Dulce Ángel.
— ¿Tú
limpiaste? —Kaled miro al piso buscando algún vidrio.
—No —Juli
contesto muy serió —fue Dave.
El pequeño
se puso de pie y salió de la cocina, se dirigió a la recamara, mientras
caminaba su mente pensaba en lo que Dave le había contado, Juli se sentía
enojado, dolido, se preguntaba ¿Por qué este hombre que lo marco de por vida,
estaba con otro?, si ya tenía un amante entonces ¿Por qué lo retenía? ¿Por qué
simplemente no se conformaba con Benji?
Al entrar
al cuarto encendió la luz y fue directo a la cama, cuando se iba a sentar la
voz de su amo lo interrumpió.
— ¿Ya
tomaste tu pastilla? —su voz era suave y tierna, mostraba su preocupación por
el cachorro.
Kaled
estaba parado en el marco de la puerta viendo a su perra y con un vaso de agua
en las manos. Juli lo miro y se percato de lo bien que se veía; vestía unos
jeans negros, ajustados, una playera gris ceñida y su cabello peinado para
atrás pero con algunos cabellos de enfrente sueltos a los lados.
Al verlo Julien
supo de inmediato que no deseaba estar junto a él, dentro de su corazón crecía
su odio por Kaled; después de la golpiza proporcionada por su amo, un
sentimiento de rencor por creció en su alma pero al verlo tan preocupado por su
salud y tratando de procurar su recuperación, pensó que tal vez no era tan
malo, sin embargo ahora sabía de la existencia de Benji. La mente de Juli solo
era de capaz de albergar un pensamiento “soy
solo un juguete… una mascota, para entretener al amo, con la que juegas cuando
quieres y después la dejas libre por la casa, sin permitirle que se vaya,
evitando que alguien juegue con ella ya que solo es tuya y de nadie más”.
—Contesta —hablo
más fuerte.
—No —respondió
muy serio y con un tono triste.
—Y ¿qué esperas?
—saco de su pantalón la caja de medicamentos.
Al parecer
el alfa ya se había percatado de que aún no tomaba sus pastillas por lo que se
las llevo, junto con un vaso de agua. Le ofreció las pastillas y el agua, Juli
se las tomo y bebió el agua. Kaled se dirigió al closet y saco ropa, al estar
cerca de su perra, le aventó un pantalón de franela y una playera.
—Cámbiate —le
ordeno —dormirás más cómodo con esto —la voz del alfa era seria, pero aun la
preocupación se vislumbraba en su rostro.
Kaled
estaba preocupado por Juli, lo notaba extraño, primero evito su contacto, huía
cada vez que estaban en la misma habitación y ahora lo notaba molesto, algo le
había ocurrido y no le quería decir que era.
Julien
tomo la ropa que le proporciono su amo y se metió al baño para cambiarse. El
chico miro las prendas puestas en su cuerpo y era evidente que eran de su amo
pues le quedaban grandes, aun cuando seguía molesto con él, le agradecía que no
le hubiera dado ropa de mujer. Sin pensarlo acomodo su cabello en una especie
de nudo y salió del baño.
Kaled lo
esperaba de pie a lado de la cama, el chico se quedo admirando el cuerpo que
tenia al frente, su amo se había puesto una pijama azul marino amplia que le
cubría hasta las caderas dejando al descubierto su cintura y el torso pues este
estaba desnudo.
El alfa lo
esperaba, camino directo a su perra paso sus manos por su cabello y libero este
del nudo que lo ataba, bajo sus brazos y rodeo a su perra amorosamente.
— ¿Qué te
sucede? —le pregunto aún con preocupación y buscando los hermosos ojos azules
de su perra.
—Nada —el
chico le contesto nervioso por tener el cuerpo de su amo tan cerca y evadiendo
su penetrante mirada.
Los brazos
de Kaled rodeaban al chico y este no se movía, seguía de pie con los brazos
pegados a sus costados, la tensión era evidente.
—Algo te
ocurre, ¿dime qué es? —pregunto de nuevo.
—No sé a
qué te refieres —Juli noto la voz del alfa preocupada, por primera vez no le
exigía una respuesta por el contrario parecía más una súplica.
—Estás
raro, diferente, acaso ¿Ariel te dijo algo que te molestará? —el alfa deseaba
saber que acongojaba a su perra.
—No, nadie
me dijo nada —contesto rápidamente y con un tono nervioso.
Juli no le
diría lo que Dave le dijo y mucho menos aceptaría ante su amo su molestia sobre
su ausencia de la noche anterior.
— ¿Será que
aún piensas en tu familia? —era lo único que se le ocurría.
—Sí —el
chico lo dijo con la mirada aún clavada en el piso.
—Yo te
ayudaré a olvidar —el alfa le susurro, ese sería su objetivo de aquí en
adelante, lograr que su perra olvidará el mundo que había dejado atrás, hacer
que se adaptara a su nueva situación y lo más importante, que se enamorara de
él; su misión en la vida obtener el amor de su ángel.
Levanto en
brazos a su chico y lo llevo a la cama, lo acostó suavemente en ella, Juli se
miraba nervioso y asustado, el chico no podía evitar pensar en su primera noche
con su amo. El alfa se hinco dejando las piernas de su chico en medio de las
suyas. Las manos de Kaled se movieron por debajo de su playera, acariciando
suavemente, el pecho de su perra, Juli sentía cada caricia con intensidad, su
cuerpo se estremecía. El alfa despojo al chico de su playera, dejándolo
semidesnudo, Juli no se movía, Kaled continuo con sus caricias ahora por el
cuello del chico, el cual al sentir los labios de su amo recorrer su piel hasta
llegar atrás de su oreja dejo escapar un gemido de placer, Juli no quería
sentir nada y mucho menos demostrarle a su amo todo lo que le provocaba pero
simplemente su mente había perdido el control sobre su cuerpo el cual solo era
movido por el deseo. La boca del alfa dibujo un camino de besos desde la oreja
hasta la boca del chico, sus labios se posaron en los de su perra, quien
respondió permitiendo la entrada de su lengua, la danza que se llevo a cabo
entre estás duro varios minutos y solo fue detenida por la falta de aquel
elemento vital para la supervivencia, de no ser por esto la degustación hubiera
durado mucho más tiempo. Las manos de Juli decidieron participar en el juego y
se posaron en la espalda de su amo, quien al sentirlas acariciando su piel, se
sobresalto un poco, suponía que su perra no querría dejarse llevar por él, pero
al parecer deseaba ser parte del juego y eso lo alentaba a seguir.
El rostro
de Juli se empezó a colorear de rojo al tiempo de que gotas de sudor recorrían
su frente, Kaled no ignoro esto y fue bajando sus caricias; besaba cada moretón
o herida como si con eso pudiera borrarlas o desaparecer las cicatrices que
seguramente habían dejado en el alma de Julien. Llego a los pezones de Juli,
los beso y lamio por unos segundos y la respiración de Juli se hizo más
apresurada, poco a poco el cerebro del chico iba olvidando sus problemas, ya no
recordaba porque estaba molesto con su amo, porque no lo quería cerca, nada de
esto tenía sentido, ahora lo único que le importaba era tener a su amo adentro
de él. Las manos de Kaled llegaron a la cintura de su perra y de manera muy
suave metió sus dedos por debajo del resorte de la pijama y de los bóxers para
poder bajarlos lentamente hasta quitarlos por completo dejando al chico a la
merced de su amo.
Julien se
agito al darse cuenta de su desnudes, sin embargo no hizo nada por evitar el
contacto del alfa por el contrario movió sus caderas de manera sugestiva para
hacerle evidente a su amo que deseaba que siguiera.
Kaled
separo las piernas del chico y beso los muslos de esté, siguió su recorrido por
la ingle acercándose lentamente a su miembro ya eréctil. Juli ya no aguantaba
más la espera, deseaba liberar toda la tensión acumulada, el calor en su cuerpo
era insoportable.
—Sigue por
favor —el chico suplico —no te detengas.
El amo
sonrío ante la petición de su perra, eso es lo que él quería, hacerlo olvidar
aquello que lo molestaba y al parecer lo había logrado.
Sus labios
juguetones continuaron su camino por el miembro de su chico, empezó a lamer
toda su envergadura, sin detenerse, cada lamida provocaba una sacudida de
placer para su perra.
—Tú sabor
es como un dulce para mí —hablo con firmeza y seguridad, logrando sonrojar más
a su perra.
Después de
saborear a su perra el alfa metió el miembro en su boca. Sacaba y metía el pene
del chico primero de manera suave para ir aumentando la velocidad de los
movimientos, con sus manos acariciaba la cintura y el trasero del chico, quien
se movía al ritmo de su amo, la excitación era mayor, de su boca solo salían
gritos de placer. La respiración de Julien era agitada, sus manos se aferraron
al cabello de su amo quien lo estaba llevando al cielo, su mente estaba
embriagada de placer, en este momento en lo único que pensaba era en que su amo
lo poseyera. Los movimientos eran cada vez más rápidos y Juli supo que estaba
por llegar al orgasmo.
—Me ven… —un
gemido interrumpió su frase — ¡Kaled! —no pudo evitar gritar el nombre de su
amo seguido de un escalofrío que recorrió su espina dorsal y de la liberación
de su semen.
El alfa bebió
todo lo que Julien le proporciono, al terminar los dos estaban agitados y
bañados en sudor. Kaled se puso de pie a un lado de la cama y miro a su chico
recostado en la cama con los brazos estirados y separados de su cuerpo, el
pecho del chico subía y bajaba apresuradamente, su rostro estaba sonrojado y
sudoroso, sus ojos que tanto le gustaban estaban cerrados.
Kaled
también se notaba agitado y sudoroso, ver a su perra de esta manera lo llenaba
de placer y lo excitaba, su respiración no se calmaba al contrario se notaba
agitado, y su temperatura aumentaba y su control comenzaba a debilitarse.
El pequeño
abrió los ojos y vio a su amo, se sentó en la cama, estiro sus brazos hacia él
y lo atrajo a su cuerpo, el alfa permitió el abrazo de su perra y al estar
cerca se besaron apasionadamente, Julien deseaba a su amo y quería que él lo
notará. Acaba de disfrutar de un orgasmo pero aún deseaba tener a su amo dentro
de él, que este lo poseyera, que lo hiciera suyo, que lo hiciera olvidar todas
sus preocupaciones, que lo hiciera creer que era amado y no solo un juguete
para distraerlo.
Al
culminar el beso Kaled separo ligeramente al chico, esté lo miro sorprendido. El
alfa se acerco de nuevo y le dio un beso en la frente, sus ojos mostraban
frustración, se puso de pie y camino hacia la puerta.
—Ya duérmete,
tienes que descansar —hablo seriamente.
Kaled
apago la luz de la habitación dejándola iluminada tenuemente por la lámpara del
buro.
La hembra
lo miraba sorprendido y se sintió humillado. No podía creer lo que estaba
pasando, acababa de insinuarse y fue rechazado, las lágrimas corrieron por sus
mejillas, estaba avergonzado, tallo sus ojos con el dorso de sus muñecas. Apago
la lámpara y se sumergió en las cobijas, para esconder su llanto.
“Tal parece que no soy lo suficientemente
bueno para el amo o es que simplemente no soy Benji” este
pensamiento surgió en la mente del chico para no abandonarlo durante toda la
noche.
El sol
iluminaba el rostro del pequeño quien al sentirlo se cubrió los ojos con la
mano, deseaba seguir durmiendo, pues tenía poco tiempo de haber conciliado el
sueño. Sin embargo no pudo lograr su objetivo ya que la puerta se abrió
súbitamente.
—Buenos
días
Julien
busco a la persona que lo saludaba.
—Buenos
días —correspondió el saludo.
— ¿Cómo
amaneciste? —la voz de Benji era seria.
—Bien
gracias —Juli respondió lo más cortes posible y tratando de esconder su
molestia de ver a este hombre en su recamara.
—El amo me
pidió que viniera a darte tu pastilla —le mostro un vaso de agua —tal parece
que no puedes tú solo —susurro lo último.
Juli se
sentó en la cama e ignoro su comentario. Acepto el agua y tomo su pastilla.
—Te
preparare algo de desayunar, el amo me lo pidió —se dio la vuelta y murmuro
algo lo suficientemente audible para Julien —tal parece que no sabes hacer
nada, no entiendo porque el amo aún te tiene aquí, si ya se divirtió contigo
debería de entregarte a los perros, ellos se divertirían mucho —culmino su
comentario.
—Yo
tampoco lo entiendo —Juli contesto y su voz se escuchaba dolida.
—Perdón
¿dijiste algo? —Benji le pregunto con cara de no entender su comentario.
—No dije
nada —Juli se veía claramente molesto —no necesito que hagas nada de comer.
—Pero son
órdenes y no pienso hacer enojar al amo —contesto e instintivamente se llevo la
mano al moretón que decoraba su rostro. Juli de inmediato recordó el golpe que
Kaled le propino la otra noche.
—Comprendo
tú miedo y no pienso mencionárselo a Kaled —Juli le prometió —simplemente no
prepares nada, no tengo hambre y si me da yo me cocinaré algo, no deseo
quitarte tú valioso tiempo —hablo con sarcasmo.
Benji no
deseaba cocinarle a ese intruso pero eran órdenes, se notaba la indecisión en
su rostro.
—Está bien
—contestó después de casi un minuto de pensarlo —entonces me voy, ya no tengo
nada que hacer.
El chico
miro a Benji salir de la habitación, se podría decir que lo escaneo con la
mirada. Vestía un short azul y una playera negra de licra, tenis negro y su
cabellera azul estaba sujetada en un chongo. Juli sintió un extraño dolor en el
pecho y unas increíbles ganas de llorar.
Juli pensó
que Ariel iría a visitarlo y así terminar su conversación interrumpida por
Kaled pero al parecer no sería así y en cambio le había mandado a Benji a
amargarle la mañana. Se sentía muy cansado después de no poder dormir. Lo pensó
mucho y optó por intentar dormir de nuevo, se puso de pie y cerró las cortinas,
con la habitación en penumbras se acostó de nuevo y se quedo dormido.
— ¡Juli!,
¡Juli! ¿Estás bien? —El chico lo movía con desesperación.
Julien
abrió los ojos lentamente y se sorprendió al ver a Ariel con su rostro
preocupado.
— ¿Sucedió
algo? —el chico pregunto.
—Me
asustaste —Ariel abrazó al chico.
—No
entiendo a que te refieres
—Pensé que
estabas desmayado o algo así, entre y te llame, como no te encontré en la sala
ni en la cocina, vine de inmediato aquí, pero todo estaba muy oscuro y después
te vi tan quieto, te grite pero no me contestabas, por eso te moví, estaba
preocupado.
—Lo siento
no era mi intención, lo que pasa es que no dormí bien, por lo que me venció el
sueño ahorita.
Los dos
chicos se separaron.
— ¿Qué
desayunaste? —Ariel le pregunto.
Juli hizo
memoria y recordó que no había probado bocado.
—Pues un
vaso de… —intento pensar en algo.
—No
desayunaste o ¿me equivoco? —Lo miro con molestia —no debes de pasar tanto
tiempo sin comer —lo reprendió.
—Aún es
temprano.
— ¿Temprano?
Son las tres de la tarde —y Juli se mostró sorprendido.
—Benji no
te dio de comer ¿verdad? Ya me lo imaginaba, de esto se va enterar el amo.
—Claro que
sí —pero Ariel lo miro dudoso —bueno si me iba a dar pero yo no quise. Por
favor no le digas a Kaled, le prometí que no le diría nada —Lo miro con suplica
en los ojos.
—Está bien
– lo miro cansinamente —pero solo porque tú me pides.
—Gracias.
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