En el infierno. Capítulo 7



La manada



Kaled saco ropa y se fue al baño, tardo varios minutos durante los cuales Julien moría de nervios, por lo de conocer a los demás que vivían allí, pensó que por lo menos ya conocía a Ariel pero que tal si el resto no eran tan amables como aquel niño, no sabía que esperar, mucho menos como actuar, de hecho tampoco es como si tuviera muchas opciones, ya que en las condiciones en las que se encontraba le sería difícil intentar escapar y aunque lo lograra no tenía idea de donde estaba y hacia dónde ir. 

El ruido de la puerta del baño lo saco de sus pensamientos y ver a Kaled caminar hacia el closet lo distrajo aún más, pues este vestía unos Jeans negros, playera azul marino ceñida y aunque su ropa era muy común, a Julien le pareció sexy, observaba sus fuertes brazos, su amplia espalda, su cintura y por supuesto sus largas y torneadas piernas.
—Tienes fiebre, tal vez deba llamar al doctor de nuevo —su amo le dijo al ver lo sonrojado que estaba su pequeño.
— ¿Qué? —no entendía por qué lo decía.
Aquel hombre fuerte se acerco a al pequeño y le toco la frente, lo cual aumento el sonrojo de Juli.
— ¿Te sientes mal? —su preocupación era notoria.
—No, estoy bien, supongo que las pastillas son muy fuertes pues no puedo sentir ninguna molestia —el pequeño le contesto y esto era algo que él había estado pensando pues no sentía ningún dolor, solo a veces cuando intentaba moverse rápido, su trasero le dolía un poco. El joven pensó que tal vez los golpes de la espalda le molestarían más al estar casi todo el tiempo acostado sin embargo no era así.
Kaled se volvió a alejar y saco más ropa del closet y se la llevo a Julien, la dejo en la cama.
—Supongo que te sentirás más cómodo con esto —señalo un pantalón a cuadros de franela y una playera negra de manga larga.
—En serio dejaras que la use —el chico no lo podía creer, era ropa de hombre.
—Sí, te daría unos jeans pero como son más ajustados te lastimaran y con los pantalones y la playera se cubrirán tus moretones —lo destapo, el chico se quito la playera de tirantes, su amo le acerco la otra y ayudo a ponérsela, le quedaba grande, así que doblo las mangas un poco. Lo tomo en brazos y lo puso de pie le cambio el short por unos bóxers de hombre y la pijama. 
Su amo fue al baño, Juli noto que el pantalón estaba demasiado largo así que se agacho para doblarlo pero al estarse estirando un fuerte dolor recorrió su trasero teniendo origen en su ano.
— ¡Auuuuch! —no pudo reprimir su quejido de dolor.
— ¿Eres idiota o qué? —El mayor estaba muy enojado — ¿cuántas veces te lo tengo que decir no te esfuerces? —estaba gritándole de nuevo.
Juli se estremeció al oír la potente voz de Kaled y se puso a llorar, había estado reprimiendo ese llanto desde hace mucho y ahora por fin fue liberado.
—Basta, no llores, no quise gritarte, es solo que me exaspera tu necedad —bajo el tono de su voz, se acerco al chico pero este se alejo —no te voy hacer nada —y lo abrazo.
El chico puso un poco de resistencia al principio pero al darse cuenta de que él no hacia ningún movimiento extraño, correspondió el abrazo, mientras que sus lagrimas mojaban la playera del mayor.
—Vamos a comer o ¿no tienes hambre? —su amo le pregunto de forma amble, sin separarse de su cuerpo y al sentir un movimiento afirmativo de su cabeza, lo libero de sus brazos.
—Gracias por la ropa —le murmuro a su amo.
—No tienes nada que agradecerme —se levanto de la cama y al ver que Juli se levantaba de la cama, en un rápido movimiento lo cargo en sus brazos.
—No es necesario yo puedo caminar —estaba sonrojado por como lo llevaba su amo.
—Vamos a pelear de nuevo —su voz se volvió fría otra vez.
El chico bajo la cabeza y la escondió en el pecho del mayor, quien camino hacia la puerta.
—Abre —le ordeno a Juli, esté lo obedeció y por fin después de innumerables ocasiones en las cuales intento salir de ese cuarto hoy por fin lo lograría.
Al girar el pomo de la puerta, su corazón se acelero, afuera estaba un pasillo y enfrente de esta habitación de la cual salían se encontraba otra puerta y al fondo del pasillo una gran ventana, además de una mesita con flores. Al salir el mayor se dirigió al lado contrario de la ventana, mientras caminaba vio las paredes pintadas de un azul agua y algunos cuadros de paisajes, el chico sintió nostalgia por su casa, por Richi su amado abuelo a quien le gustaba pintar, sus ojos se inundaron de nuevo.
Kaled sintió su playera húmeda. Siguió caminando hasta salir a una sala, a la cual llevo a su pequeño.
— ¿Qué sucede, te duele algo? —el mayor se sintió angustiado por su chico, odiaba verlo llorar.
—No, estoy bien —el chico mintió pues no sabía cómo explicar sus sentimientos y menos a la persona que lo mantenía secuestrado.
— ¿Dime lo que te sucede?, ¿Cómo te voy ayudar si me escondes las cosas? —su amo estaba preocupado.
—No tengo nada —sus lagrimas se habían detenido, aunque su pesar seguía allí.
—Si no te sientes bien tal vez debas quedarte en la habitación —Kaled le dijo, pero se le ocurrió que su cachorro tal vez estaba asustado de los demás chicos —si estas nervioso por mis perros, déjame decirte que son de lo más obedientes y jamás se atreverían a tocarte —hablo con gran orgullo de su trabajo como entrenador.
—Yo quiero ir contigo —el chico tenía miedo pero estaba aburrido de estar en ese cuarto, además entre más pronto conociera el lugar más fácil podría encontrar una manera de escapar.
—Me alegra, entonces vámonos —y el amo volvió a cargar a su cachorro.
Siguió su camino y se dirigieron a la puerta de entrada del departamento. El amo le pidió de nuevo que abriera la puerta y después de salir, entraron al elevador e iniciaron el descenso.
—Mis mejores perros viven en este edificio, cada uno de ellos ocupa un piso, el cual comparten con sus perras, pero estamos acostumbrados a realizar las comidas juntas en el primer piso, este lugar es usado para toda la manada, sin embargo los que regularmente puedes encontrar allí son a los que conocerás en unos momentos —El amo decidió explicarle esto a su cachorro pues quería que fuera conociendo cómo funciona el lugar.
—Por lo que dices, ¿tu manada es grande? —el chico se atrevió a preguntarle y el amo se sintió feliz de que lo hiciera.
—Si aquí solo están algunos, pero alrededor de este edificio viven varios más, digamos que sirven como escudo, cualquiera que quiera llegar a mí, primero tiene que pasar a mis cancerberos —y mostro una sonrisa sarcástica mientras elevaba la ceja derecha.
Juli no dijo nada, al escuchar esto pensó “salir de aquí será sumamente difícil si en realidad sus perros nos rodean”.
El elevador se detuvo y abrió sus puertas permitiéndoles la salida al primer piso.
El caminar lento del alfa saco de sus pensamientos al cachorro, este observo con más detalle lo que lo rodeaba. Al salir del elevador se encontraron con una puerta de madera y antes de que se lo pidiera, abrió la puerta, el mayor estaba feliz por lo rápido que aprendía su chico.
Al entrar el chico vio una enorme habitación, las paredes blancas, una enorme ventana que abarcaba casi toda la pared del lado derecho y frente a esta una sala modular negra que contrastaba con los tonos claros del lugar. Una pequeña mesa blanca en el centro. El chico siguió mirando y vio al final del cuarto unos escalones del lado izquierdo.
El chico iba a preguntarle a su amo en donde estaban todos pero unas risas lo detuvieron, busco la procedencia de estas, mientras su amo caminaba en dirección a los escalones.
—Bájame… —el cachorro ordeno y al darse cuenta de su atrevimiento agrego —por favor —con voz suplicante.
—No —Kaled pasó por alto la grosería de su pequeño – no estás en condiciones de caminar.
—Pero —el chico quiso discutir su respuesta pero al ver su rostro serio supo que no cambiaría su postura así que mejor guardo silencio. Juli estaba estresado por conocer a la manada, nunca había sido muy sociable, era de los que dejaban que los demás le hablaran primero. 
El alfa sintió el corazón de su cachorro acelerado, estaba muy nervioso. Al llegar a los escalones Kaled detuvo su marcha y busco con la mirada al chico, este se sintió observado y sin poder resistirlo más, sus ojos se posaron en su amo.
El alfa al ver el rostro de su chico se sintió atrapado, su mente se perdió en la profundidad del mar que eran sus ojos, haciéndolo olvidar la razón por la que se había detenido, su instinto que tantas veces lo había salvado en esta ocasión, tomo el mando acercándolo poco a poco al cachorro. A su vez Julien se mostro asustado al ver que Kaled se estaba acercando y pensó en intentar detenerlo pero su miedo a ser golpeado lo insto a no hacerlo, por lo que solo se quedo quieto esperando a su amo. Juli cerró los ojos al darse cuenta de lo que su amo buscaba. Kaled siguió acercándose hasta que toco los delgados y rosados labios de su chico con los suyos, este contacto fue ligero y al notar que el cachorro no se retiraba el contacto se hizo mayor. Con su lengua delineo los labios del menor, continuando con el movimiento de sus labios, lentamente con su lengua fue explorando la boca de su chico y este correspondía a su amo permitiendo el contacto y jugueteando con la lengua del mayor. Kaled fue intensificando el beso y el chico dejo salir un gemido de placer ahogado por los labios del alfa, este movía sus manos pues buscaba poner a su chico de frente a él.
—jajajaja —unas estruendosas carcajadas rompieron el apasionado momento.
Juli sintió que su cuerpo ardía y que la única forma de apagar su fuego era con el cuerpo de su frío amo. Él simplemente se estaba dejando llevar, su mente se había quemado durante el beso, pero esas risas, regresaron la cordura perdida. Alejo con las manos al mayor y al ver sus ojos enfurecidos por esto, escondió el rostro en su pecho.
Kaled estaba muy enojado por el rechazo del cachorro, deseaba poseerlo en ese momento y lo haría, su amabilidad se agoto.
—Discúlpeme amo, yo… no sabía que estaba… aquí —el hombre que pedía disculpas se mostraba muy asustado por la rabia que mostraba el rostro del alfa.
El sonido de pasos rompió el silencio del lugar.
— ¿Qué sucede? —Guardo silencio y miro a todos los presentes —Ya Kaled, vamos a desayunar, muero de hambre, después de lo de anoche, creó que me lo merezco —Julien se pregunto: ¿quién era este hombre que le hablaba con tanta familiaridad al alfa?
El alfa escucho cada una de las palabras del hermoso hombre parado enfrente de ellos.
Este hombre vestía un pantalón y un chaleco negro sin camisa dejando ver su delgado pero musculoso torso, llevaba unos lustrados zapatos negros y una delgada esclava dorada resaltaba en su piel blanca de la muñeca izquierda. Era igual de alto que el alfa, pero a diferencia de este, su rostro mostraba una gran sonrisa y sus ojos verdes transmitían tranquilidad, su cabello rubio estaba sujetado con una liga en un chongo mal acomodado dejando varias puntas sueltas, dándole un aspecto desaliñado.
—Está bien, Giovanni tu ganas —dejo escapar un suspiro de resignación —además yo también tengo hambre y esbozo un sonrisa.
Juli se quedo pasmado al ver esa mueca del mayor y más aun que este cediera tan fácilmente a Giovanni, pues por como lo había estado sujetando el hubiera jurado que estaba a punto de violarlo.    
—Vamos, Dave, supongo que tampoco has comido por esperarnos —el alfa hablo amablemente al chico que los había interrumpido.
Este chico era ligeramente más alto que Juli, de cabello largo hasta los hombros y rojo intenso, su rostro mostraba aún el miedo que le provocaba Kaled, sus ojos grises se mostraban evasivos al alfa, Dave vestía un short beige, una playera de manga corta, amarilla con rayas horizontales cafés y la piel clara de su cuello dejaba ver varios besos perfectamente marcados ahora de un color morado, y sus firmes piernas también mostraban algunos moretones.
 Juli voltio a ver a los dos chicos y se percato de los moretones e imagino que así se vería él, al seguir con su escaneo se detuvo en el arete de serpiente que llevaba en el cartílago de la oreja derecha el chico llamado Giovanni, era igual al que los otros dos chico que lo encontraron en el callejón aquella noche fatal.
—Si amo, todos lo estamos esperando para desayunar —Dave contestó —y se hizo a un lado para dejar pasar al alfa.
Cuando Kaled camino para entrar a la otra habitación, Juli miro a Dave y se percato de un anillo dorado que llevaba en la mano izquierda, al igual que Ariel, en ese momento supo que él era una hembra como el alfa los llamaba.
Giovanni dejo que pasara Kaled y en tan solo unos cuantos pasos más los cuatro se encontraron en una habitación que tenía como principal atractivo un gran comedor rectangular, de madera y ahora ocupado casi en su totalidad por el resto de la manada.
El lugar de uno de los extremos habías sido reservado para Kaled, al cual se fue directo y el asiento a su mano izquierda estaba vació. Mientras el alfa pasaba todos en la habitación hacían un ligera reverencia aún Dave quien ya lo había visto en el pasillo. Al llegar el mayor al los lugares vacios, vio a Ariel correr para retirar un poco la silla del comedor para permitir que sentara en ella a Juli, después se hizo a un lado para que el alfa acomodara de nuevo el asiento cerca de la mesa.
—Gracias Ariel —el alfa le dijo a este lindo chico, que hoy llevaba un vestido verde, por arriba de las rodillas y unas zapatillas a juego, además de que su cabello estaba recogido en una cola con todos sus rizos alborotados.
Ariel sonrió —De nada amo —y se acomodo en la silla de alado de Julien.
En la cabecera contraria se sentó Giovanni con Dave a su derecha. A lado de Ariel estaba un hombre grande de pelo negro y corto, su piel morena mostraba algunas cicatrices en sus fornidos brazos, sus ojos oscuros eran serios, vestía una playera negra ceñida a su cuerpo, y unos jeans azules. Este hombre tenía 28 años y portaba un arete de serpiente igual al de los demás perros y se llamaba Raúl y era el esposo de Ariel.
Sentado enfrente de Juli estaban sentados los dos chicos que vio por primera vez en la calle.
El chico de la cicatriz vestía unos jeans azules, con una playera azul cielo, Juli ahora si pudo ver su rostro mucho mejor pues en la otra ocasión por la oscuridad no había podido. Sus ojos eran cafés y mientras veía a su compañero una gran sonrisa iluminaba su rostro. Su compañero llevaba al igual que en la noche una diadema blanca y sus ojos eran de un color café pero claro y sus facciones eran más finas, aún cuando su cuerpo era musculoso como el de los demás perros, vestía unos pantalones entubados color negro, tenis de bota blancos y una playera ceñida sin mangas roja. A Juli le llamo la atención que el chico de la diadema llevaba una argolla de matrimonio como las hembras en la mano izquierda, pero el usaba un arete como el de los perros y al ver como lo miraba su compañero parecía que eran pareja.
—Y ¿Gerard aún no llega? —el alfa pregunto.
—No —contesto Giovanni —y no creo que llegue pronto se llevo a Vincent con él, deben de andar por ahí, buscando cachorros – esté soltó una carcajada que fue acompañada por las de los demás incluso la del alfa, pero Juli no entendió la broma y solo sonrió por cortesía.
—Entonces no los esperemos —Ariel y Dave se pararon y comenzaron a servir la sopa —Por cierto este cachorro es mi perra por si alguien no lo sabía, se llama Julien y agradeceré que sean amables con él —al decir esto, sonó más como una orden que como una petición,
Kaled observo a cada uno de los presente buscando alguna duda pero todos aceptaron la orden sin chistar. 
—Mucho gusto Julien —de nuevo era Giovanni, al parecer era el más entusiasta de todos —Yo soy Giovanni el segundo de Kaled y este es Dave mi pareja, seguro se llevaran bien —de esta manera presento a su hembra, el joven le dedico una discreta sonrisa al nuevo integrante de la manada.
 Por lo menos lo llamaba de una manera más amable comparado con el alfa que lo llamo perra, pensó Juli.
—Hola —Juli no quiso regresar un saludo igual de entusiasta pues él no estaba allí por su gusto.
—Julien, a mí ya me conoces pero te presentare a mi esposo Raúl —Ariel ya estaba sentado en su lugar y ahora señalaba a su compañero, este la miro de manera amable y después dirigió su mirada al nuevo cachorro.
—Gusto en conocerte —le dijo seriamente.
Cuando Juli iba a contestar, fue interrumpido por el chico de la diadema.
—Hola Julien o ¿te puedo llamar Juli?, suena más lindo y yo soy Mario pero lo odio, prefiero que me llames Mar, ok —y le dedico una gran sonrisa —este idiota de acá es mi pareja y se llama…
—Yo puedo presentarme solo CARIÑO —e hizo énfasis en la última palabra —soy Javier, por cierto nos recuerdas nosotros te enc… ¡auch! —se le escapo un quejido pues su pareja le había dado un pisotón por debajo de la mesa al notar que Juli se ponía triste al recordar aquella noche.
—Y entonces como te puedo llamar —intentaba distraer la mente del cachorro.
—Juli está bien —mientras todos se presentaban Kaled había empezado a comer.
Todos guardaron silencio y se dedicaron a comer tranquilamente.
Al terminar, Juli sintió una punzada en su trasero y supuso que era por haber permanecido tanto tiempo sentado, su rostro dejaba ver esta molestia.
— ¿Te encuentras bien? —Kaled le pregunto y automáticamente el cachorro sintió la mirada de todos puesta en él.
—Sí, estoy bien —mintió, pero Kaled no le creyó.
—Debe de estar pasando el efecto de las pastillas, amo —Ariel comento.
—Tienes razón —el alfa le confirmo —te toca tú pastilla en una hora, te llevare a la recamara a descansar.
—No por favor, no quiero estar solo —Juli le suplico a su amo.
—Pero debes de descansar, eso lo especifico el doctor —Kaled le dijo.
—Llévalo a la sala allí estará más cómodo y así los chicos podrán explicarle los roles que todos juegan en la manada mientras planeamos el recorrido de hoy —de nuevo era Giovanni dándole una opción al alfa, Juli lo miro y este le guiño un ojo.
— ¿Quiere ir a la sala? —Kaled le pregunto cortésmente.
—Sí, por favor —el cachorro, realmente le empezaba a doler el trasero y sentía que poco a poco iba subiendo esta molestia a la espalda pero no deseaba irse, quería estudiar el lugar y las personas, buscaba una manera de escapar de allí.
Dave y Ariel empezaron a recoger todo lo de la mesa y se lo llevaban a otra habitación Juli supuso que era la cocina. Los demás también se pararon y se retiraron, dejando solos a Kaled con Julien.
—Te duele, verdad —era una aseveración, la que el alfa hacía.
—Solo un poco —Juli no mintió pues supuso que no le creería.
—Mejor te llevo al departamento —su amo le dijo.
—No, por favor, es una pequeña molestia además dijiste que y casi me toca la pastilla, te prometo que si me duele más te digo y me llevas al departamento, pero por favor quiero quedarme un poco más. 
Kaled no pudo negarse, esos hermosos ojos lo tenían cautivado y cuando suplicaban eran tan tiernos que no había manera de que no le permitiera quedarse.
El alfa se incorporo y cargo de nuevo a Juli, lo llevo a la sala y lo recostó en ella.
—No tardaran los chicos en venir, yo tengo que arreglar algunas cosas para la tarde, así que te dejaré solo, pero si necesitas algo grita estaré en la habitación de allá —y señalo enfrente de la cocina se veía una puerta.
—Estaré bien, ve —Juli lo instó a irse.
Kaled le dio un beso en la frente y se fue. El cachorro sintió como se sonrojaba, lo bueno es que se había ido así que no pudo notarlo.
A los pocos minutos llegaron Dave y Ariel.
—Hola Juli —le dijo Dave y le tendió la mano —hace un rato no pude saludarte bien, lo siento, es que el amo me da un poco de miedo aún.
—Discúlpalo, él es nuevo igual que tú —pidió Ariel
—Hola Dave —y estrecho su mano —no te preocupes. ¿Enserio eres nuevo? —Juli estaba sorprendido por la noticia, tal vez podrían encontrar una manera de escapar juntos.
—Bueno yo…
—Claro que lo es, va a cumplir un año con nosotros —Ariel lo interrumpió al ver que no contestaba rápido.
—Entiendo y ¿cómo fue que llegaste? —Pregunto lleno de curiosidad.
—Yo acababa de cumplir 20 años cuando mis padres murieron en un accidente de carro, estaba desesperado y empecé a  caer en el alcohol primero con mis amigos, después yo solo, pero un día ya no tuve con que pagar y el dueño del bar a donde regularmente bebía, me fio las bebidas pensando que le pagaría y como hasta ese momento no le había quedado mal,  pero después de varios días en los que no le pague, él me dijo: “a mí no me gusta perder mi dinero, así que tendrás que pagarme”, al momento yo no supe a que se refería pero después de que me embriagara me llevo a la bodega y me violo, allí me tuvo por varios días y todas las noches me tocaba, era asqueroso, pero no me podía escapar estaba encadenado al piso. Cuando ya había perdido la esperanza de escapar, hubo una pelea en el bar, después oí gritos y solo entendí que dijeron ¡los perros!, no tuve tiempo para reaccionar, pues inmediatamente la puerta de la bodega se abrió y allí estaba Giovanni. Me miro, se acerco y me dijo: “¿Quién te hizo esto?”, yo le dije que el dueño, también le indique donde estaban las llaves para que me quitara las cadenas, después de eso me saco del bar y me trajo aquí.  Desde entonces estamos juntos.
Juli estaba sorprendido por la historia de Dave.
—Y ¿has intentado irte? —le pregunto con curiosidad.
—No, ¿para qué?, no hay nadie esperándome, ni nada que me interese, además Giovanni me quiere y yo a él —contesto sinceramente.
El cachorro noto lo diferente de sus vidas pues estaba seguro de que sus abuelos se preocuparían por su ausencia en cuanto lo supieran, él si había tenido cosas que le interesaban como la universidad y sus amigos. Él si tenía una vida que lo esperaba.
 —Basta de historias tristes —Ariel comento.
—Disculpa que te haya hecho recordar algo desagradable —Juli le dijo.
—No te preocupes ya lo supere —contesto de manera muy segura.
Juli estaba a punto de preguntar sobre Mar pero la puerta principal se abrió súbitamente y esto lo distrajo.
— ¡Jefe! —grito un hombre moreno, de pelo negro, con ojos cafés y con una expresión de miedo.
— ¿Qué sucede Noah? —Pregunto Ariel, mientras Dave corrió a donde se encontraban los machos de la manada.
Salieron rápidamente, primero Kaled seguido de Raúl, Mar, Javier y al último Giovanni que sujetaba de la mano a Dave.
— ¿Qué te pasa Noah? —Ahora era Kaled el que cuestionaba.
—Son esas estúpidas lagartijas de nuevo, jefe —el chico hablo fuerte y rápido.

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