La hembra del alfa
Ya pasaba
del medio día y el pobre cachorro apenas iba despertando. El pequeño Juli cada
vez que respiraba un intenso dolor lo invadía, seguramente sus costillas no
aguantarían otra paliza como la de anoche.
Decidió
abrir los ojos y esto requirió mucha fuerza y valor de su parte pues tenía
miedo de su captor, sin embargo al mirar en la cama y después de echar un
vistazo en el resto de la habitación se percató de su ausencia.
Estaba
acostado boca arriba y arropado con las cobijas, se apoyo sobre sus manos para
levantarse de la cama, pero al mover sus músculos el dolor lo invadió y aturdió
por unos minutos, sentía que se desmoronaría si se ponía de pie, abrazo su
cuerpo para consolarse y lo sintió pegajoso, los recuerdos de la noche lo
golpearon tan fuerte como su dolor físico.
Después de
que Kaled lo tomará por tercera vez, el cerebro de Juli lo protegió intentando
aislar su mente de todo lo que le estaba sucediendo, perdió la cuenta de las
veces que lo penetró, ni siquiera recordaba si lo había golpeado de nuevo.
Por
segunda vez intento levantarse y lo logró, (soportando el dolor que esto le
causaba) se sentó sobre la cama y vio el edredón con varias manchas de sangre
seguramente del cachorro, alcanzó a mirar los libros que le había lanzado a
Kaled, tirados en el piso junto a la ropa de esté y busco la suya pero no la
vio por ningún lado. Respirando profundamente se incorporó, al estar de pie
sintió un líquido escurriéndole por la entrepierna, al bajar la mirada observó
sus muslos manchados con sangre seca, que ahora se humedecía con el fluido
blanquecino que era expulsado de su cuerpo, al ir explorando su maltratado
cuerpo, su mirada se detuvo en los moretones de las costillas, de las piernas,
brazos y seguramente en el rostro también los tenía, siempre había sufrido de
tener una piel delicada la cual con un simple golpecito quedaba marcada.
Despacio,
sujetándose de la pared y de todo lo que estuviera a su alcance fue caminando a
la puerta, al llegar intentó abrirla pero estaba cerrada con llave, al voltear
para buscar algo con que forzarla, vio la ventana del otro lado, tal vez estaría
abierta y de hecho lo estaba pero al asomarse se dio cuenta que estaba a varios
pisos de distancia por lo que su idea de escapar por ella se desvaneció.
Varios
minutos pasaron y no encontró nada para abrir la puerta, se dio por vencido. El
olor a semen, sangre y sudor lo tenía mareado se dirigió a la segunda puerta
que aún no exploraba, al abrirla vio el baño y se sorprendió, él nunca había
visto un lugar así; era amplió y de un blanco inmaculado, contaba con una tina
para dos personas y la regadera, al mirar la pared vio un espejo enorme y abajo
un buro con varios cajones.
Al
acercarse rompió en llanto, su cuerpo estaba hecho una piltrafa, lleno de
golpes, mordidas por todas partes, una herida en la cabeza del lado izquierdo,
todavía se veía sangre seca pegada en su rostro, su hermoso cabello dorado
estaba hecho un nudo, se veía opaco y en algunas partes con manchas de sangre,
sentía sus mejillas adoloridas y ahora notaba la inflamación en ellas por los
golpes y su labio inferior estaba reventado y recordó la mordida de Kaled.
No quería
seguir mirándose, camino lento hacia la regadera, la abrió, el agua estaba
helada pero no hizo nada por cambiarla pues sentía como su cuerpo lo agradecía;
cada moretón, cada herida y cada parte del cachorro incluso su espíritu bendecía
la frialdad del agua. El gélido contacto de esté líquido cristalino
tranquilizaba su alma maltratada y escondió sus lágrimas, al igual que calmaba
su punzante cuerpo inflamado.
Se tomó su
tiempo para limpiarse el físico porque sabía el resto de él siempre estaría sucio
o por lo menos eso pensó. Finalizada su tarea, tomó una de las toallas que
estaba en el mueble, seco sin aplicar mucha presión pues con el simple rose de
la tela sentía que su piel se reventaría y comenzaría a sangrar, se amarro la
toalla a la cintura, con otra seco lo más que pudo su cabello y paso sus dedos
hasta desenredarlo por completo (esto siempre lo ayudaba a relajarse), recogió
su cabello haciéndole una especie de nudo, con suerte le duraría hasta que sequé
por completo.
Sus
pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta abriéndose. Juli
sintió el terror apoderándose de su mente y cuerpo.
—Cachorrito
¿Dónde estás? ya llego tu amo, se supone que debes estar aquí para recibirme —se
oía contento.
Esa voz
paralizó a Julien, no sabía qué hacer. Su miedo se elevo al ver el pomo de la
puerta girar para permitir el paso del alfa.
—Te
encontré —la felicidad en su rostro cambió por uno iracundo al ver al pequeño- ¿qué
hiciste? - grito furioso.
Julien no
sabía a qué se refería y por lo mismo no sabía que contestar. Se quedo
paralizado por el terror que le generaba ese hombre que ahora lo observaba colérico
desde la puerta.
—Acaso no
te quedo claro quién es tu amo —se acerco y sujeto al cachorro del pelo y lo
puso frente al espejo - ve me bien y jamás olvides el rostro de tu dueño, de
ahora en adelante tú no harás nada que yo no te ordené, solo me obedecerás a mí,
¿entendiste?-miraba al chico por el espejo.
El
cachorro temblaba de miedo; miro a Kaled con su cabello plateado perfectamente
peinado hacia atrás, bajo su mirada y fue atrapado por esa mirada color miel
que no lo liberaba, una sonrisa burlona se dibujo en su rostro. Juli no aguanto más así que asintió, con tal
de que lo liberara.
—Muy bien
eso espero, no vuelvas a bañarte sin que yo te lo autorice antes —le mordisqueo
la oreja Kaled se estaba apropiando de Julien pero no solo de su cuerpo también
quería su mente, a él le gustaba controlar todo incluso los pensamientos.
—Ven te
traje un poco de ropa —lo despojó de la toalla y sujetándolo del cabello, lo
llevó al cuarto.
Le mostró
una bolsa de plástico negra que estaba en la mesita de noche, lo jaló hasta la
cama y abrió la bolsa.
—Ya que te
elegí como mi perra, debes lucir como tal —saco un vestido corto azul, el
escote era barco y en el torso era pegado hasta la cintura, en la parte de
abajo el corte era en A.
—No por
favor... —Juli suplicó para que no lo hiciera ponerse esa ropa- acaso no le
bastaba con haberlo golpeado y violado; ahora también lo humillaría vistiéndolo
como mujer, ¿cuánto más pisotearía mi orgullo?, ¿Cuánto más me va a sobajar?
— ¿Qué?
acaso piensas que te estoy preguntando-lo sujeto del cabello y aventó al débil
cachorro quién no hizo nada para evitarlo —veo que necesitas más lecciones de
entrenamiento para que aprendas a obedecer.
El
cachorro levanto la mirada vio al mayor que vestía una playera negra ceñida a
su pecho, una chamarra de piel negra y un pantalón mezclilla azul viejo
(deslavado) sujetados con un cinturón café (de piel), justo en ese momento Juli
observó como Kaled desabrochaba el cinturón y lo sacaba de su pantalón e
inmediatamente su cuerpo se contrajo del miedo y sus ojos se inundaron.
Kaled le
enseñaría quien manda, sujeto los dos extremos del cinturón y con el cuerpo de
esté atizó a su pequeña perra desobediente, el primer golpe dio directo en la
espalda del niño, quién al sentirlo se arqueo por el dolor, el segundo golpe
dio en sus nalgas, Julien solo se hizo ovillo y de esta manera aguanto la
lluvia de golpes, hasta que ya no sintió nada.
Juli
escuchaba que alguien lo llamaba pero él estaba tan cómodo en la oscuridad no
quería salir de este lugar tan apacible.
—Vamos
cariño despierta, ya fue demasiado tiempo —la voz se oía realmente preocupada.
Pero ¿quién
se preocuparía de esa manera por alguien? tenía curiosidad por saber ¿de quién
era esa voz?; contra todos sus deseos abrió los ojos muy lentamente y lo vio
sentado en la cama y con una expresión de genuina preocupación.
—Gracias —el
mayor se acerco a su rostro y le dio un beso suave y tierno en los labios.
Juli
estaba confundido.
—Dime algo
lo que sea —él quería oír la vocecita de su perra.
— ¿Qué
paso? —el cachorro no entendió que pasaba ni porque ya no sentía dolor.
—Se me pasó
la mano y perdiste la consciencia por varios minutos, me preocupe y llame al
doctor. Cuando llegó, te revisó, curo tus heridas y contusiones, también te
puso unos puntos en el culo pues dijo que lo había desgarrado, en fin, te
inyectó un analgésico y te dejo varias pastillas, para la inflamación y para un
montón de cosas —Kaled se quedo en silencio, pareció apenado —lamento mucho
haberte lastimado de esa manera, pero también es tú culpa por hacerme enojar,
créeme no me gusta recurrir a los golpes pero si es la única manera en que
entiendas no dudes que lo volveré hacer.
Julien
estaba sorprendido por la declaración de su arrepentido amo, no entendía ¿Por
qué lo culpaba?
—Ya es de
noche- vio el rostro de incredulidad de su pequeña perra —si dormiste toda la
tarde supongo que lo que te inyectaron fue muy fuerte, tengo que salir a dar un
recorrido y regresaré muy tarde, no te pares para nada, el médico dijo que
descansarás; mandaré a alguna hembra de los chicos para que te cuide hasta que
te duermas.
—Si tan
arrepentido estás ¿por qué no me dejas ir?, así ya no te molestaré —Juli hablo
en un murmullo apenas audible pues tenía miedo.
—Jajaja —las
risas del mayor fueron una dolorosa respuesta para el pequeño —voy a pensar que
fue una broma de lo contrarió el doctor tendría que venir dos veces en una sola
tarde y eso lo molesta.
Después de
un pesado silencio el alfa lo rompió al ponerse de pie.
—Me voy —se
agacho y besó a su pequeña en la frente. Sujeto un mechón dorado lo olió- amo
tu cabello, al igual que cada parte de ti y hazte a la idea que nunca te dejaré
ir, jamás te vas alejar de mi lado, por más que lo supliques no va a pasar, yo
soy tú dueño y así será por siempre —se acerco a su oído y le susurro- eres mi
perra.
Juli
estaba asustado por las aseveraciones hechas por su amo. Al enderezarse el
mayor, el pequeño se sujeto el abdomen.
—
¿Te duele?, el doctor dijo que tu pastilla para el dolor te tocaba hasta la
media noche —se le veía acongojado por su perra.
—No
me duele...
—Dime
¿qué te pasa? —no entendía lo que le pasaba a su pequeño cachorro.
—Tengo
hambre, hace mucho desde que probé bocado —le daba miedo la reacción del mayor.
El
alfa escucho el temor en la voz del pequeño -No seas idiota, no quiero tener
una perra debilucha, de lo contrario tardarás mucho en sanar y eso del celibato
no se me da, daré instrucciones de que te traigan algo de comer- Kaled camino a
la puerta, abrió, pero antes de salir volteó a ver a su perra- por cierto ¿cómo
te llamas?- se le oía interesado y con curiosidad.
—Julien
—contestó rápido, el pequeño estaba aprendiendo que su amo no le gustaba
esperar.
—Bonito
nombre, me gusta, no lo cambiare —le mando un beso y se fue, el cachorro
escucho cuando cerró bajo llave.
ANTERIOR SIGUIENTE
ANTERIOR SIGUIENTE
Espero que les guste y dejen un comentario al respecto. Si les gusto compártanlo.
*O*... (freeze)
ResponderEliminarPobre Julien... está... ca...ñón salir del "Pandemonium"
—Chaz... Chaz... —Shadoww sacando el látigo.
Wow!!! me encantó... me aguanté 3 capitulos, esto tenía que disfrutarlo... así al hilo y sin interrupciones, Aquí me pasó algo... aahm.. contradictorio... me voy a explicar para que me entiendas... Disfruté mucho de la violación, las palabras, los golpes, el efecto psicológico de la escena... pero algo en mi "oscuro" interior, chale... creo que era mi "consciencia" xDDDDD me hizo sentir, pena ajena por Julien... osea experimentaba placer con sufrimiento... jajajaja se lee ridiculo, lo sé... pero me pasó eso.
Se quedó buenisímooooo... ya hasta dejé de escribir por leer fanfics... aaay dios mio... no soy nada jajaaaja xDDDD
Sigo leyendo porque esto apenas está "arrancando", me falta el padre "beodo", ¿En donde anda ese "joio"? Bueno... en el siguiente me enteraré jejejeje
Y gracias por esta historia... saludos.
Sayobye :3
Muchas gracias por leerla y si me paso lo mismo que a tí, disfrute escribir estas escenas pero me dolió hacer sufrir tanto a mi querido Juli, y lo que le falta.
ResponderEliminarSigue leyendo y cuando creas indicado comentame que te parece.
Cuídate mucho. See you :)
Este esta loco o que???
ResponderEliminarEs un maldito y vil gusano,,,, que te duele? ah llame al doctor?
Será infeliz,,,, en fin a seguir leyendo.