En el infierno. Capítulo 13.


Soledad y Abandono.


Julien se puso de pie y acompaño a su pequeño amigo que ahora vestía un mini short color café y una blusa color coral de botones al frente, la tela es muy delgada que no deja mucho a la imaginación pero se nota que debajo de esta lleva una playera de tirantes, sus zapatillas son cafés.
Al llegar a la cocina vio los recipientes llenos de comida que le había llevado Ariel.
—Es mucho, para mí solo, no deberías traer tanta comida —Juli le comento y señalo los recipientes.
—Nada de eso, es lo que una persona normal debe de comer —le contesto y destapo una canastilla con pan —deja de quejarte y come que solo tengo unos minutos.

— ¿A qué te refieres? —saco un plato y se sirvió sopa, al probarla, se quemo la lengua, e hizo una mueca de dolor.
—Está caliente, la acabo de hacer —Ariel le comento al ver su rostro de dolor.
—Gracias por avisarme —Juli hablo con la lengua de fuera, por lo que las palabras sonaron extrañas.
El pequeño no pudo aguantar más la risa y se rindió a ella, Juli solo de verlo también lo acompaño, hacía tanto que no reía de esa manera que pensó que nunca lo haría de nuevo, pero ahora le parecía tan revitalizante.
Después de mucho reír Juli siguió comiendo.
— ¿Por qué no tienes tiempo? —le pregunto entre bocados.
—Hoy me toca hacerme cargo de la cocina y Dave del departamento así que ninguno de los dos podremos visitarte mucho —explico rápidamente.
—mmm —fue todo lo que Juli pudo expresar.
—Lo siento pero no te pongas triste te vendré a visitar de rápido, te lo prometo —Ariel levanto su mano y le mostro su palma —juramento de hembra —complemento la respuesta.
Juli esbozo una sonrisa.
—Gracias pero no deseo causarte molestias o problemas con tú marido —le contesto seriamente y aunque por dentro deseaba decir lo contrario, no podía ser tan envidioso.
—No te preocupes, además ya me percate de lo poco que cuidas de ti mismo, si no te vengo a vigilar eres capaz de no comer nada en todo el día.
El regaño de Ariel le pareció muy tierno y amable de su parte.
—Te puedo pedir otro favor —le hablo suplicante.
—Claro dime —Ariel le contestó.
—No mandes de nuevo a Benji —Juli fijo su mirada en su plato.
—Lo siento pero yo no lo envié fue el amo y te prometo tratar de evitar que él vuelva a venir. ¿Te hizo o dijo algo desagradable?
—No, me ha dicho nada —contesto inmediatamente, lo cual hizo pensar a Ariel todo lo contrario —en serio, no me ha hecho nada —con esto solo confirmo lo que Ariel pensaba pero no lo forzaría a decirle que paso, en cuanto el se sienta listo para hablarlo, el niño lo escucharía con gusto, además esto era parte de vivir en la manada, aprender a defenderse solo.
—Me he dado cuenta de que no te cae muy bien y de hecho creó que el sentimiento es reciproco, por parte de Benji es comprensible ya que no tolera a nadie que se le acerque a Kaled y menos cuando ha hecho público que eres su perra, eso es algo que deseaba que hiciera pero siendo él a quien nombrará —Ariel miro el sonrojo de Juli —déjame decirte que nunca ha estado emparejado por decirlo de algún modo.
—Pero Dave me dijo que vio a Kaled entrar al departamento de Benji —Julien no aguanto más y se lo dijo.
—Lo sé me lo conto hoy en la mañana y lo regañe por decírtelo, no sabemos a que fue, además no importa, a ti ha sido al que ha anunciado como su perra y eso es más que suficiente, no importa si se acuesta con alguien más, tú eres la importante —hablo muy seguro —además si deseara que Benji fuera su perra ya lo hubiera nombrado desde hace mucho o viviría con él y al contrario jamás ha dejado que esté en su departamento. Al ser el alfa puede tener a todas las perras que quiera pero solo se ha mantenido con Benji, por lo menos que nosotros sepamos y no creó que esa relación sea seria de lo contrario ya lo hubiera tomado como suyo. Hasta ahora tú eres el primero en quien ha puesto tanto interés.
Juli se quedo pensando en lo dicho por Ariel y le pareció difícil de creer, además no podía sentirse especial sí llevaba dos noches sin dormir con él, y justamente anoche lo dejo en la cama, no le permitió acercarse más, era obvio que a Kaled no le importaba tanto, o ¿Por qué se iba por las noches con Benji? Su cerebro no dejaba que se creara falsas ilusiones.
—Lo siento pero me tengo que ir, guarda lo que no te comas en el refrigerador y no te preocupes intentaré evitar que Benji te visite de nuevo —Ariel le repitió su promesa —vendré en la noche a verte y a verificar que cenes – sonrió a su comentario y salió de la cocina apresuradamente.
—Gracias —Juli le grito al niño.
¿Cómo puede correr con esos zapatos sin matarse? Juli pensó.
El día paso lentamente, Juli comenzó por lavar sus trastes sucios, después fue a la sala y vio por la ventana la ciudad, se veía tan cerca pero el chico sabía que eso era solo un espejismo.
 La mente de Juli se situó en sus abuelos, lo preocupados que deben de estar. El chico no podía dejar de pensar en Richi y Mark, lo que deben de estar sufriendo por su causa.
Después de varios minutos de estar frente a la ventana sintió que se pondría a llorar por sus abuelos, por lo que decidió buscar algo en que entretenerse. Exploro todo el departamento y encontró un cuarto en el que había una lavadora y secadora, recordó que la ropa que le había prestado Dave estaba sucia y sería una grosería regresársela así o por lo menos eso es lo que Richi le hubiera dicho.
Fue a buscar las prendas y encontró en el baño un cesto repleto de ropa sucia, al parecer desde que llego o posiblemente desde antes nadie lavaba la ropa. Juli intento levantar el cesto pero una punzada de dolor le recorrió la espalda teniendo como origen su trasero, desistió de cargarlo y opto por llevar poco a poco toda la ropa hasta el cuarto de lavado.
El chico preparo todo y después de varias horas de extenuante trabajo de lavado, que en sus condiciones de salud así le pareció, estaba muy cansado y con el cuarto de huéspedes lleno de ropa por doblar o planchar. Realmente se sentía muy agotado, busco en el cuarto de lavado la plancha pero no la encontró, después fue al cuarto de Kaled y busco por todos lados menos en el closet por alguna razón le daba miedo meter mano en las cosas de Kaled.
El chico termino por voltear la casa de cabeza y no encontró la plancha. Se detuvo a pensar y a descansar en la sala, hasta ese momento se percato de la hermosa luna llena que estaba iluminando la noche, que rápido se hizo tarde pensó.
—Si fuera una plancha ¿dónde estaría? —sé pregunto tontamente — ¿Qué aquí nadie plancha? —se quejo en voz alta.
—No, el amo Kaled evidentemente no se encarga de esos menesteres y como él vive solo.
Juli dirigió su mirada a quien le hablaba y agradeció que no hubiera escuchado su pregunta.
—Hola —le contesto alegremente.
—Pensé que tal vez ya estuvieras dormido —Dave lo miro feliz de que esto no fuera así.
Dave iba vestido de pants, hoy se le veía desaliñado por decirlo de algún modo. Su cabello rojo estaba alborotado y revuelto.
—No, me he estado entreteniendo buscando la plancha, como ya escuchaste —le explico.
— ¿Para que la necesitas? —al escucharse, sonrió y rehízo su cuestionamiento —se para que la necesitas, lo que quiero decir es, que no deberías de planchar, se supone que debes descansar, si el amo se entera estarás metido en un buen lio. Juli observo que llevaba en las manos una bolsa con algunos recipientes.
—Por eso espero que no sé entere —le guiño el ojo y espero su respuesta.
Un suspiro se le escapo a Dave.
—Por mí no sé enterara pero solo por esta vez —Juli le sonrío como agradecimiento.
—Ahora sí, a lo que vine - se aclaro la voz —ya tomaste tus pastillas.
Juli negó con un movimiento de la cabeza.
— ¿Por qué? —Estaba sorprendido — ¿Por qué no te cuidas?
—Lo siento soy malo para recordar los horarios, mi abuela siempre me regañaba y termino por poner una especie de alarma para recordarme la hora en la que me tocaban los medicamentos —Juli explico un poco avergonzado de su mala memoria.
—Acompáñame a la cocina —Dave le pidió amablemente.
Juli se paro y un dolor en las plantas de los pies y en las piernas lo acuso.
—Creó que me excedí con el ejercicio. Ahora si quiero las pastillas —hablo en voz baja para que Dave no lo escuchara o lo regañaría.
Al entrar a la cocina, miro a Dave sacar los recipientes.
—Ariel te mando la cena y me pidió que me asegurará de que tomaras tus pastillas —el pelirrojo le comento sus instrucciones —el pequeño es como una mamá, lo cual es sorprendente por su edad.
—Supongo que sí, mi abuela se comportaba de esta manera conmigo —Juli recordó.
— ¿Y tú mamá? —Dave le pregunto mientras sacaba un plato para servirle.
—No la conocí, murió cuando yo nací —le contesto seriamente.
—Lo siento —Dave se veía apenado y no supo que más decir.
—No tienes porque disculparte, no había manera de que lo supieras y no ha sido a propósito —lo disculpo.
—Come ahora que todavía está caliente —le propuso y evito el tema anterior.
—Dave, me ¿podrás conseguir una plancha? —le pregunto con la esperanza reluciendo en los ojos.
—Sí, mañana te la traigo, porque tengo la ligera sospecha de que si la traigo hoy, te pondrías a planchar en este mismo momento y mañana que Ariel venga a verte y te encuentre con los ojos de búho, al que regañaría seria a mí.
Juli sonrío a su comentario y continúo comiendo.
—Juli me tengo que ir, Giovanni no debe de tardar y le tengo que dar de cenar, además quiero darme un baño, mira como estoy, eso de hacer limpieza en el departamento de la manada es muy agotador, cuando te toque me comprenderás —Juli lo miro detenidamente y noto el cansancio reflejado en sus ojos.
—Entiendo —le contesto y siguió con la mirada a su acompañante.
— ¡Ah! Casi lo olvido, ¡tus pastillas! —Se dio un ligero golpe en la frente — ¿Dónde están? —pregunto.
Juli señalo una cajita ubicada a lado de los especieros.
Dave le paso la cajita y miro como el chico sacaba su pastilla y la tomaba.
—Listo, ahora Ariel no podrá regañarme —su sonrisa era evidente.
—Dile a Ariel que gracias por la cena, ha estado deliciosa —Dave asintió y se despidió con un movimiento rápido de la mano.
—Buenas noches y deja de hacer limpieza —le pidió.
—Que descanses, parece que te hace falta —Juli le deseo.
—Gracias
Fue lo último que Juli escucho decir a Dave antes de que la puerta se cerrara.
Después de limpiar la cocina por segunda ocasión en el día. Fue directo a su habitación y se baño, busco entre la ropa que había lavado otro pijama de su amo que le quedará y se la puso.  
El chico regresaba al baño para secar su cabello pero un fuerte ruido lo distrajo, cambio de destino y camino a la ventana de la habitación, corrió una de las cortinas para observar ¿qué ocurría? o ¿De dónde provenía el sonido?
Los ojos de Julien observaron todo lo que estaba a su alcance, entre tanto recordó que hasta ese momento no se había detenido a mirar por esa ventana, al hacerlo noto una calle frente al edificio y varios edificios un poco más pequeños que esté, también se alcanzaba a ver un área de casas tal vez una zona residencial, pues era obvio que este edificio era de lujo, seguramente en el último piso estaba un penthouse, lo interesante sería saber ¿Por qué Kaled no lo estaba ocupando? Y en su lugar estaba en el 9° piso. El chico sabía esto porque el día que su amo lo llevo a conocer al resto de la manada, al subir en el elevador vio que había 10 pisos y al regreso su amo pincho el número 9 para llevarlo a su departamento.
Julien puso más atención al sonido y le pareció una especie de alarma, por lo que se quedo quieto, sin embargo no pudo notar algún movimiento como para que fuera un temblor, al mirar por la ventana tampoco vio alguna columna de humo como sinónimo de incendió; pero su búsqueda visual tuvo una recompensa y tal vez la única que obtendría esa noche, varios hombres salieron del edificio o eso le pareció, estos corrieron por toda la calle, hasta que se perdieron de su vista. La alarma dejo de romper el silencio de las calles. Julien se quedo de pie frente a la ventana escudriñando las calles pobremente iluminadas por el alumbrado público y el resplandor lunar. 
Pasaron varios minutos y todo se quedo en silencio, la quietud de la noche embargo las calles que Julien estaba observando. El chico estaba lleno de preguntas, ¿Para qué será la alarma? ¿Qué habrá pasado?
—En cuanto vea Ariel le preguntaré —hablo en un susurro.
Como ya no había nada que ver, el chico se retiro de la ventana y retomo su camino hacia el baño.  Termino de secar su cabello y lo cepillo, pensó en trenzarlo pero recordó lo mucho que le molestaba a su amo que lo recogiera así que lo dejo suelto.
Ya en la cama su falta de sueño le hizo recordar las palabras de Ariel, sobre que Benji no era alguien importante para Kaled y el sí. Sin embargo Juli no se sentía de esta manera, la actitud de su amo no le permitía ilusionarse con la idea de ser alguien importante para él.
Julien paso un par de horas removiéndose en la cama, pues no conciliaba el sueño. Por eso el chico se la paso todo el día haciendo limpieza pues intentaba distraer su mente de su situación actual. Al final la estrategia de limpiar para distraerlo no solo surtió efecto durante el día también lo ayudo por la noche a su problema de insomnio pues estaba cansado y su cuerpo necesitaba reponerse. Sin darse cuenta el sueño termino por vencerlo.

Al día siguiente no hubo necesidad de que alguien despertará a Julien. A las 8 en punto estaba de pie y revisando todo a su alrededor.
—No vino de nuevo —su comentario lleno la habitación, al igual que el suspiro liberado.
 Julien decidió hacer lo mismo que el día anterior, evadir sus pensamientos que solo lo deprimían por medio de las labores domésticas, extenuarse físicamente su otro objetivo para que en la noche tampoco lo aquejaran esos sentimientos de soledad y abandono, dejando que su cuerpo cansado lo llevara al valle de los sueños, el único lugar dónde era libre.
Después de entrar al baño a lavarse la cara, fue directo a la cocina a prepararse algo de desayunar. Estaba aburrido de que los demás lo alimentaran no le agradaba depender de ellos. Richi siempre involucro a su nieto en todos los quehaceres de las casa, era como si lo preparara para una vida hogareña.
Mientras el chico exploraba los ingredientes con los que contaba, su mente involuntariamente le regalaba imágenes de Kaled y de Benji. Saco la leche y un plato para preparar cereal, pero una vivida imagen de Benji besando a Kaled cruzo por su mente y termino por tirar el plato.
—Carajo, ¿por qué me afecta? Yo no estoy aquí porque él me guste, estoy porque me ha obligado. Entonces ¿por qué me molesta verlo con alguien más? Al contrario debería de estar feliz, tal vez el que no esté vigilándome las 24 horas del día me ayude a encontrar alguna manera de escapar.
Julien divago en voz alta. Y durante su discurso empezó a levantar los cristales del piso.
—Si sigo rompiendo cosas, Kaled tendrá que conseguir una vajilla nueva y de plástico —al ir recogiendo todo una voz lo asusto.
—Deja eso te podrías lastimar  
Esa voz fría y autoritaria de nuevo y tal parece que en lugar de ser una advertencia su cerebro lo tomo como una orden. Por los nervios de escuchar esa voz cerró la mano con la que sujetaba algunos de los vidrios y se los encajo en la palma izquierda.
—Mierda —levanto la mirada del piso y busco a aquel que le había hablado, su corazón latía apresuradamente, muy en el fondo ardía en deseos de ver a su amo.
Sin embargo la mirada de Julien se torno sorprendida pues no estaba Kaled, se puso de pie y salió de la cocina. Lo busco por todo el departamento pero este no se encontraba aquí.
El rostro de Julien se mostraba muy triste, bajo la mirada y se encontró con gotas de sangre, al mirar que estas se convertían un pequeño charco, se percato de que su mano era el origen de este fluido. Volvió su rostro por el pasillo y vio las gotas rojas por todo lo largo de este.
Levanto la mano y fue al baño del pasillo que era el más cercano y puso su mano en el lavabo, junto toda la fuerza de la que fue capaz y saco los cristales incrustados. Al chico se le rodaron algunas lágrimas por el dolor físico o eso fue lo que él se decía, evitando el sentimiento de abandono que le provocaba pensar en Kaled. Cuando creyó que su mano estaba libre de cristales abrió la llave y dejo que el agua le lavará.
—Julien ¿dónde estás? —Una voz llamo al chico.
— ¿Estaré imaginándolo de nuevo? —Juli se pregunto pues ahora estaba seguro de que la voz que creyó escuchar antes era su inconsciente manifestándole sus ganas de ver y estar con su amo. 
—Juli, ¿qué haces? —Ariel asomo su cabeza por la puerta del baño — ¿qué te paso? —el niño sonaba muy preocupado.
—Ah, hola Ariel —levanto un poco la mano, la cual todavía sangraba —me corte, pero ya la limpie, solo tengo que buscar una venda y listo.
— ¡Pero si aún te está sangrando! —Ariel lo miro sorprendido por su actitud —voy a ir a buscar al amo —intento salir.
—No, es nada grave, por favor —Juli le suplico.
—El amo querrá saber que paso.
—Tal vez o quizás no —el chico hablo con cierta tristeza en la voz —por favor solo necesito una venda —lo miro a los ojos y le suplico.
—Está bien, sé donde el amo tiene el botiquín —Ariel salió del baño.
Julien sabía que no le podría esconder una herida tan escandalosa como esa a Kaled pero aun cuando su cuerpo le pedía a gritos ver a su amo, su cerebro no lo creía conveniente; sí Kaled no desea verlo él no lo forzaría a ello y menos por una trivialidad como esa, pensó el chico.
Ariel ayudo a Julien a vendarse, después levanto el resto de los vidrios rotos y le dio de desayunar que es a lo que había ido. Además de revisar que tomará sus pastillas.
—Juli, lo siento pero me tengo que ir, hoy también estoy a cargo de la cocina y del departamento completo —hizo un mohín —a veces parece que ser eficiente solo te da más problemas que soluciones.
—Y los demás, acaso ¿no hay nadie más que pueda hacerlo? —Juli solo deseaba estar con alguien, no deseaba estar solo de nuevo.
—La manada es grande pero el amo solo permite que los que vivimos aquí nos hagamos cargo —se quedo pensativo —los machos no se ocupan de labores domesticas por lo que las hembras nos toca realizar estas actividades. Cada pareja vive en un departamento y la hembra se encarga de las labores propias de su casa pero como el departamento del primer piso lo ocupamos todos, las hembras que vivimos aquí nos hacemos cargo de la limpieza y la comida para todos los habitantes de aquí —explico.
—Pero ayer te toco a ti y ¿por qué hoy de nuevo? —Juli le pregunto.
—Tienes razón, pero ayer ocurrieron algunas cosas por las que Vincent y Benji han tenido que acompañar al alfa y sus hombres a una revisión por lo que solo estamos libres Dave y yo, Mar como sabes no cuenta ya que ella es como un macho. En el edificio también vive Noah y otros perros pero no tienen parejas por lo que no hay nadie más que nos ayude.
—Yo los puedo ayudar —Julien sugirió.
—No, por supuesto que no —el chico fue invadido por la tristeza —no me mal interpretes, yo no tengo problema alguno en que nos ayudes pero si el amo se da cuenta habría serías consecuencias para todos. Hay estrictas ordenes de que no salgas del departamento y por cierto toda la manada está enterada de que el amo tiene una hembra —Ariel miro a Juli y continuo con su advertencia -hay cancerberos alrededor del edificio cuidando que nadie que no sea de la manada se acerque y aún aquellos que lo son deben de tener alguna razón válida para entrar a esta área que es considerada el núcleo del Oasis, pero no solo cuidan a quién entra, también a quién sale, ninguna hembra que no sea Benji o Mar (que no es propiamente una hembra) tiene permitido salir. Los cancerberos han sido avisados y tiene una descripción de ti, por lo que si logras llegar a los filtros como le llaman, seguramente serías regresado por alguno de ellos.     
Juli sintió un retortijón al escuchar a Ariel, tratar de escapar de aquí sería muy difícil.
—No te preocupes en cuanto estés mejor físicamente el amo dejará que te unas a las labores de la manada —Ariel trato de infundirle un poco de ánimo.
—Ariel ¿qué sucedió ayer por la noche? —durante todo la explicación del niño Juli recordó lo de la alarma.
— ¿Te refieres a la alarma? —Juli asintió y Ariel hizo un gesto de preocupación —pues hubo un problemita pero nada grave, ya te lo dirá después el amo —Ariel camino hacia la puerta —ya me voy, todavía tengo muchas cosas que hacer, por cierto Dave me dijo que necesitabas una plancha y te le envió la deje en la sala. Te advierto que no debes de estar mucho tiempo de pie eso no ayuda a tu recuperación, sin embargo te la dejaré porque dudo mucho que alguno de los dos pueda venir a verte de hecho si has notado hoy traje mucha más comida porque no creó que pueda venir traértela en la tarde o en la noche, así que te podrás distraer un poco planchando —el rostro de Ariel mostró tristeza por lo dicho —por favor no olvides tomar tus pastillas y no abuses de los quehaceres.
—Juli sintió una gran tristeza que lo invadía y tal vez Ariel lo noto pues sin pensarlo mucho corrió a abrazar a Juli y le dio un beso en la frente.
—No te pongas triste, se que te sientes solo pero solo será por hoy mañana vendré a visitarte y me quedaré más tiempo —Juli correspondió el abrazo y realmente se sintió feliz de escucharlo aunque hubiera deseado que fuera otra la persona que lo hiciera.
Ariel soltó al chico y salió de la cocina.
Durante el resto del día Julien plancho, barrio, aspiro y sacudió todo el departamento hasta a que su cuerpo exhausto le pidió un descanso.
—Es hora de comer algo —hablo para sí mismo.
Y lo cierto era que ya no era hora de comida, lo correcto sería decir que cenaría. Julien se había concentrado tanto en ignorar su soledad que ni las punzadas frecuentes de su mano lo detuvieron de sus labores. Después de cenar algo y tomar sus pastillas, tomo un baño y se acostó dejo que el cansancio lo venciera y durmió plácidamente.

Al día siguiente se sorprendió que nadie lo hubiera despertado pues ya eran las once de la mañana y Ariel o alguien más por lo regular lo despertaban a las nueve o diez.
—Qué extraño —murmuro.
Al levantarse e inspeccionar el cuarto se dio cuenta de que su amo tampoco había ido a dormir.
—Tercera noche que no duerme aquí —la tristeza lo invadió —tal vez Benji tenga algo de razón y como ya consiguió de mi lo que quería, ya no le intereso y terminara por entregarme a sus perros —hablo y solo de escucharse su corazón se estrujo.
Al ir en busca de un poco de agua, encontró una hoja de papel rosa doblado sobre la mesa.
Julien se acerco y lo tomo, llevaba escrito en tinta negra y con letra cursiva Ariel, al desdoblar la hoja se encontró con un recado del pequeño.
Hola Julien siento mucho no poder cumplir lo que te dije ayer pero no ha sido mi culpa, han surgido algunos asuntos importantes por lo que no podremos ir, lo sentimos mucho, hubiera querido decírtelo personalmente pero es muy temprano para que estuvieras despierto así que le pedí a Raúl que te llevara la comida y que no te despertara.  
Por favor no olvides tomar tus pastillas y descansa.
En compensación te he enviado un postre delicioso para que te endulces el día.
Te quiere Ariel
Al terminar de leer la nota no pudo evitar sentirse solo pero también un sentimiento de agradecimiento surgió, ya que por lo menos alguien se había preocupado por él.
—Mamá Ariel —Juli sonrió a su comentario y pensó que Ariel era como una mamá preocupada por el descuidado de su hijo.
Durante el resto del día término por ordenar la habitación de Kaled y lavar el baño e inventarse tareas, sin embargo en la tarde ya no había nada más que hacer.
El chico lavo la herida de su mano y cambio el vendaje.
Julien no quería dejarse envolver por los pensamientos negativos así que al observar la televisión, pensó en encenderla pero esta no servía o mejor dicho ningún canal tenía señal.
— ¿Por qué será? —cambio y cambio los canales pero nada y al ver las películas optó por ver alguna.
Busco entre los título y noto que todas eran películas viejas, encontró una que no había visto, se llamaba “What dreams may come”. Fue a la cocina y corto un pedazo de la tarta de limón que Ariel le había enviado y fue directo a la recamara.
En casa de sus abuelos el amaba sentarse con ellos y ver películas durante toda la tarde, por lo que pensó que tal vez eso lo distraería.
Puso la película, sin embargo conforme esta avanzaba se deprimió más y termino llorando un poco por la trama de la película y otro poco por su situación actual.
Sus lágrimas brotaban sin parar y se reprendía mentalmente por haber escogido esa película que en lugar de distraerlo lo había deprimido más.
Su llanto continuó y Julien se envolvió en las cobijas para esconderse de la soledad, tal vez así no lo encontraría, sin embargo el sentimiento de abandono no sería tan fácil de evadir.
Sin darse cuenta el chico se quedo dormido.

La ventana estaba abierta, el aire frío de la mañana inundaba la habitación, la luz de la televisión se perdía por la luz del sol y el ruido de la puerta al abrirse rompió el silencio reinante; pero Julien estaba ajeno a todo esto.
El hombre que entro miro todo con total desagrado y su furia aumento al notar al chico que dormía destapado, las cobijas estaban tiradas a un lado de la cama mientras su delgado cuerpo tiritaba en medio de está.

ANTERIOR    SIGUIENTE

LISTA DE CAPÍTULOS.


Comentarios