Por favor
Juli se
percato de la manera en que estaba y un sentimiento de vergüenza lo invadió y
los ojos cafés que lo observaban le confirmaban este sentir.
Benji
estaba molesto y envidiaba al pequeño hombre que era sujetado por su amo, su
añorado deseo era perceptible para todos en la habitación y mientras que a uno
lo incomodaba al otro no le importaba.
—Gracias
Benji por tu oportuno aviso —Kaled estaba molesto pues pudo notar el drástico
cambio de su perra—. Dile que suba.
—Sí amo
—esta frase le dolía tanto como si recibiera un golpe.
Y es que
desde hace mucho tiempo Benji había dejado de llamarle amo a Kaled pues este le
permitía usar su nombre sin embargo desde que Julien llego todo cambio, lo
golpeo por primera vez y ahora lo llamaba amo.
Salió de
la habitación y los presentes lo siguieron con la mirada.
Julien
seguía suspendido en el aire por los fuertes brazos que lo mantenían atado al
cuerpo de su amo, deseaba que lo soltara pero el mayor no compartía este
sentimiento.
— ¿Qué sucede? —pregunto pues no entendía muy
bien lo que acontecía.
—Nada
—Juli no sabía cómo explicar lo incomodo que Benji lo hizo sentir y mucho menos
lo confundido que estaba.
Una parte
del joven quería abrazar y besar a su amo pero otra le decía que no se dejara
embaucar por él, pues Benji le recordó que seguramente las noches anteriores
estuvo con él y eso le dolía.
— ¿Nada?
—lo miro y supo que le estaba escondiendo algo, aún cuando tenía poco de conocerlo
sabía perfectamente cuando le mentía pues esos hermosos ojos azules no sabían
mentir al igual que su rostro preocupado que mostraba ahora.
Estaba a
punto de atacarlo a preguntas hasta que confesara la verdad que lo aquejaba,
sin embargo el distante sonido de fuertes golpes en la puerta salvaron al
chico.
Por fin y
en contra de su voluntad Kaled libero a su perra.
—Debe ser
el doctor —le aviso.
Julien no
lo conocía pues cuando lo reviso el estaba desmayado.
Kaled
salió de la habitación y el chico lo siguió al llegar a la puerta abrió y
permitió que un hombre de unos cincuenta y tantos pasara. Llevaba en la mano su
maletín negro y en la otra una gabardina café.
—Adelante,
Rogelio —Kaled lo invito a pasar.
El alfa
saludo de mano al hombre regordete de escaso cabello aún cuando no era tan
viejo para carecer de él, sus ojos cafés se notaban agotados y varias arrugas
marcaban su frente tal parece que el cansancio de los años lo ha marcado.
Vestía traje café de dos piezas y una corbata verde oscuro, sus zapatos lucían
varios kilómetros recorridos, y su caminar lento lo confirmaba pues denotaba la
paciencia que tenía y que solo los años te dan, ya carecía de la premura que la
juventud te da.
Rogelio
miro a Julien con una sonrisa y recorrió todo su cuerpo, sin embargo el chico
no se incomodo pues no era una mirada lasciva, era una mirada para saber cómo
es que seguía su paciente y todos los presente lo entendieron así de lo
contrario Kaled se hubiera hecho notar.
—Veo que
tu mejoría es evidente, venía pensando en que te encontraría postrado en la
cama —el doctor comento.
—Eso ha
sido imposible —Kaled respondió sin darle oportunidad al paciente de hablar —mi
cachorro es muy inquieto y he estado a punto de amarrarlo a la cama —Juli se
sintió avergonzado por lo dicho y el doctor rió.
—Así que
eres inquieto, lo siento por Kaled que carece de paciencia —era la segunda
persona que lo llamaba por su nombre y no como amo.
—No me
agrada estar sin hacer nada —Juli contesto tímidamente.
—Muy bien
—Rogelio sonrió y miro a Kaled que negaba con la cabeza.
— ¿Quieres
desayunar? —el alfa pregunto amablemente.
—No
gracias, ya lo he hecho además Ariel me ha obligado a tomar una enorme taza de
café y una rebanada de pastel, ni porque le dije que estoy a dieta me salve de
un medio desayuno —paso su mano por su crecido abdomen.
—Agradece
que no te sirvió cereal, fruta y un enorme plato de comida —Kaled rio.
El médico
lo acompaño en su risa y Julien los miraba y con pocos días de conocer a mamá
Ariel supo que los dos hombres tenían razón.
—Ya le
dije que no soy un perro activo como ustedes, que mi consumo de calorías es
menor pero parece no entenderme —termino de explicar.
—Hablare
con él, le diré: Rogelio es un perro retirado así que deja de engordarlo —y su
buen humor seguía en aumento.
—Dejemos
de criticar mi mala condición física y revisemos al chico —los dos hombres
dirigieron su mirada a Juli, quien se incomodo por ello.
—Vamos,
Julien ¿verdad? —el doctor pegunto al chico.
—Me puede
llamar Juli —contesto.
—Muy bien
Juli, vayamos a la habitación —los tres caminaron por el pasillo.
Al llegar
a la puerta correcta Juli abrió e invito a pasar al doctor, esté lo miro y lo
instó a pasar primero.
Juli
obedientemente acepto, después paso Rogelio y cuando Kaled los iba a seguir
esté le cerró la puerta pero el alfa no dejo que lo hiciera por completo.
—Lo siento
pero necesito privacidad con mi paciente y esta sabido que estos se sienten más
cómodos cuando están solo con el médico así que espera afuera Kaled —hablo
seguro.
Kaled poco
convencido pero acepto y permitió que cerrara la puerta.
Julien lo
miraba sorprendido por lo ocurrido.
—A veces
pienso que Dios es muy grande, pues al hacer este tipo de cosas sigo con vida,
sé que de no ser quien soy probablemente ya me habría matado o por lo menos
múltiples cicatrices marcarían mi cuerpo —su sonrisa nerviosa acompaño su
comentario.
Juli
entendía a lo que se refería pues ya experimento la poca paciencia de Kaled.
—Me tome
la libertad de regañar a ese perro mal educado por lo que te hizo y me prometió
no volver a lastimarlo —Juli agradeció el gesto de Rogelio pero era consciente
de que si Kaled se enfurecía de nuevo ese juramento no lo detendría —. Dime ¿Cómo
te has sentido?
—Mejor
—contesto.
—Quítate
la playera y el pantalón —ordeno amablemente.
Después de
revisar las ahora cicatrices de le espalda, escuchar su corazón y pulmones con
el estetoscopio, tomarle la presión, palpar su pecho y abdomen en busca de
algún dolor, procedió a la revisión de su ano, Julien se sintió incomodo pero
Rogelio le explico que necesitaba verificar que los puntos que dio cicatrizaron
bien.
—Te puedes
vestir —comento.
Juli
volvió a ponerse su ropa. Rogelio saco unos botecitos de medicamentos de su
maletín y mientras lo hacía uno resbalo de su mano, rodando por el suelo. Juli
lo recogió y se lo tendió al doctor quien al recibirlo noto con su mirada,
digna de un profesional de la salud, las heridas de la mano.
— ¿Qué te
hizo? —pregunto y dio por hecho que fue Kaled el origen de esas cicatrices.
—Me las
hice con un plato cuando se me cayó por accidente —contestó.
—Muéstramelas
—ordeno y Juli estiro la mano.
Rogelio
las miro detenidamente.
—Parecen
estar cicatrizando bien, sugiero que vendes tu mano por hoy en lo que se forma
bien la costra, para evitar infecciones —más que sugerencia fue una orden —te
dejaré algunos suplementos por tu condición de pilar los requieres.
— ¿Cómo lo
supo? —pregunto curioso.
—Soy
médico, y aprendes a distinguirlos o a notar sus características, tú complexión
y apariencia femenina evidencian tú condición además mientras cocía tu ano me
percate de una pequeña y casi imperceptible cicatriz que tienes y generalmente solo
la tienen los pilares pues es lo que queda de la cirugía a la que son sometidos
de pequeños —toda la explicación fue dada con gran paciencia.
—Entiendo
—siguió vistiéndose.
—Eres
fértil, ¿cierto? —Juli detuvo súbitamente su vestir y miro al doctor,
ligeramente sonrojado, el chico solo movió ligeramente la cabeza para afirmar
su pregunta.
—Si deseas
puedo ayudarte a que no quedes embarazado, sé que estas aquí a la fuerza, y te
puedo ayudar a que no tengas que pasar por ese proceso —Rogelio miraba, con cierta
compasión, al chico quien entendió a lo que se refería.
—No, por
lo menos no aún, hace 5 meses (aproximadamente) fui inyectado para impedir el
embarazo y la siguiente dosis me toca en un mes —el chico hablaba tímidamente,
nunca se sintió muy cómodo hablando sobre el tema.
—Muy bien,
te voy a conseguir la dosis, e inventare algo para que me dejen venir verte —el
chico le sonrió en agradecimiento.
—Usted
¿puede salir del Pandemónium?—Julien pregunto una duda que lo estaba molestando
desde hace rato.
—Háblame
de tú y si, puedo salir ya que no vivo aquí, yo vivo en la ciudad —contesto y
termino de guardar todas sus cosas en su maletín.
— ¿Me
podrías hacer un favor? —El doctor lo miro inquisitivamente —Busca a mis
abuelos, por favor dile que estoy aquí, deben de estar…
—Lo
siento Juli, pero no te puedo ayudar, si lo hago y Kaled se entera no me dejara
entrar de nuevo y yo atiendo a todos aquí, me ha costado mucho ganarme la
confianza del alfa y si lo traiciono, el número de enfermos y muertos volvería
a aumentar. Aprecio mucho a toda la manada y me preocupo por ellos, sé que si
no viniera muchos ya habrían muerto —la voz del doctor estaba llena de
tristeza.
—Pero,
ellos deben de estar muy mal, por favor — los ojos de Juli estaba llenos de
lágrimas — ¡por favor! —su voz subió de tono, mientras se acercaba al hombre y
lo tomaba del brazo.
Rogelio lo
miro claramente perturbado por su estado, el chico lloraba y sollozaba.
—Por favor
—el doctor se sintió mal pero esta escena ya la había presenciado una
innumerable cantidad de veces y siempre se negaba, aún cuando esto lo hiciera
sentir mal.
La puerta
se abrió súbitamente, dando paso al alfa que se quedo consternado al ver a su
perra sujetando el brazo del doctor mientras lloraba desconsoladamente.
— ¿Qué le
sucede? — y camino directo al chico.
El alfa
tomo de los brazos a su perra e intento sepáralo pero este se aferraba a lo que
consideraba su única oportunidad de avisar a sus abuelos sobre su localización.
— ¡Basta! —Kaled tomo de la cintura a su
chico y lo levanto, alejándolo de Rogelio, este pataleaba y manoteaba para ser
liberado.
Este al
ver que el chico no se calmaba y para evitar que metiera la pata al hablar de
más, saco de inmediato una jeringa y un frasquito, la cargo y le hizo señas al
alfa para que lo sujetara fuerte, este entendió y cumplió el deseo del médico.
Rogelio
inyecto a Juli en el muslo, al parecer lo que uso fue fuerte ya que solo
pasaron algunos minutos y el chico estaba más quieto además de callado, hasta
que se quedo completamente dormido.
Kaled miro
con dolor el cuerpo que yacía en sus brazos desmayado.
Un rayo de
luz plateada ilumino el rostro de Julien, quien al sentirla se cubrió con el
dorso de su mano. El chico froto sus ojos y después los abrió, los sentía
hinchados y en ese momento recordó, lo sucedido.
— ¿Cómo te
sientes?— Kaled hablo con la preocupación latente en su voz.
Julien se
asusto al ver a su amo caminar lentamente hacía él.
—Bien
—contesto.
—Me
preocupe al verte tan mal, Rogelio dijo que recordaste a tus abuelos y que por
eso te habías puesto así —el alfa se sentó a lado de Juli y acerco su mano al
rostro de este —como no te calmabas tuvo que sedarte —su mano recorrió su
frente y mejilla lentamente.
Juli se
sorprendió, de que el doctor no le hubiera mencionado su petición.
—Lo
siento, no deseaba causar problemas —desvió la mirada y la fijo en la lejana
Luna que observaba a la pareja de manera muy discreta ocultándose detrás de
unas nubes.
—No te
disculpes, entiendo que te cueste trabajo esta separación —el alfa no deseaba
que se volviera a alterar, le había dolido mucho verlo en ese estado.
Kaled retiro su mano y la apoyo en la cama,
pensó que su chico tendría hambre así que iría a buscarle algo de cenar. Sin
embargo la mano vendada de su perra lo sujeto de la muñeca.
—Por favor
no te vayas… no deseo estar solo —Juli no deseaba recordar a sus abuelos pues
se deprimiría y ya había llorado suficiente.
—Ok, me
quedaré —Kaled estaba feliz de que su perra le pidiera quedarse.
Se agacho
y beso tiernamente a su chico, él le permitió explorar su lengua y jugueteaba
con ella invitándolo a seguir.
Las manos
de Julien se entrelazaron en la nuca de su amo. Kaled busco con la mano la
orilla de las cobijas y al encontrarla las retiro de un jalón. El cuerpo de su
perra estaba semidesnudo, solo llevaba puesto sus bóxers, y este al darse
cuenta de su desnudes se sobresalto, intento buscar algo con que cubrirse pero
no había nada a su alcance y a cambio Kaled lo beso intensamente la desesperación
era notoria y no solo de parte del alfa.
Kaled siguió
besándolo, al separase un poco bajo sus labios por su barbilla y continuo dando
pequeños besos, ahora en el cuello, dejándole pequeñas marcas. El chico sentía
el dolor que estos besos provocaban pero lejos de causarle molestia, los estaba
disfrutando.
El alfa
continuo su descenso, se detuvo en los delicados pezones del chico, beso y
lamio uno de ellos, mientras con la mano masajeaba y pellizcaba el otro, después
de unos instantes cambio de lugar; Julien ya estaba jadeando, intentaba
amortiguar el sonido de sus gritos al usar su puño como mordaza.
El alfa
continuo su trayecto, su lengua estaba entretenida con el ombligo del chico, y
su mano viajaba por la espalda de su perra, bajaba lentamente causando estragos
en la respiración ya agitada de su perra.
Julien estaba
muy excitado, su rostro estaba muy rojo y el sudor bajaba por su frente y
cuello, se sintió avergonzado por ello y tapo con su antebrazo su rostro pero
Kaled se lo tomo y lo retiro.
—Deseo ver
tu rostro, jamás me impidas ver tus ojos, ellos son la luz de mi camino —Juli
lo miro sorprendido por lo que dijo —por favor.
Julien no
dijo nada solo puso su mano en el rostro de su amo y lo atrajo al suyo.
Kaled hizo
lo que su perra deseaba y en cuanto estuvo cerca, lo miro unos segundos antes
de besarlo de nuevo. Las manos de Julien se abrieron paso a través de la camisa
y después de la playera de su amo, acaricio su fornido pecho y sintió el calor
que de esta emanaba, se sintió feliz al darse cuenta de que no era el único que
se estaba quemando por dentro.
Kaled estaba
muy entretenido besando a su perra, mientras permitía que este lo despojara de
su camisa y playera. Las manos del alfa acariciaban de manera frenética el
cuerpo de su perra y este agradecía el tacto de su amo. Julien busco la pretina
del pantalón del alfa y lo desabotono, bajo rápidamente el cierre y su inquieta
mano encontró lo que tanto anhelaba, acaricio suavemente el miembro eréctil, aún
preso por sus bóxers, de su amo, este al sentir el suave rose de la cálida mano
de su perra dejo escapar un gemido de placer.
El alfa
se sentía igual de excitado que su perra, se puso de pie de inmediato y busco
en un cajón de la cómoda, Juli lo miraba curioso pero no vio lo que saco, se
termino de quitar los pantalones y los calcetines, bajo sus bóxers y se los
quito dejándolos caer en la alfombra, su perra seguía muy atento todos los
movimientos de su amo y con cada uno de ellos su corazón se agitaba aún más
pues sabía lo que seguía.
— ¿Estás
seguro que deseas llegar hasta el final? —Kaled pregunto y espero atento la
respuesta de su perra, este asintió y le sostuvo la mirada a su amo —después no
podré detenerme —le advirtió.
—No deseo
que lo hagas —por un momento la tristeza se apodero del rostro de Kaled al
escucharlo pues pensó que no deseaba continuar —no deseo que pares, por favor
no pares —hablo muy seguro de su decisión y su amo acepto la petición de su
chico.
Kaled le
bajo los bóxers y se los quito, acaricio sus piernas hasta detenerse en los
muslos, el miembro de su chico estaba firme y a la espera de liberar la presión
contenida; se arrodillo frente a su chico, abriendo sus piernas y este las
doblo, Kaled abrió un frasquito que llevaba en la mano y vertió su contenido en
la entrada de su perra, después busco los labios de esta y lo saboreo mientras
uno de sus dedos buscaba su entrada recién aliviada. Con un movimiento súbito
introdujo su dedo, Julien libero un grito de sorpresa pero fue ahogado por los
labios de su amo. En cuanto su dedo estuvo adentro inicio lentos movimientos restregándose
a sus paredes, solo pasaron algunos segundos cuando introdujo el segundo y los
movimientos se hicieron más rápidos, Juli estaba cada vez más perdido, su mente
ya no estaba a cargo, ahora era movido por el placer y el deseo de ser poseído por
su amo. El tercer dedo entro y los movimientos se hicieron más rápidos y
violentos, Kaled supo que su perra estaba lista y los movimientos de cadera de
este lo afirmaban.
Las manos
de Julien apretaron la sabana debajo de él, Kaled saco sus dedos, subió las
piernas de su chico sobre sus hombros y lo penetro de manera rápida pero
intentando no lastimarlo, este se contrajo en cuanto sintió la invasión.
—Relájate
— Kaled le hablo suave y amablemente, en esta ocasión deseaba hacer las cosas
bien y así enmendar su desagradable bienvenida.
Kaled estaba
haciendo uso de todo su autocontrol para no moverse, estaba esperando a que su
chico se acostumbrara a la intromisión, Julien aprecio este gesto y lo agradeció,
en cuanto sintió el suficiente valor para continuar, movió sus caderas para introducir
más el miembro de su amo. Kaled acepto la invitación de su chico e inicio un ir
venir pausado, sin embargo Julien deseaba más.
—Más… fuerte
—entre jadeos logró articular — MÁS…
Esa mini
palabra fue todo lo que su amo necesito para acelerar el vaivén de las
estocadas, y justo en una de ellas logró tocar su punto más sensible de su
chico.
—Ahhhhhhhhhhhhhh
— un grito lleno de placer fue liberado por Julien.
La mente
del chico estaba en otro lugar y con ese último toque fue enviada aún más lejos.
Kaled por su parte experimentaba las mismas sensaciones que su chico, el placer
que sentía al entrar y salir del cálido interior de su chico lo estaba volviendo
loco. Kaled lo sintió y sabía que estaba listo.
— ¿Lo
sientes? —Kaled le pregunto a su chico y este confirmo con la cabeza pues ya no podía hablar.
Con dos
arremetidas más y los dos hombres fueron libres, un escalofrió recorrió sus
espinas dorsales y se arquearon en respuesta a esta sensación, Kaled inyecto su
semilla en Julien quien la acepto y apretó a su amo para que liberara hasta la última
gota, mientras que su pecho quedo lleno del néctar de él.
Ambos
respiraban agitadamente, Kaled se dejo caer sobre su chico, lo beso y abrazo,
Juli acaricio la espalda de su amo y así, unidos aún, se mantuvieron por un
largo tiempo durante el cual su calor fue disminuyendo al igual que su agitada
respiración.
Después de
un largo tiempo Kaled se separo de su chico pues sintió los brazos de este fríos,
se sentó en la cama y busco las cobijas para cubrirse, al encontrarlas cubrió sus
desnudos cuerpos y abrazo a su perra, atrayéndola a su pecho, Juli correspondió
el gesto y abrazo a su amo.
—Los
chicos está preocupados por ti —Kaled lo dijo y Juli busco sus ojos para ver
que tan cierto era esto.
— ¿Por qué?
—no entendía la razón.
—Por tú
ataque de nervios de hace unas horas, les dije que te cuidaría y creó que parte
de ese cuidado involucra que te alimente, así que…
Intento
ponerse de pie pero Juli no se lo permitió.
—No tengo
hambre —lo miro suplicante —por favor quédate conmigo de esta manera un rato más
—Kaled no pudo resistirse a esa mirada.
En
definitiva ese par de zafiros sería su perdición.
Kaled se acostó
de nuevo y abrazo a su perra quien recargo su frente en su pecho, permitiendo que
su delicioso aroma lo invadiera, que su calor lo reconfortara y que su amor lo cubriera.
Espero que les guste y dejen un comentario al respecto. Si les gusto compártanlo.
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