En el infierno. Capítulo 15

Por favor 


Juli se percato de la manera en que estaba y un sentimiento de vergüenza lo invadió y los ojos cafés que lo observaban le confirmaban este sentir.

Benji estaba molesto y envidiaba al pequeño hombre que era sujetado por su amo, su añorado deseo era perceptible para todos en la habitación y mientras que a uno lo incomodaba al otro no le importaba.

—Gracias Benji por tu oportuno aviso —Kaled estaba molesto pues pudo notar el drástico cambio de su perra—. Dile que suba.


—Sí amo —esta frase le dolía tanto como si recibiera un golpe.

Y es que desde hace mucho tiempo Benji había dejado de llamarle amo a Kaled pues este le permitía usar su nombre sin embargo desde que Julien llego todo cambio, lo golpeo por primera vez y ahora lo llamaba amo.

Salió de la habitación y los presentes lo siguieron con la mirada.

Julien seguía suspendido en el aire por los fuertes brazos que lo mantenían atado al cuerpo de su amo, deseaba que lo soltara pero el mayor no compartía este sentimiento.

 — ¿Qué sucede? —pregunto pues no entendía muy bien lo que acontecía.

—Nada —Juli no sabía cómo explicar lo incomodo que Benji lo hizo sentir y mucho menos lo confundido que estaba.

Una parte del joven quería abrazar y besar a su amo pero otra le decía que no se dejara embaucar por él, pues Benji le recordó que seguramente las noches anteriores estuvo con él y eso le dolía.

— ¿Nada? —lo miro y supo que le estaba escondiendo algo, aún cuando tenía poco de conocerlo sabía perfectamente cuando le mentía pues esos hermosos ojos azules no sabían mentir al igual que su rostro preocupado que mostraba ahora.

Estaba a punto de atacarlo a preguntas hasta que confesara la verdad que lo aquejaba, sin embargo el distante sonido de fuertes golpes en la puerta salvaron al chico.

Por fin y en contra de su voluntad Kaled libero a su perra.

—Debe ser el doctor —le aviso.

Julien no lo conocía pues cuando lo reviso el estaba desmayado.

Kaled salió de la habitación y el chico lo siguió al llegar a la puerta abrió y permitió que un hombre de unos cincuenta y tantos pasara. Llevaba en la mano su maletín negro y en la otra una gabardina café.

—Adelante, Rogelio —Kaled lo invito a pasar.

El alfa saludo de mano al hombre regordete de escaso cabello aún cuando no era tan viejo para carecer de él, sus ojos cafés se notaban agotados y varias arrugas marcaban su frente tal parece que el cansancio de los años lo ha marcado. Vestía traje café de dos piezas y una corbata verde oscuro, sus zapatos lucían varios kilómetros recorridos, y su caminar lento lo confirmaba pues denotaba la paciencia que tenía y que solo los años te dan, ya carecía de la premura que la juventud te da.

Rogelio miro a Julien con una sonrisa y recorrió todo su cuerpo, sin embargo el chico no se incomodo pues no era una mirada lasciva, era una mirada para saber cómo es que seguía su paciente y todos los presente lo entendieron así de lo contrario Kaled se hubiera hecho notar.    

—Veo que tu mejoría es evidente, venía pensando en que te encontraría postrado en la cama —el doctor comento.

—Eso ha sido imposible —Kaled respondió sin darle oportunidad al paciente de hablar —mi cachorro es muy inquieto y he estado a punto de amarrarlo a la cama —Juli se sintió avergonzado por lo dicho y el doctor rió.

—Así que eres inquieto, lo siento por Kaled que carece de paciencia —era la segunda persona que lo llamaba por su nombre y no como amo.

—No me agrada estar sin hacer nada —Juli contesto tímidamente.

—Muy bien —Rogelio sonrió y miro a Kaled que negaba con la cabeza.

— ¿Quieres desayunar? —el alfa pregunto amablemente.

—No gracias, ya lo he hecho además Ariel me ha obligado a tomar una enorme taza de café y una rebanada de pastel, ni porque le dije que estoy a dieta me salve de un medio desayuno —paso su mano por su crecido abdomen.

—Agradece que no te sirvió cereal, fruta y un enorme plato de comida —Kaled rio.

El médico lo acompaño en su risa y Julien los miraba y con pocos días de conocer a mamá Ariel supo que los dos hombres tenían razón.

—Ya le dije que no soy un perro activo como ustedes, que mi consumo de calorías es menor pero parece no entenderme —termino de explicar.

—Hablare con él, le diré: Rogelio es un perro retirado así que deja de engordarlo —y su buen humor seguía en aumento.

—Dejemos de criticar mi mala condición física y revisemos al chico —los dos hombres dirigieron su mirada a Juli, quien se incomodo por ello.

—Vamos, Julien ¿verdad? —el doctor pegunto al chico.

—Me puede llamar Juli —contesto.

—Muy bien Juli, vayamos a la habitación —los tres caminaron por el pasillo.

Al llegar a la puerta correcta Juli abrió e invito a pasar al doctor, esté lo miro y lo instó a pasar primero.

Juli obedientemente acepto, después paso Rogelio y cuando Kaled los iba a seguir esté le cerró la puerta pero el alfa no dejo que lo hiciera por completo.

—Lo siento pero necesito privacidad con mi paciente y esta sabido que estos se sienten más cómodos cuando están solo con el médico así que espera afuera Kaled —hablo seguro.

Kaled poco convencido pero acepto y permitió que cerrara la puerta.

Julien lo miraba sorprendido por lo ocurrido.

—A veces pienso que Dios es muy grande, pues al hacer este tipo de cosas sigo con vida, sé que de no ser quien soy probablemente ya me habría matado o por lo menos múltiples cicatrices marcarían mi cuerpo —su sonrisa nerviosa acompaño su comentario.

Juli entendía a lo que se refería pues ya experimento la poca paciencia de Kaled.

—Me tome la libertad de regañar a ese perro mal educado por lo que te hizo y me prometió no volver a lastimarlo —Juli agradeció el gesto de Rogelio pero era consciente de que si Kaled se enfurecía de nuevo ese juramento no lo detendría —. Dime ¿Cómo te has sentido?

—Mejor —contesto.

—Quítate la playera y el pantalón —ordeno amablemente.

Después de revisar las ahora cicatrices de le espalda, escuchar su corazón y pulmones con el estetoscopio, tomarle la presión, palpar su pecho y abdomen en busca de algún dolor, procedió a la revisión de su ano, Julien se sintió incomodo pero Rogelio le explico que necesitaba verificar que los puntos que dio cicatrizaron bien.

—Te puedes vestir —comento.

Juli volvió a ponerse su ropa. Rogelio saco unos botecitos de medicamentos de su maletín y mientras lo hacía uno resbalo de su mano, rodando por el suelo. Juli lo recogió y se lo tendió al doctor quien al recibirlo noto con su mirada, digna de un profesional de la salud, las heridas de la mano.

— ¿Qué te hizo? —pregunto y dio por hecho que fue Kaled el origen de esas cicatrices.

—Me las hice con un plato cuando se me cayó por accidente —contestó.

—Muéstramelas —ordeno y Juli estiro la mano.
Rogelio las miro detenidamente.

—Parecen estar cicatrizando bien, sugiero que vendes tu mano por hoy en lo que se forma bien la costra, para evitar infecciones —más que sugerencia fue una orden —te dejaré algunos suplementos por tu condición de pilar los requieres.

— ¿Cómo lo supo? —pregunto curioso.

—Soy médico, y aprendes a distinguirlos o a notar sus características, tú complexión y apariencia femenina evidencian tú condición además mientras cocía tu ano me percate de una pequeña y casi imperceptible cicatriz que tienes y generalmente solo la tienen los pilares pues es lo que queda de la cirugía a la que son sometidos de pequeños —toda la explicación fue dada con gran paciencia.

—Entiendo —siguió vistiéndose.

—Eres fértil, ¿cierto? —Juli detuvo súbitamente su vestir y miro al doctor, ligeramente sonrojado, el chico solo movió ligeramente la cabeza para afirmar su pregunta.

—Si deseas puedo ayudarte a que no quedes embarazado, sé que estas aquí a la fuerza, y te puedo ayudar a que no tengas que pasar por ese proceso —Rogelio miraba, con cierta compasión, al chico quien entendió a lo que se refería.

—No, por lo menos no aún, hace 5 meses (aproximadamente) fui inyectado para impedir el embarazo y la siguiente dosis me toca en un mes —el chico hablaba tímidamente, nunca se sintió muy cómodo hablando sobre el tema.

—Muy bien, te voy a conseguir la dosis, e inventare algo para que me dejen venir verte —el chico le sonrió en agradecimiento.

—Usted ¿puede salir del Pandemónium?—Julien pregunto una duda que lo estaba molestando desde hace rato.

—Háblame de tú y si, puedo salir ya que no vivo aquí, yo vivo en la ciudad —contesto y termino de guardar todas sus cosas en su maletín.

— ¿Me podrías hacer un favor? —El doctor lo miro inquisitivamente —Busca a mis abuelos, por favor dile que estoy aquí, deben de estar…

—Lo siento Juli, pero no te puedo ayudar, si lo hago y Kaled se entera no me dejara entrar de nuevo y yo atiendo a todos aquí, me ha costado mucho ganarme la confianza del alfa y si lo traiciono, el número de enfermos y muertos volvería a aumentar. Aprecio mucho a toda la manada y me preocupo por ellos, sé que si no viniera muchos ya habrían muerto —la voz del doctor estaba llena de tristeza.

—Pero, ellos deben de estar muy mal, por favor — los ojos de Juli estaba llenos de lágrimas — ¡por favor! —su voz subió de tono, mientras se acercaba al hombre y lo tomaba del brazo.

Rogelio lo miro claramente perturbado por su estado, el chico lloraba y sollozaba.

—Por favor —el doctor se sintió mal pero esta escena ya la había presenciado una innumerable cantidad de veces y siempre se negaba, aún cuando esto lo hiciera sentir mal.

La puerta se abrió súbitamente, dando paso al alfa que se quedo consternado al ver a su perra sujetando el brazo del doctor mientras lloraba desconsoladamente.

— ¿Qué le sucede? — y camino directo al chico.

El alfa tomo de los brazos a su perra e intento sepáralo pero este se aferraba a lo que consideraba su única oportunidad de avisar a sus abuelos sobre su localización.

— ¡Basta! —Kaled tomo de la cintura a su chico y lo levanto, alejándolo de Rogelio, este pataleaba y manoteaba para ser liberado.

Este al ver que el chico no se calmaba y para evitar que metiera la pata al hablar de más, saco de inmediato una jeringa y un frasquito, la cargo y le hizo señas al alfa para que lo sujetara fuerte, este entendió y cumplió el deseo del médico.

Rogelio inyecto a Juli en el muslo, al parecer lo que uso fue fuerte ya que solo pasaron algunos minutos y el chico estaba más quieto además de callado, hasta que se quedo completamente dormido.

Kaled miro con dolor el cuerpo que yacía en sus brazos desmayado.

Un rayo de luz plateada ilumino el rostro de Julien, quien al sentirla se cubrió con el dorso de su mano. El chico froto sus ojos y después los abrió, los sentía hinchados y en ese momento recordó, lo sucedido.

— ¿Cómo te sientes?— Kaled hablo con la preocupación latente en su voz.

Julien se asusto al ver a su amo caminar lentamente hacía él.

—Bien —contesto.

—Me preocupe al verte tan mal, Rogelio dijo que recordaste a tus abuelos y que por eso te habías puesto así —el alfa se sentó a lado de Juli y acerco su mano al rostro de este —como no te calmabas tuvo que sedarte —su mano recorrió su frente y mejilla lentamente.

Juli se sorprendió, de que el doctor no le hubiera mencionado su petición.

—Lo siento, no deseaba causar problemas —desvió la mirada y la fijo en la lejana Luna que observaba a la pareja de manera muy discreta ocultándose detrás de unas nubes.

—No te disculpes, entiendo que te cueste trabajo esta separación —el alfa no deseaba que se volviera a alterar, le había dolido mucho verlo en ese estado.

Kaled retiro su mano y la apoyo en la cama, pensó que su chico tendría hambre así que iría a buscarle algo de cenar. Sin embargo la mano vendada de su perra lo sujeto de la muñeca.

—Por favor no te vayas… no deseo estar solo —Juli no deseaba recordar a sus abuelos pues se deprimiría y ya había llorado suficiente.

—Ok, me quedaré —Kaled estaba feliz de que su perra le pidiera quedarse.

Se agacho y beso tiernamente a su chico, él le permitió explorar su lengua y jugueteaba con ella invitándolo a seguir.

Las manos de Julien se entrelazaron en la nuca de su amo. Kaled busco con la mano la orilla de las cobijas y al encontrarla las retiro de un jalón. El cuerpo de su perra estaba semidesnudo, solo llevaba puesto sus bóxers, y este al darse cuenta de su desnudes se sobresalto, intento buscar algo con que cubrirse pero no había nada a su alcance y a cambio Kaled lo beso intensamente la desesperación era notoria y no solo de parte del alfa.

Kaled siguió besándolo, al separase un poco bajo sus labios por su barbilla y continuo dando pequeños besos, ahora en el cuello, dejándole pequeñas marcas. El chico sentía el dolor que estos besos provocaban pero lejos de causarle molestia, los estaba disfrutando.

El alfa continuo su descenso, se detuvo en los delicados pezones del chico, beso y lamio uno de ellos, mientras con la mano masajeaba y pellizcaba el otro, después de unos instantes cambio de lugar; Julien ya estaba jadeando, intentaba amortiguar el sonido de sus gritos al usar su puño como mordaza.

El alfa continuo su trayecto, su lengua estaba entretenida con el ombligo del chico, y su mano viajaba por la espalda de su perra, bajaba lentamente causando estragos en la respiración ya agitada de su perra.

Julien estaba muy excitado, su rostro estaba muy rojo y el sudor bajaba por su frente y cuello, se sintió avergonzado por ello y tapo con su antebrazo su rostro pero Kaled se lo tomo y lo retiro.

—Deseo ver tu rostro, jamás me impidas ver tus ojos, ellos son la luz de mi camino —Juli lo miro sorprendido por lo que dijo —por favor.

Julien no dijo nada solo puso su mano en el rostro de su amo y lo atrajo al suyo.

Kaled hizo lo que su perra deseaba y en cuanto estuvo cerca, lo miro unos segundos antes de besarlo de nuevo. Las manos de Julien se abrieron paso a través de la camisa y después de la playera de su amo, acaricio su fornido pecho y sintió el calor que de esta emanaba, se sintió feliz al darse cuenta de que no era el único que se estaba quemando por dentro.  

Kaled estaba muy entretenido besando a su perra, mientras permitía que este lo despojara de su camisa y playera. Las manos del alfa acariciaban de manera frenética el cuerpo de su perra y este agradecía el tacto de su amo. Julien busco la pretina del pantalón del alfa y lo desabotono, bajo rápidamente el cierre y su inquieta mano encontró lo que tanto anhelaba, acaricio suavemente el miembro eréctil, aún preso por sus bóxers, de su amo, este al sentir el suave rose de la cálida mano de su perra dejo escapar un gemido de placer.

El alfa se sentía igual de excitado que su perra, se puso de pie de inmediato y busco en un cajón de la cómoda, Juli lo miraba curioso pero no vio lo que saco, se termino de quitar los pantalones y los calcetines, bajo sus bóxers y se los quito dejándolos caer en la alfombra, su perra seguía muy atento todos los movimientos de su amo y con cada uno de ellos su corazón se agitaba aún más pues sabía lo que seguía.

— ¿Estás seguro que deseas llegar hasta el final? —Kaled pregunto y espero atento la respuesta de su perra, este asintió y le sostuvo la mirada a su amo —después no podré detenerme —le advirtió.

—No deseo que lo hagas —por un momento la tristeza se apodero del rostro de Kaled al escucharlo pues pensó que no deseaba continuar —no deseo que pares, por favor no pares —hablo muy seguro de su decisión y su amo acepto la petición de su chico.

Kaled le bajo los bóxers y se los quito, acaricio sus piernas hasta detenerse en los muslos, el miembro de su chico estaba firme y a la espera de liberar la presión contenida; se arrodillo frente a su chico, abriendo sus piernas y este las doblo, Kaled abrió un frasquito que llevaba en la mano y vertió su contenido en la entrada de su perra, después busco los labios de esta y lo saboreo mientras uno de sus dedos buscaba su entrada recién aliviada. Con un movimiento súbito introdujo su dedo, Julien libero un grito de sorpresa pero fue ahogado por los labios de su amo. En cuanto su dedo estuvo adentro inicio lentos movimientos restregándose a sus paredes, solo pasaron algunos segundos cuando introdujo el segundo y los movimientos se hicieron más rápidos, Juli estaba cada vez más perdido, su mente ya no estaba a cargo, ahora era movido por el placer y el deseo de ser poseído por su amo. El tercer dedo entro y los movimientos se hicieron más rápidos y violentos, Kaled supo que su perra estaba lista y los movimientos de cadera de este lo afirmaban.

Las manos de Julien apretaron la sabana debajo de él, Kaled saco sus dedos, subió las piernas de su chico sobre sus hombros y lo penetro de manera rápida pero intentando no lastimarlo, este se contrajo en cuanto sintió la invasión.

—Relájate — Kaled le hablo suave y amablemente, en esta ocasión deseaba hacer las cosas bien y así enmendar su desagradable bienvenida.

Kaled estaba haciendo uso de todo su autocontrol para no moverse, estaba esperando a que su chico se acostumbrara a la intromisión, Julien aprecio este gesto y lo agradeció, en cuanto sintió el suficiente valor para continuar, movió sus caderas para introducir más el miembro de su amo. Kaled acepto la invitación de su chico e inicio un ir venir pausado, sin embargo Julien deseaba más.

—Más… fuerte —entre jadeos logró articular — MÁS…

Esa mini palabra fue todo lo que su amo necesito para acelerar el vaivén de las estocadas, y justo en una de ellas logró tocar su punto más sensible de su chico.

—Ahhhhhhhhhhhhhh — un grito lleno de placer fue liberado por Julien.

La mente del chico estaba en otro lugar y con ese último toque fue enviada aún más lejos. Kaled por su parte experimentaba las mismas sensaciones que su chico, el placer que sentía al entrar y salir del cálido interior de su chico lo estaba volviendo loco. Kaled lo sintió y sabía que estaba listo.

— ¿Lo sientes? —Kaled le pregunto a su chico y este confirmo con la cabeza pues ya no podía hablar.

Con dos arremetidas más y los dos hombres fueron libres, un escalofrió recorrió sus espinas dorsales y se arquearon en respuesta a esta sensación, Kaled inyecto su semilla en Julien quien la acepto y apretó a su amo para que liberara hasta la última gota, mientras que su pecho quedo lleno del néctar de él.   


Ambos respiraban agitadamente, Kaled se dejo caer sobre su chico, lo beso y abrazo, Juli acaricio la espalda de su amo y así, unidos aún, se mantuvieron por un largo tiempo durante el cual su calor fue disminuyendo al igual que su agitada respiración. 

Después de un largo tiempo Kaled se separo de su chico pues sintió los brazos de este fríos, se sentó en la cama y busco las cobijas para cubrirse, al encontrarlas cubrió sus desnudos cuerpos y abrazo a su perra, atrayéndola a su pecho, Juli correspondió el gesto y abrazo a su amo.

—Los chicos está preocupados por ti —Kaled lo dijo y Juli busco sus ojos para ver que tan cierto era esto.

— ¿Por qué? —no entendía la razón.


—Por tú ataque de nervios de hace unas horas, les dije que te cuidaría y creó que parte de ese cuidado involucra que te alimente, así que…

Intento ponerse de pie pero Juli no se lo permitió.

—No tengo hambre —lo miro suplicante —por favor quédate conmigo de esta manera un rato más —Kaled no pudo resistirse a esa mirada.

En definitiva ese par de zafiros sería su perdición.

Kaled se acostó de nuevo y abrazo a su perra quien recargo su frente en su pecho, permitiendo que su delicioso aroma lo invadiera, que su calor lo reconfortara y que su amor lo cubriera.

ANTERIOR    SIGUIENTE

Espero que les guste y dejen un comentario al respecto. Si les gusto compártanlo.
See you soon :)

LISTA DE CAPÍTULOS. 

Comentarios