ¿Qué hacen aquí?

¿No puede ser?, estaba sorprendido, me recargue en un lado del marco de la puerta y extendí el brazo libre al lado contrario, impidiéndoles la entrada.

—Investigamos donde se hospedaba la prensa, suponíamos que estarías allí y en la recepción preguntamos por ti, fue fácil dar contigo —la expresión en su rostros mostraba orgullo por lo mencionado.

Enfrente de mí estaba Yoshido y Kou con unas pequeñas maletas.

Me explicaron que no soportaron las ganas de venir conmigo (si como no, soy el pretexto, lo que le importa a este par son las chicas que hay en la playa) y solicitaron unos días libres en su trabajo, sin embargo a Yoshido no le permitieron faltar, así que se reportará enfermo.

—Pero sospecharán, te podrían correr —estaba preocupado por él.

—No lo creó, llevo mucho tiempo en la empresa, no les conviene además no he tomado mis vacaciones. En caso de ser despedido tendrás que mantenerme Aki, es tu culpa por invitarme a venir —la cara de Yoshido no mostraba preocupación, por el contrario estaba muy tranquilo.

Kou se escabulló por debajo de mi brazo que tenia extendido, seguido por Yoshido.

Giré y cerré la puerta tras de mí.

— ¿Qué?, ¿Cuándo hice eso?, jamás los invité —dije mientras buscaba mi ropa.

—Hay ya Takaba, nos llamaste porque querías que te acompañáramos o te refieres a lo de mantener a Yoshido, no pensé que fueras un fotógrafo tacaño —Kou lo dijo y rió.

No me molestaría recibirlo en casa, pero la preocupación es por mi visitante nocturno, sin contar que a él no le agradaría que viviera con otro hombre (con todo lo que habíamos pasado, sus celos se estaban exacerbando) 

—Quita ese rostro de preocupación que solo estoy bromeando —Yoshido me tomo la cabeza y sacudió mi pelo.

—Si relájate que es a lo que vinimos, y cámbiate para que vayamos a un antro —Kou ya quería iniciar con la diversión, siempre era tan desesperado.

—Y ¿cuánto tiempo planean quedarse?

— ¿Quedarse? Quedarnos amigo ya que tú te quedas con nosotros —Kou lo dijo con un tono de voz muy serio.

—Exacto, vas a relajarte, mucho trabajo hace daño Aki, y solo nos quedaremos hasta el viernes.

¡¡¡Que!!!

—Pero chicos tengo que entregar mi trabajo-lo dije con la esperanza de que cambiaran de decisión.

—Nada, tú te quedas con nosotros, si te despiden yo te mantengo no hay problema 

—Yoshido lo dijo muy seguro de sí mismo —ahora que si nos despiden a los dos, kou ¿Tienes un buen sueldo?

Kou se quedo pensando

—Ja ja que graciosos, que los mantenga el gobierno

jajajajaja los tres reímos por varios segundos.

Después de tanta risa Yoshido me dijo:

—Vamos a divertirnos, ¿sí?

Los dos pusieron cara de gato de Shrek, no pude soportarlo.

—Está bien pero solo hasta el viernes ok —dije esto con voz firme, los dos sonrieron y celebraron mi decisión.

De hecho, disfrutamos de nuestras improvisadas vacaciones; salimos por las noches a bailar y a ligar como ellos decían aunque sin éxito para mi (yo optaba por beber), no por falta de chicas (la verdad es que no me interesa entablar una relación con alguien más), ya tengo un "novio" ¿creó? por lo menos cumple con la parte posesiva y la del sexo (y que bien cumplía con la segunda, solo de pensarlo me acaloro).

Por las mañanas íbamos a la playa, tomábamos el sol, me hubiera relajado por completo si mi mente no me presentara imágenes del rostro iracundo del Yakuza.

Y es que Yoshido en su afán de que todos nos relajáramos declaró en medio del cuarto "Nada de trabajo" y nos arrebato los celulares, quitándome la posibilidad de llamar a mi amante para explicarle la situación.


Después de esta recapitulación sobre mi inesperado descanso, creó que estoy exagerando al decir que lo engañe, lo que paso es que no le avise de mi retraso, él no debería de molestarse por una pequeñez como esta y ahora que lo recuerdo dijo:

 "He notado que pareces agotado"

"Ojala que te relajes un poco".

Tal vez me estoy ahogando en un vaso de agua, sin embargo vino a mi mente:

"Solo serán tres días, NI UNO MÁS".

Mis nervios están a flor de piel, hoy es jueves (nuestra última noche aquí) y no sé lo que me espera mañana.

—Oye Takaba te quedaste muy pensativo, te pasa algo —dijo Yoshido

— ¿Qué?

— ¿te pasa algo? —repitió Kou

—Ah, no nada, cosas del trabajo.

—Quedamos que olvidaríamos el trabajo —Kou sacó su cartera para pagar la cuenta.

—Si tiene razón, para cambiar esa cara de susto que tienes, vamos a despedirnos de Okinawa —Yoshido se puso de pie indicando que saliéramos del restaurante.

Salimos rumbo a la playa, compramos algunas cervezas y nos quedamos viendo el atardecer, por la noche fuimos a un bar, hablamos de todo, ya en la madrugada regresamos al hotel a dormir.


Llegamos al aeropuerto, estaba planeado que regresaríamos en el vuelo de las 2:00 pm pero por el idiota de Kou se nos hizo tarde, lo bueno fue que la aerolínea cambio los boletos para otro vuelo, claro con cargos extras; pero al fin regresábamos (en el vuelo de las 6), aun que no se si estoy feliz.

— ¿Dónde diablos te has metido todo este tiempo? ¿creíste que te podrías esconder de mi?, ¿en serio lo llegaste a pensar?

Estaba recargado en la pared, el tenía cada uno de sus brazos puestos a lado de mi cabeza y me veía con una irá que se desbordaba de sus ojos, sentía una presión en mi corazón, sería capaz de golpearme, me ha hecho cosas terribles pero jamás me ha golpeado.

— ¡Vamos contesta! —su voz era más bien el rugido de una bestia.
Simplemente no podía contestar estaba petrificado por el terror que provocaba.

—Akihito, despierta —sentí un zarandeo.

— ¿Dónde está? —dije en un grito

— ¿Quién? ¿De qué hablas? —las manos de Kou fueron las que me movieron.

Vi la expresión de preocupación de Kou y la de susto de Yoshido

—Nada, fue un sueño —o ¿un dejavú?

—Te desperté porque estabas muy inquieto y llorando, me asustaste pensé que te dolía algo.

Es verdad, no lo note hasta que Kou lo menciono, toque mis mejillas y estaban mojadas.

— ¿Qué soñaste?—Me preguntó

—No lo recuerdo pero debió de ser una pesadilla.

Hubieran seguido con el cuestionamiento a no ser por la voz de la aeromoza que nos interrumpió.

—Por favor abrochen sus cinturones que vamos a aterrizar.

En lo que bajamos y recogimos el equipaje se anocheció, salimos y tomamos un taxi para los tres.

Primero dejamos a Kou, después a Yoshido y la última casa fue la mía, decidí ir a dejar a todos primero ya que tengo miedo de llegar, pagué el taxi y baje.

Parado frente al edificio y caminé muy despacio como si algo o alguien me esperara en mi departamento.

Entre al edificio metí la mano en mi sudadera y encontré el celular, lo olvidé (Yoshido me lo devolvió antes de subir al avión pero no lo quise prender); lo encendí y una serie de llamadas perdidas y msm se desplegaron en la pantalla la gran mayoría eran de Asami pero 2 eran de mi jefe decidí llamarlo ya que eran recientes.

Bueno

—Jefe, soy Takaba

—Grandísimo idiota ¿dónde has estado?

—Acabo de llegar a la ciudad, pero ¿qué pasa?

—Necesito hablar contigo de trabajo, urgentemente.

—Voy para la oficina- al fin tenía un pretexto para no entrar a mi departamento.

—No, hoy tengo una cita con mi esposa y si llego tarde me mata, pero mañana te espero temprano.

—Si jefe allí estaré.

—Hasta mañana entonces descansa.

—Gracias e Igualmente jefe.

Grandioso el jefe no se da cuenta que para mañana podría aparecer muerto en una calle o en el mar, vino a mi mente el sueño que tuve en el avión y el rostro del que sería mi asesino, recordarlo me puso chinita la piel; me abrase unos segundos necesitaba darme valor.

Seguí mi camino, subí al elevador.

Continué viendo los msm:

"¿Por qué no has llamado?"

"¿Dónde estás?"

"¿Ya llegaste a casa?"

Y todos los demás eran del mismo estilo.

Al llegar a mi piso, se abrió el elevador, salí al pasillo mire hacia mi puerta y ahí estaban dos hombres de traje negro, altos (más de 1.85) y parecían fornidos; al oír mis pasos voltearon inmediatamente y por unos segundos pude leer su rostro antes de que regresara a su frialdad normal, lo que se leía era un cierto alivio:

"Por fin, ha llegado el chico"

Quise regresarme pero el elevador cerro dejándome sin escapatoria y con esos hombres que me miraban de arriba a abajo como si tuvieran una vista de superman (de rayos x) y estuvieran viendo en qué condiciones estaba.

Seguramente dio ordenes de no lastimarme, ese es su privilegio, matarme no sin antes una larga tortura. 

ANTERIOR               SIGUIENTE

LISTA DE CAPÍTULOS 

Comenten, compartan, únanse a mis redes sociales o suscríbanse al blog.
See you soon :)



Comentarios