Alusión.
Es
verdad lo he engañado y la culpa me atormenta ,intente hacer en mi mente un
recuento para saber como había llegado hasta aquí, todo surgió tan de repente
que la toma de mis decisiones no fueron
guiadas por mi cerebro, simplemente me dejar llevar.
Todo
comenzó el miércoles pasado cuando mi jefe dijo que cubriría la final del
certamen de belleza que se llevaría a cabo en Okinawa.
—Wow,
gracias jefe por tomarme en cuenta -realmente estaba muy contento, me había
costado mucho ganarme de nuevo su confianza después de ausentarme (cuando Fei
Long me secuestro).
—No
me agradezcas eres de los mejores y esperó un trabajo excelente.
—Claro
jefe así será, no lo decepcionaré.
—Ok
saldrás el viernes al medio día junto con tus compañeros y estarán hasta el
lunes; los boletos de avión y todas las reservaciones están listas, solo falta
que se pongan de acuerdo como van a repartir el trabajo, ah y diles a los otros
que cuando lleguen al lugar del evento pidan las acreditaciones para que los dejen
entrar, ¿entendido?
—
¡Si jefe! de nuevo gracias.
Salí
de la oficina muy contento, lo primero que hice fue llamar a Kou para contarle,
sabía que se moriría de la envidia, teníamos mucho tiempo planeando salir unos
días del estrés de la ciudad e ir a la playa pero por nuestros trabajos no
pudimos concretar esos planes (Asami no le gustaba que saliera de su territorio
la razón de esta actitud no me quedaba clara, tal vez correspondía a un
sentimiento de preocupación por mi o solo para recordarme quién controlaba la
relación).
—No
lo creó Akihito eres un maldito suertudo, te vas a la playa con todo pagado y
estarás rodeado de mujeres guapísimas, no es justo; llamaré a Yoshido para
contarle, así seremos dos con la frustración.
—No
veo la razón de que me envidies es verdad que iré a trabajar a un "lugar
sumamente hermoso rodeado de algunas mujeres con poca ropa (ya que cubriré el
desfile de trajes de baño), comida deliciosa, bebidas y por cierto todo
gratis"- el tono de burla hizo enojar a Kou; así que antes de que
escuchara más maldiciones de mi interlocutor lo interrumpí:
—Bueno te dejo, voy a ponerme de acuerdo con
los compañeros, salúdame a Yoshido y cuídense.
—Tú
también Aki diviértete y cuídate, recuerda que en los lugares paradisíacos
suelen ocurrir cosas de las que nos podemos arrepentir.
Ya
había anochecido cuando finalizamos de discutir sobre como trabajaríamos,
comenzamos a despedirnos, continuaríamos al día siguiente para afinar los últimos
detalles.
Eran
casi las 11 de la noche cuando llegue a mi casa, abrí la puerta y fui directamente
a la ducha estaba agotado, después de un rato y cuando estaba en la sala
acomodando mis cámaras y lentes que ocuparía para el viaje algo cruzó mi mente.
—
¡Shit! Falta avisarle Asami —Pude escuchar mi voz alarmada.
Antes
de llamar a Kou lo pensé pero no sabía ¿cómo decirle?, por eso terminé llamándole
a mi amigo y dándole largas a la otra llamada. Después de mucho pensar lo
decidí y lo expresé como si quisiera que me oyeran las personas de la última
fila de un auditorio lleno.
—
¡Le avisaré desde el aeropuerto así no podrá detenerme! Que inteligente eres Akihito
En
ese mismo instante se oyó la cerradura de la puerta y como esta daba vuelta (yo
estaba sentado de espalda a la entrada), seguido de unos pasos que se
acercaban, sentí un escalofrió cuando una sombra enorme me cubrió.
—
¿Qué es eso que me avisaras desde el aeropuerto?
Era
"ÉL" que mala suerte la mía.
—Hola,
Asami ¿cómo es que tienes una copia de la llave de mi departamento? —intente
distraerlo.
Mi
voz sonó temblorosa, me estaba delatando.
—Eso
no importa, ¿qué me estas escondiendo?—Su voz subía de tono.
Ok
se lo diré, además voy por trabajo no tiene nada de malo, entonces ¿por qué me
ponía tan nervioso su reacción?
Me
puse de pie para verlo de frente.
—Fui
asignado para cubrir la final del certamen de belleza en Okinawa, salgo el
viernes y regresaré hasta el lunes por la tarde.
Asami
me vio sin demostrar ninguna emoción (frío y calculador como siempre) después
de unos segundos en los que observó mí rostro dijo:
—Está
bien, si es por trabajo, solo cuídate y espero ver algunas de tus fotos.
¡¿Qué?!
¿Por eso me preocupe tanto? ¿Qué clase de reacción había sido esa? digo no
quisiera pelear pero estaba desconcertado; él pareció percatarse de la
confusión en mi cerebro.
—
¿Quieres que te detenga, lo puedo hacer?
—No
es eso, mmm ¿cómo te explicó? ... fue
fácil
—No
soy un ogro, he notado que pareces agotado y en este momento no puedo salir de
la ciudad por los negocios, ojala te sirva para que te relajes un poco y solo
serán tres días ni uno más—. No quise preguntar ¿qué pasaría en el caso de que
me retrasará?
Olvidé
lo perceptivo que llegaba a ser y es cierto las últimas semanas el trabajo
sobrepasaba mis fuerzas, en una ocasión me quede dormido mientras me tomaba
entre sus brazos y comenzaba el ritual de cada noche, no le había hecho gracia
y a la mañana siguiente estaba de muy mal humor.
—Gracias
—No pude decir más, me lance a sus brazos y lo bese (algo extraño en mi, ya que
siempre era el que se negaba a estas demostraciones de amor).
Asami
correspondió a mi atrevimiento e inmediatamente comenzó a quitarme el pijama
—Espera
vamos a la cama
—
¿Para qué si no vamos a dormir? —me mostro una pequeña sonrisa.
Le quite el saco, la corbata, el chaleco y la
camisa; mientras que él me levantaba para
sentarme sobre la mesa de la cual estábamos bastante cerca (mi
departamento era pequeño), ya me había deshecho de toda mi ropa y él estaba besándome,
como pude le desabroché el pantalón y este cayó al suelo, metí mis manos en sus
bóxers, tomé su miembro firme y listo para penetrarme; Asami lamia por atrás de
mi oreja (eso me volvía loco) e iba
bajando al cuello, con las manos comenzó a tocar mi pene, iniciando con lentas
caricias, fue aumentando la velocidad de los movimientos yo estaba muy excitado y por el sonrojo en su
rostro note que él también lo estaba.
Me
miró, yo asentí.
Lo
siguiente que sentí fue como su cuerpo se fundía con el mío en un vaivén
perfectamente coordinado, lo abrasé y mi frenesí se incremento al percibir el
rose de su abdomen (perfectamente marcado) en mi miembro, en cualquier momento explotaría.
Un
calor comenzó a quemarme por dentro, era tan satisfactorio el origen de esa
sensación.
No
aguante más, llene de mi esencia a este hombre que a veces parecía frío y que ahora me mostraba su rostro lleno de
pasión y amor.
La
madrugada nos había alcanzado y el sol amenazaba con iluminar mi departamento.
Estábamos
tirados en el piso de la sala; con sus brazos me amarraba a su lado.
—Vámonos
a la cama o pescaremos un resfriado —se lo dije en voz baja, no veía si ya
estaba dormido.
Tardo
en contestarme unos minutos, durante los cuales intente (sin resultados)
zafarme de su abrazo.
—
¿Para qué? ¿Acaso tienes frío? si gustas, te ayudo a entra en calor.
El
estiro ligeramente sus brazos, aproveché y libere mi cuerpo de sus ataduras, me
incorpore, camine a la habitación.
—Si
te quieres quedar en el suelo es tú problema, pero no cuentes con que seré tu
enfermera.
Me
fui directo a la cama y me metí en las cobijas, comencé a quedarme dormido, después
de un tiempo (no se cuanto había pasado) sentí el calor de su cuerpo rodeándome,
junto con un beso en la oreja, el peso de mis parpados termino por vencer mi
conciencia permitiendo que me hundiera en un apacible sueño.
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