En el infierno. Capítulo 12.

Dulce Ángel.

— ¿Tú limpiaste? —Kaled miro al piso buscando algún vidrio.
—No —Juli contesto muy serió —fue Dave.
El pequeño se puso de pie y salió de la cocina, se dirigió a la recamara, mientras caminaba su mente pensaba en lo que Dave le había contado, Juli se sentía enojado, dolido, se preguntaba ¿Por qué este hombre que lo marco de por vida, estaba con otro?, si ya tenía un amante entonces ¿Por qué lo retenía? ¿Por qué simplemente no se conformaba con Benji? 

Al entrar al cuarto encendió la luz y fue directo a la cama, cuando se iba a sentar la voz de su amo lo interrumpió.
— ¿Ya tomaste tu pastilla? —su voz era suave y tierna, mostraba su preocupación por el cachorro.
Kaled estaba parado en el marco de la puerta viendo a su perra y con un vaso de agua en las manos. Juli lo miro y se percato de lo bien que se veía; vestía unos jeans negros, ajustados, una playera gris ceñida y su cabello peinado para atrás pero con algunos cabellos de enfrente sueltos a los lados.
Al verlo Julien supo de inmediato que no deseaba estar junto a él, dentro de su corazón crecía su odio por Kaled; después de la golpiza proporcionada por su amo, un sentimiento de rencor por creció en su alma pero al verlo tan preocupado por su salud y tratando de procurar su recuperación, pensó que tal vez no era tan malo, sin embargo ahora sabía de la existencia de Benji. La mente de Juli solo era de capaz de albergar un pensamiento “soy solo un juguete… una mascota, para entretener al amo, con la que juegas cuando quieres y después la dejas libre por la casa, sin permitirle que se vaya, evitando que alguien juegue con ella ya que solo es tuya y de nadie más”.
—Contesta —hablo más fuerte.
—No —respondió muy serio y con un tono triste.
—Y ¿qué esperas? —saco de su pantalón la caja de medicamentos.
Al parecer el alfa ya se había percatado de que aún no tomaba sus pastillas por lo que se las llevo, junto con un vaso de agua. Le ofreció las pastillas y el agua, Juli se las tomo y bebió el agua. Kaled se dirigió al closet y saco ropa, al estar cerca de su perra, le aventó un pantalón de franela y una playera.
—Cámbiate —le ordeno —dormirás más cómodo con esto —la voz del alfa era seria, pero aun la preocupación se vislumbraba en su rostro.
Kaled estaba preocupado por Juli, lo notaba extraño, primero evito su contacto, huía cada vez que estaban en la misma habitación y ahora lo notaba molesto, algo le había ocurrido y no le quería decir que era.
Julien tomo la ropa que le proporciono su amo y se metió al baño para cambiarse. El chico miro las prendas puestas en su cuerpo y era evidente que eran de su amo pues le quedaban grandes, aun cuando seguía molesto con él, le agradecía que no le hubiera dado ropa de mujer. Sin pensarlo acomodo su cabello en una especie de nudo y salió del baño.
Kaled lo esperaba de pie a lado de la cama, el chico se quedo admirando el cuerpo que tenia al frente, su amo se había puesto una pijama azul marino amplia que le cubría hasta las caderas dejando al descubierto su cintura y el torso pues este estaba desnudo.
El alfa lo esperaba, camino directo a su perra paso sus manos por su cabello y libero este del nudo que lo ataba, bajo sus brazos y rodeo a su perra amorosamente.
— ¿Qué te sucede? —le pregunto aún con preocupación y buscando los hermosos ojos azules de su perra.
—Nada —el chico le contesto nervioso por tener el cuerpo de su amo tan cerca y evadiendo su penetrante mirada.
Los brazos de Kaled rodeaban al chico y este no se movía, seguía de pie con los brazos pegados a sus costados, la tensión era evidente.
—Algo te ocurre, ¿dime qué es? —pregunto de nuevo.
—No sé a qué te refieres —Juli noto la voz del alfa preocupada, por primera vez no le exigía una respuesta por el contrario parecía más una súplica.
—Estás raro, diferente, acaso ¿Ariel te dijo algo que te molestará? —el alfa deseaba saber que acongojaba a su perra.
—No, nadie me dijo nada —contesto rápidamente y con un tono nervioso.
Juli no le diría lo que Dave le dijo y mucho menos aceptaría ante su amo su molestia sobre su ausencia de la noche anterior.
— ¿Será que aún piensas en tu familia? —era lo único que se le ocurría.
—Sí —el chico lo dijo con la mirada aún clavada en el piso.
—Yo te ayudaré a olvidar —el alfa le susurro, ese sería su objetivo de aquí en adelante, lograr que su perra olvidará el mundo que había dejado atrás, hacer que se adaptara a su nueva situación y lo más importante, que se enamorara de él; su misión en la vida obtener el amor de su ángel.
Levanto en brazos a su chico y lo llevo a la cama, lo acostó suavemente en ella, Juli se miraba nervioso y asustado, el chico no podía evitar pensar en su primera noche con su amo. El alfa se hinco dejando las piernas de su chico en medio de las suyas. Las manos de Kaled se movieron por debajo de su playera, acariciando suavemente, el pecho de su perra, Juli sentía cada caricia con intensidad, su cuerpo se estremecía. El alfa despojo al chico de su playera, dejándolo semidesnudo, Juli no se movía, Kaled continuo con sus caricias ahora por el cuello del chico, el cual al sentir los labios de su amo recorrer su piel hasta llegar atrás de su oreja dejo escapar un gemido de placer, Juli no quería sentir nada y mucho menos demostrarle a su amo todo lo que le provocaba pero simplemente su mente había perdido el control sobre su cuerpo el cual solo era movido por el deseo. La boca del alfa dibujo un camino de besos desde la oreja hasta la boca del chico, sus labios se posaron en los de su perra, quien respondió permitiendo la entrada de su lengua, la danza que se llevo a cabo entre estás duro varios minutos y solo fue detenida por la falta de aquel elemento vital para la supervivencia, de no ser por esto la degustación hubiera durado mucho más tiempo. Las manos de Juli decidieron participar en el juego y se posaron en la espalda de su amo, quien al sentirlas acariciando su piel, se sobresalto un poco, suponía que su perra no querría dejarse llevar por él, pero al parecer deseaba ser parte del juego y eso lo alentaba a seguir.
El rostro de Juli se empezó a colorear de rojo al tiempo de que gotas de sudor recorrían su frente, Kaled no ignoro esto y fue bajando sus caricias; besaba cada moretón o herida como si con eso pudiera borrarlas o desaparecer las cicatrices que seguramente habían dejado en el alma de Julien. Llego a los pezones de Juli, los beso y lamio por unos segundos y la respiración de Juli se hizo más apresurada, poco a poco el cerebro del chico iba olvidando sus problemas, ya no recordaba porque estaba molesto con su amo, porque no lo quería cerca, nada de esto tenía sentido, ahora lo único que le importaba era tener a su amo adentro de él. Las manos de Kaled llegaron a la cintura de su perra y de manera muy suave metió sus dedos por debajo del resorte de la pijama y de los bóxers para poder bajarlos lentamente hasta quitarlos por completo dejando al chico a la merced de su amo.
Julien se agito al darse cuenta de su desnudes, sin embargo no hizo nada por evitar el contacto del alfa por el contrario movió sus caderas de manera sugestiva para hacerle evidente a su amo que deseaba que siguiera.
Kaled separo las piernas del chico y beso los muslos de esté, siguió su recorrido por la ingle acercándose lentamente a su miembro ya eréctil. Juli ya no aguantaba más la espera, deseaba liberar toda la tensión acumulada, el calor en su cuerpo era insoportable.
—Sigue por favor —el chico suplico —no te detengas.
El amo sonrío ante la petición de su perra, eso es lo que él quería, hacerlo olvidar aquello que lo molestaba y al parecer lo había logrado.
Sus labios juguetones continuaron su camino por el miembro de su chico, empezó a lamer toda su envergadura, sin detenerse, cada lamida provocaba una sacudida de placer para su perra.
—Tú sabor es como un dulce para mí —hablo con firmeza y seguridad, logrando sonrojar más a su perra.
Después de saborear a su perra el alfa metió el miembro en su boca. Sacaba y metía el pene del chico primero de manera suave para ir aumentando la velocidad de los movimientos, con sus manos acariciaba la cintura y el trasero del chico, quien se movía al ritmo de su amo, la excitación era mayor, de su boca solo salían gritos de placer. La respiración de Julien era agitada, sus manos se aferraron al cabello de su amo quien lo estaba llevando al cielo, su mente estaba embriagada de placer, en este momento en lo único que pensaba era en que su amo lo poseyera. Los movimientos eran cada vez más rápidos y Juli supo que estaba por llegar al orgasmo.
—Me ven… —un gemido interrumpió su frase — ¡Kaled! —no pudo evitar gritar el nombre de su amo seguido de un escalofrío que recorrió su espina dorsal y de la liberación de su semen.
El alfa bebió todo lo que Julien le proporciono, al terminar los dos estaban agitados y bañados en sudor. Kaled se puso de pie a un lado de la cama y miro a su chico recostado en la cama con los brazos estirados y separados de su cuerpo, el pecho del chico subía y bajaba apresuradamente, su rostro estaba sonrojado y sudoroso, sus ojos que tanto le gustaban estaban cerrados.
Kaled también se notaba agitado y sudoroso, ver a su perra de esta manera lo llenaba de placer y lo excitaba, su respiración no se calmaba al contrario se notaba agitado, y su temperatura aumentaba y su control comenzaba a debilitarse.
El pequeño abrió los ojos y vio a su amo, se sentó en la cama, estiro sus brazos hacia él y lo atrajo a su cuerpo, el alfa permitió el abrazo de su perra y al estar cerca se besaron apasionadamente, Julien deseaba a su amo y quería que él lo notará. Acaba de disfrutar de un orgasmo pero aún deseaba tener a su amo dentro de él, que este lo poseyera, que lo hiciera suyo, que lo hiciera olvidar todas sus preocupaciones, que lo hiciera creer que era amado y no solo un juguete para distraerlo.
Al culminar el beso Kaled separo ligeramente al chico, esté lo miro sorprendido. El alfa se acerco de nuevo y le dio un beso en la frente, sus ojos mostraban frustración, se puso de pie y camino hacia la puerta.
—Ya duérmete, tienes que descansar —hablo seriamente.
Kaled apago la luz de la habitación dejándola iluminada tenuemente por la lámpara del buro.
La hembra lo miraba sorprendido y se sintió humillado. No podía creer lo que estaba pasando, acababa de insinuarse y fue rechazado, las lágrimas corrieron por sus mejillas, estaba avergonzado, tallo sus ojos con el dorso de sus muñecas. Apago la lámpara y se sumergió en las cobijas, para esconder su llanto.
“Tal parece que no soy lo suficientemente bueno para el amo o es que simplemente no soy Benji” este pensamiento surgió en la mente del chico para no abandonarlo durante toda la noche. 

El sol iluminaba el rostro del pequeño quien al sentirlo se cubrió los ojos con la mano, deseaba seguir durmiendo, pues tenía poco tiempo de haber conciliado el sueño. Sin embargo no pudo lograr su objetivo ya que la puerta se abrió súbitamente.
—Buenos días
Julien busco a la persona que lo saludaba.
—Buenos días —correspondió el saludo.
— ¿Cómo amaneciste? —la voz de Benji era seria.
—Bien gracias —Juli respondió lo más cortes posible y tratando de esconder su molestia de ver a este hombre en su recamara.
—El amo me pidió que viniera a darte tu pastilla —le mostro un vaso de agua —tal parece que no puedes tú solo —susurro lo último.
Juli se sentó en la cama e ignoro su comentario. Acepto el agua y tomo su pastilla.
—Te preparare algo de desayunar, el amo me lo pidió —se dio la vuelta y murmuro algo lo suficientemente audible para Julien —tal parece que no sabes hacer nada, no entiendo porque el amo aún te tiene aquí, si ya se divirtió contigo debería de entregarte a los perros, ellos se divertirían mucho —culmino su comentario.
—Yo tampoco lo entiendo —Juli contesto y su voz se escuchaba dolida.
—Perdón ¿dijiste algo? —Benji le pregunto con cara de no entender su comentario.
—No dije nada —Juli se veía claramente molesto —no necesito que hagas nada de comer.
—Pero son órdenes y no pienso hacer enojar al amo —contesto e instintivamente se llevo la mano al moretón que decoraba su rostro. Juli de inmediato recordó el golpe que Kaled le propino la otra noche.
—Comprendo tú miedo y no pienso mencionárselo a Kaled —Juli le prometió —simplemente no prepares nada, no tengo hambre y si me da yo me cocinaré algo, no deseo quitarte tú valioso tiempo —hablo con sarcasmo.
Benji no deseaba cocinarle a ese intruso pero eran órdenes, se notaba la indecisión en su rostro.
—Está bien —contestó después de casi un minuto de pensarlo —entonces me voy, ya no tengo nada que hacer.
El chico miro a Benji salir de la habitación, se podría decir que lo escaneo con la mirada. Vestía un short azul y una playera negra de licra, tenis negro y su cabellera azul estaba sujetada en un chongo. Juli sintió un extraño dolor en el pecho y unas increíbles ganas de llorar.
Juli pensó que Ariel iría a visitarlo y así terminar su conversación interrumpida por Kaled pero al parecer no sería así y en cambio le había mandado a Benji a amargarle la mañana. Se sentía muy cansado después de no poder dormir. Lo pensó mucho y optó por intentar dormir de nuevo, se puso de pie y cerró las cortinas, con la habitación en penumbras se acostó de nuevo y se quedo dormido.  
— ¡Juli!, ¡Juli! ¿Estás bien? —El chico lo movía con desesperación.
Julien abrió los ojos lentamente y se sorprendió al ver a Ariel con su rostro preocupado.
— ¿Sucedió algo? —el chico pregunto.
—Me asustaste —Ariel abrazó al chico.
—No entiendo a que te refieres
—Pensé que estabas desmayado o algo así, entre y te llame, como no te encontré en la sala ni en la cocina, vine de inmediato aquí, pero todo estaba muy oscuro y después te vi tan quieto, te grite pero no me contestabas, por eso te moví, estaba preocupado.
—Lo siento no era mi intención, lo que pasa es que no dormí bien, por lo que me venció el sueño ahorita.
Los dos chicos se separaron.
— ¿Qué desayunaste? —Ariel le pregunto.
Juli hizo memoria y recordó que no había probado bocado.
—Pues un vaso de… —intento pensar en algo.
—No desayunaste o ¿me equivoco? —Lo miro con molestia —no debes de pasar tanto tiempo sin comer —lo reprendió.
—Aún es temprano.
— ¿Temprano? Son las tres de la tarde —y Juli se mostró sorprendido.
—Benji no te dio de comer ¿verdad? Ya me lo imaginaba, de esto se va enterar el amo.
—Claro que sí —pero Ariel lo miro dudoso —bueno si me iba a dar pero yo no quise. Por favor no le digas a Kaled, le prometí que no le diría nada —Lo miro con suplica en los ojos.
—Está bien – lo miro cansinamente —pero solo porque tú me pides.
—Gracias.
—Ya párate te traje algo de comer —lo ánimo. 

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