Verano Caliente. Capítulo 16

Quédate.

Estoy muerto, en definitiva necesito dormir y después dormir más, me alegra no estar con Asami de lo contrario no podría descansar sin antes cumplir con una noche de pasión, de eso estoy seguro; aunque no niego que deseo recostarme a su lado y dejar que sus brazos me envuelvan, dejar que sus caricias despierten mi aletargado cuerpo y que su calor me invada hasta quemarme, dejar que la pasión tome el control del momento y que su frenesí me contagie, que nuestros cuerpos se unan, bañarnos en nuestras esencias, que nuestros gritos sonoricen el momento… simplemente saciarnos uno del otro y solo después de eso, dormir a su lado, bajo su cuidado.

—Te extraño… —lo digo solo para mí.

Saco de mi mente estos pensamientos de lo contrario necesitare hacer una parada en el baño y no deseo atenderme en este lugar, ya lo haré en el hotel.

Ya termino el concierto y ahora me iré a descansar. En cuanto me dirijo a la salida noto a Justin atrás de mí, estoy tan cansado que ni siquiera voy a intentar escapar.

— ¿Está Listo? —me pregunta amablemente, pero no sé me olvida lo que ha dicho.

—Sí —mi cansancio es transmitido a través de mi monosílabo. 

—Perfecto, sígame la camioneta está cerca —apresura su caminar y yo lo sigo a paso de tortuga, no rentarán a esclavos por aquí cerca necesito que alguien cargue mi pesado cuerpo.  

Justin me espera con la puerta abierta, después de mil horas logró llegar a la meta y me subo. Me acomodo y espero no quedarme dormido.

Oigo a Justin subir en frente y prender el motor.

—El Sr. Smith me ha dicho que deseaba cenar con usted —mientras habla me dirige miradas rápidas por el retrovisor.

— ¿Mañana? —pregunto y dejo caer mi cabeza sobre la ventana.

—No, ahora —me contesta y sigue mirándome.

—No gracias, deseo dormir — ¿Qué no ve que soy como un zombie? Entre el cambio de horario y la larga jornada de trabajo, estoy más muerto que vivo.

—No era una pregunta, solo le estoy informando — ¿Por qué todos deciden por mí?

—Entonces no es una cena —miro el reloj y ya es la 1:10 a.m. —es desayuno, ¿De casualidad tú jefe es un vampiro?

— ¿Perdón? —deduzco por su mirada, que piensa que estoy loco.

—Sus invitaciones son siempre en la noche o en la madrugada —inevitablemente bostezo — ¿qué no tiene esposa o hijos? —debe de tener una familia, hasta yo prefiero quedarme por las noches a esperar a mi yakuza.

—No puedo contestarle, si tanto lo desea pregúntele a él —su voz seria, me aburre —además supongo que pronto lo averiguara —la última frase es casi un susurro tal parece que no deseaba que lo escuchara.

Mis parpados empiezan a cerrarse.

—Llegamos —abro los ojos lentamente y veo a Justin parado frente a mí con la puerta abierta y esperando a que salga.

—Ya voy —salir me cuesta mucho trabajo.

Al salir miro a mi alrededor, la oscuridad predomina, los locales cercanos están cerrados y al ver más detenidamente, me percato de que es el mismo restaurante donde nos reunimos con el Sr. Smith, solo que en esta ocasión luce vacio y oscuro.

—Adelante, joven —Justin me insta a caminar y lo hago.

Recorro el mismo camino que en aquella vez con la diferencia de que es iluminado por algunas velas, la tenue luz me sirve de guía y me lleva hasta la amplia sala en donde se encuentran las mesas. Solo que en esta ocasión una mesa es la única iluminada y en ella está el Sr. Smith.

Henry está sentado con la piernas cruzadas, luce cansado, y aburrido, su cabello esta despeinado y su camisa blanca tiene desabrochados los primeros botones, las mangas están dobladas hasta los bíceps, su brazo izquierdo descansa sobre la mesa y el derecho sostiene su cigarrillo, el cual se dirige a sus carnosos labios, se mantiene con los ojos cerrados, mientras da una calada a su cigarrillo, veo como   disfruta de la nicotina y poco a poco expulsa el humo.

Me he detenido para admirar al grandioso y solitario hombre, pasa de media noche, estoy solo con él y no es Asami, espero que nunca se entere de lo contrario seré hombre muerto.

Henry deja escapar un gran suspiro y los dedos de su mano izquierda se frotan entre sí, me recordó a mi madre cuando llamaba a su gato con croquetas en la mano.

Justin se aclara la garganta y Henry abre los ojos de inmediato, su mirada me escanea por completo y mi piel se eriza al notarlo, es como si mi instinto me dijera corre aléjate de él. El serio hombre hace un chasquido con la lengua y con el dedo índice de su mano libre me llama, y con la mirada me indica el asiento que me tiene reservado.

Camino no de muy buena gana, ya que eso de que me hablen como si fuera su mascota no me agrada. Me detengo justo al lado de la silla en la cual desea que me acomode.   

—Por fin joven Takaba, me ha hecho esperar mucho —me habla seriamente.

—Siento pena por haberlo hecho perder su valioso tiempo pero jamás me informo de su deseo de verme —de haberlo hecho me escapo antes.

—Tiene razón —comienza a golpear con los dedos sobre la mesa, parece algo desesperado — ¿sabes? soy muy impaciente y me gusta que las personas a mi alrededor obedezcan mis órdenes sin protestar —lo dice y su voz es cada vez más fría y seria, su mano me señala de nuevo el asiento.

—Lo entiendo conozco a alguien que sufre de el mismo problema —lo digo y el rostro de Asami atraviesa mi mente.

—Es solo que yo no lo veo como un problema, por el contrario —y con su pie empuja la silla hacia mi —es una excelente cualidad que ayuda a que todo se lleve a cabo de manera excelente y sin problemas, en mi trabajo todo se debe de llevar perfectamente bien, ya que un pequeño error puede causar graves repercusiones.

Realmente parece de esas personas perfeccionistas y controladoras.

—Por favor siéntate, te ves muy cansado —su insistencia termina por ganarme.

—Deseo irme a descansar, es por eso que no deseaba sentarme —sin embargo accedo a su orden.

—Pero supongo que Justin te explico que esta era una invitación a cenar, así que eso es lo que haremos —hace un movimiento con la mano y un mesero aparece de entre las sombras.

—Buenas noches señor, ¿desea que ya sirva? —pregunta cortésmente.

Le da su colilla al mesero y este lo mira esperando su respuesta.

—Por favor —contesta y este desaparece.

Tal parece que ni siquiera puedo decidir mi cena ya que no me han ofrecido la carta.

—Joven Takaba, me han dicho que se ha portado mal, ¿qué tiene que decir a su favor? —su pregunta acompañada de su fría mirada me ha sorprendido.

—No sabía que existían reglas sobre comportamiento, lamento no haberlas leído antes de venir —trato de sonar sarcástico.

—Me agrada su comportamiento, a decir verdad creó que me divierte mucho — ¿qué quiso decir? — permítame decirle que uno de mis hobbies es entrenar mascotas, es un ejercicio que encuentro muy enriquecedor —y eso ¿qué tiene que ver conmigo? —los seres dependiendo de su naturaleza tienden a tener comportamientos diferentes según la especie, por lo que cada uno necesita una manera diferente de ser entrenado y a mí me encanta descubrir la manera adecuada de domesticarlos, hasta que simplemente se vuelven mansos y obedientes de tal manera que se vuelven la mascota perfecta —la conversación se está tornando extraña y por alguna razón siento que no está hablando de animales.

 —Interesante pero no cree que al hacerlo destruye el verdadero espíritu de ese ser, lo que usted hace es crear maquinas que hagan lo que usted quiere y entonces ¿dónde queda lo que ellos quieren? —noto que una sonrisa se dibuja en su rostro.

—En lo dicho usted me agrada e intriga — ¿acaso se burla de mí? —Tiene razón y justamente en eso radica lo divertido, en hacerlos cambiar, en que su orgullo y arrogancia sean destruidas y pisoteadas hasta que se den cuenta de que su única opción es la obediencia —cada palabra pronunciada ha causado estragos en mi cuerpo, me siento nervioso y mis piernas inician a moverse inconscientemente por esto —sin embargo no soy un amo tan malo, si mis mascotas obedecen son premiadas y los colmo de atenciones, sé que esto les gusta, me aseguro de que así sea.

—Eso es lo que usted dice, pero como saberlo si los animales no hablan —su sonrisa se hace mayor.

— ¿Cómo saberlo? Es sencillo aun cuando las mascotas no hablan tiene maneras de comunicarse se lo puedo asegurar.

El mesero interrumpe y nos lleva la comida.

Veo el plato de comida y es pasta, ¿qué no sabe que eso cae pesado de noche?

Acerca una botella de vino y le sirve primero a Henry.

—No gracias —pongo mi mano sobre mi copa para impedir que sirva, no deseo emborracharme aquí, además la voz de Asami surge en mi mente fuerte y clara “nada de alcohol”

—Oh vamos, ¿qué acaso no bebes? —lo dice con tono de burla.

—No bebo, o por lo menos cuando estoy trabajando —contesto molesto.

—Pero si ahora no estás en el trabajo —lo sé pero no me da confianza beber con él.

—Cierto pero si bebo se me subirá rápido por el cansancio así que prefiero evitarlo.

—Está bien, como gustes, sírvele refresco —le ordena al mesero.

Cenamos en silencio y la comida esta deliciosa.

— ¿Te gusto la cena? —me pregunta mientras como el último bocado.

—Si ha estado deliciosa, gracias —contesto sinceramente.

— ¿Te gusta el país? —su pregunta me parece fuera de lugar, pues sabe que no he visto mucho además con solo unos días no podría decidir eso — ¿Te gustaría vivir aquí? —me observa y espera mi respuesta.

He jugado con la idea de quedarme pero solo en mi mente y claro es eso un juego pues amo mi país y las personas que amo viven allí, no podría dejarlos, ni a ellos, ni a él.

—Lo poco que he visto ha sido agradable, sin embargo dudo poder dar una repuesta más apropiada pues no he podido ver más —trato de dar una respuesta diplomática.

—Creó que ya fue suficiente de rodeos —habla mientras el mesero retira los platos.

— ¿A qué se refiere? —pregunto curioso.

—Simple, me gustas Takaba, me gustas desde que te vi durante la grabación del video de la banda Muse en Japón —su confesión me ha dejado sin palabras.

—De ¿qué está hablando? —no lo recuerdo.

—Takaba yo te vi en la grabación y me llamaste la atención en ese momento, la vitalidad que demostraste, además destacas, eres diferente a los demás en definitiva eres único —todo esto es abrumador —eres un ser especial y deseo ofrecerte un trabajo en mi empresa, no lo pienses y quédate conmigo —su voz es una orden no una súplica.

—Sr. Smith me ha sorprendido su oferta —contesto titubeante — ¿No recuerdo que nos hayan presentado? —trato de desviar la conversación.

—No lo recuerdas, porque no sucedió, no fuimos presentados, pero aun así te vi y me cautivaste, observe como te acercabas a la banda, de hecho te escabulliste para poder tener tomas únicas y eso me llamo la atención, además de tu belleza, creó que me entiendes, no solo te pido que te quedes por trabajo, deseo que te quedes conmigo —su mano toma mi rostro y se acerca, quiero retirarme pero me lo impide —deseo más que tú compañía, deseo tú cuerpo, deseo que seas mío y solo mío.

Sus labios tocan los míos y se mueven despacio, siento su lengua intentando entrar pero me niego a permitirlo, su aroma a cigarrillo me despabila.

Pongo mis manos en su pecho y lo empujo.

—Lo siento pero no puedo aceptar su propuesta —él se aleja y noto la molestia en su rostro y la verdad es que da miedo.

—No te apresures a tomar una decisión, todavía quedan dos conciertos por cubrir, así que piénsalo bien, no negaras que es una excelente oferta —ha escondido su terrorífico rostro y a cambio ha puesto uno comprensivo y calmado.

—Dudo cambiar de opinión —Asami es duro pero jamás me ha asustado de esta manera.

En ese segundo en el cual su rostro mostro su coraje, me dio miedo, no solo parecía molesto, parecía decidido a obligarme a cambiar de opinión, creó que esa es su verdadera personalidad y no la que me muestra ahora.

—Justin —llama a mi carcelero —llévate al joven a descansar y espero que no se te pierdas de nuevo —su duro rostro aparece de nuevo.

—Sí señor —Justin, contesta seriamente.

—Por favor joven Takaba acompañe a Justin —su voz se suaviza pero ya no le creó.

Me levanto y veo a Henry.

—Hasta luego Sr. Smith —me despido y trato de no mostrarme temeroso.

—Henry, por favor, solo Henry. Descansa Takaba —veo como saca un cigarrillo de su cajetilla y saca su encendedor.

Camino detrás de Justin, sin embargo antes de salir escucho la débil voz de Henry “Esto será divertido, muy divertido”

Un escalofrío recorre mi cuerpo.

Dejo que Justin me lleve al hotel y me acompañe hasta mi habitación.

—Hasta mañana joven y descanse —se despide.

—Si descansa Justin —contesto y entro.

Aviento mi mochila en el sillón, me doy una ducha rápida.

Busco mi celular para llamar al yakuza, he esperado hasta después de bañarme porque deseaba tranquilizarme, todo lo ocurrido con Henry me dejo muy nervioso y no deseaba que él lo notara.

Escucho como llama pero no contesta y con esta es la quinta vez que marco.

Le mando un mensaje y me quedo muy nervioso por su ausencia.

— ¿Habrá sucedido algo? —espero que no.

Cierro las cortinas para poder dormir hasta tarde.

Me voy a la cama, y pongo mi celular lo más cerca de mí y verifico que este el volumen más alto, deseo escuchar en caso de que llame.

No sé cuanto he dormido pero los toquidos fuertes y continuos me han despertado, antes de abrir, miro el celular y noto que no ha llamado y eso me preocupa, ya son las 9 de la mañana y calculo que llegue a las 3 casi las 4 a.m.

Camino medio dormido hasta la puerta. Supongo que los chicos tal vez necesiten algo o desean que desayunemos juntos. Abro lentamente y solo de verlo siento como todo a mí alrededor se mueve y mis piernas parecen perder toda su fuerza.

—Buenos días. 

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Les gusto? por fis comenten y díganme que les ha parecido? Quién llego? Takaba se quedará? Dudas, preguntas o lo que deseen háganlas no se queden con las ganas.

Ya saben compartan, comenten y cuéntenselo a quien más confianza le tengan (diablos ya estoy debrayando) gracias chicos por seguir la historia.

See you soon :)