En el infierno. Capítulo 3

La triste realidad.





Por fin Julien se pone de pie y se dirige a la calle para buscar un transporte.

—Mira lo que la noche nos ha traído —la voz venía del fondo de la calle.
Juli volteó pero no pudo distinguir a nadie, en esa parte la oscuridad no permitía intromisión.


—Será un excelente presente para el jefe —esta voz era diferente a la anterior.

Sin pensarlo Julien dio un paso atrás y se preparaba para correr.

Los dos hombres salieron de su escondite y caminaron hacia el pequeño.

Los dos vestían jeans negros, el de la derecha llevaba una playera azul marino estaba ceñida a su abdomen, su rostro tenía una cicatriz que cruzaba su mejilla izquierda, su mirada estaba llena de burla, su cabello era negro, corto y lo traía parado como púas, su piel era morena; el de la izquierda usaba una playera sin mangas blanca, su cabello castaño era un poco más largo que el de su compañero y traía una diadema blanca, esté era más alto y musculoso.

Los dos chicos no pasaban de los 25 años y algo que llamo la atención del pequeño era un arete que llevaban en el cartílago de la oreja derecha ya que era una serpiente que descendía hasta llegar al lóbulo.

Juli se echo a correr, voltio a ver a los dos chicos quienes no hicieron por ir tras él. Antes de que pudiera mirar al frente el pequeño choco y rebotó al suelo, no recordaba una pared en ese lugar.

Al levantar el rostro miró un hombre alto con una gabardina negra que lo observaba con curiosidad.

—Jefe mire lo que le conseguimos —el chico de la cicatriz lo dijo esperando un premio por su buen trabajo.

—Muy bien chicos —Su voz era fuerte y segura.

Julien sintió una mano que lo sujetaba del brazo y tiro de él, para que se incorporara. Lo hizo, cuando ya estaba de pie le propinó un pisotón al chico de la cicatriz quien lo sujetaba, esté lo soltó y Juli giro para poder escapar pero aquel hombre de la gabardina le dio un puñetazo en el abdomen y lo tiro.

El rostro del pequeño se contrajo por el dolor y después por la angustia de sentirse sin aire y gracias a que ninguno de los espectadores lo ayudó el cuerpo del chico no aguanto más y se desmayo.

El chico de la diadema se acerco y le tomó el pulso del cuello.

—Está vivo —lo dijo en voz alta —no cree que exagero jefe.

—Claro que está vivo idiota, no es como si le hubiera disparado además fue por culpa de este imbécil —señalo al chico de la cicatriz.

—Pero jefe yo...—el chico de la cicatriz lo miraba con vergüenza.

—Cállate, te confiaste y mira hasta un pequeño cachorro te puede morder —lo dijo muy serio

—Jefe ¿lo llevaremos a casa? —preguntó el chico de la diadema.

— ¿Llevaremos?, ustedes seguirán con la ronda y regresarán hasta que terminen, en cuanto al cachorro yo me encargo.

—Está bien —los dos aceptaron la orden.

El hombre de la gabardina sujeto a Juli por la cintura y lo levantó como si fuera un simple muñeco, lo puso sobre su hombro y se alejo de los dos chicos.

El dolor del abdomen despertó a Julien, el cual estaba acostado en una enorme cama, con un hermoso edredón azul y varias almohadas, el levanto su torso y se recargo sobre sus brazos y comenzó a mirar la habitación.

—Pero si ya se despertó el cachorro —era el hombre de la gabardina.

Julien busco la fuente de esa voz tan seria y fría.  Vio como el hombre que había hablado se acercaba a él.

— ¿Tú quién eres? y ¿dónde estoy? —Juli no sabía que estaba pasando.

—Soy Kaled el alfa de la manada y estas en mi casa.

Este hombre lucia muy seguro de sí mismo y claro así tenía que ser un líder, media 1.93, su pelo plateado estaba revuelto y mojado (acababa de salir de la ducha),sus brazos al descubierto dejaban ver unos fuertes bíceps y en el brazo derecho un tatuaje de una serpiente en colores verdes, su pecho cubierto por una camiseta negra sin mangas se notaba firme y marcado, sus piernas tapadas por una pijama azul marino debían ser igual al resto de su cuerpo, su piel blanca contrastaba con su vestimenta  resaltando más su palidez, sus ojos color miel mostraban una mirada fría y sin emoción, definitivamente encajaba a la perfección con el resto de su cuerpo.

¿Manada? , ¿Alfa? no puede ser, al oír estas palabras Juli se asustó y tenía miedo de confirmar sus sospechas. Kaled noto como su rostro pasaba de la confusión, a la comprensión y después al miedo.

—Veo que ya lo dedujiste y solo para confirmar, sí, estas en el Pandemónium.

Estas palabras rezumbaron en sus oídos, no podía ser, por escapar de su padre no se dio cuenta en qué momento entro al infierno y una pregunta comprimió su corazón ¿cómo saldría de aquí?

—Y ahora yo decidiré tu futuro —Kaled lo dijo con una sonrisa en los labios y una mirada de deseo.

Él pequeño no sabía a qué se refería.

Kaled se acerco hasta la cama donde se encontraba el cachorro como lo había llamado antes, y este al verlo venir se iba alejando de él.

— ¿Por qué te alejas? no muerdo... bueno solo un poco-su sonrisa se hizo más grande, sacó su lengua y se lamió los labios, como si saboreara algo muy dulce.

El cachorro se alejaba más hasta que su espalda choco con la pared.

—Ups ¿sé te acabo la cama? —su voz era burlona.

Con un rápido movimiento el alfa lo jalo de la pierna, acercándolo a él, hasta que sus rostros estuvieron a la misma altura, lo miro directo a los ojos.

—Me gustan tus ojos —con su mano le sostenía el rostro para evitar que este desviara la mirada.

Juli no sabía que decir, este tipo lo atemorizaba.

El mayor después de varios minutos en los que lo miro se acerco y lo beso, pero el cachorro no correspondió el beso.

—Abre la boca —le ordenó.

Lo volvió a intentar pero Juli no cedió, esto enfureció al mayor y le dio una cachetada, el pequeño sintió un tremendo dolor en la mejilla.

— ¡Abre la boca! —volvió a ordenar e insistió en el beso y esta vez Juli acepto la orden.

La lengua del mayor se movió con avidez dentro de la boca del pequeño, la prolongación del beso provocó que el chico pusiera sus manos sobre el pecho del otro y lo empujará, él aceptó alejarse.

En ese instante Juli empujó con más fuerza a Kaled logrando que este perdiera el equilibrio, al notarlo aprovecho para corre a la puerta y cuando tomo el pomo e iba a girarlo, unos brazos fuertes lo sujetaron de la cintura, su cuerpo fue levantado del piso y llevado de nuevo a la cama, el intentaba zafarse, pataleaba al igual que daba manotazos a los brazos que lo sujetaban pero sus golpes eran como una caricia para su captor.

Kaled lo aventó en la cama, el cachorro cayó boca abajo apoyo sus manos para levantarse pero el mayor no lo permitió y apoyo una de sus manos en su espalda y con la otra, le bajo los pantalones.

— ¡No, suéltame! —Juli sabía lo que pretendió y se movía para evitarlo pero el otro era muy fuerte.

—Quédate quieto, si cooperas lo vas a disfrutar y todo será más fácil —le dijo con voz firme.

—No por favor, suéltame —sus ojos se llenaron de lágrimas.

Juli peleaba, con todas las fuerzas que poseía, Kaled lo giró y empujó al centro de la cama y puso sus rodillas una a cada lado de su cadera; metió sus manos por debajo de la playera del chico, esté al sentir el contacto del mayor se removió e intentó quitárselo de encima.

El mayor lo despojó de su playera dejando su pecho descubierto, el pequeño se movía pero estaba preso, no encontraba la manera de escapar, Kaled se quito su camiseta, acerco sus manos al cuerpo del chico pero esté no permitió el contacto, con un rápido movimiento de manos logró desviar sus brazos.

—En serio te gusta complicar las cosas —Kaled se lo dijo en tono de reproche.

Le tomó las manos y se las puso sobre la cabeza, después lo beso en el cuello, el pecho deteniéndose para lamer y mordisquear sus pezones, Juli se removía pero no lograba soltarse y también peleaba internamente por no sentir placer esto era algo que no quería dejar ver a su captor.

Kaled fue besando y mordisqueando el cuerpo del pequeño y veía que este mostraba unas mejillas sonrojadas por las caricias recibidas, Juli se movía y gritaba con cada mordida que le daba, pero el mayor no permitiría que escapara su presa fácilmente.

—Suéltame, por favor, déjame ir —Juli sabía lo que se aproximaba y suplicó.

Pero el otro no lo escuchaba.

—Tu voz dice no, pero tu cuerpo responde a cada uno de mis toques como una maldita puta.

Su mano se colocó en su falo y lo empezó a acariciar con movimientos lentos que después fueron aumentando la velocidad. Juli dejó libre el llanto que estaba conteniendo, no solo era el dolor de saberse atrapado y a punto de ser violado, sentía que el mayor tenía razón si no ¿cómo explicar que su cuerpo respondiera tan bien a todas las caricias que le estaba haciendo?, tal vez es verdad que yo quiero esto; pero lo escuchó de nuevo  "No dejes que nadie te vuelva a golpear y menos que te haga algo que tú no deseas", su padre diciéndole que luchará y eso voy hacer, pensó el chico.

—Pero que crees se te acabo la diversión y ahora voy yo —Kaled dejo de tocarlo y lo dejo a medias.

El pequeño estaba a punto de llegar al clímax, el otro le soltó las manos y lo giro cuando estaba boca abajo sintió el par de manos tocando sus nalgas y separándolas.

—Wow , no me digas ¿qué eres virgen? —estaba muy feliz, su cachorro era nuevecito.

Esta era su conclusión al ver su entrada tan cerradita y de color rosita, y si, era verdad Juli nunca había tenido relaciones con nadie.

El pequeño al oír el comentario burlón de Kaled  y como pudo lo empujo logrando hacerlo de lado, se bajo de la cama y se fue a la pared más cercana (la puerta le quedaba del otro lado), donde estaba una mesa, el mayor estaba muy enojado y fue directo al chico esté cogió los libros que estaban sobre la mesa y se los aventó, Kaled esquivó la mayoría pero el último alcanzo a pegarle en la ceja derecha, provocándole una pequeña cortada, esto enfureció al mayor.

 — ¡Idiota! ¿Cómo te a través? yo quería ser bueno contigo, de hecho hasta estaba siendo amable pero ya que te pones en este plan veremos quién suplica después —sus palabras cargadas de enojo asustaron al cachorro.

Kaled se dirigió a Juli este intentó golpearlo sin obtener resultado, lo sujetó del brazo y lo jaló, el chico se resistía y trataba de detenerse con los pies, el mayor aburrido por sus estúpidos intentos, le da un puñetazo en el rostro, Juli cae de espalda y observa los ojos llenos de furia de su captor.

—Párate y ve a la cama —le ordena Kaled

Pero Juli no obedece.

—Perfecto, te lo pedí de buena manera —Se acerca y le da una patada en las costillas —dicen que para educar a los cachorros hay que corregirlos a veces con golpes para que no olviden quien es el amo.

Juli no paraba de llorar mientras se retorcía en el suelo sujetándose donde había recibido el golpe.

— ¡Párate y ve a la cama! —lo volvió a decir

Pero el pequeño no se paró y no fue por qué no quisiera sino que el dolor no se lo permitió, pero a Kaled esto no le importaba así que le propinó otra patada en el mismo lugar, Juli se revolcaba del dolor.

— ¡Párate y ve a la cama! —le ordeno de nuevo

En esta ocasión lo intentó y se puso en cuatro puntos, Kaled lo vio y le dio una patada en el abdomen, el pequeño se desplomó en el suelo.

—Me gusta que me obedezcan rápido —Kaled se agacho, lo tomó de los cabellos y tiró de ellos para ver su rostro, le dio un beso y le susurro al oído:

—Creó que aprenderás rápido —al soltarlo impulso su cabeza con fuerza por lo que se oyó el choque al tocar el piso — ¡Párate y ve a la cama! —le repitió

Juli lo escucho e intento de nuevo ponerse de pie, las lágrimas le nublaban la vista y ahora también un hilo de sangre que escurrió de su frente provocado por el último golpe. Sus fuerzas estaban al límite sin embargo el espíritu de sobrevivencia lo hizo levantarse y agarrándose el abdomen camino hasta la cama.

—Muy bien, fue fácil verdad, ahora recibirás tu premio, a los cachorros se les tiene que premiar cuando obedecen creó que lo llaman refuerzo positivo.

Kaled empujo su cuerpo contra la cama, el pequeño quedo boca abajo, se quito la pijama y se dispuso abrirle las piernas, sin proveerle un lubricante y mucho menos dilatarlo lo penetró rápidamente, sin ninguna compasión lo arremetía una y otra vez.

—Basta por favor me duele, para, ya no más, duele mucho, por favor...

Juli sentía como destrozaban sus entrañas con cada estocada, y él solo podía gritar al sentir el dolor que se incrementaba cada vez más, un líquido caliente se escurrió de su entrepierna.

—En verdad eras virgen, estas sangrando, por eso tu cuerpo esta tan justo, esto se siente muy bien —Kaled disfrutaba cada movimiento, hacía tiempo que no follaba y sentir como lo apretaba, le generaba mucho placer, fue intensificando la velocidad y la fuerza de sus penetraciones.

—Por favor... auuuu... por favor... detente... aaauu —poco a poco dejó de suplicar y solo gemía por el dolor.

Julien estaba llorando a borbotones y sentía que cada vez llegaba más profundo, con sus manos sujetaba con fuerza la colcha debajo de él, Kaled se acerco a su oído y le susurro.

—Dime que estas disfrutándolo y que quieres más —Juli estaba aturdido y no quería decir nada solo pensaba "que ya terminé todo por favor".

Al percatarse de que el cachorro no diría nada, Kaled salió de él y lo giro para quedar de frente abrió sus piernas de nuevo y lo penetro una vez más.

—No, ya no, por favor no más aaau... —Juli volvió a pedir.

—Di que te gusta y que deseas más —Kaled insistió

Pero el pequeño no podía decir nada, el dolor invadía su cerebro y no lo dejaba pensar.

El mayor se agacho y lo mordió en la clavícula después en el cuello, subió a la oreja llego a sus labio y le dio un beso que termino en una sangrante mordida. Juli lloraba ya no sabía qué hacer, con sus manos lo empujaba pero este ni se inmutaba se levantó y siguió con sus movimientos de cadera.

—Di que te gusta y pide más —volvió a repetir.

El joven no podía salir de su aturdimiento y solo podía sentir el dolor que lo invadía. Kaled sujeto su pene para masturbarlo, el cuerpo del cachorro respondió a las caricias proporcionadas al igual que el resto del su cuerpo, después de varios minutos Juli jadeaba y respiraba entrecortadamente, su cuerpo se estremecía con cada toque, con cada penetración, en poco tiempo sintió la necesidad de eyacular pero Kaled sujeto su miembro y lo apretó en la base impidiendo que el chico culminara.

—Di que te gusta y que quieres más.

Juli sentía que la cabeza le iba a explotar intento con sus manos retirar al mayor pero fue imposible, su sudor era mayor al igual que sus ansias y lo que antes le producía placer ahora le generaba dolor ¿Por qué estas dos sensaciones tenían que ir juntas, acaso no pueden sobrevivir solas?, estas preguntas aparecieron en su mente; sabia que intentar persuadir a Kaled para que se detuviera seria en vano y prefirió rendirse.

—Ah ah Kaled por favor no pares, mi cuerpo te pertenece —Juli sintió que su espíritu era profanado al haberlo hecho decir esto.

—Buen chico- le acaricio la cabeza - está bien vengámonos juntos.

Y así los dos llegaron al clímax. Julien sintió un liquido caliente invadiéndolo por dentro al igual que su propio semen embadurnaba el abdomen de los dos.

Kaled sujetaba al cachorro por la cintura, por fin salió de él y el chico pensó que su tortura había terminado. Julien quedo acostado boca arriba en la cama, no se podía mover sus fuerzas parecían haberse agotado.

—Sabes los entrenadores dicen que para garantizar una buena educación a tu cachorro, debes de repetir muchas veces los ejercicios —su voz sonaba pausada y excitada.

El cachorro no podía creer lo que oía, acaso ¿lo violaría de nuevo?; su cuerpo le recordó el pulsante dolor generado por los golpes, por el abuso y sobre todo por su alma ultrajada.

—Vamos, no te hagas el difícil, estoy seguro que te gusto —Kaled estaba de rodillas alrededor del cachorro y noto como se tensaba por su comentario, pero al ver su cuerpo desnudo sentía un deseo inmenso por hacerlo suyo, por poseer su inocencia, su ternura y su alma. 

Kaled se sentó en una orilla de la cama.

—Ven acércate —Kaled le ordeno al cachorro.

Pero el cachorro no sabía si podría lograr moverse, sentía que si se movía se desangraría.

—Qué esperas, tienes que entender que odio que me hagan esperar —su voz sonaba un tanto irritada.

—Me duele, no me puedo mover, por favor déjame... —Julien suplicaba entre sollozos.

—Así que me resultaste una puta delicada —se rió y miro al pequeño.

Kaled lo jaló de las piernas hasta tener su cintura cerca. El cachorro grito por el dolor de ser arrastrado por la cama, con cada movimiento su cuerpo gemía de dolor.

—La verdad es tú culpa, que quiera follarte de nuevo por tener un cuerpo tan apetitoso —su excitación era mayor.

—No por favor, no de nuevo, por favor, ya no más, me duelo mucho, te lo suplico por lo que más quieras... —Su sollozos eran intensos y las lágrimas hacían que sonara tan conmovedor pero tristemente el hombre que lo miraba, se había vuelto duro a estas escenas, tenía que serlo si querías sobrevivir en el infierno y aún más si eras el alfa de una jauría; esta sería su siguiente lección del cachorro, "Las lágrimas no sirven de nada en el Pandemónium".

Al verlo cubierto de su llanto, se excitó, quería verlo gritar de placer, que olvidará su pena, que se entregara al deseó y sobre todo a él.

Kaled ya estaba listo solo le faltaba donde volcar toda esa energía, sujetó al chico por la cintura, lo levantó (él era tan ligero) y teniéndolo de frente, lo ensartó en su falo erecto. Julien se contrajo por la penetración tan severa, su mirada estaba nublada por el llanto, su cerebro abrumado por todo lo ocurrido y su corazón al igual que su alma destrozada en miles de pedazos los cuales jamás lograría unir.

ANTERIOR     SIGUIENTE

Espero que les guste y dejen un comentario al respecto. Si les gusto compártanlo.
See you soon :)

LISTA DE CAPÍTULOS.

Comentarios

  1. Respuestas
    1. A mi también me da pena leer todo lo que le hecho pasar pero todo sea por mantener cautivadas a las lectoras.
      Gracias por seguir leyendo.
      Cuídate mucho, see you :)

      Eliminar
  2. Que decirte, un maldito Alfa, violador, desgraciado, infeliz, absolutamente detestable, espero sufra.


    En cuanto a Julien, deberá aprender a obedecer y ser más fuerte.

    Buen comienzo de historia.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario