En el infierno. Capítulo 11.


Lindo cambio.


La sala se está quedando en la oscuridad pues el sol ya se está escondiendo y la luna asciende para iluminar la noche, pero su brillo es menor.
Ariel se separa de Julien, se restriega las manos en los ojos para limpiar sus lágrimas y después seca sus mejillas, su mirada está llena de agradecimiento por su actitud tan comprensiva. La hembra del alfa también se limpia el rostro; se miran pero ninguno rompe el silencio. La puerta del departamento se abre de pronto, los dos chicos están expectantes esperando ver quien entra, aun cuando ya lo saben.

La luz de la habitación es encendida y las dos hembras cierran los ojos como reacción al cambio de luz e inmediatamente los abren para observar al hombre que se dirige a ellas.
— ¿Qué hacen aquí? —Kaled mira a las dos hembras.
Y se muestra sorprendido al verlo.
—Estaba platicando con Juli sobre lo que hacemos en la manda —lo cual era cierto, en parte, el pequeño se miraba un poco nervioso y evito verlo a los ojos.
— ¿Qué te hiciste? —Kaled no dejaría pasar el cambio en su perra.
Juli se veía muy bien, los pantalones negros le delineaban sus delgadas piernas, la playera le quedaba un poco grande pero aún así permitía ver la silueta de su hermoso pecho, su largo cabello estaba recogido y adornado con una flor resaltando más su color. Lo único que no lucia bien eran los moretones que cubrían sus brazos y cara evitando que olviden lo ocurrido hace unas noches.
—Yo… solo me —Juli detuvo su explicación.
—Amo yo le dije que se bañara —Ariel intervino —o sus heridas se pueden infectar — agrego al ver a su amo ligeramente molesto.
—Está bien Ariel —el alfa siempre era un poco condescendiente con el niño — ¿de quién es esa ropa? —se notaba su esfuerzo por contener su molestia.
—Es de Dave, no podíamos dejar a Juli desnudo, se resfriaría —Ariel explico rápidamente.
Juli estaba con la mirada fija en el suelo por alguna razón se sentía molesto con Kaled, tal vez recordar su primera noche le afecto, pero él sabía que no solo era eso, no entendía bien lo que pasaba en su mente o cuerpo pero ver a Kaled tan tranquilo después de no haber dormido con él y no verlo en todo el día le disgustaba.
—Ariel, Raúl te debe de estar buscando —Kaled le hablo serio.
—Entiendo amo, ¿bajaran a cenar? —el pequeño pregunto amablemente.
Ariel se puso de pie, camino hacia la puerta e iba con la cabeza agachada ya que no deseaba que viera sus ojos llorosos, al pasar a lado de Kaled este lo detuvo interponiéndose en su camino, Ariel se veía nervioso, el alfa levanto el rostro del niño y parecía estar analizándolo.
—Lávate antes de irte o tu marido se molestará —el alfa le ordeno.
Ariel asintió y se fue al baño.
Kaled miro a Juli y camino hacía él, se paro enfrente y espero a que esté se dignara a mirarlo.
Por su lado el chico sentía la intensidad de la mira de su amo pero se resistía a caer en ella, sus sentimientos de molestia, hacían a un lado el miedo que generalmente le provocaba su presencia. No deseaba verlo, ni siquiera deseaba tenerlo cerca, esto aumentaba su coraje.
Ariel regresaba del baño.
—Amo me voy, ¿desea algo? —el rostro del niño se veía más freso.
—No Ariel, gracias —contesto seriamente.
— ¿Le puedo traer algo para cenar? —ofreció.
—No, gracias, Benji me dio de cenar… ya vete, sabes cómo se pone Raúl cuando no estás —el niño asintió e hizo una mueca graciosa —Julien, ¿deseas que te traigan la cena? —la fría voz pregunto.
—No gracias —hablo y levanto ligeramente la mirada hasta cruzarse con la de Ariel.
—Debes de comer algo o de lo contrario las pastillas te harán un hoyo en la panza —Juli no pudo evitar sonreír a su comentario, pues este le recordó a Richi quien siempre le decía lo mismo.
—Gracias Ariel pero no —Juli no deseaba comer nada que esa persona hubiera preparado, de hecho cuando escucho su nombre la acidez de su estómago se hizo más evidente junto con su enojo.
—Como quieras —Ariel abrió la puerta para irse.
—Espera —Kaled le pidió — ¿A qué hora comió? —el niño se quedo pensativo.
—Como a la 1, amo.
—Sube algo para que cene por favor.
—Pero yo no quiero nada —Juli estaba molesto, no solo por que decidieran por él, también porque su terrible amo hubiera cenado con aquel hombre.
—No estoy pidiendo tu opinión —miro a Ariel un poco molesto de que siguiera parado viéndolos y no cumpliendo la orden del alfa.
—No tardo —contesto y salió rápidamente del departamento.
Juli estaba embargado de coraje. Se puso de pie y se dirigió fuera de la sala, no soportaba estar en el mismo lugar que su amo.
—Alto —Kaled le ordeno pero el chico lo ignoro y siguió su camino —no tientes a tú suerte —le advirtió.
Juli siguió caminando hasta la cocina, adentro buscó un vaso para servirse leche (este era un remedio casero, que su abuelo Mark utilizaba ya que sufría de gastritis, él siempre tomaba leche para disminuir la acidez de su estómago), abrió el refrigerador y se sirvió, bebió de un solo trago todo el contenido del vaso. Al cerrar la puerta del refrigerador, Juli se sobresalto pues su amo estaba parado frente a él, mirándolo con enfado, el vaso resbalo de su mano cayendo ruidosamente y partiéndose en varios pedazos.
—Te dije que te detuvieras —le recordó y avanzó, evitando los cristales.
El chico retrocedió y hasta ese momento su valor antes demostrado fue destruido y remplazado por el miedo que el alfa le provocaba.
—Odio que me desobedezcan —habla serio y sigue avanzando —deberías de ir aprendiéndolo —con cada paso que daba el espacio entre ello se acortaba ya que su hembra no podía seguir huyendo pues su espalda estaba contra la estufa.
Al estar junto a su chico Kaled lo tomo de la cintura, acercándolo a su cuerpo, Juli intento despegarse de él pero no pudo y este apretó más su abrazo. El alfa se sorprendió de su intento de huida, en las ocasiones anteriores Juli no se alejaba y permitía la cercanía de esté. Juli no deseaba la cercanía del macho, ¿por qué simplemente no se iba con Benji y lo dejaba tranquilo? Se preguntaba.
—Primero, ¿por qué estaban llorando? —sujeto el rostro de su perra, fijo su mirada en aquellos luceros que eran su perdición y que ahora estaban rojos por el llanto.
A Kaled no le gustaba ver a su perra así, aún no se perdonaba por la bienvenida que le había dado pero en aquella noche se dejo llevar por su instinto y su deseo de poseer al ángel que había encontrado, pero después cuando su mente recobro el poder de su cuerpo se dio cuenta del daño que le había hecho, al día siguiente su intento por cambiar su imagen ante Juli fue un desastre, se dejo llevar de nuevo por su incontrolable ira y termino lastimando al chico, sin embargo ese mismo día mientras observaba a su chico dormir, se prometió no volver a golpearlo, no deseaba lastimarlo de nuevo, por eso no durmió en su cama la noche anterior ya que estaba seguro de que habría terminado por violarlo y él aún estaba recuperándose.
Juli estaba nervioso, no sabía si decirle sobre lo que Ariel le contó.
—Acaso ¿no me vas a contestar? —pregunto.
—Recordé a mis abuelos y no pude evitar llorar, le conté a Ariel y al parecer lo contagie de mi tristeza —Juli invento esta explicación, no deseaba traicionar la confianza que el niño le había tenido.
Kaled lo miro fijamente analizando la respuesta obtenida.
—Ok, segundo ¿Por qué no quieres cenar? —siguió cuestionando al chico, sin permitir que este se alejara ni un centímetro de él.
—No tengo hambre —Juli no diría la verdad por más que lo torturaran, de hecho ni siquiera a él le quedaba clara la razón, solo no quería nada de aquel que le hizo pasar un mal momento, Juli no entendía porque la simple mención de Benji lo molestaba tanto.
—Sabes que no puedes pasar largos periodos sin comer o como dijo Ariel te harán daño las pastillas —Juli era consciente de ello —Así que cuando suban la cena comerás sin que yo te tenga que obligar.
—Pero no quiero cenar —Juli replico.
Kaled acerco su rostro al chico, esté intento hacerse hacia atrás pero la mano del macho lo detuvo.
—No me importa lo que tú quieras —su voz era calmada —harás lo que yo diga —le hablo en el oído.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir el cálido aliento de su amo rosarle el cuello.
—No me obligaras a castigarte, verdad —sus labios besaron el cuello del chico, esté se removía e intentaba evitar el contacto del mayor, no deseaba que lo tocara, no cuando seguramente había pasado la noche con aquel hombre.
— ¡Basta! —Juli dijo en un grito y empujo con sus manos a Kaled.
Pero Kaled ignoro a su chico, con su pierna roso la entrepierna del otro y esté se estremeció bajo su cuerpo, al macho le gustaba ver el sonrojado rostro de su chico, deseaba borrarle la tristeza de sus recuerdos por medio de sus caricias, sin embargo sabía que no debía dejarse llevar.  
—Dime lo que quiero escuchar y me detendré —Kaled le ofreció.
Juli empezaba a sentirse acalorado, entendió perfectamente lo que su amo deseaba en cuanto lo dijo.
—Comeré lo que traigan —el chico termino rindiéndose ante su amo, quién como premio le dio un pequeño beso en la frente.
—Me gusta que aprendes rápido —lo elogio.
Y por último me encanta como te ves —su voz seductora aumento el sonrojo del chico —pero esto no va contigo —en cuanto lo dijo la mano del mayor fue directo a su cabello y retiro de un tirón la flor que lo sujetaba —odio que recojas tu cabello, no lo vuelvas a hacer —era una orden no una sugerencia y Juli debía tomarla en cuenta para evitar problemas con su amo.
La mano de Kaled paso por su el dorado cabello de su perra y lo acaricio lentamente, parecía que Kaled estaba en otro lado su mirada estaba fija en Juli pero al mismo tiempo estaba ausente.
El extraño momento finalizo con la entrada de Giovanni y Dave en la cocina, el primero iba vestido con un pijama a cuadros azul y una playera sin mangas blanca, el segundo llevaba un pijama roja de franela con puntos blancos y una playera holgada gris con una frase escrita: “I can´t sleep” en letras negras y acompañada de un osito bostezando, Juli asomo su cabeza por un lado del cuerpo de Kaled quien aun no lo soltaba de su abrazo, vio a Dave y le pareció graciosa su playera.
Dave llevaba en la mano un canastito con pan y Giovanni la charola con la cena, al entrar esté dejo la charola en la barra y su perra dejo a un lado de la cena el pan. Cuando entraron un crujido se escucho y eran los cristales del vaso que sin darse cuenta la pareja piso.
— ¿Qué paso? —Giovanni pregunto, mientras se alejaba de los pedazos de cristal.
—Se me cayó un vaso —Kaled le contestó, sin dirigirle la mirada pues está seguía fija en su chico.
—Pues ten más cuidado, ¿no te lastimaste?
—No, estoy bien —le dijo —lo iba a recoger justo antes de que llegarán —mintió.
Giovanni hizo una mueca de aprobación.
—Aquí esta tú cena —Dave dijo, cambiando la conversación y miro a Juli —perdón buenas noches amo —corrigió de inmediato su falta de respeto.
—Buenas noches, Dave —esté contesto y libero a su presa volteándose para ver de frente a sus perros —Gracias Dave, por la ropa de Julien —el macho tenía que agradecerle su buen gusto.
—De nada amo —contesto apenado —Juli deberías de aprovechar para comer antes de que se enfrié, Ariel acaba de prepararte todo y se molestara si no te comes —Juli estaba sorprendido.
— ¿Ariel preparo la comida?—pregunto.
—Si porque a Raúl no le gusto la comida de Benji así que le preparo algo rápido y decidió enviarte un poco —el hambre de Juli parecía haber despertado.
— ¿Puedo hablar contigo? —Giovanni le pidió a Kaled y este asintió.
Los dos machos salieron de la cocina dejando a las hembras solas.
—Gracias Dave —Juli se acerco y se acomodo en una silla frente a la charola de comida.
—De nada —contesto y miro como Juli comenzaba a comer.
Dave saco un recogedor de un cajón, fue por la escoba que estaba en un rincón de la cocina y barrio los cristales para tirarlos a la basura.
—Dave, tú sabes ¿dónde durmió Kaled anoche? —está duda lo molestaba mucho.
La joven hembra guardo los utensilios ocupados y después camino hacia la puerta para ver que los hombres no estuvieran cerca. Y así era, ellos no estaban allí.
—Si —contesto secamente, al parecer no deseaba decir más pero Juli no dejaría así el tema.
—Dime por favor —pidió mientras dejaba su pan y lo miraba fijamente.
—Vi al amo entrar al departamento de Benji —Dave contestó sintiendo pena por Julien.
—Estás seguro —Juli pregunto para confirmar.
—Sí, anoche antes de irme a dormir salí por algo de leche que se le antojo a Gio y baje cuando ya regresaba vi al amo dirigirse al departamento de Benji y no pude evitar espiarlo, en cuanto el toco el timbre, la puerta se abrió y Benji apareció permitiéndole la entrada —Dave le contó todo lo que vio.
—Gracias Dave —termino de cenar en silencio.
—Kaled entro a la habitación seguido de Giovanni.
—Vámonos, guapo —Se dirigió a Dave.
—Hasta mañana —Dave se despidió de la otra pareja, con un sentimiento de culpa por haberle contado a Juli lo que vio. 
—Nos vemos —Giovanni le dijo a Kaled —Buenas noches Juli, por cierto te ves muy bien hoy —lo elogió.
—Gracias y hasta mañana —les contesto.
Los dos hombres salieron y Juli miro muy enojado a Kaled.

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Comentarios

  1. Respuestas
    1. Gracias por comentar.
      Oh, sí un alfa estricto y una hembra desobediente no son una buena mezcla.
      Cuídate bye.

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