En el infierno. Capítulo 6.


Ángel.



La luz del alba deseaba desaparecer la oscuridad de la habitación sin embargo el cancerbero que iba llegando no lo permitiría, en cuanto entro se dirigió a cerrar las cortinas para evitar la intromisión del sol en su guarida. Se acerco a la cama donde yacía su pequeña perra y encendió la tenue luz de la lámpara.
—Julien —dijo al recordar su nombre- me duele haberte lastimado de esa forma, jamás ha sido mi intención golpearte, es solo que cuando me enojo no puedo detenerme- hablo esto en voz baja, mientras le acariciaba la mejilla.

—Se que toda tu vida se ha puesto de cabeza y que estas desorientado, que quisieras salir corriendo de aquí y tal vez te dejaría pero desde que te vi en la calle me atrapaste —continuó esta confesión en silencio.
Kaled recordó su encuentro con el cachorro
  “A primera vista le pareció como si un ángel hubiera caído del cielo, tal vez sus antiguas suplicas fueron escuchadas por fin y el mismísimo Dios le mando a uno de sus mensajeros para ayudarlo, sin embargo se reprendió pues era claro que su alma ya estaba corrompida y que ningún Dios por muy misericordioso lo perdonaría, además hacía tiempo que dejo de lado sus creencias, desde que sus plegarias fueron ignoradas, se convenció de que no existe un ser supremo si lo hubiera no habría permitido que él pasara por todos aquellos… ¡NO!, ¡No de nuevo!, se juro no volver a recordar esos momentos así que reprimió su memoria.  Después de despejar su mente miro a su pequeño, su cabellera era una cascada dorada que soltaban destellos por la luz del alumbrado, pues la Luna intimidada por este ángel estaba escondida evitando resaltar más su belleza con su resplandor nocturno, se veía muy agitado, estaba agachado tal parece que estaba huyendo de alguien, este pensamiento se confirmo cuando apareció  un hombre gordo corriendo en la calle y gritando un nombre que no escucho y miro por toda la calle pero no lo vio; por un momento fui presa de una ira irracional no sabía porque pero deseaba golpear a ese hombre, gracias a que este siguió su búsqueda me pude detener. En cuanto desapareció su perseguidor, mi ángel se puso de pie, su figura pequeña y delgada me atrajo a un más, mis perros se acercaron a él y este intento correr pero no se percató de mi presencia por lo que choco conmigo, al caer volteó a verme y en ese momento supe que no lo dejaría ir, me vi atrapado por la profundidad del mar que eran sus ojos azules, en mi otra vida amaba ir al mar, esté siempre me cautivo y tranquilizaba mi alma atormentada. Y ahora este niño causaba la misma sensación. Por todo esto fue que no dude en traerlo a mi casa y hacerlo parte de mi vida, aun que eso implique destruir la suya. ”
—Estoy consciente de que me he portado como un maldito contigo pero sé que de esta manera podrás olvidar más rápido quien eras y así aceptar tu realidad —se inclino para besar a su ángel en los labios, tiernamente.
Su beso duro solo unos segundos, pues no quería despertar a Julien quien se miraba agotado y deseaba dejarlo descansar.
—Han sido unos días muy duros para ti- termino su discurso de esta manera y fue a bañarse.
Julien sintió una extraña caricia en los labios pero su cansancio no lo dejo abrir los ojos inmediatamente, cuando por fin lo logró vio la silueta de su ahora dueño entrar al baño, su cuerpo se estremeció al verlo y quiso huir pero al intentar moverse sus adormilados músculos no se lo permitieron.
—Debe de ser por las pastillas que medió Ariel —dijo esto en voz alta.
Con mucho esfuerzo se acomodo en la cama, haciéndose de lado y fingiría dormir. 
Después de varios minutos que a Juli le parecieron horas, la puerta del baño se abrió y él apretó sus ojos, al oír que caminaba hacía el otro extremo del cuarto su curiosidad lo insto a mirar al mayor.
Mientras lo observaba pensó que era muy guapo, su cintura era la única parte cubierta por la toalla, su hermoso cuerpo estaba al descubierto, aunque la luz de la lámpara no llegaba hasta donde él estaba, alcanzaba a vislumbrar su figura marcada y su cabello alborotado, un calor invadió a Juli y rápidamente lo hizo a un lado, tal vez si se hubieran conocido en otras circunstancias no dudaría en enamorarlo pero después de todo lo ocurrido, solo deseaba alejarse de él.
Kaled saco su pijama y se la puso, con la toalla restregó su pelo, al terminar la aventó en la silla y fue directo apagar la lámpara, vio a su pequeño aún dormido y se metió en las cobijas. Abrazo el delgado cuerpo de su amado, le beso la cabeza y se dispuso a dormir.
Mientras tanto Juli agradecía que su amo no se diera cuenta de que estaba despierto y al sentir los brazos de él, se quedo quieto, su cuerpo era consciente de la cercanía de Kaled y su miedo de ser violado de nuevo no lo dejaba en paz. Hasta que escucho la acompasada respiración de su acompañante pudo quedarse dormido.
—Despierta —El chico era movido enérgicamente –vamos despierta.
Julien abrió los ojos y lo primero que vio fueron esos ojos fríos observándolo. Desvió la mirada y noto las cortinas abiertas, la luz natural iluminaba la habitación que era grande, del lado contrario a la cama estaba un closet de madera barnizada en un color oscuro, cubría toda la pared,  este se dividía en tres, las divisiones de los extremos tenían puertas corredizas y la división de en medio estaba descubierta y con varios niveles, en el nivel de arriba había  una pantalla de 42 pulgadas, debajo estaba un blu-ray o por lo menos esto le pareció, en los otros niveles había películas.  
—Qué bueno que despiertas, estaba a punto de echarte agua en la cara —su voz distrajo a Juli de su análisis del cuarto y lo obligo a fijar su mirada en el alfa —el médico dijo que descansaras pero que no dejáramos de darte tus medicamentos por ninguna razón —agito unas cajitas de medicinas y en la otra mano agarraba un vaso con agua.
Kaled vestido aún con su pijama y con el torso descubierto, dejo las medicinas y el vaso en la mesita; se acerco a Julien el cual seguía acostado, puso sus manos por debajo de los brazos del pequeño y este al sentir el contacto de este hombre se revolvió para impedir que lo tocara.
—No por favor, me voy a tomar todo lo que me digas pero no me hagas… —su plegaria se vio interrumpida por el mayor.
—Cálmate solo te voy a ayudar a enderezarte para que puedas beberte el agua —este le aclaro y Juli a regañadientes pero accedió a recibir la ayuda.
Después de ayudar a juli a sentarse en la cama, su amo le paso las pastillas que debía tomar junto con el vaso de agua.
Kaled observó que se tomara todas las pastillas, después le retiro el vaso y fijo su mirada en el pequeño quien no se atrevía a mirarlo por miedo a ser reprendido.
— ¿Cómo te has sentido? ¿Te ha dolido algo? —el alfa se mostraba serio y frio como siempre- ¿Dime te trajeron de cenar ayer?
—Me he sentido bien- Juli hablo en un susurro, recordó a su enfermero y la sorpresa que se llevo al descubrir su sexo —en la noche un chico llamado Ariel me trajo de comer… gracias por enviarlo, además me dio mis pastillas.
—De nada, ya te lo dije, quiero que te recuperes pronto —hizo un pausa y su mirada se hizo más intensa, por lo que el cachorro no pudo más y dirigió sus ojos a Kaled, al parecer eso es lo que él deseaba — ¿Dime tuviste algún percance anoche?
Julien contesto de inmediato —No —pero al ver a su dueño noto cierta molestia y recordó que cuando Ariel entró en la habitación él estaba en el piso, por lo que corrigió su respuesta- tal vez un pequeño accidente pero no fue nada grave…
Y ¿no pensabas decírmelo?, ¡odio que me oculten cosas! —Kaled gritó la última frase.
Juli tembló al escucharlo y sus ojos se llenaron de lágrimas.
— ¿Explícame lo que paso? —exigió de manera poco amable.
—Intente caminar hasta el baño pero mis piernas no me aguantaron y caí al piso —el cachorro supuso que Ariel le comento pues no pereció sorprenderse de su explicación.
—Ok, no intentes pararte solo, por lo menos hasta que el doctor te lo permita —se mostraba más tranquilo- son las 10 y el clima esta perfecto para tomar una ducha, además no quiero que se infecten las heridas.
El alfa camino al baño; el cachorro lo siguió con la mirada y escucho la caída del agua, supuso que estaba llenando la tina, tras varios minutos en los que se escucharon ruidos en el baño por fin salió Kaled.
—Listo —su amo dijo esto y el cachorro hizo a un lado las cobijas, movió sus piernas hasta ponerlas en la orilla de la cama y cuando se iba a impulsar con las manos para poner sus pies en el piso escucho —al parecer tú no entiendes o definitivamente la obediencia no es lo tuyo- se mostraba de nuevo molesto- tu educación requerirá mucha paciencia lo malo es que yo carezco de ella —el alfa se irritaba fácilmente.
El mayor se acerco a Juli y lo cargo; llevo a su perra en brazos hasta la tina del baño, lo puso de pie, pero lo sujeto de la cintura.
—Desvístete o lo hago yo —no era una pregunta era una advertencia.
El chico no se movió, la cercanía con el cuerpo del mayor lo tenía paralizado; Kaled lo noto, puso su dos manos en las caderas del pequeño acercando aun más sus cuerpos.
Kaled miro a Juli a los ojos y este inmediatamente bajo la vista fijándola en el pecho del mayor, lentamente bajo su mano derecha por la nalga del chico, esté no se movió, siguió su recorrido ahora por el muslo, hasta llegar al final del camisón y justo allí inicio el ascenso pero ahora por debajo de la prenda.
El joven estaba conmocionado, su cerebro le gritaba que se alejara pero su cuerpo agradecía el contacto tan cariñoso, pues aun cuando estaba acostumbrado a estar solo, siempre ha contado con el amor de alguien (su nana al principio y después con el de sus abuelos) y desde que llego a este lugar solo ha recibido golpes e indiferencia.
La mano del mayor siguió subiendo hasta llegar a su cintura en donde se detuvo, ahora su mano izquierda hizo lo mismo, el corazón de Juli latía frenéticamente, Kaled notaba el sonrojo del chico lo cual lo llenaba de felicidad por que le estaba permitiendo seguir; continuo con el ascenso pero ahora con las dos manos juntas hasta llegar a las axilas, allí se detuvo un momento, no quería asustarlo, siendo brusco. Camino lentamente hasta la pared, levantando al menor ligeramente del piso para evitar que este caminara, Juli quedaba de espalda a esta.
Con las manos tomo el final de la prenda y lo fue subiendo, con sus piernas acorralo al chico, con sus caderas lo empujaba a la pared para proporcionarle un poco de soporte y evitar que este cayera en caso de que sus piernas desfallecieran. Julien se vio obligado a levantar sus brazos para permitir ser desprendido de su camisón. La mirada de Juli se entristeció al ver su cuerpo lleno de moretones. Kaled comprendió el aturdimiento del pequeño.
—Si me obedeces, no habrá motivo para que vuelva a suceder, tal vez no me creas pero odio la violencia —le susurro esto en el oído —Ju… li… en —menciono cada silaba lentamente.
Un escalofrío recorrió el cuerpo del pequeño.
Las manos del alfa tomaron el delicado rostro del chico el cual estaba sonrojado, lo levanto para poder verlo mejor e instintivamente bajo su cara hasta posar sus labios en los del menor, con suaves movimientos fue abriéndolos, logrando introducir su lengua para saborearlo por completo. Julien permitió esta acción y la correspondió, las manos del mayor bajaron por la espalda del pequeño, hasta llegar a los bóxers e introdujo sus manos por debajo de estos, primero acaricio su pequeño pero bien formado culo y después se ocupo del miembro. 
El cuerpo del cachorro se estremeció al sentir las manos inquietas del alfa en sus genitales y dejo escapar un gemido que fue callado con los labios del mayor.
Kaled termino por bajar por completo los bóxers permitiendo su caída al piso. Beso de nuevo al chico por bastante tiempo y sintió el aumento de temperatura no solo en la parte baja de su cuerpo, sino en todo su ser, lo cual lo insto a detenerse de lo contrario después no podría parar.
—Es tiempo de que te bañes o se enfriara el agua —su voz ahora mostraba un poco de pesar.
—Pero… —Juli estaba caliente y el repentino alto lo confundió, tal vez hice algo mal. ¿Debería de preguntarle? Estos pensamientos le surgieron pero otros más lo atormentaron, te salvaste, no debes dejarte llevar de nuevo por las caricias de este demonio, su cerebro le repetía esto.
—Te advertí que te desvistieras tu solo o lo haría yo —explico de esta manera su actuar.
El cachorro no dijo nada pero se dio cuenta que todo fue para domesticarlo y no porque el mayor sintiera algo por él. Pero era obvio como podría sentir algo cuando apenas tiene unos días de conocerse y durante los cuales sus encuentros han estado rodeados de violencia, pensó Julien. El chico supuso que el mayor solo había jugado con su cuerpo y que se divertía con sus reacciones.
Kaled levanto de la cintura al menor y lo metió en la tina, lo ayudo a sentarse, se volteo, tomo una esponja y jabón del mueble que estaba atrás de él.
Al sentir el agua caliente un escozor invadió su espalda, esté era tolerable y recordó los golpes con el cinturón proporcionados por el mayor, aquellos que lo hicieron perder la conciencia.
Sin embargo el pequeño no se percato de los movimientos del mayor pues sus pensamientos lo tenían abstraído, cada momento que pasaba sentía que su miseria aumentaba. Su atención regreso cuando el tacto gentil de su amo empezaba a frotarlo con la esponja.
El alfa se puso en cuclillas y froto todo el cuerpo de su perra, lentamente, pues quería despertar su deseo pero el pequeño seguía apesadumbrado por lo sucedido anteriormente. Mientras era bañado Julien no dijo ni hizo nada, parecía un objeto inanimado. Kaled se preocupo por la reacción de juli, no entendía su actitud, lo estaba tratando amablemente, él se mostraba dolido, el mayor no sabía que hizo mal.
Al terminar se paro y jalo una toalla, la puso en su hombro, se agacho para sujetar a su perra del abdomen y ponerlo de pie, lo envolvió y cargo a su pequeño.
Kaled sentó a Julien en la cama, seco su cuerpo, fue al closet y saco ropa para su perra. Era una camiseta azul de tirantes obviamente de dama y un short. Después de vestirlo, lo acomodo en la cama de nuevo.
— ¿Puedes prestarme un peine? —la cara de tortura del alfa cambio de inmediato al escuchar la voz de su perra.
—Por supuesto —como pudo olvidar su hermoso cabello, fue de nuevo al baño y regreso con un cepillo y un peine —aquí tienes —se los ofreció.
—Gracias —tomo los dos, dejo el cepillo en la cama y uso primero el peine, desenredo su cabellera y por último lo cepillo varias veces y como siempre esto ayuda a calmar su mente.
La concentración de Julien estaba en su cabello y la de Kaled en él, estaba hipnotizado con el movimiento de las manos y su rostro reflejaba el deseo contenido por tenerlo pero el alfa era consciente de que no debía tocarlo de nuevo o no se detendría hasta haberlo hecho suyo y el doctor fue muy claro nada de sexo, era su castigo por maltratarlo tanto y tenía que acatarlo.  
—Gracias —regreso los objetos a su amo, mientras Kaled fue guardar estos, Juli sujetaba su cabello intentando recogerlo.
—No —Kaled casi lo grito y se dio cuenta de ello —perdón no quise gritar, pero no recojas tu cabello.
Julien se asusto al escuchar su grito y después de escuchar su argumento, soltó su cabello y pensó que ahora ni siquiera era libre de peinarse como deseara.
Toc toc
Los toquidos alertaron a los dos hombres en la habitación.
—Adelante —contesto el alfa.
Una hermosa cabellera rizada color chocolate se asomo por la puerta; en cuanto Juli la vio supo quien era: Ariel.
—Señor —miro a Kaled y después observo a Julien —Lo siento no sabía que él ya estaba despierto —titubeo un poco, pensó que había interrumpido algo.
—No te preocupes, dime ¿a qué viniste? —contesto serio pero educadamente.
—Yo… Vine a preguntarle si ¿va a bajar a desayunar? —se le notaba nervioso  
—Si lo haré o mejor dicho lo haremos —observo a juli y este por alguna razón parecía muy nervioso —Diles que preparen dos lugares.
—Si señor con su permiso —Ariel cerró la puerta.
—Propio —A Juli le pareció tan educado —ya es tiempo de conozcas a los demás, Julien —sentenció.
No supo que decir y vio a su amo dirigirse al closet y buscar en los cajones.

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Comentarios

  1. Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy me desespera, que quiere este Kaled que lo adore,,,,,,
    te recuerdo que lo violaste, lo desgarraste, golpeaste lo hiciste sangrar, y ahora pretendes que te tenga algo de aprecio, insisto será un Alfa pero es un imbécil.

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